Pedro Luna Antúnez
La entrevista que hace una semana le hizo Gonzo a Pablo Iglesias en La Sexta ha generado varios debates y alguna que otra polémica. Sus declaraciones sobre el exilio de Carles Puigdemont comparándolo con el de los republicanos españoles en 1939 ha suscitado los últimos días un terremoto mediático y de opiniones en la prensa y en las siempre hiperventiladas redes sociales. Creo que Iglesias se equivocó, no por afirmar que Puigdemont es un exiliado por motivos políticos sino por considerar que su caso es equiparable al exilio sufrido por Antonio Machado, Manuel Azaña, Lluís Companys y al de miles de republicanos que cruzaron a pie la frontera con Francia huyendo del avance de las tropas franquistas. Es un error político e histórico. Pero el objetivo de este artículo no es hablar sobre la controversia de los exiliados, entre otras cosas porque Carlos Hidalgo ya escribió un texto sobre la cuestión en esta misma página. No, mi pretensión es centrarme en una parte del discurso de Iglesias que no ha motivado tantos desacuerdos pero que bien merecen cierta refutación. Porque no es la primera vez que Iglesias utiliza la muletilla de la correlación de fuerzas para exonerar a Unidas Podemos de una parte de la gestión del gobierno central. Sigue leyendo