Sobre la reforma laboral

Alfonso Salmerón

Pues sí, voy a escribir sobre la Reforma Laboral. No precisamente porque crea que tenga algo nuevo que decir después de todo lo que se ha comentado estos días. Además, sé que al hacerlo, habrá quien me encuadre automáticamente del lado del sanchismo más recalcitrante, o lo que es todavía peor, del caduco reformismo constitucionalista heredero del setenta y ocho. Sin embargo, lo haré, aunque sea únicamente para levantar acta de mi estado de circunspección.

Y es que nunca deja de sorprenderme la capacidad que tienen las redes sociales para establecer de manera casi instantánea, un determinado marco de opinión. A las pocas horas de haberse aprobado la reforma por el Gobierno, antes incluso de que el decreto fuera publicado en el BOE, la magia de twitter ya se había encargado de echarle agua al vino de los entusiasmos, estableciendo un relato que básicamente venía a decir que, si bien había algunas sensibles mejoras en el texto aprobado, la reforma no era muy diferente de sus predecesoras, y por consiguiente, muy poco iba a influir en el modelo de relaciones laborales existente. A esta línea argumental, que se ha repetido machaconamente como un mantra a lo largo de estas semanas, se han apuntado opiniones a diestro y siniestro, tanto de sectores cercanos a la Patronal, como de ámbitos netamente izquierdistas, amén del independentismo catalán y vasco. Sigue leyendo

Almudena

Alfons Salmerón

Como a tantas otras miles de personas, la noticia de la muerte de Almudena Grandes me causó un gran impacto. No sabía de su enfermedad, quizás por eso, cuando apareció la notificación en mi teléfono móvil, no daba crédito a lo que estaba leyendo. La muerte siempre nos sorprende a traición, incluso en aquellos casos en los que ha anunciado su visita previamente.

Sobra decir que nunca conocí a Almudena en persona y, sin embargo, el dolor por su pérdida me atraviesa como si de alguien muy cercano se tratara. Me ocurrió lo mismo con Luis Eduardo Aute, por ejemplo. De hecho, todavía me resisto a no volver a escuchar su voz susurrante y lúcida en aquella última gira que jamás llegó a mi ciudad. De alguna manera, tendré que olvidarte. Sigue leyendo

Violencia, patriarcado y salud mental

Alfonso Salmerón

“¿Están contentos, tristes o enfadados?

Debemos tener mucho cuidado con ellos.

Su estado de ánimo es el clima en el que vivimos

y nosotras necesitamos que siempre haga sol”

Siri Hustvedt, El verano sin hombres

(Acerca del silencio de los hombres)

Según diversas fuentes oficiales, entre un 10 y un 20 % de la población española ha sido víctima de abuso sexual en nuestro país y un 12,5 % de las mujeres mayores de 16 años han sido víctimas de violencia machista. Piensen en cualquier clase de cualquier escuela de su barrio, uno de cada cinco niños tal vez estén siendo víctima de abuso sexual en estos momentos, muy probablemente dentro de su entorno familiar. Piensen ahora en su entorno más cercano. Con estos datos es prácticamente imposible que no conozca a un menor que no haya sido víctima de abuso sexual o de una mujer que no haya sido víctima de violencia ejercida por un hombre. El abuso sexual infantil y la violencia contra las mujeres son todavía un tabú en nuestra sociedad. Ambos fenómenos tienen un mismo denominador común: el machismo inherente al sistema de dominación patriarcal. Sigue leyendo

Botellón, pandemia y transgresión

Alfonso Salmerón

Hace algunas semanas los llamados macrobotellones ocuparon las primeras páginas de los periódicos, abrieron los telediarios y llenaron muchas horas de radio en todas las tertulias. Como suele ocurrir, cuando el foco mediático cambia de plano, lo que ayer parecía poco menos que una cuestión de Estado, hoy ha caído prácticamente en el olvido.

