Alfonso Salmerón
Tiempo en nebulosa. Molesta viscosidad que se engancha a los días. Uno detrás de otro en melodía monocorde. Fundido al sepia de los sueños. Has vuelto a tener ese sueño en el que se condensan todos los demonios proyectados en los medios de comunicación como si fuesen sombras chinas junto a los tuyos propio. Recuerdos de la infancia. Volverás a fumar y despertarás con el sabor dulce y pastoso de la culpa y el último ducados. Ha vuelto a salir el sol. Es sábado y tal vez sea demasiado temprano para levantarse, pero hace rato que das vueltas en la cama esperando una hora más razonable para poner en modo on todas tus rutinas de confinamiento. A tu lado, tu mujer, también despierta, lee con cierta desgana esa novela que le acompaña desde el inicio de esta pesadilla, mientras el pequeño, que volvió a despertarse a media noche, descansa rendido en su regazo. Sigue leyendo