¿Es racional el voto?

Lobisón 

Los estudios sobre comportamiento electoral permiten con suerte comprender qué lógica ha sido determinante en unas elecciones (pasadas), pero, pese a las pretensiones de algunos especialistas y bastantes aficionados, a lo más que pueden aspirar es a modificar la estrategia comunicativa y electoral de los partidos para las elecciones futuras, sin garantizar que se pueda ‘manipular’ a los electores en el sentido deseado.

 

Conviene recordar al respecto la asombrosa franqueza con la que Gabriel Elorriaga, que en aquel momento dirigía la comunicación del PP, se expresó (en una entrevista en el Financial Times) sobre la estrategia electoral de este partido para las elecciones de 2008. Se trataba de desmovilizar a los potenciales votantes socialistas, contando con que los electores de derecha siempre votan. Como se sabe, esta estrategia no funcionó del todo.

 

El PP intentó cambiar la lógica electoral, como lo había hecho la campaña republicana en Estados Unidos en 2004. En vez de tratar de ofrecer propuestas atrayentes para la mayoría, acercándose a las posiciones del votante mediano, se buscaba demonizar al adversario (a Zapatero) para que sus potenciales electores se abstuvieran, y la lógica dominante fuera la de votar lo más lejano a las posiciones de ese adversario.

 

En la jerga de los estudios electorales eso significa pasar de una lógica posicional, en la que se trata de ganar el centro, a una lógica direccional, centrífuga, que favorece a las posiciones más extremas, contando con que la base social propia será más resistente que la del adversario a esa tensión centrífuga. Dicho de otra manera, contando con que las posiciones radicales son más aceptables para los electores de derecha que para los electores de izquierda.

 

Y si el eje ideológico (izquierda-derecha) hubiera sido el único en juego, la estrategia del PP podría haberse llevado el gato al agua. No fue así porque estaba también presente el eje centralismo-nacionalismos, y el discurso del PP llevó a muchos votantes nacionalistas moderados (autonomistas) a votar a Zapatero para evitar el triunfo del nuevo centralismo que enarbolaba el PP.

 

Este ejemplo revela la complejidad de todo proceso electoral. No es tan fácil conseguir que los electores se muevan según una sola lógica, y ni siquiera se puede asegurar que lo hagan como cabría prever dentro de esa lógica. Otro ejemplo es el de 1993, cuando el PP trató de que el voto económico fuera la clave de la elección, pero no pudo impedir que los electores se decantaran a favor de lo conocido (las políticas sociales del PSOE) frente a las promesas de Aznar de salida de la crisis. Como es sabido, eso llevó al PP a insistir en 1996 en que las políticas sociales no cambiarían si ganaban las elecciones.

 

En un libro reciente (Las razones del voto en la España democrática, Libros de la Catarata), Juan Jesús González y Fermín Bouza afirman que el eje ideológico fue decisivo en las elecciones celebradas hasta 1996, y que en 2000 se impuso el voto ‘racional’, que sería el voto que evalúa la pasada acción del gobierno para decidir si se le renueva la confianza. La moderación del primer gobierno de Aznar y la buena marcha de la economía le permitieron obtener un triunfo por mayoría absoluta.

 

En 2004, dicen los autores, la componente racional del voto al PP había disminuido, pero se veía compensada por una mayor identificación ideológica. En cambio la componente ideológica del voto al PSOE había disminuido, y su triunfo se produjo gracias a un voto instrumental (para sacar al PP del gobierno), decisivamente activado por el sentimiento de engaño tras el 11-M.

 

¿No es racional ese voto instrumental? Se trataba de una evaluación (muy) negativa de la acción de gobierno, ya que la reacción del gobierno tras los atentados no sólo provocó un sentimiento de engaño, sino que devolvió al primer plano la decisión profundamente impopular de apoyar la guerra de Irak. No se trataba ya de un temor tradicional al regreso de la derecha al gobierno (como en los primeros tiempos de la transición), sino de un castigo al gobierno por su actuación.

 

No tiene sentido definir la racionalidad del voto de premio o castigo a un gobierno sólo en términos económicos. Pero además es muy complicado discernir los elementos que pueden pesar en una evaluación de los resultados económicos de un gobierno. ¿Pueden creer en serio los españoles que con Aznar la crisis no nos habría afectado? ¿Pueden aceptar la tesis de Rajoy de que las políticas sociales y de estímulo de la economía son ‘extravagancias’ de corte ideológico, y que así no se sale de la crisis?

