A modo de revisión

Lope Agirre

Hace algún tiempo, unos cuantos años para el común de los mortales, siglos para los afectados, la consejera de Cultura del Gobierno Vasco, presidido entonces por Ibarretxe, exigió del Gobierno de España, presidido por Zapatero, una petición pública de perdón por el bombardeo de Gernika, suceso que ocurrió, como todos sabemos, durante  la guerra civil española, en abril de 1937. Ni Zapatero ni algún representante de su gobierno respondió, por lo que es de suponer que no tomaron en cuenta el ruego de la consejera vasca o, si lo tomaron, determinaron que no era el momento, o que no había lugar.

En el mismo orden de cosas, el grupo Socialista presentó el año pasado una proposición no de ley destinada a desagraviar a los descendientes actuales de los moriscos expulsados de la península hace cuatrocientos años, que quizá sean pocos, o quizá sean demasiados. Según información de la época, los ponentes precisaban que, dada la imposibilidad de ofrecer reparaciones económicas a los herederos de las víctimas, se trataba de mostrar simbólicamente el error cometido por las autoridades de entonces.

En todas partes cuecen habas, dice el refrán. Y en algunas, a calderadas.

Los moriscos fueron expulsados el año 1609, siendo Felipe III rey de España. Se puede argumentar, desde la distancia histórica que nos une o desune con la fecha aquella, que fue un acto de barbarie, pero su importancia en la historia de España fue mucho menor, desde el punto de vista político, social y moral, que la expulsión de los judíos en el año 1492. Hasta 1992, no fue oficialmente derogada la orden de expulsión. En 1968, estando Franco en el anverso de las monedas españolas de curso y recurso legal, se anuló el edicto de 1942; pero, casualidad de las casualidades, tal anulación no fue confirmada en el Boletín Oficial del Estado.

Afirma en algún lado Wittgenstein que la primera acción (él lo suscribe al terreno de la filosofía) de cualquier interpretación consiste en sacudirse el poder de la imagen, poniendo en claro que se trata de una imagen. No estoy de acuerdo. Creo que el poder de la imagen trasciende los límites de la imaginación. Creo, asimismo, que un gesto es siempre salgo más que lo que aparenta y que responde a una corriente de opinión, o de conciencia, subyacente que impulsa a la expresión del mismo.

En diciembre de 1970, el canciller alemán Willy Brandt se arrodilló ante el monumento que conmemora las matanzas del gueto de Varsovia, cometidas por los nazis. Cabe interpretar el gesto de reconocimiento, y cierta contrición, pienso, del gobierno alemán, por los crímenes perpetrados por el anterior régimen, el de Hitler. Jacques Chirac, un poco más tarde, eso sí, en el año 1995 asumió las responsabilidades de Francia por su complicidad activa con los nazis en la deportación de los judíos. Los gestos son importantes, ma non troppo. Willy Brandt expresó, en nombre del pueblo alemán al que él representaba, su hondo pesar por el dolor infringido por los alemanes a los judíos del gueto de Varsovia. Chirac reconocía algo evidente, la colaboración francesa en la maquinaria bélica que ejecutó el genocidio judío. Ni De Gaulle ni Mitterrand sucumbieron a la tentación de reconocer el pasado, y reprimieron el recuerdo de Vichy, lo cual trajo las consecuencias que trajo. También cabe preguntarse y volviendo al país nuestro por qué una ley tan necesaria, desde muchos puntos de vista, como la Ley de Memoria Histórica no fue promovida ni impulsada por el gobierno de Felipe González; por qué hubo que esperar hasta el año 2004. ¡Ay, ese espíritu de la Transición, tan traidor y taimado!

Ni Willy Brandt ni Chirac pedían perdón, al menos explícitamente.

Pero parece ser que la necesidad de pedir perdón se va extendiendo por todas partes. El Parlamento australiano pidió en el año 2008 perdón a los representantes de los aborígenes por los siglos de genocidio y opresión. También pidieron perdón los delegados europeos asistentes, en el año 2001, a la Conferencia sobre el Racismo de las Naciones Unidas por la responsabilidad del continente en el tráfico de esclavos. A ello hay que añadir el gesto del Papa Juan Pablo II en la isla de Gorée en 1992, supuesto punto de partida de las naves esclavistas, cuando pidió perdón a los africanos por aquellos que partieron en un “viaje sin retorno”. Eufemismos aparte, según las últimas investigaciones, parece que la isla de Gorée no fue un punto de partida en el tráfico de esclavos. Pero su valor simbólico es innegable. Barack Obama, en el mismo lugar, afirmó estar viviendo una “experiencia emotiva”: el reencuentro con el espíritu de los antepasados, claro. La “ley Taubira”, del 21 de mayo de 2001, es una ley francesa relativa al reconocimiento de la trata y la esclavitud como crímenes contra la Humanidad. Según el artículo Primero, la República Francesa reconoce que la trata de esclavos transatlántica, así como en el océano Índico, por una parte, y por otro lado la esclavitud, perpetradas a partir del siglo XV en América y el Caribe, en el océano Índico y en Europa, contra las poblaciones africanas, amerindias, malgaches e indias, constituyen un crimen contra la Humanidad. También pidió perdón, en el año 2008, el primer ministro canadiense por la deportación de generaciones de indios y su inclusión en internados infantiles, para educarlos según sus normas y costumbres (ignorando las normas y costumbres de los indios).

