¡Alerta máxima contra la relajación!

LBNL

Que hoy empiece el proceso de desescalada es obviamente una muy buena noticia, tanto por lo que refleja de remisión de la pandemia en términos de muertos, ingresados e infectados, como por los millones de españoles que sufrirán menos restricciones y también, obviamente, para la economía, que necesita volver a la normalidad cuanto antes, en beneficio de todos. Ahora bien, que la desescalada funcione y cada vez más provincias puedan sumarse y podamos ir todos superando fases, depende principalmente del comportamiento cívico de todos y cada uno de nosotros. Porque seguimos sin tener vacuna y sin conocer a ciencia cierta apenas nada de la enfermedad. Así que lo mejor y la única garantía real de no acabar intubado o muerto, es evitar ser contagiado. No es solo lo mejor para cada uno de nosotros sino también lo mejor para el conjunto de la sociedad, porque si llegara a reactivarse la ratio de contagio sería inevitable volver atrás. Hay motivos para la esperanza pero también para la preocupación. Si nos relajamos, será un desastre.

Algunos, como señaladamente Miguel Sebastián, que viene haciendo un seguimiento exhaustivo de la pandemia tanto en España como internacionalmente, habrían preferido un régimen de desescalada basado en los municipios antes que las provincias y la aplicación del principio de levantar las restricciones en todos aquellos lares – y solo en ellos – en los que se registren cero contagios durante dos semanas. En contra se ha esgrimido la mayor dificultad para que las fuerzas del órden verifiquen el cumplimiento, asi como que dada la falta de tests la cifra de contagios es meramente indicativa. Lo último es cierto pero seguramente es el indicador más fiable del que disponemos. En cuanto a la dificultad para vigilar el cumplimiento, cabe recordar un principio básico del Derecho: las normas se cumplen en un 80% por adhesión social voluntaria y en un 20% por miedo a las sanciones. Es decir, para poder ser eficaz, una norma necesita que una amplia mayoría de la población la cumpla porque la acepta aunque pueda fastidiarle. Uno no para en los semáforos en rojo por la multa sino porque sabe que, de no hacerlo, se arriesga a chocar con otro. Y porque ha comprendido que si no hubiera turnos para pasar el cruce, el caos de tráfico sería inviable. La multa entra en juego solo cuando se tiene el campo libre y se lleva prisa. Para los más incívicos e irresponsables, la multa es un elemento más importante pero para muchos, completamente irrelevante.

La responsabilidad y el civismo personal va a ser igualmente esencial durante la desescalada. Las mascarillas son engorrosas – especialmente para los que usamos gafas – pero reducen las posibilidades de ser contagiados y, sobre todo, reducen significativamente la probabilidad de que contagiémos a otros. Abstenerse de contactos personales con las personas con las que no se convive es también frustrante, como lo de tratar de tocar las cosas menos posibles y, sobre todo, lavarse las manos o desinfectarlas antes de tocarse la cara. Pero todo ello es la única garantía que tenemos de no acabar en el hospital y la mejor manera de evitar que volvamos a acabar todos confinados.

Ahora que las cifras han remitido y que nos hemos ido acostumbrando a convivir con el virus, cabe la posibilidad de que nos relajemos. Especialmente si dejamos de cumplir a rajatabla con las normas y vemos que no nos pasa nada. Es perfectamente lógico y quizás por eso se reenvían con entusiasmo las noticias que llegan del exterior sobre una supuesta disminución de la virulencia del virus. Sería fantástico que el efecto del tiempo tuviera ese efecto, o la temperatura, o lo que fuera, pero lo único cierto es que sigue muriendo mucha gente y no hay hasta la fecha un tratamiento eficaz para los que caen gravemente enfermos, que lo son de todas las edades por mucha que sea en distinta proporción. Eso aparte de los relatos terroríficos que cuentan muchos de los que ya han pasado la enfermedad aún sin tener que ingresar en un centro hospitalario: ahogos, cansancio extremo, recaídas inexplicadas…

El COVID y el SIDA presentan muchas diferencias pero también algunas similitudes. Algunos recordamos el pánico inicial cuando no se sabía si se podía contagiar también por la saliva. Afortunadamente no fue así y pese a que la vacuna todavía no ha llegado, el contagio de la enfermedad se limitó enórmemente sobre todo por la concienciación social sobre la necesidad de evitar a todo precio compartir jeringuillas y practicar sexo sin preservativo. En cambio, cuando los costosos y complejos tratamientos retro-virales redujeron sustancialmente la letalidad del SIDA, los contagios repuntaron. Por la relajación de la disciplina como demuestra que ya no haya contagios por transfusiones sanguineas: los hospitales no volvieron a sus prácticas anteriores.

