Debateros navideños

Ñoras y ñores, si entre reuniones familiares limitadas y video llamadas al resto encuentran un ratito para desfogarse intelectualmente, no duden en comentar lo que les venga en gana, que muchos estaremos encantados de deleitarnos con sus inquietudes hasta que vuelvan los articulistas «oficiales» el lunes 4 de enero. Por cierto, este blog cuenta con una nutrida nómina de articulistas habituales pero está siempre abierto para cualquiera que tenga algo que decir: basta con expresar su disponibilidad por medio de un comentario.

¡Felices fiestas!

Encomendarse a la suerte

Carlos Hidalgo

Hace una semana que salió un estudio pagado por una plataforma de inversión. Entre otras cosas, se preguntaba a la gente cuál es el método por el cual creen que puede mejorar su situación económica.

En los últimos puestos aparece “invertir en una vivienda”, que es lo que de toda la vida se conoce como especular. Ya comenté que mientras el sueldo mayoritario ha descendido, no ha pasado lo mismo con el precio de los pisos y de los alquileres, habiendo subido estos últimos un 52% de 2015 a 2020. Y aunque el mercado de compra y alquiler está paralizado, pese a haber más oferta, expertos y propietarios mantienen su fe ciega en que los precios no bajarán, sino que seguirán subiendo y que no hay valor más seguro que el del ladrillo. Si esta opción aparece en los últimos puestos se debe, sobre todo, a que poca gente tiene en este momento la capacidad de “invertir” en una vivienda. Sigue leyendo

Un año que no termina

Juanjo Cáceres

Múltiples son las esperanzas de dejar atrás de una vez por todas este amargo 2020, que quedará grabado en nuestro recuerdo dentro del abanico de años funestos. A veces un año aciago lo es para todos, porque suceden cosas que nos castigan como sociedad: por eso todos recordamos que 2008 fue el principio de una etapa dolorosa para miles y miles de personas o para nosotros mismos. Otras veces es la pérdida de un ser querido lo que nos ha golpeado y un año determinado queda grabado en nuestra intimidad como un momento de dolor.

Lo terrible de este año 2020 es que nos pueden haber sucedido las dos cosas a la vez: que hayamos sufrido una terrible pérdida, que la enfermedad haya castigado a nuestros seres queridos y que nuestras circunstancias personales hayan empeorado como consecuencia de la crisis derivada de la Covid-19. Sigue leyendo

¿De qué consenso hablan?

LBNL

Imagino que ustedes estarán también cansados de leer y escuchar que tenemos que volver a la edad de oro de nuestra democracia y recuperar el consenso. Que urge dejar de mantener la mirada sobre el pasado con ánimo revanchista y volver a ponerse manos a la obra para construir juntos las bases de un futuro sólido. Que el Gobierno no puede seguir inspirado en el sectarismo guerra civilista y valerse del nacionalismo supremacista periférico para sobrevivir. Etc. Llevo décadas escuchando cosas parecidas en la Cope, ABC y el Mundo cada vez que gobierna el PSOE pero ahora lo escucho también desde “la vieja guardia”. Y si, estaría muy bien recuperar el consenso, rebajar la polarización política y aunar esfuerzos para enfrentar los graves retos que tenemos delante, algunos muy urgentes y otros más a largo plazo como las pensiones, la automatización del trabajo y la necesidad de dotarnos de una educación moderna y de alto nivel, accesible para todos los que la quieran y la merezcan en función de su esfuerzo personal. Pero no es posible. Lamentablemente el PP no está por la labor, como no lo ha estado nunca cuando es el PSOE quien gobierna. Con lo cual da bastante igual si las credenciales de Podemos son verdaderamente democráticas, si Esquerra es de fiar o si el PNV está esperando el momento de plantear un nuevo desafío soberanista. Son estos partidos y no otros con los únicos con el que el partido más votado en las últimas elecciones puede negociar y pactar acuerdos de gobierno. Es con estos con quienes es posible consensuar medidas. Y esto es precisamente lo que está haciendo el Gobierno, sacando adelante por fin unos presupuestos de izquierdas y regulando el derecho a la muerte digna, por ejemplo.

