¿A quién votar?

LBNL

Es inevitable no sentir cierto desinterés ante la repetición de unas elecciones que podrían haber sido interpretadas más habilmente por nuestros electos para acordar alguna forma de gobierno. Lo más que llegaron a acordar fue una campaña electoral más breve, que también contribuye a la frialdad electoral imperante. Tampoco ha habido ningún cambio importante en los programas electorales ni relevos en los cabezas de lista y las encuestas pronostican resultados parecidos en términos de bloques izquierda/derecha. Así las cosas, no son pocos los que dudan de si ejercer su derecho al voto y optar por alguna de las opciones ofertadas. Pero como me dijo el admirado Javier Pradera en 1989 cuando yo manifestaba mis escrúpulos ante las opciones de aquel entonces, lo de votar no es como lo de buscar pareja. Cuando se busca pareja buscamos la mejor de las opciones y siempre podemos seguir buscando. Cuando se vota, en cambio, más vale contentarse con la menos mala de las opciones porque te van a asignar pareja aunque decidas votar por una opción marginal, en blanco o abstenerse.

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