 

Aquí es donde se presentan factores muy poco racionales. El discurso ‘apocalíptico’ de Rajoy intenta profundizar una desconfianza anterior: el gobierno no ha dicho ni dice la verdad, porque negó la gravedad de la crisis (e inicialmente incluso que se pudiera hablar de crisis). Podría suceder entonces que los errores de comunicación pesaran más que los propios intereses o la racionalidad (la necesidad de las medidas del gobierno) para un electorado de izquierda en el que el peso de la ideología (la identificación) sería menor bajo el impacto de los cambios sociales y el auge de los medios.

20 comentarios en “¿Es racional el voto?

  1. No acabo de entender si Lobisón se toma en serio la majadería de que los votantes son racionales unos años y otros años no. En especial, lo más majadero de todo es que la victoria del PP se asienta sobre el comportamiento racional, mientras que la de los socialistas obedece a factores pre-, ante-, preter-racionales. Conozco las tesis a las que se refiere Lobisón, pero me parecen de una superficialidad pasmosa. En el año 2000 no es que aumente el «voto racional» frente al «ideológico» ni nada parecido. Los datos lo muestran con total claridad: lo que sucede es que la izquierda está hecha unos zorros (¿?) y sólo uno de cada dos personas que estaban próximas ideológicamente al PSOE votan a este partido, con su correspondiente hundimiento. Que la izquierda esté desmoralizada no quiere decir que los votantes sean racionales. Tras la elección de nuestro siempre bien amado joven presidente en el congreso extraordinario de 2000, la situación comienza a recomponerse y en 2004, y sobre todo en 2008, la gente de izquierdas vuelve a votar al PSOE. Los votantes de la derecha van a piñón fijo prácticamente desde 1996 y votan al PP sí o sí. Los dos académicos a los que se refiere Lobisón han inventado unas etiquetas que poco significan y supongo que como el país es así, dentro de poco empezarán a utilizarla columnistas y editorialistas y asistiremos a una nueva ceremonia de la confusión.

    En cuanto a la tesis fundamental de Lobisón, no queda más remedio que estar de acuerdo con él: por más esfuerzo que se ponga en ello, resulta muy complicado acertar con el instrumento que permita conducir a la opinión pública en una dirección o en otra. Más discutible es que la estrategia del PP en la primera legislatura del PP consistiera en pasar de lógica posicional a direccional, pero como esa es una discusión que despertará la ira de nuestros anticientíficos sociales (con Teoura y Parellada a la cabeza), me abstendré de entrar en ello.

    PD: lo de la gripe se está poniendo cada vez más feo. No debe olvidarse además de que ayer o antesdeayer informaba Público sobre la advertencia de los científicos de que en unos años chocará un meteorito en nuestro planeta, sembrando la destrucción. Estoy pensando en comprarme un refugio nuclear suizo. Si sale muy caro, a lo mejor me conformo con alguno de los mini refugios antiaereos que Enver Hoxa plantó por toda Albania. Qué agobio.

  2. Hola a todos!!

    Hola Lobisón, pienso que el voto no puede ser racional porque las personas en general no son racionales… quiero decir que no es que piensen poco, sino que piensan mal. ¿Cómo puede ser racional una persona que vota a un partido o una ideología que va en contra de sus propios intereses? hay tanto de eso que referirse a un voto racional no tiene mucho sentido.

