¿Listas abiertas? ¿Voto de preferencia? Con mucho cuidado, por favor

Alberto Penadés

En la noche de los tiempos democráticos, hace unos cien años, las listas abiertas se inventaron como un reducto conservador para que los antiguos notables hicieran valer sus apellidos en la competición electoral. Los conservadores muchas veces fueron reacios a abandonar el sistema mayoritario, de voto nominal en distritos de un escaño (o de pocos escaños) incluso cuando tenían todas las de perder,  porque creían que competir con los partidos de masas en sus propios términos era todavía peor. Los partidos de masas, sobre todo socialistas, pero también católicos, cuando defendieron el voto de lista (casi siempre) solían preferir que fuera cerrada y bloqueada, para hacer prevalecer la marca de los partidos sobre los nombres de persona, la ideología sobre los favores, la organización sobre la clientela. Así sucedió en lugares tan dispares como Finlandia o Italia: en países como estos las listas abiertas  (que permiten votar a candidatos de distintos partidos) y el voto de preferencia  (que permite votar por candidatos dentro de la lista de un único partido) fueron compromisos institucionales en esa encrucijada.

En tiempos más recientes ha seguido sucediendo algo parecido, y las élites salientes de los regímenes autoritarios, muchas veces, han pedido que se conservara alguna forma de voto personal, desde Alianza Popular hasta el partido comunista húngaro, en la confianza de que sus nombres todavía  tendrían más influencia que los de los recién llegados. Generalmente se equivocaban.

Las listas cerradas y totalmente bloqueadas se emplean ahora en pocos países (la península ibérica, Noruega e Islandia, Rumanía…) pero conviene notar que no hay una alternativa sino ciento, y en los detalle está toda la diferencia. Tiene poco sentido decir que las “listas abiertas” reducen (o, para el caso, aumentan)  la corrupción, por ejemplo, sin saber mucho más sobre el método y sobre otros rasgos del sistema político. Con respecto a la corrupción, de hecho, hay hipótesis y datos en las dos direcciones. Para algunos aumenta el control de los ciudadanos, para otros da más poder a los grupos de presión.  En Italia se limitó el voto de preferencia mediante un referéndum de gran impulso reformista en 1992, pues era sabido que el voto de preferencia se empleaba para el mercadeo corrupto de las facciones partidistas y sus amigos.  Antes de eso, el porcentaje de votantes que empleaban el voto de preferencia, en lugar de asumir la lista de los partidos, era tomado como indicador aproximado del nivel de corrupción política del distrito. En Finlandia, sin embargo, las listas totalmente abiertas han coexistido con políticos que muestran envidiables niveles de servicio público y con baja corrupción.

El veneno del voto de preferencia, el lista abierta o no, es simplemente este: pocos votos pueden decidir quién es el político elegido, surfeando, como si dijéramos, sobre la gran masa que vota en bloque a los partidos aun cuando pueda hacer otra cosa si se toma la molestia de informarse. Si hay algo que cuesta menos información, eso es lo que hará la mayoría. Y si algo se puede lograr con pocos votos, entonces puede fácilmente entrar en el mercado minorista del politiqueo local o de facción, cuando no directamente en la compraventa de votos.

Recordemos un ejemplo de la política mesetaria. El Senado se elige mediante listas abiertas, aunque la mayoría de los españoles ni siquiera lo saben, no digamos se sirven de esa libertad para elegir senadores. Se dirá que es porque el Senado pasa desapercibido, y menos mal. En las pasadas elecciones el PSOE de Salamanca decidió jubilar a su antiguo secretario general, Emilio Melero, un personaje vinculado en su momento con el guerrismo y no exactamente popular, proponiéndolo como primer candidato al Senado. Los buenos ciudadanos de Salamanca ignoraron estos designios y eligieron senadora a la número dos, Josefa Mena, una abnegada activista del movimiento vecinal,  por 84.312 votos frente a  83.851. Melero fue el único “cabeza de lista” que no fue elegido en toda España. ¿Qué hizo el PSOE? pues abrir una investigación para averiguar quién había “urdido el complot”, palabras literales del Secretario de Castilla y León. (Seguramente, por cierto, fueron sobre todo activistas de la izquierda ecologista  y extraparlamentaria, que de otro modo habrían pasado del PSOE, además de algunos buenos militantes socialistas). En este caso creo que estamos ante un ejemplo virtuoso de listas abiertas, pero  ¿se imaginan la generalización de este fenómeno en el parlamento? ¿Se lo imaginan en las listas autonómicas y municipales? ¿Cuánto cuestan 360 votos?

