drodrialbert
Hace una semana, la revista Forbes, en su ranking a tiempo real de las mayores fortunas del mundo, colocaba al empresario español Amancio Ortega en el número 1 del Planeta, aunque sólo fuera por dos días. Su patrimonio alcanzó la nada desdeñable suma de 69.860 millones de euros, y de esta manera arrebató temporalmente a Bill Gates el honorable título del hombre más rico de la Tierra. En unos tiempos en los que la selección de fútbol ya no gana los torneos de antaño, España tuvo el consuelo de encabezar al menos esta lista de gran prestigio internacional.
Sin embargo, también hemos escuchado algunas voces críticas que, lejos de celebrar el hito de Ortega, tratan de cuestionar el origen y composición de semejante riqueza. Podría pensarse en un principio que se mueven por simple envidia o por rígidos parámetros ideológicos, pero lo cierto es que en las páginas interiores de algunos medios (nunca en las portadas) se han publicado ciertas noticias que ensombrecen un tanto la figura del multimillonario.
En primer lugar, Público se encargaba de señalar que el creador de Inditex se ha gastado solamente 150 millones en proyectos solidarios, mientras que la Fundación de Bill Gates le rebasaba de manera amplia, llegando hasta los 37.000 millones. La intención de esta comparación es la de hacer ver que Ortega no se distingue precisamente por un espíritu filantrópico. No obstante, nada tiene esto que ver con la legitimidad del patrimonio obtenido por cada cuál, sino que más bien se relaciona con aquello en que decide gastárselo.
En cambio, el Tribunal Supremo sí que ha entrado en consideraciones más de fondo. Según una sentencia de 2013, Don Amancio colocó 1.300 millones de euros, derivados de la venta de acciones de Inditex, en dos sociedades de inversión inmobiliaria de capital variable (las famosas SICAV). A su vez, estas compañías se gestionaban a través de otras empresas familiares exentas de tributación. Este entramado fue descubierto por diligentes investigadores, y el Tribunal le condenó a abonar 33 millones de euros. Por fortuna, los bajos impuestos que se pagan en España atenuaron la cuantía de la multa, pero nuestro opulento personaje se vio envuelto en ciertas trampas de esas que quitan algo de credibilidad, y más cuando parece que no son del todo necesarias pues ya se tiene la vida bastante resuelta.
Pero desde Brasil nos llegan otras denuncias más contundentes. En agosto de 2011, el gobierno de ese país reveló que en al menos 33 talleres subcontratados por Inditex se padecían condiciones de trabajo que ‘rozaban la esclavitud’, tales como hacinamiento, insalubridad o salarios de miseria. Sin ir más lejos, las autoridades realizaron diversas operaciones en las que liberaron a inmigrantes que habían llegado a esas fábricas de la mano de redes de tráfico de seres humanos. Los portavoces de la firma española declararon aquello tan manido de “la culpa es de la subcontrata”, pero el Ministerio de Trabajo de Brasil se encargó de recordarles que “si nosotros rastreamos la cadena de producción, Inditex también puede hacerlo”.
Otro detractor del imperio textil español es Ehsan Ullah Khan, portavoz paquistaní del Frente de Liberación del Trabajo Forzado, quién sostiene que “El 100% de la producción de Zara en Asia es trabajo infantil”. Como puede verse, estas acusaciones van más allá de asuntos meramente filantrópicos o de fraude fiscal, y comienzan a tocar aspectos dónde los principios éticos del magnate comienzan a quedar algo tocados. Además, ya vemos que no son precisamente los anticapitalistas radicales quienes muestran sus reticencias.
Más allá de las causas y azares de los millones que ostenta el señor Ortega, me gustaría recordar un informe de Oxfam Intermon, en el que se muestra que España es el país de la OCDE en el que más han crecido las desigualdades desde el inicio de la crisis. 20 personas tienen tanto como el 30% más pobre de la población, y las grandes fortunas de la lista Forbes crecen de manera incesante. El problema, por tanto, no radica tan solo en Don Amancio, sino que parece bastante más profundo.
Para finalizar, me vienen a la memoria ciertas declaraciones pronunciadas por algunos prestigiosos políticos y economistas durante los últimos años: “No hay dinero para pagar las pensiones, la educación, la sanidad, en una palabra, el Estado del Bienestar es insostenible”. En mi opinión, el problema radica en la distribución, como ponen de manifiesto los datos antedichos. Aunque, pensándolo bien, igual tienen razón al decir que no queda dinero para la cosa pública: se lo han llevado Amancio y los suyos.
Excelente artículo de Drodrialbert. Muchas veces me he preguntado como podría tener una fortuna tan grande de origen textil si no fuera por esos lugares de explotación en paises subdesarrollados. el articulista se ha molestado en buscarlo y ha encontrado varias referencias que prueban que asi es. Si da en caridades la centésima parte de Bill Gates, supondremos que es muy modesto y prefiere no presumir de dadivoso. Que además ha evadido al fisco español mediante las SICAVs, pues tanto peor. Pero al menos en eso ha procedido como muchos otros, mejor dicho, muchísimos.
Recientemente la CE ha denunciado que Apple no ha pagado los impuestos generados en la UE y que , además, Irlanda, donde tiene su sede europea Apple, se lo consiente muy gustosamente. Enfin, que el Estado de Bienestar se queda sin fondos suficientes para una adecuada distribución de la renta. Luego viene la retahila de que no puede mantenerse dicho estado a base de deuda.
