Ay, qué risa (o no)

Carlos Hidalgo

Esta semana, como todas, ha venido cargadita de temas de actualidad, muchos de ellos recurrentes. ¿Y qué temas más recurrentes que los límites del humor, Cataluña y Madrid?

Lo de los límites del humor viene a cuento de la parodia que desde el programa “Polonia”, de TV3, han hecho del inenarrable vídeo publicitario de la Comunidad de Madrid para FITUR. Un vídeo, por cierto, cuyo guion ha costado lo mismo que un episodio de una hora de una serie de máxima audiencia. Lo cual, para variar, suscita varias y muy razonables dudas acerca de cómo selecciona y cómo paga la Comunidad a sus proveedores.

Pero el caso es que el vídeo de TV3, aunque muy gracioso, no ha hecho gracia al PP madrileño y, con él, a parte de la oposición. Mientras que a Reyes Maroto (PSOE) le ha parecido una parodia ingeniosa de las políticas del PP, a Rita Maestre (Más Madrid) no le ha hecho gracia porque cree que destila demasiado veneno hacia la capital y sus habitantes. Sigue leyendo

¿Cómo va la guerra y qué va a pasar?

LBNL

No va mal. Maticemos. Por supuesto va fatal para todos los que mueren en el frente, ucranianos y rusos (la mayoría no quería ir), y también para los civiles ucranianos que día tras día son bombardeados por misiles rusos en sus casas, en sus ciudades y en sus pueblos, para los que mueren o son heridos, por supuesto, pero también para los que salen ilesos pero tienen que soportar el frío sin calefacción, electricidad o incluso agua corriente dada la concentración de los misiles rusos sobre las infraestructuras civiles. Dicho lo cual, en términos bélicos o militares, Rusia no está consiguiendo avanzar apenas, ni siquiera para recuperar el territorio conquistado inicialmente y luego perdido (Jersón y los alrededores de Jarkiv). Y Ucrania, con la ingente ayuda militar que está recibiendo del Occidente democrático, consigue derribar muchos drones y misiles rusos y ha alejado la artillería rusa a posiciones desde las que no puede castigar a las tropas ucranianas.

Ambos bandos están preparando sendas ofensivas para dentro de pocas semanas. De ahí el intenso debate sobre los tanques que necesita Ucrania para tomar territorio – con baterías antiaéreas y artillería no se conquista terreno. Rusia intenta reponer la gran cantidad de armamento que ha perdido ya pero tiene grandes dificultades para hacerlo, entre otras cosas por las sanciones occidentales sobre componentes tecnológicos indispensables. De ahí que siga tratando de comprar todo lo que puede a Irán y Corea del Norte (dime con quién andas…). Pero una cosa son drones baratos que, aunque muy dañinos (y costosos de derribar: el misil antiaéreo es mucho más caro que el dron), no sirven para avanzar, y otra bien distinta, tanques que puedan hacer frente a los occidentales que están en camino (NB: Rusia tiene un tanque moderno -nunca probado en combate- casi a punto, pero el casi está resultando mucho más largo de lo esperado). Sigue leyendo

Variedades Barcelona I: voces y esperanzas

Senyor G

Yo ya les adelanto que estoy en modo campaña por Barcelona en Comú, podría decir directamente que estoy por Colau, porque al final no hay que andarse por zarandajas. Hace 20 años yo pensaba en una izquierda más colectiva en liderazgos, pero no voy a venir aquí y ahora a criticar a la dirección, no está el horno para bollos. Ya me gustaría poder criticar lo orgánico, pero sí, eso lo dejo para dentro y ya veremos cuándo, así está de cruda la cosa en la calle pública y publicada.

Sería de agradecer que el radical y extremado anti-colauismo de algunos fuese también claro. Por ejemplo, esos señores del partido del coche y del motor deberían aclarar si viven en Barcelona ciudad. Hasta me conformo si lo hacen en l’Hospitalet, Cornellà, Sant Adrià… o al contrario se fueron a vivir a las montañas en busca de aire puro y entornos pacíficos para sus hijos. O para un acceso a la vivienda más sencillo y colegios para todos ellos. Debería explicar su situación y explicar si el motivo de no vivir en Barcelona es uno de esos, que para que ellos sean felices los vecinos de Barcelona debemos estar condenados a la contaminación, tanto del aire como del ruido, y ya casi diría políticamente ambiental de la que ellos huyeron mucho antes de la llegada de Colau. Sigue leyendo

Madrid, ese desastre

Carlos Hidalgo

Cuando Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida se sometieron por primera vez al juicio del electorado, ambos no se veían como candidatos ganadores. Martínez-Almeida se veía como perdedor frente a una Manuela Carmena que parecía que iba a revalidar mandato y estaba destinado a ser el suplente que calienta el banquillo hasta que el PP consiguiera a un candidato aceptable. Pero el ascenso de Vox y el derrumbe del PSOE en la ciudad de Madrid hicieron que fuera alcalde para sorpresa de todos, incluido él mismo.

