Sus propiedades, su seguridad. Pago yo.

Senyor G

Expropiar el uso a un anciano de 83 por triquiñuelas. Pago yo.

Hace unas semanas veía en las noticias de BTV, el caso de Alejandro de 83 años y vecino de alquiler “de toda la vida” del barrio de Ciutat Vella de Barcelona con orden abierta de desahucio. El caso era dramático, una persona que en poco tiempo perdió a sus dos hijos y a su mujer. Por el estado emocional no comunicó a la propiedad la subrogación del contrato de su mujer a él, y la propiedad sibilinamente (o busquen su adjetivo) esperó para, al día siguiente, ir a decirle que tenía que irse. Mala fe.

Cuando lo ví pensé ya no solo en la situación y lo canalla que era esperar a que se cumpliese el plazo de comunicación de la muerte de la esposa. Sino que con mis impuestos se iba a pagar toda la maquinaria legal: juicios, procuradores, la intervención de la policía y lo que no sé. ¿Cuánto deben costar cuatro horas de una unidad de la BRIMO por ejemplo? Un dinero y unos esfuerzos policiales dedicados a una cosa y no a otra. No es verdad que siempre se esté haciendo cumplir la ley ni que el uso de la porra se ejecute igual para todos. Sigue leyendo