A propósito de “Avatar”

Frans van den Broek 

Me imagino que a muchos padres les sucederá lo mismo: tener que ir a ver películas que de otro modo no hubieran visto, como descargo de su responsabilidad parental o como obvia estrategia para, con un poco de suerte y habilidad narrativa de los responsables de la misma, tener tranquilos a los críos por al menos una hora y media sin tener que hacer nada especial, como no fuera aburrirse en frecuencia cerebral alfa, algo que no está del todo mal. Debo confesar, sin embargo, que no ha sido jamás el aburrimiento lo que ha acompañado mis sesiones cinemáticas o televisivas con mi hija, por la sencilla razón de que me encantan las películas para niños. No todas, por supuesto, porque las hay buenas, regulares y malas, como en todos los géneros, pero al momento de disfrutarlas he procurado en general suspender mi tendencia al juicio crítico y dedicarme al gozo simple de una narrativa absorbente y casi siempre bien estructurada.

No me han sido posibles dicha distancia y dicho gozo, sin embargo, con la última película que he ido a ver como padre, quizá porque no es propiamente una película para niños, sino para adolescentes y, en realidad, más bien para adultos de una determinada generación y trasfondo cultural, y porque la historia ha suscitado en mi conciencia todo tipo de juicios que no ha habido obligación parental o estrategia epicúrea que hayan podido suspender. Me refiero a “Avatar”, del famoso creador de súper éxitos, James Cameron. Son estas reflexiones sueltas las que quiero compartir en este sitio, sin ánimo de convertirlas en una crítica coherente de la película, cosa que habrán hecho ya otros mejor en muchas partes.

En primer lugar, la película, hay que decirlo, está muy bien hecha, entendida esta afirmación dentro del género en el que se sitúa. La narración pierde tensión a momentos, se alarga demasiado quizá, pero siempre logra capturar la atención de la audiencia, y no sólo por el recurso a las tres dimensiones, lo que sin duda aumenta su atractivo. Este efecto es tan inusual para mí –aunque antaño fuera usado con frecuencia, jamás había visto una película en tres dimensiones, aparte de cortos videos en parques de atracciones-, que la experiencia tuvo visos de aventura onírica o de alucinación, y me dejó al final medio azorado, procurando recuperar mi relación con la realidad por un buen tiempo, y batallando contra un inminente dolor de cabeza. Las audiencias adolescentes y juveniles, acostumbradas a los juegos de vídeo y las computadoras, se sentirán en casa, sin embargo, o al menos eso es lo que creo, si bien la experiencia ha de ser apreciada por contraste con las películas habituales. La película hace uso de tanta taumaturgia digital, que no resulta raro enterarse de que ha sido una de las películas más caras de la historia, si no la más cara. La cantidad de horas que se habrán invertido en la digitalización de las imágenes es en sí causa de asombro.

El contenido, sin embargo, produce algo más que asombro, y no pude dejar de recibirlo sin una viva sensación de ironía y con inevitable perplejidad semi-intelectual. El argumento, si bien posee elementos originales, no es de aquellos que puedan traicionarse por su relato previo a la contemplación de la película, porque hasta el espectador adulto menos avispado podrá adivinar sus líneas generales desde el inicio, de modo que no hay temor de arruinarle la sesión a nadie si lo cuento un poco. Un soldado que sufre parálisis de cuerpo para abajo tras una herida de guerra ha sido destinado a una misión en un planeta lejano que se explota por la presencia de un mineral extraño de alto valor comercial. El planeta está habitado por indígenas que viven en un estado inferior de tecnología, y que le hacen la guerra a los colonialistas depredadores siempre que pueden. En este lugar se llevan a cabo, además, experimentos genéticos que producen seres idénticos a los indígenas –más altos, azulados, una caricatura manierista de los seres humanos-, que no son empero autónomos, sino guiados desde una especie de cámaras artificiales por terrestres que deben encerrarse en dichos cubículos y ponerse a dormir para que sus encarnaciones indígenas despierten y actúen, dirigidas desde lejos. De esta manera, se piensa, podrá infiltrarse las bandas de nativos para convencerlos de dejar cierto lugar sagrado para ellos donde se encuentran cantidades apetecibles del valioso mineral, que los humanos, como es natural, quieren explotar para su propio beneficio, sin demasiadas contemplaciones para con los sentimientos de tan bárbaros habitantes. La científica que lidera este proyecto –nada menos que la arquetípica Sigourney Weaver, de noble fama como encarnación de la amante de los gorilas Dian Fossey- tiene simpatía por los nativos y prefiere una solución pacífica a esta contienda. En el otro bando se sitúan el director comercial de este proyecto de explotación, un civil con trazas de inescrupuloso director de banco actual, y el coronel encargado de proteger esta colonia y de expulsar a los indígenas si es que fallan los intentos de negociación, en los que no cree demasiado. El soldado ha sido elegido por su parecido genético con una de las réplicas de los indígenas, basada en su hermano muerto en batalla, y emprenderá su aventura como nativo ayudado por otra réplica de la científica de marras y de un ayudante de esta. 

Al principio el soldado quiere simplemente cumplir con su misión, que es la de infiltrarse y negociar, o la de recabar inteligencia sobre los nativos, a fin de poder vencerlos más fácilmente (cosa que le ha pedido el coronel un poco bajo cuerda). Pero nada más comenzar su misión, su torpeza le hace perderse en la surrealista jungla que habitan los nativos, y ser atacado por unos perros feroces, peligro del que le salva una nativa bellísima (o al menos, así lo supongo, en la estética manierista-Rousseauniana de los indígenas), quien resulta ser nada menos que la hija de la shamán de aquella tribu. De la mano de ella se introduce en la tribu y se hace parte de ella tras las necesarias pruebas de iniciación, y, como adivinará cualquiera, se enamora de la nativa shamana, por lo que sus lealtades empiezan a cambiar hasta transformarse en un decidido guerrero de la causa indígena, que se enfrenta al poderoso ejército colonial, el que ha perdido paciencia y termina atacando la región sagrada donde se encuentra el árbol en el que habitan los nativos de aquella tribu, y donde se halla otro árbol con aspecto de anémona espiritual que guarda los conocimiento más secretos de dicho planeta y la memoria de los ancestros. El soldado decide incluso abandonar al final su paralizado cuerpo humano para asumir la identidad indígena por completo y casarse con su amada. Los colonialistas, huelga decirlo, son vencidos y expulsados. 