En el caso de Ayuso, se preveía que tras la acumulación de desastres y de escándalos de corrupción del PP en Madrid, Ángel Gabilondo fuera el presidente de la Comunidad. Ayuso no era tanto un parche esperando a ser repuesto, como Martínez-Almeida, como una apuesta de futuro, pues la joven aspirante pasaba de ser una técnica de partido a ser la apuesta personal de su entonces amigo Pablo Casado. En su caso le favoreció la división de la izquierda en la Comunidad, donde el enfrentamiento entre Podemos y Más Madrid hizo que muchos votos se dispersaran sin lograr escaño. Algo que tiene mérito, teniendo en cuenta que la Comunidad de Madrid es una circunscripción única a efectos de elecciones autonómicas y que el reparto de escaños es bastante proporcional. Ayuso supo rentabilizar esas divisiones, más el miedo a la llamada “izquierda radical” para anticipar elecciones, librarse de sus socios de Ciudadanos, debilitar más al PSOE de Madrid y de paso cargarse al líder de su propio partido; su amigo, Pablo Casado. Sigue leyendo

Ruidos

Arthur Mulligan

Ninguna esperanza durante este año para que cesen los monólogos de la ministra portavoz del Gobierno, autora de ese hallazgo notabilísimo en las comparecencias tras el Consejo de Ministros en Junio de 2022 cuando a la primera pregunta, Rodríguez volvía a evitar responder, pero esta vez lo hacía de la siguiente forma: «Como ya saben respondemos en nombre del Gobierno», refiriéndose a que en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, hablarían en nombre del Gobierno. Además, impedía que la ministra de Igualdad, Irene Montero, se pronunciara sobre este tema: «La ministra estará encantada de responderles en otro momento como dirigente que es de Unidas Podemos». El momento no llegó y abandonaron la sala con esa sensación de impertinencia del que enmienda la plana a otro.
Cuando se habla de la conversación pública se expresa un eufemismo que disimula los garrotazos goyescos o un deseo de normalidad allí donde no la hay y no puede haberla hasta que se limite o desaparezca el potencial disruptivo de cada una de las causas que provocan esa anormalidad que impide llamar a las cosas con palabras más cercanas, y tomar la utilidad soft, blanda, flexible, floppy, etc.

El desparpajo es contagioso, y no solo en el PSOE, se extiende a toda la sociedad española, vascos y catalanes incluidos. El empaste es ese ruido de fondo que invade las calles de la ciudad durante las campañas electorales cuya excesiva duración debería evitarse por desproporcionada. Para empezar, el ruido unifica conceptos con vocación de aparente realidad, desde «bloque de investidura» a Cataluña y Euskadi en lugar de «jerigonza podemita» y catalanes y vascos.

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El otro lado de Welles

Juanjo Cáceres

Cualquier persona nacida hace más de cien años se nos hace extraña a todos los que ni siquiera hemos vivido la mitad de esa cifra, pero las personalidades más importantes de nuestro pasado reciente no deberían de sernos desconocidas, ni quedar en el olvido. Es inevitable, no obstante, que ello suceda, salvo que las cosas del presente hagan que se rescaten de algún modo y que con ello descubramos parte de lo que fueron e hicieron.

Puede que esto último le haya estado sucediendo a Orson Welles, un personaje del que probablemente en nuestro país no hacemos demasiada memoria. Más aun cuando hace solo unos pocos años que reapareció mágicamente ante nosotros con un producto “nuevo”, Netflix mediante. No diremos que fuera un éxito de audiencia, porque no lo fue, ni tampoco que el hecho sirviera de excusa para redescubrir todo su legado cinematográfico, que tampoco. Y no precisamente porque no sea necesario reivindicar al autor intelectual de la considerada por algunos la mejor película de la historia, Ciudadano Kane, su gran obra maestra: una composición que por el inevitable paso del tiempo es probable que resulte cada vez menos conocida entre el público más joven y que para otros no tan jóvenes duerma el dulce sueño del olvido. Sigue leyendo

Opiniones políticas impopulares

Carlos Hidalgo

Una de las acusaciones que los políticos se hacen unos a otros es la de “politizar”. Como si fuera algo malo. “No politicen este asunto”, suele decirse con tono dolido. Pero el caso es que estoy convencido de que politizar no es tan malo. Porque normalmente supone exponer un punto de vista diferente al de quien ostenta el poder en ese momento. Sí, más de una vez de manera tramposa e interesada, pero muchas otras veces no. No politizar implica varias cosas, como que solo hay una versión válida de los hechos. Y, por tanto, “despolitizar “implica que no se puedan tener en cuenta otras versiones de lo sucedido u otros abordajes de un problema.

