Tiempo de diálogo

Alfonso Salmerón

Cuando escribo esto se cumple una semana de las elecciones al Parlament de Catalunya. Una semana que al ritmo que se suceden los acontecimientos, parece más bien un año. No nos había dado tiempo de digerir los resultados, cuando en las calles se sucedían las protestas por la detención del rapero Pablo Hasel. Seis días consecutivos ya de protestas violentas con destrozos de mobiliario urbano y asaltos a comercios y entidades bancarias incluidos, en los que no han faltado desproporcionadas actuaciones de la policía autonómica, además de importantes daños al patrimonio artístico de la ciudad como es el Palau de la Música.

No me detendré a describir los hechos porque son de sobra ya conocidos, quisiera centrarme más bien en la respuesta política y en las implicaciones que a corto y en el medio plazo pudieran tener en el desarrollo de la situación política. Apuntaba con acierto Enric Juliana que el malestar que el domingo se había manifestado electoralmente en forma de abstención, empezó a expresarse el lunes en forma de protestas callejeras cuando la detención del cantante encendió la chispa. Sigue leyendo

Ruido, mucho ruido

Alfonso Salmerón

“…mucho mucho ruido

Tanto, tanto ruido

Tanto ruido y al final,

Por fin el fin…”

Joaquín Sabina

Primeros de diciembre, me escribe D, el editor con permiso de J, del maravilloso refugio de debate que es este blog, para pedirme un artículo. Le contesto que en estos momentos no puedo comprometerme, me encuentro en la vorágine de un cambio laboral, cierre de año y algunas turbulencias que, aunque no demasiado graves, sí requieren más energías de las que dispongo en aquellos momentos.

Primeros de año, D vuelve a escribirme y esta vez no sé decirle que no. Anoto en mi agenda la fecha de entrega y reservo algunos momentos en la semana para redactar el artículo. Me invade una sensación de agobio. Llevo días bastante espeso, abrumado por la información sobre la pandemia, la ansiedad que percibo en mi entorno y la que me trasladan mis propios pacientes. Las elecciones catalanas como una nueva capa que cubre de niebla la realidad. Sigue leyendo

La vida en el filo

Alfonso Salmerón

He estado viendo estos días el documental “La vida en el filo”. Dirigido por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega y bajo la producción de Dadá films & entertainment, narra la historia del cantante y polifacético artista José Ramón Martínez, Ramoncín. Creo que merece la pena. El repaso de la carrera del cantante es también un repaso a nuestra historia más reciente desde finales de los 70 hasta nuestros días. A mí me ha removido cosas. Canciones y recuerdos de una época, finales de los ochenta en plena efervescencia vital. Me ha llevado a mi barrio, La Florida, en L’Hospitalet, donde los chavales escuchábamos a Ramoncín, Rosendo o a Los Burning porque Legazpi, Carabanchel o Vallecas siempre nos quedaban mucho más cerca que la Diagonal de Barcelona, aunque ésta estuviera a tan sólo dos kilómetros de casa.

Ramoncín hablaba de nosotros cuando nadie lo hacía. Chavales de barrio a los que “nadie les iba a regalar nunca nada”. Es así. El rock que se hacía por entonces mayoritariamente en Madrid, era nuestra cultura. La chupa y la litrona (aquí le llamábamos xibeca tomando el nombre de la marca) los discos que mirábamos una y otra vez todas las semanas en la tienda Discomanía del barrio pero que sólo podíamos comprar muy de vez en cuando si nos llegaban los ahorros o con motivo de algún cumpleaños. Recuerdos de aquellos vinilos que escuchábamos en mi pequeña habitación de un piso de cincuenta metros cuadrados donde vivíamos seis personas, con las paredes forradas de pósters: Led Zeppelin, Iron Maiden, Barón Rojo, Leño, El Último de la Fila… Tocar la portada, la liturgia de abrirlo, ponerlo en el tocadiscos y sentarte a escuchar mientras leías las letras de las canciones sin enterarte de nada. También crecimos con la revista Popular1 y escuchábamos el programa Tarda Tardà en Catalunya Radio, del tristemente desaparecido Jordi Tardà, gran amigo de Ramoncín, además de uno de los privilegiados a los que los Jagger, Richards y compañía le descolgaban el teléfono para hablar de su última gira. Todo eso era nuestra cultura, nos dio un sentido de pertenencia, una identidad, “es tu cultura, es tu identidad” que cantara unos años antes el gigante Miguel Ríos en su Rocanrol bumerang. Sigue leyendo

Simón dice

Alfonso Salmerón

Si es usted varón, heterosexual y hace tiempo que cumplió los treinta, seguramente se habrá visto, espero que incómodamente, identificado con las polémicas palabras del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, acerca de las enfermeras.