A propósito de este tema, no obstante, quisiera compartir algunas reflexiones en estas líneas de debate, nunca mejor dicho, callejero. Lo primero que me ha llamado la atención en el tratamiento informativo de los diferentes macrobotellones que se han sucedido en las grandes ciudades del país es que apenas han tenido en cuenta el punto de vista de sus protagonistas. Se ha hablado, se ha escrito y se ha sentenciado mucho, pero pocas veces se ha recogido el testimonio de quienes los han practicado, y cuando se ha hecho ha sido para apuntalar estereotipos que justificaban la línea editorial del medio. Sigue leyendo

Fin de temporada

Alfonso Salmerón

Hay una colosal nostalgia en la languidez de los días de finales de agosto. Un tiempo que se arrastra, como aquellas olas que parecen no llegar nunca a la orilla de septiembre. Un tiempo que siempre tiene algo de irreal, se acaba.

Cuando empieza el curso a menudo me asalta la duda sobre si agosto realmente existió. Un mes que le debemos sin duda a un animal casi mitológico como es el movimiento obrero. Acaso las vacaciones pagadas sean la última trinchera de un mundo en descomposición.

En esta última semana de vacaciones, el tiempo se te engancha a la piel como la arena fina de la playa. ¿Cómo querer desprenderse de un tiempo que al fin fue plenamente tuyo? La libertad es un espejismo de treinta días naturales para  aquellos quienes todavía tienen un puesto de trabajo a jornada completa y contrato indefinido. Un columpio en el jardín cuyo balanceo te conecta directamente al ritmo apócrifo de los días felices de la infancia. Una atalaya hasta donde los ecos de la sucia realidad llegan amortiguados por un filtro invisible. Sigue leyendo

Tiempos fascinantes

Alfonso Salmerón

La política española cada vez parece más disociada de la realidad. Dibujan casi líneas paralelas. Existe la realidad en la que vivimos los ciudadanos y ciudadanas y otra bien diferente, de la que se habla en las tertulias televisivas y que ha terminado por contaminar los debates parlamentarios. Esto hace tiempo que viene pasando, pero tal vez no había llegado al extremo de lo que estamos viendo hoy en día. Existe el debate político y luego existen los problemas de la gente, que raramente consiguen ganarse un sitio en el orden del día del primero. Acaso se trate de eso, de tenernos entretenidos con el debate político para evitar hablar de las cosas que realmente nos afectan. Y eso ocurre porque con demasiada frecuencia el debate ha dejado de servir al verdadero objetivo de la política: organizar y resolver los conflictos derivados de la vida en comunidad.

Estos días se ha escrito y se ha hablado mucho acerca de los indultos de los políticos procesistas y no quiero decir con ello que éste sea un tema menor, sino que el enfoque del debate se sitúa en unos términos poco funcionales, alejados de la cuestión de fondo. ¿Cómo buscamos soluciones a un problema político que lleva más de una década generando más malestar del necesario precisamente porque no ha habito nadie al frente del ejecutivo con la firme voluntad de empezar a explorar soluciones? Y en cualquier caso, se esté o no de acuerdo con el Gobierno, alargar, amplificar y exagerar las diferencias hasta la sobreactuación histérica, recogida de firmes mediante, no va a ayudar en nada en la búsqueda de soluciones si no se ofrece alternativa. El Gobierno tiene entre sus atribuciones otorgar indultos y la oposición tiene el derecho de criticarlos. Una vez tomadas las posiciones, dejen ustedes al gobierno gobernar asumiendo riesgos y el correspondiente desgaste, que para eso está, y dediquémonos a debatir y a resolver los problemas del día a día que sufrimos los ciudadanos como por ejemplo, el desempleo estructural de la economía española, la necesaria reindustrialización o cómo definir un nuevo modelo energético de futuro. Sigue leyendo

Ansiedad adolescente, la otra pandemia

Alfonso Salmerón

La semana pasada, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona daba a conocer en su informe Faros que los pacientes adolescentes atendidos en sus consultas de Urgencias se habían incrementado un 47 % en el último año. Este dato está en línea con informes similares que se han publicado estos meses en otros lugares del país y que han recogido y denunciado los colegios de psicólogos y asociaciones de terapeutas de todas las comunidades autónomas.

