Algunas falacias sobre la emergencia climática

David Rodríguez

Las movilizaciones que se están desarrollando en todo el Planeta para denunciar la emergencia climática son sin duda una buena noticia para concienciar a la población sobre este grave problema. Sin embargo, está claro que ganar esta batalla va a ser muy difícil, sobre todo si hablamos de obligar a los gobiernos a tomar las medidas necesarias para afrontar el reto, y además hacerlo a nivel global. Es por eso que en los últimos tiempos se repiten algunas falacias sobre el tema, a la vez que aparecen otras nuevas, siempre para evitar el hecho de tener que afrontar unas actuaciones que pueden llegar a representar cambios sustanciales en un modelo econòmico que ciertas personas van a defender con uñas y dientes.

La primera falacia, y tal vez la más vieja, es el negacionismo. Se podrá pensar que ya está vencido y desfasado, pero no hay que lanzar las campanas al vuelo. Habría que preguntarle, por ejemplo, al primo de Rajoy o a Ana Botella si mantienen sus postulados acerca de la cuestión, y con ello al conjunto del PP. Pero hay otros grandes representantes de esta aberración anticientífica allende de nuestras fronteras, como por ejemplo el Presidente de los Estados Unidos de América, y supongo que coincidiremos en que este país tiene una cierta influencia sobre las decisiones que puedan tomarse en la economía mundial.

El segundo engaño es más sutil que el primero, y sostiene que las soluciones al problema han de ser únicamente individuales, ya que los gobiernos no se van a poner de acuerdo para alcanzar soluciones globales. Es evidente que las acciones de cada persona son necesarias, pero también lo es que sin decisiones a nivel internacional no se va a resolver un problema de dimensión global. Con argumentos de ese tipo se pretende fomentar la resignación entre la población, incluso entre muchos de los que se movilizan, y además se refuerza la desafección entre ciudadanía y gobiernos, tratando de olvidar algo tan obvio como que es la primera la que elige a los segundos. Está claro que los defensores del establishment son los más interesados en difundir semejante mensaje.

La tercera falacia, que he escuchado mucho estos días, es que la lucha y las medidas a tomar contra la emergencia climática no son ni de izquierdas ni de derechas, ya que el problema afecta por igual al conjunto de la población. Esto presupone que todo el mundo, y todos los partidos, con independencia de sus ideas, van a reaccionar de igual modo ante los asuntos que nos conciernen, hecho que contradice la realidad de manera evidente. Además, se obvia la historia del movimiento ecologista y se olvida que muchas de las soluciones globales que se proponen representan un cuestionamiento de algunos pilares básicos del sistema económico. Y ese sistema cuenta con defensores que harán todo lo posible para mantener el ‘status quo’, como es el hecho de lanzar precisamente un tipo de mensaje anti-ideológico.

Para acabar, me gustaría mencionar un peligro adicional. Muchas personas sostienen que la emergencia climática es el gran reto de nuestro tiempo. Sin lugar a dudas, resulta imprescindible afrontarlo si se quiere alcanzar la supervivencia en condiciones del género humano. Pero hay que aclarar que no se trata del único gran problema que padece nuestro mundo. Hay que añadir la enorme y vergonzante desigualdad, así como la insoportable pobreza que sufre buena parte de la población mundial. No podemos caer en la tentación eurocentrista de olvidar este punto. De hecho, el sistema económico que explota sin límites los recursos naturales hace lo mismo con la fuerza de trabajo y con las personas, y ambos asuntos están relacionados. Una lucha decidida contra la crisis climática requiere profundos cambios culturales, de modelo económico y social, y estas transformaciones deben tener en consideración la corrección de las diferencias sociales existentes, porque un mundo habitable debe serlo con personas que puedan vivir en él de manera digna. Como puede observarse, se trata de un debate profundamente ideológico.

Un comentario en «Algunas falacias sobre la emergencia climática»

  1. Lo primero que digo hoy es que cuando uno leia el titulo, pensaba que se iba a encontrar con un articulo de corte negacionista, vamos, un clickbait como una catedral de haberse disgregado por las redes sociales.
    Luego resulta que no.

    Creo que al cambio limatico le va a pasar un poco como a la generalizacion de las reivindicaciones feministas: cuando estan que no se decide la cosa, son de izquierdas. Cuando se conveirten en mayoritarias y se tiene que subir la derecha , porque no queda otro remedio , entonces se transforman en «ni de izquirdas ni de derechas». Tres meses despues, las izquierda, izquierdotas e izquierditas se pelean por quien capitaliza más el triunfo global, y quien es mas feminsita/climatista que nadie, mientras , digamos..la «faccion liberal» hace caja de una forma u otra.
    Y este es el mundo diria yo, muy a vuela pluma desde luego, con sus virtudes y sus defectos.

Deja una respuesta