Alfonso Salmerón
Cuando escribo esto se cumple una semana de las elecciones al Parlament de Catalunya. Una semana que al ritmo que se suceden los acontecimientos, parece más bien un año. No nos había dado tiempo de digerir los resultados, cuando en las calles se sucedían las protestas por la detención del rapero Pablo Hasel. Seis días consecutivos ya de protestas violentas con destrozos de mobiliario urbano y asaltos a comercios y entidades bancarias incluidos, en los que no han faltado desproporcionadas actuaciones de la policía autonómica, además de importantes daños al patrimonio artístico de la ciudad como es el Palau de la Música.
No me detendré a describir los hechos porque son de sobra ya conocidos, quisiera centrarme más bien en la respuesta política y en las implicaciones que a corto y en el medio plazo pudieran tener en el desarrollo de la situación política. Apuntaba con acierto Enric Juliana que el malestar que el domingo se había manifestado electoralmente en forma de abstención, empezó a expresarse el lunes en forma de protestas callejeras cuando la detención del cantante encendió la chispa. Sigue leyendo