¿Mujer tenía que ser?

Carlos Hidalgo

Ayer juró el cargo la nueva Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni. La primera mujer en ocupar el cargo, pero no la primera persona de ultraderecha que lo detenta. Sea como sea, la elección de Meloni deja a España como el único de los cuatro grandes países de la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia y nosotros) en el que ninguna mujer ha encabezado el gobierno. ¿Cómo es posible esto?

La cosa puede explicarse, a grandes rasgos, por dos motivos: uno malo y uno bueno. El bueno es que España ha demostrado ser muchísimo más estable que el resto de los países, por lo que la rotación de candidatos es mucho menor. Aquí sólo se ha derribado una vez al Gobierno por moción de censura, por lo general los grupos parlamentarios son disciplinados y, además, nuestro sistema electoral evita una excesiva fragmentación, pero sin castigar al pluralismo. Por ese motivo, las candidaturas duran más y los gobiernos tienden a ser más estables. Eso, aunque positivo, no deja de hacer que el posible ascenso de una mujer a la candidatura a la Presidencia del Gobierno sea un camino, no sólo trabajoso, sino desesperadamente lento. Sigue leyendo