Ojalá en un futuro próximo se pueda confirmar que el COVID no se contagia apenas por vía aérea salvo casos excepcionales como te tosan a la cara. De momento, como no sabemos hasta qué punto puede ser así y ya hemos comprobado que las primeras estimaciones sobre transmisibilidad fueron erróneas, tenemos que asumir que es posible que lo haga y mantener las distancias, mayores cuando nos movemos detrás de otra persona y más todavía si lo hacemos rápidamente (corriendo o en bici)

Igualmente importante sería que se encuentre una vacuna eficaz pronto y que se pueda confirmar que haber pasado el COVID inmuniza eficaz y duraderamente. Pero de momento no contamos con aquella y no está nada claro hasta qué punto los anticuerpos son eficaces contra un nuevo contagio.

Casi tan importante sería que contáramos con tests fiables en cantidad suficiente para detectar las nuevas infecciones y con herramientas para poder saber con quiénes han estado en contacto, pese a los peligros que supone para la privacidad y libertad personales que las autoridades puedan saber con quién y dónde ha estado cada uno en cada momento.

Sobre esto último, habrán escuchado la noticia de que un solo infectado ha obligado a cerrar todos los bares y discotecas de Seúl tras detectarse que en una sola noche contagió a varias decenas de personas con los que compartió estancia en tres locales. Es impresionante que Corea haya sido capaz de realizar el seguimiento en tiempo récord y aislar a los infectados. ¿Pero no sería más fácil no abrir las discotecas dado que es imposible hablar a dos metros de distancia con la música a todo trapo y no tiene sentido salir a bailar aislados por turno en las cuatro esquinas de la pista? Llevando el caso al extremo, ¿no sería sensato excluir a los locales de intercambios de pareja de la desescalada? Lo mismo vale para la prostitución pero ya sabemos que la persecución no la elimina y, en todo caso, no es lo mismo intimar con una persona desconocida que con varias a la vez. ¿Y qué decir de las playas y las piscinas? Seguramente el virus no se contagie por el agua – al menos no hay ninguna evidencia de que lo haga – pero convendría establecer límites de aforo. A falta de los cuales, basta con no acudir o hacerlo solo cuando no haya mucha gente porque, más allá de que se prohiban todas las prácticas potencialmente más peligrosas, es obvio que lo único seguro es abstenerse de incurrir en ellas.

Así que, ojalá se encuentren ustedes en zona 1 y si no, que alcancen pronto este estadio. Pero en todo caso, alerta máxima. Por ustedes mismos y por todos nosotros, que la recaída puede ser todavía peor de lo que ya llevamos sufrido.

9 comentarios en “¡Alerta máxima contra la relajación!

  1. Obviamente a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y al PSOE en general. La única duda es de si no serán responsables también de una eventual escalada allende nuestras fronteras,,,

  2. Pues sí, tienen razón , no otra cosa dicen las encuestas y eso que no aún no tenemos recortes , subida de impuestos y ll habitual en estos casos.
    Pasen y vean :

    BARÓMETRO DE ABC/GAD3
    El PP sube hasta los 115 escaños y pone en peligro la mayoría del PSOE

    Los populares captan 250.000 votos del Partido Socialista y otros 650.000 de Ciudadanos y de Vox, mientras aumenta la abstención y el voto en blanco.

    Podemos desciende a los 26-27.

  3. No recuerdo ninguna encuesta de ABC que haya sido crítica con el PP. Alguien sabe de alguna? Me encantaría tener el tiempo de buscar las previas a la victoria del PSOE en 1982 y 2008.

  4. No te preocupes Mr Mulligan,cuando el gobierno decida que se acabó eso De darle de comer al Pobre,al menos Pobre y al Pobre empresario,
    Todo volverá a la normalidad y las urnas se llenarán de papeletas de votantes frustrados con la derecha.sociata-comunista..

  5. ABC señaló la victoria del PSOE en las elecciones tras la moción de censura ; las encuestas bien hechas ni son críticas ni perifràsticas .
    Ustedes preguntaban a quién se hará responsable ; ya tienen la respuesta , y no ha hecho más que comenzar. Normalmente tiene que ver con una percepción de mala gestión.
    Veremos.

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