Creo que un partido cuyos grupos internos (ejemplo de Madrid)  pudieron un día reconocerse en nombres como “renoguerristas”,” turbo-renovadores”, “renovadores por la base”… además de “guerristas”, “renovadores” y, ah, sí, “izquierda socialista”, debería andarse con ojo. Y los ciudadanos también, antes de ceder al voto personal.  Y no es solo un problema de trivialidad de la política, de personalismo ayuno de ideología: recuerden que aquellos “renovadores por la base”, que habían dado sus preciosos votos congresuales a Zapatero, fueron los protagonistas del vergonzoso “tamayazo” que obsequió a Esperanza Aguirre con la presidencia  vitalicia de la Comunidad.  Ladrones, sin más.

Nos gusta pensar que el voto personal mejoraría necesariamente la calidad de los políticos, pero el problema es que los instintos ciudadanos no siempre son los mejores. En Gran Bretaña, donde todo el voto es personal, lo más valorado en los candidatos, según las encuestas, es su capacidad para el “constituency service” (típicamente, mediar ante la burocracia de parte de algún votante) y su capacidad para traer eso que los politólogos llaman “pork” y que viene a ser la estación del ave, el museo de las artes, o por lo menos una manita de asfalto a la calzada. ¿Se imaginan, se imaginan?

Las tareas de vigilar y controlar el gobierno, o de ayudar a formular buenas leyes, tienen mucho menos predicamento, por desgracia, para los ciudadanos, al menos según las encuestas. De modo que el gobierno sigue un poco a su aire con voto personal como sin él, y la iniciativa de la gran política en unas manos que apenas podemos ver o controlar.

Creo que es pereza mental pensar que los diputados del pelotón son esa gente anodina y servil que se ha vuelto casi el estereotipo por culpa del sistema electoral. La pereza misma que da el pensar por qué tenemos los profesionales de la política que tenemos.  Ay.

Dicho todo esto, hay que experimentar, aunque sea con precauciones, porque la cosa está fea y los políticos cada vez son menos apreciados, por lo que la carrera atraerá cada vez a peor gente. Una precaución elemental es imponer un límite mínimo al voto de preferencia, tal y como se hace en algunos pocos países, que desactive el peligro de que resulte barato manipular el resultado. En  Suecia, por ejemplo, el  orden pre-establecido por el partido en la lista se altera solo si al menos el 8% de los votantes a esa lista expresan una preferencia que invierta ese orden.  De ser así en el Senado, Melero sería senador, seguramente, pero se evitaría que cualquier cosa que no sea un importante movimiento de opinión decida quién es senador. Otra precaución elemental es hacer más pequeños los distritos, para que el problema de información resulte más manejable. Con una lista larga de candidatos es imposible aclararse, algo que excluye de la votación a los menos informados, normalmente los más pobres, y que facilita una decisión superficial. Además, los datos sí que parecen robustos en esta regularidad: listas abiertas sumado a listas largas dan lugar a corrupción. Esto lo creen incluso los expertos que defienden las listas abiertas como medio para atajar la corrupción. Con listas cortas reducimos la proporcionalidad y las posibilidades de representación de los partidos menores. ¿Querremos eso? Ahí está el debate, hay que pensar más.

9 comentarios en “¿Listas abiertas? ¿Voto de preferencia? Con mucho cuidado, por favor

  1. mmm. Hay un informe de expertos sobre la reforma de la ley electoral catalana que va en este sentido. la lista al Parlament va con cuadraditos. Si unn candidato tiene més del 5% sube puestos dentro de la lista.

    A mi me la suda bastante el tema de las listas abiertas, la verdad, me parece cosa de jubilados con estudios que pretenten «hablar con mi duputado» sobre asfaltados y esas cosas. Yo una vez me dirigí a los grupos parlamentarios sobre permisos paternos… y obtuve contestación sin necesidad de ir a dar la tabarra al «diputado de mi distrito» en plan británico.

    Además con este sistema aumentaría la competencia dentro de los partidos. Imagínese: Bono contra Guerra y IS, por un lado. Esperancistas contra Raojoyistas por otro. Creeo que es mejor un sistema más proporcional, se miden fuerzas y se pacta luego. En Dinamarca hay que superar el 2% y padentro excepto las cicrunscripciones de Feroe y Groenlandia

    Un pequeño ejemplo son las democracias nórdicas:

    Islandia 5 partidos
    Noruega 7 partidos
    Suecia 8 partidos
    Dinamarca 8 partidos + 2 por las Feroe + 2 por Groenlandia
    Finlandia 9 partido

    El sistema electoral español es la clave del mantenimiento del franquismo. La corrupción como ya ha señalado no tiene que ver con el sistema. Lo del PSOE en Madrid no es de sistema electoral. Hay que coger el libro rojo y hacer una revolución cultural, por no poner otros ejemplos más al sur.

