El fardo de la historia

Frans van den Broek

Una de las teorías psicológicas que explican el origen de los prejuicios postula que la representación que nos hacemos de la historia puede contribuir a originar o mantener las ideas preconcebidas que nos hacemos de otros pueblos. Hace falta enfatizar aquí el concepto de representación, ya que no se trata tanto de lo que haya ocurrido de verdad en el pasado, sino de la manera en que nos lo figuramos, guiados por diversas fuentes e influencias. El pasado, incluso el personal, es a menudo objeto de interpretación, y más aún si este pasado se alía con la tendencia cuasi-religiosa del nacionalismo. Si en nuestra vida personal muchas veces recordamos el recuerdo de un recuerdo, en las historias nacionales obramos con mitos, fabricaciones, estereotipos, simplificaciones y narraciones sesgadas. No es pues sorpresivo que dichas narraciones den origen a prejuicios y que dichos prejuicios, en el peor de los casos, lleguen a la discriminación o a la guerra.

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