¿Le recuerda al lector algo esta sinopsis? Tendría que ser de un planeta similar al de los indígenas arriba mencionados –si me perdonan el chiste barato- para que no lo haga. La palabra Avatar que da título a la película procede, como se sabe, de la religión hinduista, y se refiere a la encarnación temporal de un dios o diosa y ha venido a significar también los eventos que puede atravesar una persona, en especial los eventos decisivos o extraordinarios. En este caso los dioses son, por tanto, americanos con buen corazón que deciden ponerse en el cuerpo de los nativos para ayudarlos a sobrevivir. La historia podría ser ofensiva si se presentara sólo de este modo tan paternalista, por lo que el argumento ofrece una serie de meandros narrativos que entroncan con el espíritu políticamente correcto de nuestra época -a su vez, una consecuencia en no poca medida de los revoltosos años sesenta-. Resulta que los avatares son, en contraste con su original hindú, más tontos que los nativos, al menos en algunos aspectos de su visión del mundo. Desconocen lo esencial de la naturaleza y sus misterios, a la que tratan con actitud científica, mecanística, diríase, y desconocen los valores de la iniciación ritual, el coraje heroico, la sumisión al interés de la tribu. Desconocen, sobre todo, los secretos esotéricos de la “weltaanschauung” (permítaseme esta pedantería) nativa, pero aprenden rápido y, para no hacer mudanza en su costumbre, terminan salvando a los nativos por su valor, iniciativa y conocimiento del enemigo. Como buenos avatares que son, hacen milagros, y hasta ascienden en la jerarquía de la tribu en tiempo récord.

Como decía, si este argumento y sus implicaciones no le recuerda al lector la historia colonial de América con relación a sus nativos, o First Nations, como se les llama ahora, y, de alguna medida, la guerra de Vietnam, ha estado viviendo en otro planeta. América exterminó casi por completo a los habitantes originales de su país, algo que hizo con arrogancia europea y fervor religioso muchas veces, pero jamás le abandonó cierto sentimiento de culpa, que se expresó ya desde el inicio, pero al que desdeñaron también desde el principio la gran mayoría de colonizadores. Hollywood inmortalizó al conquistador del Lejano Oeste y al salvaje y bárbaro indio, pero los últimos decenios el espíritu de la nación ha cambiado, al menos en el mundo cultural, y entre otras cosas ha significado una reivindicación sentimentalista de la cultura indígena, y una aceptación del propio salvajismo colonial. Se ha llegado hasta el ofrecimiento de reparaciones a las culturas nativas, así como a los esclavos y demás agraviados por el celo conquistador americano. Pero como podrá apreciar quien vea esta película, es difícil librarse de viejos hábitos, y bien es sabido que todo lo que toca Hollywood lo aligera hasta la insustancialidad. Los pobres nativos de tal desolado planeta no pueden salvarse por sí mismos, sino que tienen que venir los avatares americanos a salvarlos de su corajuda inocencia, aunque esta vez lo hagan vestidos con cuerpos de nativos, como si el general Custer haya sufrido una conversión evangelista New Age, precedida de un trasplante general al cuerpo de Toro Sentado. La religión nativa es, por supuesto, animista, pero su shamanismo parece una mezcla del efecto de un porro jamaiquino con el último videojuego de Nintendo, todo insuflado de una reminiscencia LSD de la experiencia Vietnamita, cribado por dosis leves de la filosofía de Oprah Winfrey y del discurso del jefe de la nación Seattle (que, al parecer, ni siquiera fue escrito por él mismo)

Porque también se encuentra Vietnam en este largo filme, sobre todo en la presencia de la jungla impenetrable y en las tácticas de guerra de guerrillas enfrentadas a la masiva superioridad tecnológica del adversario, al que finalmente vencen, o al menos lo que podríamos llamar la versión idealizada de este conflicto, que no coincide del todo con los hechos (los Viet-Cong no estaban del todo desposeídos de tecnología moderna, por supuesto, ni emplearon sólo tácticas no convencionales para librar la guerra, pero esta es la versión que se ha adueñado de ciertos sectores progresistas americanos). Si América no ha acabado de redimirse con su pasado en relación a los nativos, lo ha hecho aún menos con su participación en la fallida guerra de Vietnam. Es natural, por tanto, que redigiera su culpa de tanto en tanto adscribiendo cualidades superiores a los nativos-Viet-Cong y, sobre todo, superioridad moral y destreza bélica basada en su conocimiento de la naturaleza y el terreno. En esta visión se mezclan, por consiguiente, el anti-imperialismo con la ecología profunda y, sin ir demasiado lejos, hasta el ardor anti-sistema originado en Seattle (coincidencia feliz, por cierto, pues esta ciudad fue llamada de este modo en honor al consabido Jefe Indio), ya que la codicia del empresario inescrupuloso y la bestialidad gorila del militar salen mal parados, como siempre lo han hecho en este tipo de obras llenas de buenas y ambiguas intenciones. 

No deja de ser irónico, aunque sea habitual, que el tipo de visión ética y metafísica propalada por Avatar tome forma en una súper-producción como esta, uno de cuyos objetivos principales sea la recaudación masiva de dinero, algo que no puede criticarse –todo el mundo tiene derecho a enriquecerse a costa de los ojos de los demás, digo yo-, pero que incita a cuestionarse si los productores de esta película ponen en práctica algo de lo que predican, reduciendo sus emisiones de dióxido de carbono de algún modo, por ejemplo, o financiando la agricultura orgánica o el desarrollo del mundo pobre (o el rescate de las culturas nativas, si se quiere). Quizá lo hagan, pero incluso si no lo hacen, siempre podrán decir que la historia que presentan pertenece a otro mundo, literal y metafóricamente. Sé que es ingenuo pedirlo, pero esperar que las ideas se transformen en hechos es cada vez más acuciante, dado el estado de basural globalizado en que vamos convirtiendo nuestro planeta. Pero es dudoso que plantear las cosas de una manera tan maniquea sirva para mucho, y sobre todo de una manera tan aguada por el sentimentalismo y el lugar común. Aunque es probable –y hasta deseable- que me equivoque, que esta sea la única manera de presentar ciertos valores a una juventud que lee cada vez menos y ve cada vez más productos cinemáticos o digitales de esta laya. A fin de cuentas, esta es la generación que ha hecho posible la elección de Obama en América, algo impensable en el tiempo de los cowboys y los indios malvados, aunque se rebele mi conciencia prejuiciada contra el paternalismo y la cursilería ecologista.

