Algunos hombres buenos

Carlos Hidalgo

“Algunos hombres buenos” es el título de una obra de teatro escrita por Aaron Sorkin, que posteriormente fue adaptada a la pantalla grande. Pero el artículo de hoy no va sobre esa obra, ni sobre Guantánamo, ni sobre Sorkin, me temo.

El artículo de hoy va sobre las repetidas declaraciones de Feijóo pidiendo que algunos “socialistas buenos” se aparten de la disciplina de partido del PSOE y le apoyen en lo que parece que va a ser su fallida sesión de investidura.

Es el reconocimiento de Feijóo de que no puede entenderse con nadie, más allá de Vox. Y de que su partido, pese a haber sido el más votado en las elecciones generales, es también contra el que más gente emitió su voto.

Feijóo por un lado hace como que eso no ha pasado y que podrá ser investido con total normalidad (lo que sabemos que no va a pasar) y por otro lado se queja amargamente de es más que posible que sea Pedro Sánchez, el presidente en funciones, quien sea investido al lograr más votos a favor que en contra. Estando dentro de esos votos a favor los de los independentistas, más concretamente los de Junts, con los que el PSOE estaría negociando en estos momentos.

Denuncia Feijóo las condiciones que Puigdemont (incomprensiblemente aún líder de Junts) pone para apoyar a los candidatos a la investidura, que pasan por un montón de cosas aceptables e inaceptables. Estando entre las inaceptables una amnistía a todos los que participaron en los disturbios y posterior escenificación de amago de independencia. Algo muy duro de tragar para todos los partidos de ámbito nacional, ya sean de derechas o de izquierdas.

Quiere el todavía presidente del Partido Popular que algunos diputados socialistas, a los que obviamente no les hace gracia esto, se rebelen y le faciliten la investidura por sorpresa. Claro que Feijóo ignora o hace como que ignora que el PSOE de Pedro Sánchez es inmune a esos cantos de sirena. En realidad, lo que quedó del PSOE, que vio cómo facilitar la investidura a Rajoy rompió el partido por la mitad, provocó la mayor crisis en los socialistas desde la Guerra Civil y nunca, nunca, recibió el más mínimo gesto de reciprocidad de parte del PP.

Sánchez podría recordar estos hechos y solicitar al PP que, ya que les parece tan inaceptable que se negocie con los nacionalistas, sean ellos quienes cedan esta vez. Y si realmente es la unidad de la patria lo que está en peligro, que pongan a la patria por delante de sus intereses de partido y faciliten la continuidad institucional cediendo sus votos a Sánchez y haciéndole inmune a las presiones de los nacionalistas.

Pero me da que la patria es importante, pero no tanto como para eso. Y recordemos que el PP sigue siendo la lista más votada en las últimas elecciones generales. Claro que, si Sánchez no consigue hacer razonar a Puigdemont y vamos a elecciones generales, puede que el PP siga siendo visto con desconfianza por una mayoría de la población y, de nuevo, no consigan los votos para la investidura y, de nuevo, solo puedan ser apoyados por Vox y partidos abiertamente corruptos, como Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y lo que quede de la España Vaciada, si es que logran rascar algo esta vez. Y que recordemos, son tan nacionalistas como el que más.

Si es que el PP no tiene algunos hombres buenos, que no lo parece. Porque mientras el PSOE ha vuelto a demostrar pluralidad de opiniones, con dirigentes y exdirigentes pronunciándose a favor y en contra, en el PP no se oye una voz más alta que otra. Bueno, la de Ayuso, que espera su momento y, como las rémoras, se alimenta de lo que se le escapa a Feijóo, que no es poco.

8 comentarios en “Algunos hombres buenos

  1. La aritmética parlamentaria es la que es de manera que en la nave de gobierno que se conforme tiene viso de ser un velero con múltiples palos y en el que cada palito tendrá que aguantar su velita. El problema es que no todas las velitas pueden querer el mismo viento. Una singladura complicada para un posible gobierno de Pedro Sánchez. Investido en un día y embestido durante toda una legislatura.

  2. A mi no me preocupa ya que el PP actúe de la manera a la que nos ha acostumbrado.
    Si el ruido mediatico tuviera mas peso político que las resoluciones y leyes emanadas del Congreso de los Diputados,en esta legislatura Pedro Sánchez no habría conseguido nada de nada.
    Muchos se resisten a pensar ,que el que tiene la sartén por el mango es Pedro Sánchez,allá ellos.
    Ya saben la receta de Salvador Illa para los independentistas:
    500 gramos de Discreccion.
    800 gramos de Diálogo.
    1 Kilo de Paciencia.
    Y 1 Tonelada de Constitución.
    ¡¡Ad Astra per Áspera!!
    …JAJAJA…que nervios.

  3. Si estar .contento es andar a medio camino entre la alegría y la resignación.
    Supongo que viendo el futuro que le espera a Feojóojóo,tu contento será más tirando a resignación
    Mi contento es sabiendo mi resignación,estoy más cerca de la alegría.

    Supongo que Mr Mulligan no se resigna a verme alegre…jeje.

  4. Está claro que «la amnistía» es un tema peliagudo, por quién la reclama, las razones por las que Sánchez podría acordarla y porque las heridas del Procés, una traición al espíritu constitucional sin parangón, no están cerradas. La cuestión que ayudarían a cerrarlas, a mi juicio. Pero eso es demasiado racional. Ahora bien, si he entendido correctamente el artículo, sería muy sencillo evitar la amnistía: bastaría que un número limitado de diputados del PP se abstuviera haciendo esteril el chantaje de Puigdemont. Y de paso se marcan un tanto, no?

  5. Dar los votos, por parte del PP, a que el PSOE gobierne con Bildu y ERC, es como dárselos a un gobierno PP con VOX, por el PSOE.
    O hay gran coalición PP/PSOE, que no la habrá, o que cada uno se las ventile como pueda.

  6. Nuñez Feijoo ha tenido una enorme suerte, no prevista, con el poder territorial y autonómico obtenido, así como la mayoría en el Senado. No gobernar en las circunstancias actuales y con los nubarrones económicos que se vislumbran para el futuro, a mi juicio, es más una ventaja que una tragedia.
    Será mi deformación profesional, acostumbrado a considerar que, el día a día, son etapas hacia objetivos ya definidos para el medio y largo plazo, pero no veo que Pedro Sánchez vaya a recoger cosecha alguna por como está sembrando.

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