Desacuerdos evolenses

Laertes 

Jordi Evole mola, y punto.

Operación Palace no supone un baldón en la Evoleana moloneidad, y punto.

Si hay algún elemento tan capullo como para pensar que aquello presentaba una teoría mínimamente plausible –en este país ya no cabe un tonto más, pero eso no es culpa de Évole- es su problema, y el de sus padres, o sus parejas,  y punto.

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