Como fuera, de lo que estoy seguro es de que la película que vi yo no es ni de cerca la película que vio mi hija, para quien las dos horas largas que duró la misma fueron de las mejores que tuvo durante la época navideña, como lo fueron también para mí hasta cierto punto, pues la película merece verse y entretiene mucho. Si veo a mi hija acabar de ver una película sonriendo, además, poco puede haber de malo en dicha experiencia, más aún si está llena de ideas que, en su versión desprovista de historia –como lo serán para la mayoría de adolescentes-, son después de todo de buen talante y de sentimientos inofensivos. Y en versión tridimensional, además.

45 comentarios en “A propósito de “Avatar”

  1. Como buen padre burgués de familia, he visto Avatar (no en tres dimensiones, pues ese día la sala 3-D estaba llena y tuve que contentarme con el formato tradicional) y he disfrutado cada momento de la película, que me ha parecido extraordinaria, tanto por la historia que cuenta como por la forma espectacular y entretenida de hacerlo. Es una pena que intelectuales resabiados como van den Broek tengan esquemas mentales tan rígidos que les impiden disfrutar de una película como Avatar. La película, efectivamente, va sobre buenos y malos, sobre indios y vaqueros, sobre colonizadores y libertadores. Resulta absurdo reprochárselo a la película, pues no pretende otra cosa. Aquí los colonizados son unos alienígenas que viven en admirable armonía con la naturaleza. Van den Broek tiene todo el derecho del mundo a no entrar en la historia y no creer en la existencia de esa especie semihumana con rabo. El se lo pierde. La historia, sin embargo, tiene algunos añadidos que la hacen valiosoa: desde el punto de vista del estilo, la película es un salto adelante con respecto a todo lo que habíamos visto hasta el momento en el cine; desde el punto de vista del contenido, contiene una crítica simple y transparente a la doctrina de la guerra preventiva y mete en el corazón de la trama el asunto ecologista, algo que no estaba en las pelis de indios. También mete una buena dosis de panteismo y de misticismo sobre la integración del hombre con la naturaleza. Entiendo que haya gente que le de repelús esta parte, pero no a van den Broek, que nos ha hablado del sufismo y otras experiencias espirituales similares en repetidas ocasiones.

    No entiendo algunas de las críticas de van den Broek, como la obsesión por detectar los males del 68 en la película. Avatar está gustando a todo el mundo, pequeños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores. Menos aún entiendo la crítica fácil que consiste en decir: si el director es tan ecologista, ¿por qué hace películas? ¿Cómo contribuye a la salvación del planeta? ¿Quiere decir el autor del artículo de hoy que un escritor no puede escribir una novela sobre la injusticia o la explotación sin lanzarse él mismo a la toma del palacio de invierno? Tampoco entiendo la crítica del paternalismo: los indígenas se salvan no gracias a los humanos, sino precisamente a sus buenas relaciones con el planeta que habitan, pues son las fieras que habitan en ese plantea las que acaban derrotando a los colonizadores capitalistas. Es verdad que los humanos avatares contribuyen, pues conocen mejor que nadie al enemigo.

    Mi hija disfrutó muchísimo con la película y salió con la idea de que los ejércitos son brutales y que la naturaleza no se puede explotar impúnemente. Estaba horrorizada con la maldad del coronel. Me alegro mucho de que aprendiera estas cosas y que no viera una peli sobre los males del sesentayochismo.

    PD: los intelectuales subvencionados, esos seres malignos que atormentan la imaginación de Don Polonio, se han colado hasta el tempo liberal de El País y han escrito en el editorial de hoy sobre el abuso de las autoridades danesas con los de Greenpeace, tratándoles como simples delincuentes por realizar una protesta política simbólica y pacífica. Está visto que la querencia de cierta vieja guardia les lleva a alinearse con los medios fachas, en los que se descojonan de los *grinpis* con la socarronería truculenta del buen carpetovetónico reaccionario.

  2. ¡¡Que gande eres Sr Puente!!.
    El siglo XXI se caracterizara como el siglo donde la imaginacion se hizo real.
    Si miramos en la historia del cine cronologicamente podremos apreciar que la tecnologia ha hecho que o que vemos en pantalla sea cada vez mas real.
    Para un lector devorador de ciencia ficcion como yo es mas que alucinante ver como un chavalete se mete dentro de una obra literaria como cuando yo lo hacia cada vez que en viaje de LSD me ponia a leer «fantasticas historias del futuro en planetas imaginarios descritos con una imaginacion desbordante».
    Ese chavalete que ve con sus gafas tridimensionales la pelicula de Avatar esta alucinando tanto como yo ,sin necesidad de tomar ningun «tripy».

    Asi que no hay avance tecnologico que por bien no venga.

    Cada generacion se engancha con lo que le dan «los tiempos en los que vive».

    ¡¡La imaginacion al poder!!

  3. Yo no he visto Avatar, pero también a mi me parece un poco resabiado el comentario de Frans van den Broek. Así no se puede ir por la vida, caramba. Me pregunto si habrá leido Frans ‘El Nombre del Mundo es Bosque’, de Ursula K. Le Guin (1972). No quiero imaginarme qué opinión podría merecerle.

    Por cierto, ‘avatares’ son las personalidades adoptadas en una realidad virtual, lo que es un poco menos megalómano que el significado hindú original.

    Otra cuestión es la inesperada militancia de Don Cicuta a favor de Greenpeace. En esto hay dos cuestiones: dado el nivel de presión social ya existente sobre la cumbre de Copenhague, la irrupción en la cena parecía más destinada a dar protagonismo a la organización que a concienciar a los líderes. Por otro lado, la actitud de la policía danesa es muy criticable, pero tres semanas en la cárcel incomunicados tampoco es un ejemplo de crueldad inhumana. La desobediencia civil tiene un precio, y resulta llamativo el victimismo del señor López de Uralde, que sin duda esperaba que el precio en Dinamarca fuera más bajo.

  4. Buenos dias.

    Como a todos, creo que con todo, también al articulista, me gustó mucho «Avatar» y la recomiendo. vale que la historia es previsible, que recuerda a «Bailando con lobos», o a «La selva esmeralda» o a otras peliculás, y qué, el cine es un puro placer para los que nos gustan que nos cuenten historias.

    En este sentido me aline completamente con Amistad Civica, pero sin «tripis» jejejeje.

  5. Hola a todos,
    Llevaba un tiempo sin escribir por aquí. Es lo que tiene estar incomunicado en medio de la nada durante unas semanas y con mucho trabajo. Ahora que he vuelto a la civilización madrileña, estoy en casa malo. Esto me ha ayudado a ponerme al día en DC!!

