Sants necesita un Espacio Comunitario de Formación Permanente

Ester Rams

Está ampliamente aceptado y reconocido que las personas jóvenes y adultas tenemos derecho a la educación a lo largo de la vida, entendiendo que, con esta formación podemos adquirir, actualizar, y ampliar los conocimientos y aptitudes para mejorar nuestro desarrollo personal, social, profesional o de ciudadanía activa. Sin embargo la realidad va por otro lado. El año 2009, sólo un 0’75% de la población mayor de 18 años de Barcelona hacía algún tipo de formación en un centro público (en Europa la media es del 10%). Un dato que contrasta con el elevado porcentaje de la población del Distrito de Sants-Montjuïc, que no ha finalizado los estudios obligatorios (30% en 2015) o que sólo tiene una titulación básica del sistema educativo. Muchas de estas personas no tienen la oportunidad de formarse cerca de su casa, dado que en Distrito hay poca oferta dirigida a la población joven y adulta. Por esto, creemos que en los barrios de Sants es necesario crear un espacio formativo para personas jóvenes y adultas, que tenga como eje la formación para una ciudadanía participativa y crítica, que permita a las personas participantes adquirir las competencias básicas y transprofesionales necesarias para vivir en la sociedad actual y desarrollar todos los roles de la adultez. Un grupo de personas de Sants hemos decidido dar el paso para articular una propuesta en el barrio, que quiere introducir nuevas maneras de entender la educación de personas adultas en la ciudad de Barcelona. Queremos crear un espacio comunitario de formación permanente, un espacio que bebe de la pedagogía crítica y liberadora, del movimiento ateneísta y de las universidades populares. Un espacio abierto, accesible a todo el mundo y flexible, adaptado a las necesidades y las circunstancias de la vida adulta, y con especial atención a las personas y colectivos que, por no haber logrado cierto nivel académico, se encuentran en situación de desigualdad a la hora de interactuar en la sociedad. Con un modelo participativo, colaborativo, cogestionado por la administración local, las organizaciones del territorio y las personas que participen en el proyecto. Sigue leyendo