Carlos Hidalgo
Esta semana el PP celebra su convención nacional. Si somos puristas o nos atenemos sólo a lo que solían ser las convenciones, diríamos que es el momento en el que el Partido Popular reúne a sus mejores mentes, así como a invitados del extranjero y de la sociedad civil, para afinar sus ideas, su programa y actualizar sus promesas de gobierno a lo que se cree que España necesita y la gente desea.
Claro, todo esto es en teoría. Antiguamente las convenciones se hacían en un solo lugar, durante dos o tres días, en los que se debatía, se proponían enmiendas, se votaban y se generaba un documento que serviría como hoja de ruta del partido.
Ahora no. Sigue leyendo