    Felicidades a José Martínez ayer por su artículo. Creo que en el descrédito de los políticos los dirigentes de los partidos se han esforzado bastante. Ojo, cada día estoy más convencido que militar en un partido le da a uno ciertas habilidades para la actividad política que no se adquieren tan fácilmente en otras actividades de la vida. Mucho de lo que se aprende son «maldades». Pero también se aprende a convencer a la gente, a lidiar con el discrepante en una asamblea…. En fin, que no todo es malo. Lo que pasa es que tal y como están montados los partidos en este país, se valora mucho más abrir la puerta de la agrupación todos los días que estudiar sesudamente los textos de Marx -por decir a alguien, no vayan a sacar ustedes las cosas de quicio…-. Seguramente habría que buscar cierto equilibrio entre asistir a asambleas y tener una carrera profesional. Aunque reconozco mi desesperanza con los dos líderes políticos de este país. Mariano ha sido presidente de la institución más caciquil que se conoces: una diputación provincial. Ha pasado por todos los puestos de la administración y además de aprobar unas oposiciones, se ha dedicado toda su vida a esto de la política. Respecto a Rodríguez Zapatero tres cuartos de lo mismo. Era el típico aparachik de provincias que se dedicaba en cuerpo y alma a controlar la organización. Y con esos vicios, no les veo yo con ánimos de cambiar los partidos. Pero vamos, que la vieja guardia de los 80 tampoco es que se esforzaran mucho en cambiar esto….

    Respecto a Avatar, estoy con Cicuta. A veces en la interpretación de una obra, forzamos tanto la «máquina» que vemos cosas que ni el autor vio…..

    Respecto a lo de Greenpeace, Lobison, que la desobeciencia cívil tenga un precio no implica que a uno se le apliquen castigos desproporcionados. Que quieren que les diga, yo habría hecho lo mismo. Me parece tan lamentable el papel que jugaron los dirigentes mundiales en la cumbre, que quienes tenían que haber ido a la cárcel eran algunos de ellos. No se puede ser tan hipócrita en la defensa de determinados postulados. Y esto sirve para el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que cada día veo más claro que su sitio está en el Vips de Velazquez y no en la política.

    Ala, hoy me he despachado agusto. Es lo que tienen las anginas….

  6. Me tengo que quitar el sombrero ante Don Cicuta.
    Ultimamente su lucidez me abruma y eso es muy buena señal…jeje.

    ¡Es un placer compartir «Un lugar para el encuentro y el debate democrático» con usted!

  7. No es por mal meter en el asunto de GreenPeace,pero me gustaria saber si algunos de ustedes tienen conocimento de alguna accion reivindicativa ,de esta organizacion ,ante la santa Sede ,ante el Papa,en la diocesis de Rouco Varela,en el Vallle de lo Caidos….en Sant Sadurni de Noia.

    ¿Han salido en defensa de una especie politica protegida como son los cristianos socialistas como Bono?

  8. Buenas:
    Casualidad, servidor también fue a ver la película con su hija. Ella salió disgustada, diciendo que le recodaba demasiado a «Bailando con lobos», ya se sabe, la historia del soldado que se enamora de una medio nativa y se hace nativo él también, hasta el punto de combatir a los soldados que son lo que fue él. También comentaba que había demasiada inocencia en toda la película, y que la convertía en una serie de escena empalagosas. Servidor, en cambio, se lo pasó bomba; como viendo un comic de ciencia-ficción, de buenos y de malos, como tiene que ser.

  9. Que Don Frans goza de mi entera admiración es algo que no tengo ni que justificar. Dicho esto, hoy estoy mucho más cercano a las tesis de Don Cicuta, aunque yo me habría expresado en términos más suaves.
    Avatar es lo que es y no engaña a nadie: una mezcla de «Pocahontas», «Bailando con lobos» y «Matrix» que funciona maravillosamente como cine espectáculo. Cameron tiene un estilo propio y muy efectivo. Me recordó bastanta a Titanic en este aspecto: historias simples (sin ser necesariamente simplistas) impecablemente contadas y con las dosis justas de cada cosa para ser correctas en el plano intelectual y apabullantes en el plano técnico. Alguien hizo un comentario con el que estoy plenamente de acuerdo: buscarle defectos a Avatar, que los tiene, es como disparar con un tirachinas a un elefante.
    Aconsejo a Don Cicuta que vuelva a verla en 3D. Yo salí del cine casi llorando de la emoción. Puedo parecer exagerado, pero de vez en cuando creo que es bueno y hasta necesario dejarse invadir por una experiencia tan primariamente gozosa. Escenas como el rito de la captura de esos bichos alados en las montañas flotantes (particularmente, insisto, en 3D) justifican por sí solas toda la cinta.
    Avatar es cine espectáculo con mayúsculas. Como en su día lo fueron Star Wars o Matrix (la primera, porque el resto…).
    Una película tan cara no puede ser un fracaso comercial y para eso no puedes rodar una gafosada intelectualoide o cine de arte y ensayo al estilo de tantos resabiados cineastas no menos engreídos e insufribles que los artesanos de Holliwood. Cameron sabe adaptarse a esas premisas, al tiempo que, repito, cuenta una historia bastante correcta.
    El colonialismo es muy feo y no es raro que haya colonizadores que en algún momento «se pasen al otro lado». Con las limitaciones propias del medio, creo que la película trata de manera efectiva los principales puntos que se menifiestan en esos conflictos: afán de riqueza en un administrador civil codicioso pero no necesariamente malvado; el militarismo «kill-them-all» de un jefe de seguridad (por cierto, qué bien escogido está el actor) que no creo que se diferencie en absoluto de lo que hay en la vida real; el interés etnológico y científico de los ratones de laboratorio que quieren estudiar y comprender aquello que los poderosos desean expoliar; el deseo y la disponibilidad de un hombre herido y acabado por iniciar un nuevo camino; el amor intergrupal que supera barreras imponentes (un gran clásico); la lucha inevitable aunque no necesariamente deseada por la supervivencia… etc.
    Creo que las actitudes y situaciones que, tal vez de manera esquemática (¿cómo podría ser de otro modo?), se presentan en la película recogen de manera suficientemente representativa la paleta de vicisitudes que acompañan a los conflictos colonialistas. Obviamente, no se exploran en toda su extensión, para desfallecimiento de los intelectuales, a lo mejor sólo se sugieren o puede incluso que sea yo quien quiera ver lo que no hay, pero francamento considero que tampoco se desprecian o rehúyen de manera cobarde y simplista los elementos esenciales.
    En definitiva, si uno sabe a lo que va, «Avatar» es una maravillosa y casi perfecta muestra de lo mejor que el puro cine espectáculo puede ofrecer a día de hoy. Si mis obligaciones familiares me lo permitieran, iría a verla repetidas veces.
    Saludos a todos.