Ignoro si las peticiones citadas eran sinceras, o respondían a una mera cuestión de corrección política; supongo que algunas sí, y otras, no. Ignoro si los interpelados, todos aquellos a los que se les ha pedido perdón, se han sentido aludidos, interesados o mínimamente afectados por la lluvia de peticiones. Pero lo cierto es que no han traído como consecuencia ningún acto posterior de reparación.

Pregunta Jordi Ibáñez en su libro “Antígona y el duelo” lo siguiente: “¿Quién puede ponerse en el lugar de los que sufren?”. Creo que es una pregunta tan  pertinente como la siguiente: “¿Quién está legitimado para pedir perdón?”. “¿Quién, para otorgarlo en nombre de quién?”.

Volviendo al origen del artículo, es lícito preguntarse si los actuales representantes del gobierno español deben pedir perdón por el bombardeo de Gernika, acaecido en abril de 1937. Mirando a Cataluña, constato el dolor y lamento de Carod Rovira, por no haber recibido petición de perdón de las autoridades españolas por el fusilamiento de LLuís Companys, el 15 de octubre de 1940. Companys fue entregado por la Gestapo a las autoridades del lugar, franquistas.

Como no tengo ganas de escribir más, dejo esta narración de hechos para que cada cual, desde su entendimiento y sentido de la justicia que le honra, responda.

12 comentarios en “A modo de revisión

  1. Gracias por el artículo, Lope de Aguirre.

    La exigencia del Gobierno Vasco (el presidido por ibarretxe quiero decir) me parece una majadería. La Legión Condor (que formaba parte de la Luftwaffe) bombardeó Gernika siguiendo la estrategia del bando golpista, en ningún caso asimilable al Estado Español. Todavía había un Gobierno de la República (que desde luego no ordenó la masacre). Ya puestos a recordar agravios quizás el PNV (que a la sazón tenía en sus manos el gobierno vasco) podría pedir perdón por haber traicionado a la República (y por tanto al resto de España) al firmar con Franco el pacto de Santoña.
    Madrid SI resistió hasta el final
    Hace unos 10 años el presidente de Alemania pidió perdón solemnemente por el bombardeo. Eso sí me pareció procedente porque Alemania como país respaldó el golpe contra el gobierno legítimo de España y fue su aviación la que perpetró ese horrendo crimen de guerra.

  2. Muy bueno el artículo: agradable de leer y muy informativo. En cuanto a la petición de perdón, suscribo lo escrito por Ossiana por completo. Tanto en lo que se refiere a la legitimidad del gobierno de la República de la época, como al apunte sobre el papel del PNV de entonces.

  3. Antes de darle las gracias a Lope Agirre `por su articulo de hoy,he de pedir perdon por todos los pecados que he cometido en mi vida.
    El mas grave fue ,retorcerle el cuello a un pollito negro ,a mi tierna edad de 7 añitos y enterrarlo sin ponerle una crucecita.
    Se que muchos de vosotros pensareis que soy un xenofovo pollicida y no servira de nada pedir perdon por ese hecho que se grabo en mi mente por los siglos de los siglos.
    ¿Cuales fueron las razones que me llevaron a cometer tan execrable hecho?.
    Pues aun me lo planteo y no encuentro la respuesta…pero ya en mi pubertad segui cometiendo barbaridades esta vez con las lagartijas.
    Las metia en el congelador y luego las intentaba reanimar mediante descargas electricas .
    ¿Deberia pedir perdon ,por haber torturado a las lagartijas?.
    Creo que si,pero mi afan por entender cientificamente la reencarnacion ,me llevo a ser un Doctor Muerte.

    Ahora que ya soy mayor y he pasado mi medio siglo de existencia he llegado a la conclusion que pedir perdon es reconfortante.

    Hoy me siento mucho mejor ,despues de haberos hecho participe de mis demonios.

    Gracias Lope Agirre,espero que perdones el lado oscuro de mi vida……(suspiro santateresino).

    Que conste en acta que estos pecados de los que me arrepiento ,jamas se los confese a cura alguno ,por lo tanto Dios no me los ha perdonado.