Este hecho tiene una derivada nada desdeñable que no es otra que el colapso de nuestro sistema público de salud mental español, como dijo recientemente en el Congreso el diputado Íñigo Errejón. Mientras sigue creciendo el número de las demandas, especialmente entre los jóvenes y adolescentes, pero también entre la población adulta, y se dispara el índice de suicidios, la respuesta de las administraciones públicas en lo que a movilización de recursos se refiere sigue siendo inexistente. España está a la cola de Europa en atención pública de Salud mental y es uno de los primeros países del mundo en consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Sigue leyendo

Juana y Dolores

Alfonso Salmerón

Son algo más de las nueve de la noche. Juana y Dolores se disponen a cenar. Sobre la pequeña mesa de fórmica de la cocina, el papel abierto de la charcutería muestra media libra de mortadela que las dos comensales van cogiendo con las manos y poniendo sobre pedacitos de pan del que van dando cuenta muy despacio. Hay un completo silencio, apenas roto por el tintinear de los vasos cuando se acercan a la botella de agua del grifo para ser llenados.

Hace una noche fría de invierno en la cocina amarillo fluorescente de Dolores. Una cocina llena de vida antaño a estas horas. Esa alacena vivió durante más de tres décadas un trajín de abrir y cerrar de puertas ahora inimaginable, tres servicios al día para seis personas. En su interior, todavía resiste la vajilla verde de duralex, el pequeño bol de cristal que la abuela llenaba cada día con las aceitunas negras que tanto gustaban a la sobrina pequeña, y el recipiente de latón donde siempre hay café recién molido. Pero de eso hace ya demasiados años, cuando en la casa vivían los padres de Dolores, su hermano José y su marido Ángel, y los fines de semana se llenaba de sobrinos que venían de visita. Tardes de sábado de risas y televisión, cola-cao para los pequeños y el cubata de Larios para los mayores. Ahora apenas hay visitas, salvo su hermano Manuel, que se quedó a vivir en el mismo bloque tres pisos más arriba cuando se casó con la hija pequeña de la familia del segundo cuarta, su tutor, como a ella le gusta llamarle, el mismo que se encarga de los bancos, las compras, la compleja agenda de los médicos y la paga semanal de las cuidadoras. Sigue leyendo

A vueltas con Catalunya

Alfonso Salmerón

En esta ocasión me van a permitir que vuelva a escribir acerca de Catalunya. Como ustedes saben, acabamos de vivir un nuevo capítulo de esta especie de serial televisivo en el que se ha convertido la política catalana, cuyos guionistas ya no saben qué inventar para mantener la audiencia en un share respetable. Investidura fallida ha sido el título del último episodio. Aragonés se ha quedado compuesto y sin novio a las puertas del altar en la que la maestra de ceremonias, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, parecía a su vez, la más interesada de todos en que la nueva legislatura no echara a andar. El reloj vuelve a ponerse en marcha. Si no hay acuerdo, en dos meses volverían a convocarse elecciones de nuevo.

No parece que esto vaya a ocurrir, pero tratándose de Catalunya, y en los tiempos que corren, vaya usted a saber. Venimos de un gobierno que se vio abocado a convocar elecciones después de ser incapaz de ponerse de acuerdo en elegir un nuevo presidente tras la más que previsible, tal vez premeditada, inhabilitación de Torra. Una vez celebradas las elecciones, los dos actores políticos parecen seguir en el mismo lugar. No hay acuerdo. ERC ha ganado la partida a JXC pero estos se reservan el derecho a veto, arropados por el santo y seña de la liturgia indepe, un President en el exilio, y un fantasmagórico Consell de la República, a quienes debe someterse y rendir pleitesía Aragonès si es que quiere ser investido. Sigue leyendo

Hay partido

Alfonso Salmerón

Que la política española había entrado en un extraño proceso de aceleración es algo que ya habíamos comentado por aquí, pero lo ocurrido durante la última semana supera casi todo lo que habíamos visto hasta ahora. Hace apenas un mes, cuando valorábamos las consecuencias de las elecciones catalanas, qué lejos estábamos de imaginar que Ayuso fuera a disolver la Asamblea y convocar elecciones en Madrid, acaso ni ella misma.

Los hechos son de sobra conocidos, en una semana, PSOE y Ciudadanos llegan a un acuerdo para desalojar a los populares del gobierno en Murcia, Ayuso responde con un golpe de efecto anticipándose a un movimiento similar en su comunidad y convoca elecciones, sorprendiendo a propios y a extraños. La operación, que según algunos analistas se fraguó en Moncloa para salvar a los de Arrimadas, queda desactivada en pocas horas con el movimiento tránsfuga de tres diputados ciudadanos hacia las filas populares, ahormando el gobierno murciano. Sigue leyendo