En todo caso, lo del consenso solo fue cierto cuando los pactos de la Moncloa y la redacción de la Constitución. Consenso entre PSOE y PCE de un lado, y la UCD del otro. Porque el PP no era de la partida. Ni para la Constitución, contra la que se pronunció la mitad de Alianza Popular, ni para la aprobación de la ley del divorcio de Suárez, ni para la del aborto, ni para la universalización de la sanidad, ni para la educación pública… Ni siquiera para mantenerse dentro de la OTAN, cuando Fraga prefirió abstenerse para ponerle las cosas a Felipe. Sigue leyendo

Una historia ausente

Arthur Mulligan

«La idea de Europa, aunque tendamos a olvidarlo, era entonces una idea de derechas. Era contraria al bolchevismo, por supuesto, pero también a la americanización, a la llegada de la América industrial con sus valores materialistas y su capitalismo financiero despiadado y ostensiblemente dominado por los judíos. La nueva y económicamente planificada Europa sería fuerte; de hecho, solo podía ser fuerte si trascendía las irrelevantes fronteras nacionales.»

El que así escribe es Tony Judt en Pensar el siglo XX, su obra póstuma, una serie de conversaciones íntimas con su amigo el historiador Timothy Snyder, dictado en condiciones extremadamente dolorosas debido a la severa enfermedad que padecía. El libro es una reflexión sobre la necesidad de la perspectiva histórica y de las consideraciones morales en cualquier proyecto que pretenda la transformación de nuestra sociedad. Sigue leyendo

¿Ajedrez o fútbol?

LBNL

Los nuevos vendedores de un gran concesionario de coches estaban recibiendo un cursillo de formación. Después de comentar aspectos imprescindibles como la presencia y la comunicación no verbal – sonrisa abierta pero no forzada, postura erguida pero relajada – el formador abordó cómo romper el hielo con los posibles compradores que traspasaran la puerta:

– Yo les aconsejo saludar y en vez de ofrecerse para ayudar, tratar de entablar conversación con algo mundano. Por ejemplo, sorprenderles con una pregunta como: “Espero que no le moleste mi comentario pero tiene usted pinta de que le gusta jugar al ajedrez”. Normalmente van a contestar que no y entonces entrais con el fútbol, que no suele fallar, que si el Madrid o el Barça, que si que mal o que bien este año, etc, y os vais ganando su confianza y simpatía mientras que le sacais información. Por ejemplo, en qué trabaja para haceros una idea de sus ingresos. También si su mujer – porque la mayoría de los que vienen a la tienda son hombres o mujeres acompañadas de sus parejas – trabaja: doble sueldo, mayores ingresos. Sigue leyendo

Colombo y la prensa

Carlos Hidalgo

Hoy voy a dejar un poco de lado la actualidad y voy a confesar mi amor incondicional por una serie de televisión. Pero no de las que se hace hoy en día, sino una cuya edad dorada se produjo antes de que yo naciera. Me refiero a la serie del Teniente Colombo. Ya de preadolescente, cuando empezaron a reponer los episodios en Telecinco, cogí un afecto casi instantáneo por ese detective desastrado, al que una testigo describe como “una cama sin hacer”, pero que era torpe, afable, buena gente y daba la lata incansablemente a criminales estirados, arrogantes y de clase alta.

Los creadores de la serie dicen que se inspiraron en el juez de instrucción Porfirio Petróvich, personaje de “Crimen y Castigo” que da la lata con afabilidad al asesino Raskólnikov, hasta que éste se entrega. Pero Colombo tiene algo más y es que es un funcionario de clase media-baja que, caso tras caso, derriba a gente poderosa que se cree por encima de la ley. El caso es que el particular inspector Colombo, aparte de servirme de cómo ejemplo para muchas cosas, me sirve también de modelo como periodista. Sigue leyendo

Felipe González no falla ni fallará

Senyor G

Hoy vuelvo a Debate Callejero con un texto atemporal, eterno hacia atrás y hacia adelante. Otra vez Felipe González con su crítica política actual y del presente, aunque como siempre no en sentido no ya socialista, sino con un mínimo de sentido social. El mismo Felipe González que sale siempre a la palestra pública con su legítima crítica, pero siempre desde un prisma claramente nacionalista. O eso es lo que trasciende y me llega.