  10. Lo siento mucho, pero todavía mi hija es suficientemente pequeña para no ir al cine, (y para no comprender qué son los Reyes Magos, y estarse sujeta a mi brazo izquierdo mientras con el derecho tecleo en DC) así que me he librado de la tortura de tener que ir a ver al cine ese engendro de dibujos animados sin gracia con ínfulas de taquillazo que es Avatar.

    Aunque para Frans, Avatar sea una parábola del imperialismo y la mala conciencia americana por el genocidio de los indios, y para Cicuta un bonito cuento con moraleja «progre» , (hay que evitar a toda costa que la máquina electoral llamada PSOE se convierta en un reducto de jubilados), la realidad es mucho más pedestre. Se trata de un producto de consumo mainstream navideño más, con una estética visual de belén de plástico, y una rutinaria historia de aventuras similar a tantas otras, un copy-paste de Matrix-El Retorno del Jedi-Alien (las tres magníficas películas a diferencia del bodrio avatariense) precocinado por expertos en marketing, introduciendo además todos los temas de moda en este principio de siglo para movilizar al mayor número de espectadores posible.

    ¿Cómo puedo decir todo esto sin haber visto la película? Entre los millones de tráilers y programas especiales «como se hizo» con lo que nos han bombaredeado estas navidades, más el artículo de Frans (¿tiene DC patrocinadores más allá de la hucha de Ferraz que no sospechábamos?) y la respuesta de Cicuta me hago una idea bastante aproximada de lo que puedo esperar de semejante película. Pocas veces mi instinto me ha engañado en estos temas.

    ——

    Por lo que veo la dirección de mi partido me supera. Si el día de Reyes llamaba yo al charnego vergonzante aprendiz de totalitario y estalinista, hoy Rosa Díez lo califica de batasuno y okupa. ¡Mmmm, como disfruto, qué bien que exista UPyD y qué acierto haber votado en el congreso a este equipo directivo en vez de al del otro friki!

    Gobernar no sé si gobernaremos algún día , pero lo liberados y a gusto que nos quedamos despachando a toda esta casta de indeseables, trepas e incapaces, eso sí que no tiene precio.

    Lo que me extraña es que aún la gente los sitúe en el tercer lugar de las desgracias que azotan España ¿pero bueno, es que todavía no les conocen?

  11. Isidoro (5), lo de la hipocresía de los líderes en Copenhague, y el exordio de ‘los políticos hablan, los líderes actúan’… Qué quieres que te diga. China no quería un acuerdo con objetivos cuantificados y auditoría internacional, y un acuerdo sin China era un brindis al sol. El líder Obama actuó, se metió en la reunión de la que ya debía haber salido el primer ministro chino y le forzó a entrar en el baile, con lo que ya es más difícil que China se descuelgue, aunque un acuerdo vinculante sea todavía una meta a alcanzar.

    Mientras, López de Uralde se disfrazaba de jefe de Estado de la Madre Tierra, o algo así. Bueno, cada uno tiene sus gustos, pero yo diría que eso sólo servía a la imagen de Greenpeace, no a la resolución del problema. Y gracias a la policía danesa han obtenido mucha más imagen de la que esperaban.

    Que sí, que la policía danesa ha sido arbitraria y vengativa. Pero no me parece más escandaloso que la brutalidad policial en España a la que me he referido en alguna ocasión. El fuste torcido de la humanidad, que decía Berlin, y no se refería sólo a los policías.

  12. 10
    no había leído el comentario de Permafrost al escribir el mío: cita a Matrix y Star Wars como inspiradores de Avatar después de haberla visto ¿qué decía yo de mi intuición para este tipo de cosas?

  13. Pues sí, Sr. Jergon, me parece el suyo un claro caso de prejuicio y, caso de que decidiera ir a ver Avatar, profecía autocumplida, pues ya la ha sentenciado antes de verla. No digo que no se puedan tener impresiones previas, todos las tenemos, pero utilizar desde la ignorancia apelativos tan fuertes como «engendro», «bodrio», etc., no habla muy bien de su ecuanimidad. Sobre gustos no hay nada escrito, bien se ve.
    Ahora, decir que El Retorno del Jedi es magnífica, a diferencia del «bodrio» avatariense… Yo he sido un gran conocedor de Star Wars (concretamente del juego de cartas, más incluso que de las películas, de hecho, éstas nunca me terminaron de convencer enteramente), pero El retorno del Jedi, con sus asesinables Ewoks, me parece una patochada muy por debajo de su entrega anterior. Yo, personalmente, si tengo que elegir entre el bodrio de Cameron o el de Lucas (aunque no la dirigió él), me quedo con Avatar sin dudarlo. Y no, no es simplemente un producto más.
    Como mínimo, en el peor de los casos, me parece una gran muestra de insensibilidad no reconocer las aportaciones que James Cameron hace a la técnica cinematográfica. Las artes también necesitan gente capaz de desarrollar la tecnología como él lo hace. Ya habrá otros que cuenten la insoportable levedad del ser en 3D y con efectos especiales o dibujitos de esos que tanto irritan al personal, pero será gracias a tipos como este director que cuenta una historia no más simple ni tonta que cualquier serie de moda, novelita o peliculilla al uso, con un derroche de buen hacer, de imaginación y esfuerzo.
    No maravillarse ante el detalle y cuidado con el que se crea todo un planeta, con su propia flora y fauna, incluyendo insectos, y accidentes geográficos, de manera coherente y funcional, es un poco mezquino, en mi opinión.
    Pero, repito, el gusto es libre. El prejuicio también, aunque injusto.

  14. ¿aquí todo el mundo tiene hijas o qué? vaya blog! qué bien!!!….jejeje

  15. Y yo no había leído el comentario 12 de Jergon. Disculpe, pero yo no cito Star Wars como inspiradora, sólo Matrix. Con Star Wars hago una referencia al género de cine espectáculo. Aunque no tiene la mayor importancia. Mi comentario en modo alguno puede servirle de apoyo. Que una película se inspire en otras o, en general, que una historia se inspire en otras, no dice nada ni bueno ni malo sobre la nueva entrega. Oh, que no será muy original… pues depende de lo que se entienda por «original». Al final todo es lo mismo: buenos-malos, chico encuentra chica, etc… Ahora bien, el entorno en el que transcurre esa historia no demasiado original si se quiere, sí es magnífico y encomiable.
    Le diría que vaya a ver la película antes de emitir esos juicios tan desabridos, pero evidentemente, si tiene tales prejuicios de entrada es casi imposible que no se limite a confirmarlos a posteriori. Es psicología básica.
    Entiendo que pueda molestar la hipérbole y la publicidad exagerada. Sí, la película es un producto que se quiere vender. Todos los fabricantes quieren vender su producto. La diferencia es que algunos venden basura y otros creen en las bondades de lo que han hecho. Y Avatar es un buen producto. Un producto excelente. Ojalá todo el cine que veo fuera la mitad de entretenido.