  3. Queridos amigos y amigas, yo estoy más en la línea de lo que opina Don Cicuta en 1. Es que el voto de derecha, más que en parámetros de racionalidad, se mide en coordena de fidelidad gordísima y alta participación de esos fieles. Ya os comenté cómo, con ocasión de las municipales de 2007, ejerciendo como apoderado de mi formación, tuve ocasión de comprobar cómo los interventores y apoderados del PP hacían acarreo grande de enfermos para votar. Sacaron de la cama a no pocos que no estaban para fiestas. El votante de izquierda aprovechó para pasar el día en la playa o en casa, junto a la familia, como testimonio de desagrado ante dos listas (PSOE e IU) poco ilusionantes. Es lo que recuerda Don Cicuta con respecto a 2000 y la mayoría absoluta ansárica. Sin restar méritos a Ánsar, que alguno tuvo, Almunia, Frutos y el artificioso pacto de la izquierda ilusionaban menos que el actual Atlético de Madrid. Algo similar preveo en las Europeas. El PP puede ganarlas de calle porque la izquierda está totalmente desilusionada y desmovilizada, sacudida por la crisis, el Gobierno no está sabiedo vender sus medidas correctores (alguna de las cuales pasa desapercibida porque ni el más mínimo resultado se atisba a medio plazo), las listas de izquierda no están ilusionando mucho una vez conocidos sus integrantes, y encima estamos hablando de Europeas, y entraríamos en el debate de la irrelevancia del sentimiento europeista, si no en lo cultural, seguro en lo político. La lisa peperí es «anticuada y endogámica», o sea, tampoco para tirar cohetes, pero un porcentaje altísimo del potencial votante de derechas irá a votar, llueva o truene, suframos pandemia o caigan meteoritos.

    Por lo demás, y en nuevas vísperas electorales, echo de menos a Pratxandica y sus análisis. Especialmente glorioso sería, seguro, su analisis del pacto de Gilipollans de Catalunya con Libertas y otros mendrugos reaccionarios, y la lucha tremenda entre sectores que se está produciendo en ese mundo del transversalismo esquidistaní de upedeos y gilipollans, que al final se retratan tal cual a la mínima. En tanto en cuanto han aparecido boicoteados con pintura roja numerosos carteles anunciadores de eventos taurinos en mi comarca, intuyo que podría estar por aquí.

    Un saludo, y enhorabuena a Lobisón.

  4. El voto es como el movimiento resultante de un cuerpo al que se le aplican cantidad de fuerzas, cuya intensidad no la determina quien la emite sino el que la recibe y que le da el valor que él personalmente considera. Es pura física. La resultante final de todas las fuerzas que uno recibe y recicla, determina el vector del movimiento final que se dirigirá en favor del partido A, B, C …. etc. Si todo el mundo valorase igual todas las fuerzas y presiones a las que está sometido, tanto por propias vivencias y situaciones personales, como por factores externos, a los que cada individuo le da el valor que considera que para eso es libre de ello, la resultante final sería el mismo movimiento para todo el mundo. Pero es que no es así. Lo que a uno le afecta a otro le afecta menos, o lo hace en el sentido contrario.

  5. Impresionante la explicación desde la perspectiva de la Física, por parte de Don Fernando, del fenómeno del voto. Falta que alguien lo explique desde la Química Orgánica y que un geólogo lo haga desde la Tectónica de Placas, ya que a cataclismos nos enfrentamos, a lo que se vé.

    Era broma, Fernando. Un saludo.

    Posdatilla: mi amigo Rafa Guardiola, buen analista también de la actualidad político, es agnóstico. A pesar de lo cual dice que el rezo del Santo Rosario y de las Elegías a Santa María copan desde hace días más horas en la programación de Radio Vaticano, y que eso le da muy mala espina. A pesar de su escepticismo espiritual en lo religioso, se me está volviendo asustón y milenarista. Y encima, hace un par de meses anduvo por la Riviera Maya y aledaños, …..

  6. Gracias por el artículo, Lobisón. Hay muchos argumentos en tu artículo. Me centraré en dos, siguiendo las intervenciones anteriores.

    1. Es una idiotez diferenciar voto racional de voto ideológico. Y no llego a comprender cómo dos sociólogos reputados caen en ese error y escriben un libro sobre ello. Por dos motivos. (1) Como dice don Cicuta, ¿qué le pasa a la gente? Que se comporta de forma distinta según vota a uno u otro. Al margen que algo tendencioso -lo dejo aquí-, decir que el voto racional es a la derecha y el sentimental-ideológico es a la izquierda. Esta conclusión da para mucha confusión, como dice don Cicuta. Esperemos que nadie les haga caso. (2) Desde hace 60 años sabemos que votar ideológicamente es racional. Es decir, no hay tal contraposición. Seguir la ideología de uno es más racional que no seguirla. Vamos, que diferencian dos comportamientos que no son diferentes. Increible que hayan cometido ese error….

