Lluís Camprubí
Lo primero, para entender los horrores de la guerra, poniendo el foco en Mariupol, es necesario leer la crónica de AP (Associated Press) y también el testimonio vivencial de sus periodistas.
Intentando buscar horizontes de solución y/o al menos de evitar una escalada a confrontación global, siempre es de interés leer los apuntes del Crisis Group y también algunas recomendaciones de Steven Pifer para evitar la confrontación Rusia-OTAN. Es muy sugerente la entrevista (hay transcripción y podcast) a Emma Ashford sobre el análisis del conflicto y por dónde puede transitar su potencial resolución. Además, en concreto, sobre la necesidad de atender la solicitud de enviar armas por parte de los ucranianos para su legítima defensa y resistencia, esta columna de Kristian Herbolzheirmer (Director del ICIP) o se puede escuchar esta reflexión de Ernest Urtasun. Y sobre las derivadas para la política de seguridad y defensa europea, vale la pena esta columna de Joseph H. Weiler y por supuesto empezar a profundizar en el Strategic Compass como guía de la acción exterior y de seguridad de la Unión.
Con una mirada más doméstica y europea sobre la necesidad de actualización de las izquierdas en el abordaje de este conflicto, sus claves, y el qué hacer, son valiosas esta tribuna de Mario Ríos, la de Xavier Godás (y 2) -ambas comparten necesidad de un mejor análisis por parte de algunas izquierdas y una apuesta por la escala de defensa europea- y también es recomendable el análisis crítico de ese sector de las izquierdas que anda confundido por parte de Héctor Sánchez Margalef, del Cidob. Son complementarias las reflexiones de personas de izquierdas con experiencia militante como pueden ser Andreu Claret o esta entrevista a Gabriel Flores. En paralelo, es bueno escuchar una voz desde la izquierda norteamericana, Michael Walzer, que intenta hacer ese vínculo humano y político desde el progresismo occidental con Ucrania, su complejidad y su resistencia.
A modo de reflexiones más de fondo el análisis y el qué hacer por parte de los sectores progresistas, esta entrevista a Étienne Balibar y los 9 puntos de reflexión de Santiago Alba Rico. Ambos conjugan muy bien con el “We were wrong”, lanzado desde la RosaLux.
Pero seguramente lo más importante por parte las izquierdas occidentales es dar la turra menos con sus automatismos mentales y escuchar más a las izquierdas de los países del este. Sólo así se puede entender mejor el imperialismo y revisionismo ruso y se pueden dejar de decir sandeces sobre la OTAN. Para los países limítrofes con Rusia, ser miembro de la OTAN -a la que libremente pidieron formar parte- es garantía y aseguramiento de protección, y una alianza defensiva antiimperialista. Conviene escuchar esas voces, que de muy diversas formas están ya muy cansadas del “Westsplaining” en forma de lecciones de manual añejo sobre lo que ellos viven de primera mano. Es muy interesante el posicionamiento común por parte de distintas izquierdas del este (encabezadas por Razem de Polonia) sobre cómo debe ser la solidaridad activa de izquierdas con Ucrania y la crítica “sin peros” a la invasión. Conviene subrayar esta crítica a los “expertos” americanos (tertulianos y analistas que no salen del “realismo” vulgar) que no pueden evitar westplainear. Y es que es compartido y extendido el hastío sobre las lecciones y consejos sobre atenderse a una supuesta geopolítica, respetar las esferas de influencia y negar capacidad de acción, agencia y decisión a los países afectados. Volodymyr Artiukh, ubicado geográficamente en la esfera postsoviética, nos advierte que la lectura de la izquierda occidental clásica no es suficiente y que ésta debería empezar a actualizar análisis, empezando por escuchar a la gente que sufre el imperialismo ruso. Y, de forma similar, aunque sin tanta filigrana formal, Zozia Brom nos dice que “fuck leftist westplaining”.
Me ha encantado Zozia Brom en particular, from the East left to the left
Cuando un país destroza por completo a otro para liberarlo,algo no funciona en la mente que lo ha llevado a cabo.