Varapalo

Arthur Mulligan

De este modo se designa el contratiempo, disgusto o daño que una persona (física o jurídica) recibe en sus intereses, en general si se refiere a litigios de los que forma parte. Pero en la UE no existen varapalos, algo racial, que no puede confundirse con esencia metafísica alguna sobre el ser de España, sino la interpretación que incorpora de forma más o menos fiel, las normas europeas al Derecho nacional – alemán en el caso Puigdemont – y de cuya rigidez metodológica derivan consecuencias no deseadas desde una perspectiva unificadora del espacio Schengen.

No es por tanto un defecto administrativo por descuido en las lecturas que atañen al derecho comparado, ni una loca selección entre delitos comparables pero en el fondo disímiles; ni mucho menos en la censura de la aplicación de un corpus legal unificado y compartido que el reclamante se empecina en desbaratar con pasión justiciera; no, Alemania y otros países europeos, en lugar de dictar una ley específica para incorporar las Directivas comunitarias – en nuestro caso Decisión Marco relativa a la orden de detención europea – reforma su Código Civil para obtener no lo principal, la deseable ausencia de impunidad de los delincuentes por cambiar de territorio, sino mantener un ordenamiento dotado de una coherencia sistemática. Sigue leyendo