No pasa nada, puede confesarlo. Usted no es machista, incluso puede que colabore en las tareas domésticas de una manera más o menos proporcionada, no tanto como su mujer, claro, ella es una obsesiva del orden. Además, puede que hasta trate con exquisitez y respeto a sus compañeras de trabajo y su secretaria, si es que usted tiene secretaria. Sin embargo, en esa cena que organizan de tanto en tanto con los amigotes del instituto o cuando quedan con los compañeros de trabajo para ver la Champions en el bar -cuando esas cosas podían todavía hacerse- se dejan ir y se les va un poco la mano. ¿No es eso cierto? Siempre hay el típico colega, el más brutote, que está al día en chistes obscenos, al caso del último meme con macizas de carnes prietas en cueros o se jacta de lo buenorra que está la chica nueva de la oficina, que por edad podría ser su hija. Todo normal, claro. Son ustedes personas civilizadas que no van acosando ni violando a nadie. Sin embargo, cuando se relajan con un par de cervezas, sacan a pasear al idiota, que todos llevamos dentro, como decía el otro día el adorable Juanjo Millás en el “A vivir que son dos días”, solo que en versión machirulo. Sigue leyendo

¿Hacia una nueva transición?

Alfonso Salmerón

El pasado lunes, día de la hispanidad, me ocurrió algo que me ha dado pie a una reflexión sobre el momento actual que estamos viviendo. Sucedió en uno de esos grupos de whatsapp que se crean para celebrar algún evento y luego quedan ahí en tu teléfono, más o menos silenciado, sin dejar de vomitar toda suerte de memes y otros tipos de spam. Uno de los miembros del grupo, excompañero de la EGB, había enviado una foto en absoluto malintencionada, invitando a celebrar el día de la Hispanidad, a lo que yo respondí sin mayor acritud, que le agradecía la invitación pero que, en mi caso, consideraba que no tenía nada que celebrar, haciendo gala de mi consabida, en el grupo me conocen desde hace varias décadas, desafección con las patrias y banderas.

Hasta ahí, todo más o menos normal. Lo que ocurrió después fue que mi comentario suscitó toda una serie de respuestas más o menos molestas que tenían como denominador común el alegato a la libertad de expresión a la que presuntamente parecía haber yo atentado al expresar mi opinión sobre el día de marras. El debate se zanjó, sin que llegara la sangre al río, con la intervención de una compañera, que con actitud conciliadora vino a recordar cuáles eran los objetivos del grupo, a la vez que hacía un llamamiento a que por el bien de la concordia y la convivencia, los miembros del grupo nos abstuviéramos de expresar nuestras convicciones ideológicas. Sobra decir que el comentario de esta compañera fue recibido con un aplauso unánime por los miembros del grupo. Sigue leyendo

Negacionistas

Alfonso Salmerón

Trump y Bolsonaro han abanderado en el mundo la oposición a las medidas para combatir la COVID 19. Por esa razón se les ha tildado de negacionistas. Se han comportado como unos terribles insensatos que no han tenido reparo en poner en riesgo la salud de su gente. Narcisistas y arrogantes, han desafiado a la comunidad científica internacional a la vez que iban subiendo las cifras de contagios y fallecimientos. Me compadezco de brasileños y norteamericanos. Una desgracia tener mandatarios así en un momento como éste. Suerte de nosotros que vivimos en Europa. Aquí es otra cosa. Estamos en buenas manos. Todo está bajo control.