  4. Muchas gracias a Lope por su artículo. Yo creo, como Ossiana, que la petición de petición de perdón del Gobierno vasco es una majadería más de las muchas achacables a su lehendakari entonces. Del que nunca más se supo, por cierto, a pesar de lo imprescindible que se creía. Y el lamento de Carod Rovira, otra majadería. ¿Qué sentido tiene que el gobierno democrático español pida perdón por las barbaridades cometidas por Franco o por sus aliados nazis? Es un despropósito.

    No sé si viene muy a cuento o no, pero lo de Carod Rovira me ha traído a la memoria un sucedido que no sé si les comenté aquí una vez hace tiempo. En los últimos años del franquismo, no sé exactamente cuando, hubo en un Colegio Mayor de Madrid un acto semiclandestino para recibir a los miembros de la Asamblea de Cataluña que, si no recuerdo mal, aglutinaba a la oposición catalana. El público era, por supuesto, tan antifranquista como los protagonistas del acto. Pero, ante mi sorpresa, y la de todos los presentes, en lugar de apreciar la solidaridad de los presentes para con ellos, nos empezaron a hablar como si, por ser de Madrid, fuéramos responsables de la represión sufrida por Cataluña. No nos exigieron que les pidiéramos perdón de milagro. A medida que hablaban, iba creciendo la indignación entre el auditorio hasta que Buero Vallejo, que estaba presente, se levantó indignado a contarles que los madrileños, él concretamente, habían sufrido tanta o más represión que los catalanes. Que le responsabilidad no era de «Madrid», responsable al parecer de todos sus males, sino de las autoridades franquistas. Aquello acabó como el rosario de la aurora.

  5. Muchas gracias a Lope por tu artículo.

    «…el mismo fuego que quemó Gernika…»

  6. Hay que distinguir cuando un jefe de gobierno, estado o iglesia pide perdón en nombre de un pueblo actual a personas o pueblos maltratados en el pasado por los ascendientes del primer pueblo, de cuando pide perdón en nombre de un Estado actual a representantes de otros pueblos o estados maltratados por el primero. Los gobiernos de Australia y Canadá sienten que sus ascendientes humillaron o maltrataron a los pobladores originales. Tiene por tanto sentido que pidan pedón. En cambio, ningún Presidente de EEUU ha pedido perdón por la forma vejatoria con que los «yanquis» maltrataron a los ciudadanos de los estados confederados acabada la contienda. Se trata de ciudadanos de un mismo pueblo. Que Chirac pida perdón por los desmanes de la policia francesa con los judios franceses tiene su lógica ya que lo hace en nombre del pueblo francés en su conjunto hacia una parte de ese pueblo – los judios- que fue exterminada. Pero en el caso de la guerra civil española no tiene sentido que el representante del Estado español actual pida perdón a los habitantes de Guernica por el bombardeo realizado por los alemanes con muchas víctimas. Tambien la aviación de Franco lanzó muchas bombas en Madrid con muchas víctimas. También un destructor alemán arrasó Almeria. ¿Tendría el Presidente del Gobierno español que pedir perdón al alcalde de Madrid o al de Almería por aquellos bombardeos? La diferencia estriba, seguramente, para los representantes de los gobiernos autonómicos vasco y catalán que lo solicitaron, en que ellos parten de la base de que ellos son Estados no españoles. Por tanto, más que un acto público de contrición del gobierno actual respecto a todas las víctimas del bando franquista, ellos quieren establecer con este acto un reconocimento de que ellos no son españoles. China y Corea exigen que Japón les pida perdón por los desmanes de Nankín o por las mujeres coreanas obligadas a prostituirse. Está claro, aunque el gobierno japonés actual es una democracia fundada después de la guerra y que no tiene nada que ver con el Estado anterior, sí tiene sentido pedir perdón del pueblo japonés a los pueblos de China o Corea. Pero en el caso de la guerra civil española no hay un pueblo vencedor que maltrata a un pueblo vencido.

  7. Muy interesante lo que cuenta PMQNQ. En este país habremos avanzado mucho cuando «Madrid» deje de ser utilizado de modo peyorativo.

  8. Magallanes, muchas gracias por tu disertación. Me ha aclarado bastantes cosas.

    Indignante lo que cuenta PMQNQ. Qué manía tienen algunos nacionalistas periféricos de buscar el enemigo donde no es.

    La verdad es que es una delicia para el espíritu frecuentar este blog (lo hago menos de lo que me gustaría porque casi no paro). Ya he comentado alguna vez que creo que es un sitio único por el altísimo nivel de la gente que en él participa (no me incluyo). Espero que siga abierto muchíiiiiiiiiisimo tiempo.

  9. Puedo pedirle a los contertulios que cuando hablen de las barbaridades de Franco, especifiquen el nombre de pila?
    Que uno se lleva unos sustos….

  10. 11

    Francisco Franco o Patxi Paredes como lo llamaban en Euskadi jaja.

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