Sin ti no soy nada

Arthur Mulligan

 

Una de las consecuencias primeras de la supresión del delito de secesión (un antigualla al decir de los doctos espontáneos) es la inexistencia de secesionistas por su elevación automática a la muy noble categoría de soberanistas, en la cual, de algún modo respetable, quien más o quien menos todo el mundo se reconoce incluido. Más aún, la consideración del Tribunal Supremo sobre los sucesos acaecidos en Cataluña en Octubre de 2017 se ratifica como resultado de una ensoñación y por lo tanto carece de sentido especular sobre el tipo de delito aplicable a esos sucesos porque los sueños tienen una matriz calderoniana bien expresada por nuestro clásico: todo en la vida es sueño y los sueños, sueños son.

 

“Pedro ¿qué es una nación? “preguntaba el saduceo atolondrado de Patxi López sin saber que su sueño de alcanzar la secretaría del partido era eso, un sueño, como el de ser lehendakari algún día con la ayuda del PP. Sigue leyendo