    2. No simpatizo con las reflexiones iniciales de Lobisón de las que se hace eco don Cicuta: «En cuanto a la tesis fundamental de Lobisón, no queda más remedio que estar de acuerdo con él: por más esfuerzo que se ponga en ello, resulta muy complicado acertar con el instrumento que permita conducir a la opinión pública en una dirección o en otra.» Lo que sucede, como en otras facetas del Gobierno, es planificación, diseño de estrategia…. Uno tiene la sensación de que el Gobierno improvisa demasiado. Es complicado acertar cuando no sabes hacia donde vas…. Estos días estoy leyendo el libro de Cercas y en las descripciones que hace de Suárez me recuerda a ZP: audaz, arriesgado en las decisiones, despreciado por la derecha y los intelectuales de toda la vida por ser un provinciano y chisgarabís….. Pero también dice de Suárez que improvisó demasiado… Este gobierno peca también de esto. Y así es difícil tener una estrategia. La anterior legislatura la idea de la crispación sirvió para tapar muchos defectos. Pero ahora, con la crisis, parece que todo es más visible. Y me da pena, porque no quiero que gobierne el PP. Pero como no se esfuercen más….

    Abrazos y feliz puente,

  7. Gracias por los comentarios, incluso el del pérfido don Cicuta. Sarah, las personas quizá no somos racionales individualmente, pero se puede sostener que en términos agregados nos comportamos como si lo fuéramos porque nuestros disparates no siguen un único patrón y se compensan en promedio. No pretendo comvencer a nadie, pero me parece que este argumento (de un fulano griego aclimatado en los USA) tiene su gracia.

    El planteamiento físico-mecánico de Fernando tiene un punto débil: en ocasiones una misma fuerza (la de la gravedad, un fuerte viento, cosas así) condiciona la acción (el movimiento) más que todas las demás. No se podría excluir a priori que en las elecciones una misma fuerza (la valoración del gobierno anterior o la identificación ideológica de los electores) fuera decisiva para el resultado.

    Me parece innecesario maltratar a Bouza y González: en vez de hablar de voto racional se puede hablar de voto retrospectivo/prospectivo (valoración de lo que ha hecho el gobierno anterior y de lo que cabe esperar que haga si se mantiene) y mantener que el voto ‘ideológico’ también es racional.

    Lo que realmente me preocupa es que el factor decisivo para juzgar a un gobierno sea su capacidad para comunicar y no la racionalidad de sus políticas, de las que casi nunca se habla. Me exaspera la insistencia del PP en que ZP rectifique, sin explicar por qué el FMI y casi todos los gobiernos defienden políticas en la misma línea que el gobierno español. Para colmo acabo de leer un artículo hablando de la ‘berlusconización’ de Italia y de los italianos, y como consecuencia mi fe en la razón humana está muy alicaida. Pero acepto el argumento de Isidoro, claro.

  8. Respecto de fenómenos de la índole de la «berlusconización» en plena cuna del Renacimiento, el lepenismo en la Francia que alumbró las modernas revoluciones burguesas, o como el «giligilismo» en España, en zonas de desarrollo económico, turístico y caracterizadas por su cosmopolitismo, me viene a la cabeza aquello de que «el sueño de la razón produce monstruos» (vive Goya que sí) …..

  9. Fernando, no soy exactamente de letras (en alguna parte tengo un título de físicas, especialidad de partículas elementales), pero puede que las malas compañías me hayan extraviado.

  10. Pos si has hecho un master en Física Avanzada en la especialidad de Física Nuclear y partículas y has estado votando al PSOE es normal que etés perdío y te hagas las preguntas que te haces en el artículo. Sientate debajo de un peral y cuando te caiga la pera encima empieza de nuevo a replantearte las cosas.

  11. Me he armado un lio con tantas definiciones: lógica posicional, lógica direccional, eje ideológico, eje centralismo-nacionalismo, voto racional, voto instrumental y, por fin, ¿es el voto instrumental un voto racional?. No soy experto en eleccionología, pero poco a poco he comprendido estas definiciones cuando Lobisón nos pone los ejemplos de las sucesivas elecciones generales que han ocurrido.

