Cómo romper un país

Lobisón 

Casi lo único que se puede decir en defensa de Yanukovich, un personaje al que el propio Putin probablemente desprecia, es que Ucrania ya estaba dividida cuando él llegó al poder. Los intereses y preferencias de la región suroriental, rusófila, eran difíciles de conciliar con los de Kiev y la región occidental, proeuropea. Lo que indudablemente fue un error que agravó esta división fue abandonar las negociaciones con la UE en el último momento para arrojarse en brazos de Gazprom y Putin, pero este giro brusco —en una personalidad más dada a las vacilaciones que a las sutilezas— bien puede entenderse recordando la escasa entidad de los apoyos económicos ofrecidos entonces por la UE.

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