  16. Sarah, yo también tengo hijas. Dos, concretamente, aunque son demasiado pequeñas todavía para ver lo último del Sr. Cameron. La mayor pronto cumplirá cuatro años y todavía no pasa de la fase Disney-princesas…

  17. Tras leer a Frans he decidido que voy a ir a ver la peli, a pesar del sueño que siempre me entra y del posible dolor de cabeza por los 3D. Tengo que reconocer que nunca he ido con los vaqueros en las pelis del oeste, aunque el prota fuera John Wayne (que era casi siempre…) y además me gustaría que para conocimiento del personal que no lo sepa la ciudad de Seattle que menciona Frans en su artículo se pronuncia ‘Siatel’, que es nombre indio y hay que saber decirlo bien…jejeje

    Saludos!

  18. He de confesar que no he ido a ver Avatar en parte porque solo la puedo ver en 2D y eso significa que seria como fumarme un peta de maria,nada com`parable con la tripada de verlo en 3D.
    Pero tengo que confesar que lo que realmente me da miedo es ver esa pelicula en 3D,y nunca mas poderrme quitar las gafas tridimensionales al tomar concencia que soy un avatar mas…jeje.

  19. Un saludo a Ignacio Sanchez-Cuenca ,nuestro querido profesor ,hoy al leer DC ,me viene a la cabeza su magnifico articulo sobre «los gafosos gafotas»…de ahi mi miedo a tropezar con la misma piedra pero esta vez con gafas 3D…jeje….gracias.

  20. #17

    Ay cuanta razón!!!! Para cuando una ILP por la abolición de la pelis de Disney???

    Yo recomiendo una peli finlandesa. Nico, el reno que queria volar. Mäs de lo mismo, pero entretiene. Aunque mi hija, la primera que veía en pantalla grande asegura que el cine es aburrido, que quiere ir con sus amigos. Se ve que no chillo y apaludo lo suficiente. Nico es hijo de madre soltera, a quien una ardilla voladore hace las finciones de padre. El padre biológico es un cantamañanas del escuadron volador del gordo de rojo que vive en Finlandia que ni se le pasa por la cabeza asumir responsabilidad ninguna. Los lobos son los malos.

    Por otra parte mi desacuerdo con Rosa Díez que dice que los políticos catalanes viven el la estratosfera. Y Alfonso Guerra sale del cofre, se quita las vendas y ya fuera de la pirámide, dice que Montilla parece un batasuno. En fin… Serafín.

  21. Permafrost, quiero creer que la fase Disney-princesas no es fase obligatoria por ser niñas… Habrá que redirigirlas bien…jejeje

  22. Sarah, no es necesariamente obligatoria, pero resulta difícilmente evitable. Debo decir también que, afortunadamente, a mi alrededor hay casos mucho peores de princesitis. A su lado, la mía es un chicarro.
    En cuanto a la abolición de las películas de Disney… Bueno quizá no tanto, pero lo que debería hacer Disney es aprender más de su socia Pixar. Películas como Wall-e, Up o Monsters inc. me parecen una maravilla que disfruto incluso más que mis pequeñas. Esto me lleva a una breve reflexión sobre lo mucho que han evolucionado (en algunos casos) las películas «para niños». En los mejores ejemplos, cada vez funcionan más a varios niveles, de modo que, sin abandonar al público infantil, atienden también las necesidades de quienes acompañan a los chavales. A veces también hay excesos (algunos puntos de Madagascar 2 me parecen algo fuera del tono apropiado), pero ir a ver una de dibujos animados ya no es lo que era antes (para mejor, creo).
    Un saludo.

  23. Pues yo la vi en 3D y dos veces, y la verdad es que era como jugar al Starcraft con moralina. Como explosión de imagen, genial. De hecho creo que desde Matrix no se hacía nada tan novedoso. Lo malo, argumento más previsible que los chistes de Arevalo o Chiquito. ¿te das cuén?

    Por otro lado si yo fuera o fuese un yanqui republicano de bien y orden diría: ¡pero que panfleto rojazo me quieren vender!. Por fortuna no lo soy.

    Y la diferencia a verla en 2D o en 3D es como verla a color o en B&N, vaya ud. a parar. Ah y como de ‘grinpis’ ya se ha hablado mucho en DC no voy a reincidir en sus patochadas. Si yo me planto en una recepción real en Zarzuela y saco una pancarta que ponga ‘Beba Whisky Dyc’, no le hago daño a nadie como los tipos estos, pero creo que si debe ser punible, aunque sea por el delito de vergüenza ajena. Ahora a sacar un libro y si te descuidas una película. Y eso que en la cumbre se quedo todo en el Yasieso

    http://blogs.publico.es/vergara/files/2009/12/2009-12-18.jpg

  24. Volvamos a la Realidad:
    Si a Maria Dolores de Cospedal un juez la cita a declarar por una denuncia de injurias contra el estado.

    ¿Que le pasara a Esperanza Aguirre por sus declaraciones en el caso Tertsch?

    «La Policía detiene al agresor de Tertsch y concluye que no hubo móvil político…»

    2010 sera un año divertido ,las mas divertidas seran las que vengan de los juzgados.

  25. #24

    Poz zi. Poz zi

    Peor es que con cuatro años quiera ver Hanna Montana
    La BSO de Monsters hasta «entretendría» a Don Cicuta

  26. Muchas gracias por los comentarios, que demuestran el éxito de la película, porque parece que todo el mundo la conoce o la ha visto. Coincido con Don Cicuta en su animadversión a las aproximaciones intelectualizantes a obras de este tipo, cuyo objetivo es, por supuesto, hacernos gozar de un momento de entretenimiento y ganar dinero. Además, como digo en el artículo, considero esta película muy bien hecha, y de una tecnología impresionante. Creo que ante este tipo de obras es necesario entregarse a su fuerza narrativa y olvidarse de sus implicaciones históricas, si es que las tiene, o ideológicas, si es relevante hacerlo. Lo que he comentado son simplemente algunas correlaciones que se me ocurrieron al verla o pensar sobre ella, nada más. A fin de cuentas, no creo que merezcan demasiada importancia, aunque pueden tenerla culturalmente, como lo demuestran las series de Star Wars, y otras parecidas, cuyo impacto ha sido masivo. Pero algo masivo no tiene por qué ser importante en un sentido personal, claro está, ni siquiera en un sentido intelectual. Avatar contiene, sin embargo, suficientes ideas explícitas como para poder substraerse del todo a un escrutinio de orden estético o ideológico. Y me sigue pareciendo que no evita el tono paternalista de tantas obras de este tipo. El intelectual no soy yo, en todo caso, sino Cameron. El ha elegido tratar del colonialismo, del ecologismo, de conflictos morales. Con ideas, como expreso, que comparto en parte, pero que cualifico también en parte. No ha sido otro mi objetivo. De haberlas, haylas, por tanto.