Yo también opino como Magallanes.
Es una de las verdades incómodas de las história economica de los últimos 40 años. Al lado de asépticos conceptos contables y económicos como «inverisón extranjera» «deslocalización» «presencia internacional» «opctimización de la cadena de valor», ha venido aparejada la explotación y la ocultacion de rentas para no pagar impuestos. Conceptos tan indisolublemente unidos como el comer y el defecar, de lo uno queda bonito hablar, de lo otro parece hasta falta de educación.
–No seré la primera persona que diga aquello de que cada fortuna exagerada suele esconder alguna sirvengonzonería.
Amancio Ortega tiene un enorme talento como organizador empresarial que se resume en esa aportacion de sus negocios del 1% del PIB espańol
Una jugada del teclado me impide continuar de manera menos cortante. Espero solucionarlo en breve.
Convendría conocer no solo como se ha incrementado la riqueza de pocos, sino también cuanto lo ha hecho la inversión productiva a crédito y como está repartida también esa deuda. Podria ser que los ricos aumentan su patrimonio porque no tienen competencia a la hora de ariesgar.
Entretanto , y siendo más interesante el post de drodrialbert, el PSOE continúa el descenso a los infiernos publicando con los descerebrados de las JJ SS ( ¿ para cuando
su disolución ?) en plena campaña electoral , un estupido vídeo faltón sobre la figura del Lehendakari Urkullu.
Hacen méritos para terminar su carrera como Paz en Movistar.
Esa estrella de cinco puntas, ofende.
Las juventudes socialistas quieren destacar en algo y por lo que cuenta Arthur han metido la pata con Urkullu. Sería conveniente decirles que se orientaran a denunciar atropellos internacionales de derechos humanos en vez de querer «participar» en la campaña electoral del PSOE.
Yo me he quedado con cierta curiosidad -no del todo sana- acerca de como habria acabado esa réplica inconclusa de Arthur Mulligan sobre el articulo del día . Es que cada vez que oigo «% «y «PIB» próximo es para mi similar a varias campanillas pavlovianas.
Tampoco se lo tome esto Mulligan como querer hacerle «trabajar».
No es incompatible estar orgulloso y agradecido por la aportación de Amancio Ortega a la economía nacional y que te desagrade semejante acumulación de riqueza sobre la base de trucos impositivos, deslocalizaciones inhumanas (aunque si no nos gusta el trabajo forzado más nos valdría pagar la ropa más cara) y pocas aportaciones filantrópicas. Ahí su ex mujer es en cambio un ejemplo.
Pero vamos, en mi lista de gente cuyas cuantas habría que revisar urgentemente, Ortega no es el number one
Vuelvo aquí para tratar de completar el comentario al importante post de drodrialbert.
He querido significar con las cifras de mis primeras líneas la importancia absoluta que para la economía de nuestro país tiene Amancio Ortega y sus empresas. Estas cifras no se consiguen con un pelotazo ni con derivados de la economía informal. Incidir en los aspectos siniestros asociados al crecimiento de sus negocios sin considerar el porcentaje de valor que añaden a sus resultados y poder ver de este modo con mayor finura como se deteriora un primer juicio moral sobre las actividades del empresario me parece relevante.
No creo que Ortega comprometa directamente sus marcas corrompiendo las deficientes legislaciones laborales que protegen a los trabajadores en los paises donde invierte; no al menos en el modo que sugiere el articulista.
No obstante considero que debe recomponer la decencia de los centros de producción por tener una responsabilidad cuanto menos subsidiaria . No hacerlo sería contrario a la razón moral y económica.
Hay un interés en comparar la reversión social de los ingentes beneficios por medio de una escala en la que Bill Gates representaría el súmmum bonum frente a un Tío Gilito que acumula bolsas de dinero para tapar pequeñas fugas de aire entre los cristales de las ventanas.
Uno se queda con la duda , después de leerle , de si lo que reprocha al Sr Ortega es que se lleve dinero de la » cosa pública » mediante ingeniería contable , o que , por comparación, es un avaro ( un crimen en términos de Balzac en » Père Goriot » ).
Yo creo que nos vendría bien como país disponer de más empresarios como Ortega y también de una capacidad fiscalizadora como Dinamarca. Todos son conscientes de aportar valor a la empresa y siempre desde la comparación básica inherente a un sistema democrático , que razonablemente admite unos límites que no siempre viene determinados por el mercado. El capitalismo financiero ha hecho que la relación entre el salario mínimo y las retribuciones de los principales ejecutivos revista proporciones que en general se juzgan como intolerables porque pueden variar de uno a setecientos o quizás más. El caso que nos trae drodrialbert es muy especial y extremo. Amacio Ortega se embolsa anualmente por su participación elevada ( 56% ) en el accionariado de Inditex unos 1000 millones de euros , y esto se encuentra mas cercano al sistema feudal que al capitalismo industrial avanzado.
Amancio Ortega es el propietario pero no es un directivo asalariado que recoge la justa ira por unos abanicos salariales desmesurados ni una de esas estrellas ( pop, deporte, cine ) sobre las que, al parecer , existe un consenso sobre lo extraordinario de sus habilidades que redime parcialmente su status de privilegio. En este sentido ,nuestro Ortega y algunos multimillonarios chinos que pertenecen a esa sociedad secreta que es el Partido Comunista Chino , entre otros pocos más , comparten territorios.