En nuestro país ningún gobernante de ninguna comunidad autónoma ha menospreciado el virus. Ni tampoco nunca hemos escuchado decir a ningún responsable político que esto del coronavirus era poco más o menos como una gripe, afirmando que lo que estaba pasando en China o Italia era imposible que ocurriera aquí. En España hemos tenido desde el principio a todos los partidos políticos trabajando codo con codo. Nadie ha intentado sacar tajada de los errores del otro. Las decisiones se han tomado siempre con el mayor rigor científico, dejando a un lado otras consideraciones. Si había algún conflicto político pendiente como era el caso de Catalunya, nuestros líderes supieron llegar a acuerdos para buscar un lugar en la agenda de manera que no afectara a la estrategia contra la COVID 19. Lo mismo ha ocurrido con la aprobación de los presupuestos. Aquí, salvo Miguel Bosé, nadie frivolizó nunca con la salud. Nuestra manera de afrontar la crisis está siendo modélica. Y no hablemos del comportamiento de la ciudadanía. Seguramente por ello, los rebrotes han sido la excepción y afrontamos la segunda ola en unas condiciones inmejorables. Sigue leyendo

Miscelánea estival

Alfonso Salmerón

Escribo estas líneas después de una larga jornada de teletrabajo, en este tiempo extraño que ha inaugurado la pandemia, perdido entre el epílogo de un confinamiento y el prólogo del siguiente, cuando esta nueva rutina de trabajar desde casa algo más de la mitad de la jornada empieza a hacerse verdaderamente insufrible, especialmente los días en los que el termómetro sobrepasa los treinta grados y la factura de la luz obliga a dosificar las horas de aire acondicionado.

La neblina de la canícula y el deseo de un descanso tan necesario como condicionado por la incertidumbre a una semana vista, abotarga el pensamiento. Cuesta hilar dos ideas seguidas que den un mínimo de sentido a este artículo que he de entregar mañana para Debate.

Emociones a contracorriente en este julio imposiblemente otoñal, presidido por la nostalgia, la añoranza de lo perdido y la ansiedad de la incertidumbre. De fondo, la radio que siempre acompaña. De reojo, el timeline de twitter vomitando noticias que aparecen trufadas entre ocurrencias de legiones de tuiteros aspirantes a influencers.

¿Cómo no hablar (escribir) del COVID? ¿Acaso existe algo más urgente ahora mismo? Pensamientos nada concluyentes. Algunos, demasiados, lugares comunes y contradictorios casi siempre. Sigue leyendo

Tiempo para rectificar

Alfonso Salmerón

Hace apenas dos semanas que entramos en la nueva normalidad y ya se multiplican los focos activos. El Ministerio de Sanidad tiene localizados 67 nuevos brotes. El de Mariño y el del Segrià son los que más preocupan. Se han detectado más de mil casos nuevos desde el 1 de julio en Catalunya, casi la mitad en la provincia de Lleida, que ha requerido el confinamiento de más de 200.000 personas.

Es difícil no pensar que hay cosas que no se están haciendo del todo bien. El Govern de Catalunya exhibió muchas prisas por recuperar el mando de la crisis y pisó el acelerador rumbo a la verbena de Sant Joan. La Fase 3 duró apenas unas horas. El 19 de junio, en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en la nueva normalidad en Catalunya. Una decisión que pilló con el pie cambiado a propios y extraños. Sigue leyendo

Tal vez se pueda

  1. Alfonso Salmerón Muñoz

El periodista Enric Juliana escribía en su cuenta de twitter el pasado día 10 que la aprobación del Ingreso Mínimo Vital sin votos en contra era la mayor victoria política de la izquierda en España en muchos años. Es ésta una afirmación que comparto plenamente y que me ha llevado a reflexionar acerca de algunas cuestiones.

En primer lugar, me parece una espléndida imagen que resume la inconsistencia de la derecha española al contrastar vastamente con las palabras gruesas de la oposición feroz que viene realizando, especialmente salvaje desde el inicio de la crisis del coronavirus. Sigue leyendo

Días que nos cambiaron para siempre

Alfonso Salmerón

Tiempo en nebulosa. Molesta viscosidad que se engancha a los días. Uno detrás de otro en melodía monocorde. Fundido al sepia de los sueños. Has vuelto a tener ese sueño en el que se condensan todos los demonios proyectados en los medios de comunicación como si fuesen sombras chinas junto a los tuyos propio. Recuerdos de la infancia. Volverás a fumar y despertarás con el sabor dulce y pastoso de la culpa y el último ducados. Ha vuelto a salir el sol. Es sábado y tal vez sea demasiado temprano para levantarse, pero hace rato que das vueltas en la cama esperando una hora más razonable para poner en modo on todas tus rutinas de confinamiento. A tu lado, tu mujer, también despierta, lee con cierta desgana esa novela que le acompaña desde el inicio de esta pesadilla, mientras el pequeño, que volvió a despertarse a media noche, descansa rendido en su regazo. Sigue leyendo