  2. Esto de las listas abiertas es como poner a los candidatos en el paredon y al que mas disparos recibe ,le hacen el mejor funeral….porque va a estar en la gloria….no se si me entienden….en fin.
    A veces me pregunto si las listas electorales crea tantos dolores de cabeza a los partidos,¿por que se empeñan algunos en abrirlas al deseo «Â¿objetivo?» de los ciudadanos?.
    Pensaran que estoy confundido.¿verdad?… no se preocupen,lo notaran en las proximas eleciones cuando vayan a votar ,si es que lo hacen,un segundo despues de haber introducido la papeleta en la urna…..por cierto no se olviden de recoger el DNI ,no vaya a ser que les pidan la documentacion cuando salgan a la calle……segun «los populares» vivimos en un estado policial en connivencia con eta.

    En fin,no me hagan caso,la realidad es que no tengo la oportunidad de escoger directamente a mi candidato a la presidencia por no vivir en Madrid.

    Y eso para un chico de provincias roodeado de aqua por todas partes menos por una…que quieren que les diga….pues jode un monton.

    Con lo facil que seria escoger a un candidato y que luego el decidiera con acuerdo al resultado conseguido ,quienes serian los diputados que le respaldaran en el parlamento y en el Senado,con la sana escepcion de no poner como diputados a familiares, a su entrenador personal o a su profesor de pádel…..ejem.

    Ante mi doy fe.
    AC/DC
    firmado:
    JAJAJA….que nervios.

  3. Gracias, Alberto Penadés.

    Concuerdo con tu conclusión: hay que pensar más. Como vienes a decir, si las cosas van razonablemente bien en cuanto a cultura y hábitos democráticos, da un poco igual cuál sea el sistema; si van mal, también.

    Comparto el escepticismo, expresado en este blog en anteriores debates, sobre la calidad del ganado; los cuadros dirigentes de los partidos no suelen ser, al menos en España, los más listos de la clase, los profesionales experimentados y sensatos que deciden sacrificar parte de su vida y hacienda en pro del servicio público. La «selección negativa» es un hecho con pocas excepciones que cualquiera que se haya acercado a una organización política ha podido constatar. Así que algo habría que hacer para atraer a los mejores.

    Veo a nuestros sociólogos de guardia un tanto indolentes en estos últimos tiempos; seguro que ellos tienen ideas.

    Abrazos para todos.

  4. OFF Topic

    quería haber hechoun resumen del 12-O en Charnegusitan, pero lo dejé. Todo y así, no puedo dejar de enviar un titular. tan impactante.

    Antes la notícia

    http://www.elperiodico.com/es/noticias/societat/exregidor-del-masquefa-atropella-noi-independentista-1179841

    Hay que constatar que la bandera española estaba en la barandilla, no es la del mastil. (si es que ondeaba)

    El titular

    http://www.alertadigital.com/2011/10/13/felizmente-el-coche-del-edil-no-sufrio-danos-un-concejal-atropella-a-dos-independentistas-catalanes-por-denigrar-una-bandera-espanola/

  5. La cosa tendria su gracia si se hubieran producido altercados entre los manifestantes que coreaban «un trozo de tela es menos importante que una vida humana»,con los denunciantes de malos tratos a los automobiles , deteriorando la carrocera con golpes a independentistas…..¿verdad?…seria contradictorio y sutilmente edificante….ejem.

  6. Me parto con lo de los jubilados dando la tabarra, y estoy de acuerdo, Pratxanda: más competición (más partidos) es un correctivo mejor que andar buscando bueno/as mozo/as en una lista. Pero debería haber otros controles, no solo se mejora por la competencia, y como dice Teoura el ganado está fatal. Una vía de mejora es que conseguir información sobre sus señorías sea fácil y fiable: lo que hacen, lo que no hacen, lo que ganan, lo que pierden… Sin eso, de poco sirve poder elegir.

    Las cosas que no harán los brutos con y por las banderas. Yo intento siempre mostrarme moderadamente respetuoso con todas, por si acaso salta un rinoceronte pintado de colores.

    Buen fin de semana a quien siga por ahí

  7. Yo, a estas alturas, no sé si quiero listas abiertas o cerradas, veo desatinos por todas partes y estoy acojonado con lo que se nos viene encima.
    El titular de la noticia que cuelga Pratxanda, por ejemplo, ¿es eso normal?

  8. #6 No hombre, los brutos son poco peligrosos, los profsionales de las banderas me dan más miedo.

    En cualquier caso, el hecho no se si ha merecido la atención suficiente en DC y en los telediarios. Es un bruto, si, pero es violencia política? Quemar containers y cajeros en Barcelona es (o pretendian que fuese) terorismo. Esperemos a ver si ilegalizan el partido «Força Masquefa». De romper estatuas, conciertos nazis,y esas cosas otro día

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