Semana Brexit

LBNL

Ayer el Secretario británico para el Brexit Raab se plantó en Bruselas para reunirse con el negociador de la Unión Europea Barnier con vistas a cerrar el “acuerdo de divorcio” antes del Consejo Europeo de los próximos jueves y viernes. Todo el mundo apuesta a que se logrará porque no caben más prórrogas: ni la Unión ni Reino Unido serían capaces de tramitar el acuerdo antes de final de marzo del año que viene. Está casi todo acordado ya y también la “declaración política” sobre la relación de futuro. Cuyos detalles se negociarán durante el año largo de periodo de transición que se establecerá en el “acuerdo de divorcio”. Pero queda por resolver Irlanda del Norte. En realidad queda que Reino Unido acepte establecer una aduana virtual entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales). Es decir, que acepte que Irlanda del Norte estará más cerca del resto de Irlanda que del resto del Reino Unido. La alternativa – recrear una frontera física entre Irlanda del Norte y el resto de la isla – no es viable porque sería contraria al acuerdo de paz de Irlanda del Norte (“Acuerdo de viernes santo”) y, sobre todo, porque la Unión Europea – Irlanda incluída – no la acepta. Como Reino Unido tiene mucho más que perder, la previsión es que acepte la imposición de un “back stop” no visible que mantenga a Irlanda del Norte dentro del mercado único europeo. Pero incluso en caso de acuerdo es previsible que las cosas se compliquen en los meses venideros. Que se compliquen enórmemente, sin que quepa descartar ningún escenario. Me explico.

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