  27. Como Yayay he de deciros que los nietos evolucionan a una velocidad de vertigo.
    Mi nietecilla cuando tomo conciencia que tenia cinco años comenzo a querer hablar por telefono,decia que ya era mayor.
    De solo querer ver a Mickey Mouse y despues de muchas sesiones de Pocoyo ,ahora vemos juntos «Bob Esponja»»Batman»»Scooby Doo»»Garfield».

    El otro dia descubrio un Comic de Moebius…me miro como diciendo «cuando tenga seis añitos….»….jeje.

  28. No he visto Avatar, aunque del señor Cameron ya quedé vacunado con su insoportable Titanic, pero recomiendo la última película que he visto: La elegancia del erizo. Casi, casi, casi tan buena como la novela de Muriel Barbery en la que esta basada.

    (Compruebo con satisfacción y orgullo, que diría el borbón, que el intelectual subvencionado sigue respirando por la herida. Es uno de esos pequeños placeres que me hacen volver cada día a DC)

    ((Quien se ha colado hasta la cocina de PRISA es Belén Esteban, icono de los tiempos que corren. Igual es la que ha escrito el editorial de hoy. Entiendo que el club de la *mercancía averiada* se felicite)

  29. Bien bien… si el proceso de evolución de las niñas es como la nieta de Amistad entonces Permafrost no debe preocuparse, ni yo tampoco!!!jejeje

    Creo que más interesante que ver la película en 3D sería ver la película en 3D con Amistad, no sé si pasaría más tiempo mirando la pantalla o su cara, que sería igual de interesante o más… y desde luego no me dormiría! jajaja Amistad, vente p’acá que aquí sí que la ponen en 3D!!!!jejeje

    Saludos!

  30. Isidoro, lamento que estés con anginas, yo te puedo pasar una poca de tos si quieres, que me sobra, y porque entiendo que estar en casa solo con anginas como que es poco…jejeje Saludos!

  31. Venga, señor Polonio, que ya ha pasado la Navidad: tomemonos unas cañas juntos a cuenta de la subvención. Prometo renovarle gratis su colección de latiguillos, que resulta fatigoso leerle siempre los mismos. A cambio, me da unos asteriscos y unos puntos, que este año me he prometido ser un poco más manierista. Y de paso le presento a la Esteban, que se ve que le inspira. Yo tampoco sé que haría si usted no se retratara aquí a diario (y en algún otro blog de incógnito).

  32. Muy interesante esta sesión de hoy sobre Avatar y películas similares. No la he visto y por lo tanto no opino, pero sí me gustó mucho UP, que vi en su momento. Y a lo mejor me animo a ésta. Sobre el debate iniciado ya antes de ayer sobre el tratamiento a Uralde por su intervención en Cophenague, mi opinión es concidente con Lobisón (12) en cuanto a que para nada me parece a mi hipócrita el intento de Obama de meter a China en cintura etc. Creo que más bien son logros. Por otro lado, me había llamado mucho la atención un comentario de Polonio de ayer en que se indignaba por el término «`preso común». Sinceramente, no veo qué puede tener de malo. Preso común frente a preso político, por ejemplo.
    Por otro lado, estoy con don Cicuta en que no me parece en absoluto correcto que tengan 20 días en chirona al director de grinpis por el peligro que hay de que se escapara o destruyera pruebas. Si no era por eso ¿qué justificaba su permanencia en la carcel? Sinceramente incomprensible. Entiendo que ese señor le pueda caer muy mal a Polonio, pero eso no justifica que le encierren y sobre todo que lo mantengan encerrado.

    Siguiendo con lo de la desafección a los políticos del artículo de ayer, también estoy con don Cicuta en que la mayor de las causas de ese problema en la España actual radica en la estrategia actual del PP: ¿se ha enterado el personal, por ejemplo, de que Madrid, Valencia y Murcia están de nuevo boicoteando una mejora considerable de la educación pública introducida por el gobierno central, como es la donación de ordenadores portátiles a los chavales? Con ésta ya son 4 las medidas en beneficio del interés general rechazadas por los intereses partidistas de algunas comunidades del PP. : ayudas en la compra de automóviles, ley de dependencia, asignatura de la ciudadanía (ya se que jergón dirá que eso no era una mejora), y ahora lo de los ordenadores.

  33. Yo no he visto Avatar ni pienso verla. No sólo no me tienta lo más mínimo, sino que me produce total rechazo, por mucho que a todos ustedes les dé para tanto comentario. Ni he visto ni sentido la menor tentación nunca de ver Star Wars o Matrix o similares. Y que conste que soy cinéfilo de toda la vida, de dos pelis mínimo por semana desde hace muchos, muchos años. Y en el cine, como debe ser. ISC diría que soy gafoso a tope.
    En cuanto a cine infantil, donde esté Bambi, que se quite todo lo demás. La vi cuando niño, y luego con mis hijos cuando lo fueron, y luego he pedido varias veces hijos prestados para volver a verla. Y siempre lloro cuando muere la madre.

    Don Polonio y don Cicuta, ¿para cuando un duelo público?

  34. Srta Melinda, dos cosas: una, yo no me he enterado del boicot, ¿por qué no informan de ello todos los días hasta que dejen el boicot porque se les ha caído la cara de verguenza? dos, no esté usted tanto ‘con Don Cicuta’ (post 34) que van a pensar que quiere usted ligar con él… o ella (que nunca se sabe tras un nick)…jejeje que aunque aquí todos tienen hijas puede que les queden resquicios de machismo…jejeje
    Saludos!