Lo de “despolitizar” era un mantra de la vieja dictadura, donde los prebostes franquistas defendían que sólo había una verdad y el resto eran merecedoras de cárcel, multas o algo peor. Así que, puede que politizar tenga sus desventajas, pero la alternativa es claramente peor. Por poner un ejemplo: la Comunidad de Madrid, que sigue sin enmendar su desastrosa reforma de las urgencias de atención primaria, acusa a los médicos de estar “politizados”, cuando lo que están es desbordados y explotados laboralmente. A base de acusarles de ser activistas de la izquierda (qué más quisiera la izquierda), es posible que terminen convirtiéndoles precisamente en ello. Sigue leyendo

Cuentos chinos

Julio Embid

Hace la tira de años, en una vida anterior, tuve el honor de dar una charla a unos honorables diputados de la Asamblea Nacional Popular China que vinieron de “viaje de estudios” a Madrid a conocer los distintos “think tanks” y fundaciones de pensamiento político. Me preparé una charla en inglés de una hora para hablarles de la ampliación del transporte público de la ciudad de Madrid y decirles que, aunque ellos no deben pasar por las urnas, su función como dirigentes pasa por mejorar la vida de los ciudadanos y que una persona que tarda una hora y no dos en volver del trabajo por la tarde es mucho más feliz, porque tiene una hora más para pasar con su familia e incluso para consumir.

Aquella hora que fue mucho menos porque perdimos media en las presentaciones (Este es el señor Hu, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional Popular China, portavoz adjunto de la Comisión de Seguridad Vial de la Asamblea Nacional Popular China, teniente coronel del 4º Regimiento de Paracaidistas de Sichuán del Ejército de Liberación Popular, Secretario de Organización de la permanente del Comité Provincial del Partido Comunista de China en Sichuán, presidente de la Asociación Popular… pues -este es Julio- dijo mi jefe escuetamente) me sirvió para estrenarme en inglés y para vender una moto que dudo que me comprasen. Estaban más pendientes del lugar donde iban a cenar y del partido que iban a ir a ver al Bernabéu esa misma noche que del sermón de un veinteañero como yo con un powerpoint sobre barrios y transporte público. Al acabar, reverencias, regalos (una pluma con el mango de cerámica que aún guardo sin estrenar) y siguiente parada a FAES, que en aquel entonces al PP no le importaba firmar acuerdos con el PCCh. Sigue leyendo

Una mirada a la despedida de un gigante: J. M. Serrat

Juanjo Cáceres

«Me la van regalar quan em voltaven, somni dels meus quinze anys…”. Cerca de la medianoche del 23 de diciembre, las primeras estrofas de “Una guitarra” empiezan a sonar por penúltima vez sobre un escenario en la ya cansada y notablemente envejecida voz de Joan Manuel Serrat. Con los músicos ya entre bastidores, todo exactamente igual que como empezó: están en el escenario solamente Serrat y su guitarra. Va a ser la última canción, quedan escasos minutos para que finalice su despedida en el Palau Sant Jordi, pero, repentinamente, el noi de Poble Sec se detiene, incómodo con el sonido de una guitarra que tampoco consigue afinar.

¿Es realmente la guitarra? ¿O tal vez es el darse cuenta de que ahora sí es el final? ¿O quizás no es nada de eso, sino que es el mismo Tiempo el que lo para todo para impedir que Serrat deje de cantar? Sigue leyendo

¿Socialismo o Liceu? O simplemente jubilarse del socialismo

Senyor G

Esta semana pasada ha fallecido el histórico dirigente del PSOE y de la UGT Nicolás Redondo. Su compromiso con los trabajadores fue siempre claro desde lo que siempre ha sido la izquierda, punto y final, sin tutías. Pero la vida está llena de contrastes, que es lo que nos permite avanzar, debatir y acordar nuevos puntos de vista.

Los foros de Felipe González.

La política es una parte importante de la vida, y ahí tenemos el contraste, al que llevo tiempo dándole vueltas, sobre Felipe González y el concepto socialismo. No sólo con él, sino con otros y conmigo mismo. Entre otras cosas, después de leer en alguna noticia lo que había dicho en unas jornadas en Barcelona en octubre del 2021, me dio por ir a contrastarlas ya que afortunadamente se puede consultar el vídeo de la charla, que era un diálogo con Miquel Roca Junyent y moderado por Joaquín Luna (decano de los periodistas divorciados de Cataluña por lo menos). Son cosas que hay que ver y escuchar, por los personajes y por los temas. De lo que quise contrastar, pues alguna cosa de lo no noticiado me sonó peor en directo la verdad, pero tan bien lo quería escribir y criticar que lo seguimos dejando para otro día; reconozco que la memoria me falla e igual antes de ponderar debo revisar lo que dijo de la censura y twitter y sobre las valías de algunos. Sigue leyendo