    No estoy de acuerdo con Isidoro en que individualmente el que vota por motivos ideológicos vota racionalmente. Otra cosa es lo que Lobisón comenta de que en términos agregados nos comportamos como si lo fuéramos, porque nuestra irracionalidad individual sigue diversas direcciones que se compensan al sumar los votos de los simpatizantes de un partido. ¿Cuánta gente rica vota al PSOE simplemente porque su tradición familiar es de militantes del PSOE y cuánta gente pobre vota al PP porque a su abuelo lo mataron los rojos? ¿Cuánto político del PNV pasó su infancia en la diáspora vasca en Suraméríca? Un famoso carlista decía que «se nace carlista, no se hace uno carlista». Sin exagerar tanto, pasa algo parecido en muchas familias respecto a su afiliación política. Pero esto ya lo saben los partidos políticos. De lo que se trata es de atraer a ese electorado entre la izquierda y la derecha, entre el autonomismo y el centralismo, entre el laicismo puro y la aceptación de una religión oficial, entre el liberalismo y el intervencionismo en la economía, etc.

    Es ese electorado moderado, poco aficionado a hablar de política, el del «no sabe, no contesta» , que teme perder su empleo pero no entiende nada de liberalismo e intervencionismo, que paga la primera comunión de su hija y despues el aborto de la misma, que critica a los curas pero va a misa los domingos.

    Sí, pero es el electorado que inclina la balanza a un lado u otro. Pues obviamente, para ganar o perder este electorado los errores de comunicación pesan mucho más que la conducta racional del gobierno en la legislatura pasada. Solamente cuando dicho gobierno lo ha hecho rematadamente mal se puede suponer que la propaganda que haga su siguiente candidato no le va a servir de mucho. A pesar de ello, Obama se gastó muchísimo dinero en las elecciones por si acaso, no bastaba con esto.

  12. Buenas noches desde Algeciras mon amour:

    Estoy de perscadito frito y cañas hasta el moño…pero he de deciros que hay una forma de votar que es la mas racional de todas y esa aunque os sorprenda es la mia y creo que de muchos mas votantes :
    Siempre he votado al mismo partido desde que tengo uso de razon «politica»…unas veces lo he hecho por unas razones y en otras ocasiones por otras …pero siempre con toda la razon del mundo…¨me importa un comino a las personas que voto….pues si….pero llegó Zapatero y toda mis razones han adquirido una fuerza inusitada…pues jamas podre votar a alguien que intente denigrarlo.menospreciarlo o intentar acabar con el y su politica.
    Es decir ,yo voto racionalmente al PSOE porque los que atacan a Zapatero se merecen mi castigo en las urnas…
    Supongo que eso le debe pasar a Fernando en el lado contrario,con su adorado Marianico Rajoy.
    Por eso le quiero tanto…nuestras razones nos unen en Debate Callejero…jeje.

  13. Completamente de acuerdo con A.C. . Yo tambien he votado y votaré por ZP con toda la razón del mundo. Aparte de esto, qué bonito fue lo de la visita de Napoleon y Josefina a Juan Carlos y Sofía. ¡Qué glamour! No hay la menor duda de que la historia de amor de Zarkosy, Cecilia y Carla Bruni le daba a la visita un aire de cuento de hadas, que otras visitas de mandatarios no han tenido. La Carla es guapísima, pero sobre todo tiene una mirada picarona encantadora.

  14. A mí me pasa como a Amistad Cívica: que desde que tengo uso de razón política voto al mismo partido. Les dejo en la intriga de saber a cuál.
    Y creo que mi voto ha sido siempre racional. Racional en el sentido de hacer un análisis coste-beneficio de mi voto, asumiendo que ese voto va a tener alguna influencia en el resultado electoral. Y ese análisis siempre me ha llevado a votar al mismo partido. El coste, para mí, de que gane el único otro partido que puede gobernar en España, es demasiado alto. Nunca me han gustado ni sus políticas, ni sus principios, ni su ideología….
    Solo una vez estuve a punto de votar en blanco: en 1989. Cuando empezaba a asomar una corrupción importante en el PSOE. La decepción era demasiado fuerte. Pero la noche anterior a las elecciones, un amigo, conocido analista político, me señaló que el análisis que yo hacía para decidir mi voto era un análisis adecuado para elegir pareja con la que compartir la vida, que pensara que lo que estaba votando era sólo qué personas nos iban a gobernar los próximos 4 años, y que pensara cuál eran para mí los mejores candidatos, no los candidatos ideales. Que pensara en qué partido estaban la gente decente que yo conocía. Y voté al mismo partido al que había votado siempre. Y al que estoy seguro que seguiré votando siempre.
    La izquierda yo creo que es demasiado exquisita a la hora de votar. La derecha no. Supongo que eso es algo inherente a la izquierda. Pero tanta exquisitez ha llevado, por ejemplo, a muchos a votar en las últimas elecciones a un partido tan poco exquisito como UPyD. Contradicciones de los exquisitos.