  35. Ahí me ha ganado, Cicuta. Un tipo que sigue mi rastro por internet, que me dedica tanto tiempo, hasta la fatiga, merece mi consideración. Espero que algún día me encuentre: cuando lo haga, avíseme. Tome todos mis asteriscos y mis puntos. Se los regalo. Me he emocionado. Así somos los manieristas. Desde hoy renuncio a todos mis latiguillos (¿latiguillos? qué palabra más rara) Y pago yo las copas, que para algo soy de la vieja guardia y el escalafón es el escalafón. Prometo portarme bien: desde hoy mato a Polonio (ese cabrón). A Polonio muerto, Frizzante vivo.

    ¡Viva Belén Esteban!

  36. ¿Detras del Carrefour a las tres de la madrugada?…jiji.

    ¡¡Donde este «Marcelino pan y vino» que se quiten todas las pelicula de animacion!!!

    Fue mi primera pelicula ¡¡¡Miedo en estado puro!!!.

  37. Bueno el Retorno del Jedi la vi con 11 años y no la he vuelto a ver desde entonces, con lo cual es posible que mi juicio sobre ella esté un poco desfasado. Pero sigo defendiendo que las primeras de Matrix y Alien son muy buenas películas de ciencia ficción (no todo ha de ser el hermético monolito de 2001, ni la lírica apocalíptica de Blade Runner, se puede hacer cine futurista comercial bueno y solvente, como la imprescindible el Show de Truman).

    Menuda diferencia entre la estética hipermoderna y ultratecnológica del mundo de Mátrix, que enlaza con las tendencias más vanguardistas del diseño gráfico, arquitectónico e industrial de su época, con esa aberración meliflua que es el mundo pretendidamente onírico de Avatar. De buscarle referencias estéticas de cierta entidad, podríamos forzar encontrarla en los personajes y paisajes de Moebuis, pero la fuerza expresiva del dibujante francés sigue estando a años luz de la blandura repelente de los bichos de Avatar.

    y en cuanto al contenido, Mátrix es Calderoniana y metafísica, Avatar es progre y pueril, como las tiras de Ramón en el País.

    —–

    El otro día sin pretenderlo pisé el callo más doloroso del felipismo cuando toqué el espinoso tema de la Expo92. Profundas son las simas de la suceptibilidad de los nostálgicos de aquella versión tosca y ceceante de Mitterand. El megalómano socialista francés mandó hundir el Rainbow Warrior y mató a una persona. ¿Habrá que buscar ahí el origen de ciertas manías y obsesiones?

  38. Enhorabuena, Frans, por el artículo. Confieso, como Don PMQNQ, que éste no es precisamente el género cinematográfico que gusto frecuentar. De ahí que, por lo menos, el artículo me sirve con fines ilustrativos.

    Off topic: sobre noticias de estas que, a lo sumo, llenaban alguna página secundaria de diario de provincias. Esto es, peleas en bajos fondos o de vecindario. Me refiero, saben ustedes, a la famosa agresión a Mariscalazo, que hizo que una buena parte de la caverna acusara a determinado medio de comunicación (La Sexta) de instigar la agresión, cuando no directamente al Ministerio del Interior en una reedición del asesinato de Calvo-Sotelo en julio de 1936. Más grave fue que en estas divagaciones entrara toda una Presidenta de Comunidad Autónoma de modo irresponsable (aunque todos sabemos como es la señora en cuestión). Hubo gentes que, perdóneneme la expresión, hablaron de pelea entre borrachos a altas horas de la matiné. Se confirmó: detención de un tal Ramón Narváez Gandarias como presunto agresor del comentarista etí … perdón, político, de Telemadrid. Se descartan móviles e implicaciones políticas de tipo alguno. Pero conociendo al ganado (Mariscalazo ya ha acusado a Interior de obstaculizar la invstigación), apuesto doble contra sencillo que en los días que vendrán, siguiendo en la estela de la crispación, la teoría conspirativa empezará a «rular» con cábalas sobre pagadores, conexiones, etc … políticas con el presunto en cuestión. Como es oriundo de Bilbao, no descarten «nexos con la ETA» … Ya verán.

    Y otra más: la Sra. Carmen Zaplana, a la sazón hermana del ex-ministro peperí Edu $aplana, dice haber sido secuestrada durante varias horas (más de doce) por un grupo de personas, que la obligaron desde dos coches a abandonar la autovía y la retuvieron dentro de su vehículo en un camino rural, mientras ella y sus hijos, encerrados en el mismo con los seguros puestos, tocaban el claxon, que nadie oyó. Más tarde, al haber avisado con el móvil, fue hallada por la Guardia Civil. Dice haber visto «a varios varones de pelo largo», y haber escuchado amenazas de muerte contra ella y el Presidente Camps, mientras cubrían con ramas el automóvil en el que estaba encerrada. Ésto fue el miércoles, Día de Reyes.

    Cuando leí sobre este extraño incidente no pude evitar pensar: «Hosti, tú, nos ha jodío mayo … otra que va a empezar a acusar a todo lo que huela a rojerío como Mariscalazo». Pero hete aquí que ¡¡ sorpresa ¡¡ ¡¡ Dice que con los referidos melenudos había un alcalde del PP ¡¡ El nombre del edil no ha trascendido todavía, pero Rubalcaba, Pajín, La Sexta o la SER pueden respirar tranquilos … esta vez.

    Bona nit.

  39. Llego un poco tarde, pero no puedo resistirme a algunos comentarios. Avatar me encantó mientras la vi, me hizo sentir «like a virgin» del cine, como cuando iba los domingos a las 4 y media a la sesión del cine de barrio. Pero según han ido pasando los días, la historia me ha ido pareciendo más floja, y creo que lo que me emocionó de verdad es la puesta en escena, y las 3-d, aunque para efectos 3-d me gustó mucho más el corto de Cameron sobre terminator. S
    Han salido varias referencias, pero falta la fundamental: los pitufos, sin duda los bichos esos son pitufos gigantes.

    Un día más, no puedo resistirme… en este capítulo de South Park combinan las entradas de ayer y hoy de DC. Por un lado, una parodia de la política de la crispación, por otro una parodia de Avatar
    http://www.southparkstudios.com/episodes/251890
    Prometo una entrada sobre South Park. Siento decirle a «Por mi que no quede» que el cine ha muerto, ¡viva la tele! En general es mucho más fácil encontrar obras brillantes en la tele que en el cine

  40. No lo sienta, Pepemart. Yo seguiré yendo al cine. Dos pelis a la semana se encuentran. Algunas menos brillantes y otras más. Para mí es incomparable a nada la sensación de estar esperando el comienzo de una pelí que me apetece en una sala de cine a las cuatro. La de los Coen mañana, por ejemplo. Y hoy la de la vida de Gil de Biedma.

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