Lope Agirre
Hay frases que deben ser leÃdas más de una vez, incluso frases que deberÃan ser leÃdas y releÃdas continuamente, por tratar de aprehender su último sentido. La primera vez que se leen, su significado parece claro y diáfano; luego las palabras comienzan a oscurecerse, como si se las hubiese tragado un rebaño de sombras y, finalmente, no se sabe qué quieren decir. Podemos comenzar con una frase de Primo Levi: “Existe Auschwitz; por lo tanto, no puede existir Diosâ€. Una cosa u otra, ambas no pueden existir a la vez, por lo visto. Es la primera conclusión que florece, sin ser primavera. Pero, y he aquà la pregunta, irónica como toda pregunta que se precie: ¿por qué hay que escoger? Primo Levi nos enfrenta a dos conceptos absolutos. Dios es completamente bueno; y Auschwitz, completamente malo. Primo Levi penó en Auschwitz y sobrevivió. Pero siempre llevó Auschwitz en su conciencia. Como escribió Oscar Wilde: un preso siempre lleva la cárcel, su cárcel, a cuestas. Tomemos aire. Creo que el dilema, si asà puede denominarse, es más simple de resolver. Auschwitz fue una construcción humana, un invento humano, un monstruo humano que se alimentaba de sangre, sudor y huesos humanos. Por tanto, Dios nada tiene que ver en su construcción y en su alimentación. Es el ejemplo trágico del daño que el ser humano puede infringir a otro ser humano (el hombre, lobo para el hombre), y tomemos la palabra “trágicaâ€, al menos en ese contexto, con gran prudencia. Su abuso produce urticaria, advierten las autoridades sanitarias. De todos modos, la interpretación anterior serÃa la de un creyente, claro. Quienes no somos creyentes, o quienes en cuestión de creencias, como en otros aspectos, somos ignorantes, no meterÃamos a Dios en el asunto. La existencia de Auschwitz ha sido terrible y excepcional; pero ha habido muchos Auschwitz desde que el mundo es mundo. Y los hay, cada cual en su tamaño y medida. Y no pretendo banalizar ni frivolizar el termino “genocidioâ€, como en las declaraciones del secretario general de ELA que, tras las detenciones de Otegi y compañÃa, habló de “genocidio polÃticoâ€. Allá cada cual con su conciencia, o lo que le queda de ella. Afirmo: Bosnia, Ruanda, Congo, Darfur…