Arthur Mulligan
El Instituto Cervantes presidido por su director Luis García Montero homenajeó al poeta Jaime Gil de Biedma y en el curso del mismo el responsable de la institución habló de la necesidad de “analizar la obra del poeta con rigor filológico y no en esos puestos de segunda mano que depara el Rastro del cotilleo, la falta de estudios universitarios y la murmuración calumniosa”.
Por calumnias, el director del Cervantes aludía -explica Trapiello en su blog Hemeroflexia– a las declaraciones de quienes la víspera habían «opinado libre y respetuosamente sobre la pertinencia de ese acto y sobre la conducta del propio GdeB.», es decir, sobre sus relaciones sexuales con niños de unos doce o trece años de las que el propio Gil de Biedma ha dado cuenta en sus textos. Sigue leyendo