  15. Servidor, como muchos de los amigos del lugar que en tal sentido se han expresado, también ha votado y votará siempre al mismo partido, amén de militar en él. ¿Voto racional? Sí, sin lugar a dudas, aunque les confieso que en alguna ocasión me ha podido más el sentimiento de pertenencia a mi partido como si de una familia se tratase (en el mejor de los sentidos, ojo), la tradición o los afectos, ya que en esos casos, dos o tres, no más, la ilusión que despertaba el candidato en la generalidad del espectro votante y exquisito de la izquierda era el mismo que me provocaba a mí. Y no me duelen prendas en decirlo: cuando Almunia en 2000, en las Municipales de 1995 en mi Loja natal, y en las Municipales de 2003 en Almería. Probáblemente, en esas tres ocasiones, de no ser el compromiso con mi organización el que es, me hubiese quedado en casa o hubiese votado en blanco como Don PMQNQ en 1989. Creo que fue una mezcla de elementos sentimentales lo que me motivó a proceder de esa manera, y eso escapa un poco a lo racional.

    ¿Exquisitez en el espectro electoral de la izquierda? Sin lugar a dudas. Los escrúpulos y el malestar que le hicieron a nuestro bloguero Don PMQNQ, así como a otros amigos y amigas, plantearse el ejercicio de su sufragio en base al descontento que aquellos casos de corrupción de la era de Felipe provocaban, tengo la total seguridad de que, con lo que está cayendo en el PP con correas y bigotes, no echará atrás ni un sólo voto de su grey. Por lo menos, no provocará esa reacción que lleve al voto en blanco o a la abstención a sus fieles. Tienen tragaderas, quiero creer que por fidelidad, no por amor a la corrupción o por falta de moralidad.

    Posdatilla: por favor, lean esto, procedente de la columna de Marcello, alter ego de «Palo Sebastián» en «Estrella Digital».

    ** …..pero en el sectarismo y manipulación política se lleva la palma Telemadrid, que para colmo ha añadido novedades tan llamativas como el espectáculo ofrecido, no menos lamentable, por el presentador del Diario de la Noche, en su edición del pasado miércoles, completamente borracho, desaliñado, con la lengua de trapo y lanzando una soflama editorial sobre la vida y la muerte y sobre su promesa -que a nadie le importa- de que él no se pondrá mascarilla para defenderse de la gripe porcina, porque es muy macho y si hay que morir se muere.

    La borrachera de poder de Esperanza Aguirre ha contagiado a sus propios publicistas de Telemadrid, ofreciendo un espectáculo que en una televisión pública son inaceptables, una falta de respeto a la audiencia y el colmo del despropósito. Ya conocíamos otros comentarios de esa jaez y más políticos contra la oposición socialista, en esta y la anterior etapa de ese informativo, amén de su vulgar manipulación de la información y el culto a Aguirre que rezuma toda la cadena. Y entendemos que los sindicatos y profesionales de Telemadrid se subleven y vayan a la huelga por este y otros motivos. Pero este caso debería llegar a la Asamblea de Madrid para que se visione en el pleno el famoso informativo y el comportamiento de su beodo conductor, al que se le debería retirar ese periodístico carnet de conducir.**

    ¿Le conocen? ¿Alguien ha visto el episodio? Por qué, de ser cierto ésto, me causa tan poca extrañeza …..

    Buenas noches.

  16. Pos como veo que aquí todos expresan que votan al mismo que han votado siempre por ser «racionales», yo tambien expreso que votaré, no al mismo de siempre pues yo he votado a partidos diferentes a lo largo de la democracia, pero que esta vez sí repetiré voto por la misma racionalidad que otros expresan a la hora de explicar el suyo, racionalidad que los cuatro millones de parados la convierten tambien en mi caso en obligación moral.

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