Resurrección

Julio Embid
La pandemia del Covid-19 ha pillado a las religiones en su peor momento. No me refiero exclusivamente al Cristianismo a cuyos creyentes ha obligado a pasar su celebración principal, la Semana Santa, en confinamiento en casa sin realizar sus ritos que celebran la muerte y resurrección de su fundador. Sino a que en el año 2020, por primera vez en la historia de la Humanidad, una pandemia no se resuelve con un movimiento milenarista ni con rezos masivos en los templos. Está demostrado por investigadores científicos que las misas masivas y novenas realizadas durante la epidemia de la llamada gripe española en 1918, favorecieron el contagio y la mortalidad en aquellas ciudades donde se realizaron. Hoy ni la minoría más religiosa ha pretendido realizar las procesiones de Semana Santa en la calle por miedo al contagio y porque en el fondo, no creen que sea bueno para ellos. El pasado Viernes Santo la Policía Nacional interrumpió una celebración religiosa en la Catedral de Granada dirigida por el propio Arzobispo y la misa no llegó a concluirse. Este hecho hubiera sido completamente impensable, policías deteniendo a un arzobispo de una catedral, hace unas pocas décadas.

Sigue leyendo