Nubes negras sobre Moncloa

Arthur Mulligan
 
En el extraordinario momento que vivimos, sin mediar elección voluntaria ni de permanencia, cegados con una luz inesperada por incómoda, consumidos en la incertidumbre frente a pantallas en las que una masa creciente de figurantes, muchos de ellos salidos de la nada y que nos abruman con especialistas solemnes en cada bloque de noticias, uno se pregunta de vez en cuando cómo ha sido posible llegar hasta aquí.
Son narraciones entretenidas que proceden de fuentes acreditadas e indiscutibles y que, en general, alimentan un miedo para entregarse a una obediencia paternalista y ciega cuyos límites confina un sistema de referencias a los que somos incapaces de oponer una sabia resistencia por su naturaleza. Es el incidente más duro, pero no el único de esta desgraciada sucesión que debemos encadenar a otros  momentos desde que Pedro Sánchez fue aupado al poder.

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