Tres en raya

Arthur Mulligan

Este clásico juego infantil es uno de los juegos de estrategia más sencillos que existen y es perfecto para estimular en los niños el arte de razonar; de hecho, los dos jugadores que sigan la estrategia correcta siempre terminarán en empate, salvo que a modo de árbitro en la partida concurra un miembro de la asociación de padres que reúna en su persona una condición extraordinaria: ser Comisario de Justicia en la Comisión Europea, un responsable que entre sus muchas y diversas funciones debe “prevenir y detectar las violaciones del estado de derecho, proponiendo una resolución de los problemas en un estadio precoz, mediante una respuesta eficaz y proporcionada y en último término, disuasiva”.

En la muy barroca españolidad del juego, los dos niños que compiten por el espacio del empate infinito se llaman Pedro y Pablo y en lugar de utilizar piedras o tiza se enredan con el BOE y la Comisión Europea, cambiando incluso el nombre del juego y sus reglas: CGPJ. Sigue leyendo