J. Rosa Marrero RodrÃguezÂ
En las pasadas elecciones autonómicas el Presidente del Gobierno convenció al ministro de Justicia J.F. López Aguilar de que dejara su puesto en el Gobierno y se presentara como cabeza de lista a las autonómicas canarias; éste a regañadientes obedeció, consiguiendo el PSOE ser el partido más votado. De 233.336 votos en 2003 pasó a 318.030 en 2007, lo que constituÃa una mejora del 36%, el mayor logro en votos de este partido en la historia de la autonomÃa canaria. Sin embargo, no consiguió gobernar porque Coalición Canaria y Partido Popular acordaron formar gobierno; todo ello pese a que el primero de estos partidos perdÃa 5 diputados (de 22 a 17) y el segundo 2 (de 17 a 15). Asà que, después de dejar el puesto de ministro, pasa a la oposición; pero además tiene que aceptar una nueva reedición de Coalición Canaria en el poder. Todo ello hace comprensible que López Aguilar hiciese una oposición bronca, más basada en el insulto que en la oposición constructiva. Y más pendiente de la coordinación y dirección del partido vÃa móvil que ‘a pie de obra’. También se entiende su forma de actuar al ver nuevamente gobernando a una coalición de partidos variopintos (insulares, de derechas, de centro, de izquierdas, unidos por el gobierno) muy apegados a un modelo de crecimiento basado en dos ejes: construcción y subvención. No obstante, todas estas circunstancias no justifican su comportamiento.