Quizás no es extraño, si el mismo Enric Juliana no recuerda mal que poco después de la victoria del PSOE en 1982, el diario The New York Times glosó a los «jóvenes nacionalistas que se han hecho cargo de España…», no sé qué entendían sus votantes por eso. Sigue leyendo

Volar en los tiempos del COVID

LBNL

Escribo desde mi punto de destino tras un viaje de unas 19 horas, incluido un vuelo intra-europeo y uno trans-oceánico. No las tenía todas conmigo pero todo salió bien y en ningún momento he tenido la sensación de estar asumiendo riesgos específicos. Al contrario, el video explicativo que te muestra Iberia es bastante convincente sobre las medidas adoptadas para que el aire de la cabina esté al nivel de seguridad de un quirófano, afirman, gracias a la ventilación vertical de arriba a abajo (no se esparce el aire por todo el avión), los filtros HEPA y, claro, las mascarillas que todo el tiempo portan tripulación y pasajeros. Tres cuartos de los mismo en los tres aeropuertos por los que he transitado. Bastante vacíos en general al programarse solo una cantidad ínfima de vuelos comparada a la de antes de la pandemia, todo el mundo con mascarilla todo el tiempo, sin aglomeraciones y con embarques y desembarques del avión más ordenados que antaño: suben primero los de atrás, luego los de enmedio y finalmente los de proa y se baja en orden inverso, manteniéndose la gente sentada hasta que los de la fila anterior no hayan cogido sus bártulos y estén avanzando por el pasillo. En suma, si tienen que coger un vuelo estas navidades, haganlo con todas las precauciones pero sin miedo porque los riesgos no son mayores que los de una visita al supermercado. Sigue leyendo

Malos tiempos para los abusones

LBNL

A la derrota – en las urnas y en los tribunales – de Trump el mes pasado se sumó anoche la humillación de los xenofo-populistas líderes autoritarios de Hungría y Polonia en Bruselas, donde el miércoles también se dió de bruces contra la realidad el nacionalista Boris Johnson, que la Unión Europea no va a ceder. Tiene hasta el domingo para elegir entre el salto al vacío – el Brexit sin acuerdo – o el suicidio político – aceptar seguir parcialmente “sometido” a la legalidad de la UE para seguir disfrutando de parte de sus beneficios. Yo apuesto por la primera opción pero me encantaría equivocarme, en bien de todos pero también para disfrutar contemplando lo que sería un complejísimo ejercicio de equilibrismo sobre una cuerda cada vez más floja. Y para que ningún matón se vaya de rositas, el Consejo Europeo le soltó también un nuevo sopapo al cada vez más enloquecido sultán turco, acordando la adopción de nuevas sanciones y citándose para adoptar sanciones adicionales de mayor calado en marzo si sigue en sus trece. Más mirar a su aliado/rival ruso al que sus agresiones en Crimea y resto de Ucrania le llevan costando entre un 1 y un 2% anual en términos de PIB. La EU no es el paraíso y actúa muy lentamente pero, eso sí, una vez que actúa es muy difícil de someter. Cuatro largos años ha resistido el desafío de Trump y en pocas semanas estará en capacidad de volver a actuar conjuntamente con Estados Unidos para fortalecer el multilateralismo, actuar contra el cambio climático y promover la democracia y los derechos humanos por el mundo entero, incluida la propia Unión Europea en la que húngaros, polacos y demás líderes autoritarios deberán andarse con ojo si quieren seguir recibiendo el maná de las subvenciones europeas. Sigue leyendo