10 comentarios en “Barra libre

  1. No le veo mucha lógica a lo que explica Pedro Sánchez; es sólo un intento de arreglar en lo posible la metedura de pata previa con su seguidismo de la demagogia izquierdista con la revocación de lo que los socialistas promovieron desde el gobierno y hacerlo sin argumentos.
    Los argumentos que desgrana ahora lo son a a favor de aquella reforma, que contextualiza bien. Y cuando quiere matizarlos, trampea (dice que nos precipitamos al adelantarnos a lo que iba a ser una obligación para todos los europeos ya que aún la mitad de los países europeos no han hecho esa adaptación; pero no dice que quienes no la han hecho no estaban ni están amenazados de rescate; la «precipitación» española no era casual).

    Lo que no explica Sanchez es por qué esa supuesta «moral de la izquierda» (¡?) es contradictoria con la prioridad de pagar primero lo que se debe, que es un criterio que cualquier persona sensata tiene por razonable cuando se trata de gestionar sus propios asuntos.

    No explica tampoco por qué si el punto débil de aquella reforma era la falta de debate (aunque explica bien sus circunstancias justificativas), se lanza así con esta iniciativa absurda: ¿dónde ha estado el debate previo?

    Sanchez explica bien que una cosa es la reforma del 135 y otro la aplicación concreta que ha hecho el gobierno con su ley de estabilidad presupuestaria, ya sin acuerdo con el PSOE. Entonces, si ese es el problema – no muy distinto del que se da en cualquier otra área donde el desarrollo de previsiones constitucionales es diferente según lo planteen gobiernos socialistas o conservadores -, lo que tendrá que hacer el PSOE es llevar en su programa electoral otra ley de estabilidad presupuestaria, alternativa a la actual del PP.

    Engordar más una constitución ya de por sí excesiva, con eso de los «blindajes» de derechos sociales que pretende no ayudará a que las cosas se hagan mejor o peor. Y no tiene sentido que defienda independizar las prestaciones del llamado estado del bienestar de las condiciones socioeconómicas de cada momento histórico concreto. Por algo una cosa son los derechos fundamentales, irrenunciables en una democracia, y otra, muy distinta, las menciones a derechos sociales – constitucionalmente prescindibles-, cuya protección es de muy distinto rango. Hay además una cuestión práctica: por mucho que se blinde constitucionalmente tal o cual derecho social o prestación, eso no la va a garantizar y si finalmente se hace imposible mantenerla en un determinado nivel (porque de donde no hay, no se puede sacar, por mucho que uno se empeñe) lo único que se habrá conseguido es que la frustración resultante se leve por delante el prestigio de norma constitucional, que en realidad está para otras cosas.

    En esta moda última de la izquierda, se sitúa la novedosa propuesta de Podemos (en realidad, de Navarro y Torres) de que el ceso al crédito sea un derecho garantizado, como una prestación sanitaria o de la seguridad social. Luego, matizan claro está. A las propuestas disparatadas les ocurre como a los chistes malos; se nota que son malos en que tienen que ser explicados. Pero eso en Podemos era previsible (y esa ni siquiera es la mejor perla del duo dinámico Torres-Navarro); en el PSOE que aspira a gobernar es inquietante.

  2. Y Joaquin Estefanía persevera en el disparate (sostenella, no enmendalla) e insiste en las supuestas semejanzas entre lo que ahora defiende Podemos y el programa del cambio de los socialistas en 1982. Será el Alzheimer.

  3. PMQNQ: En 1913 habría sido el otro Pablo Iglesias, el bueno, quien podría haber dicho algo. Claro que entonces tampoco existiría el profesor Navarro.

    Ese vídeo es curioso. Lo más estomagante es el tono mansurrón de Iglesias Turrón. Y el colmo de loa desfachatez que le parezca fatal que alguien haya asesorado al Partido Demócrata americano; no como ellos, viviendo del cuento a la sombra del caudillo Chávez (ese gran hombre que era la encarnación del pueblo de Venezuela -Monedero dixit- antes de encarnarse él mismo en un pajarito que se posaba en el hombro de Maduro.).

    Lo del de la coleta y sus colegas no tiene nombre. Bueno sí, lo que el tipo aplicaba a Navarro: caraduras.

  4. ja ja ja… lo que es el subconsciente. Es que este chico ya en 1913 ya podía andar por ahí dando lecciones con ese tonito.

  5. Hoy en El Pais lo más interesante me parece el reportaje de Walter Openheimer con los puntos de vista de varios miembros de otros tantos institutos de estudio extranjeros que tienen a restar dramatismo a la crisis española. Interesante por lo que tiene de visión desde fuera del bosque, donde los árboles nos despistan a menudo a los que vivimos dentro.

    http://politica.elpais.com/politica/2014/11/29/actualidad/1417286733_942204.html

    Me parece muy revelador del estilo «agónico» de afrontar la crisis española el artículo dominical del director de El Mundo, C. García-Abadillo, para quien nuestro dilema es abordar una segunda transición o prepararnos para una 3ª república. Típica dramatización que es lo que cuestionan los que nos ven desde fuera. García Abadillo enumera los ingredientes de la crisis e insiste en eso tan manido del supuesto «cambio de ciclo» sin llegar a concretar a qué ciclo y a que cambio se refiere ni a argumentar por qué se va a dar tal cambio (un cambio sustancial, se supone). Si no fuera porque ya pasó el 2000, estaríamos hablando de las fantasías milenaristas. Como también tiene sitio para el papel de los medios, lo más concreto de su alegato es esta perla:

    «Los periódicos, guste o no, seguimos marcando la agenda política».

    http://www.elmundo.es/opinion/2014/11/29/547a27e8e2704e661e8b4592.html

  6. Si quieren comprobar que el hecho de pintar bien no garantiza en absoluto la ausencia de estupidez, lean con atención estos dos párrafos de la entrevista que le hace hoy Juan Cruz a Eduardo Arroyo en El País, poniendo especial atención en el segundo párrafo.
    Resulta que la decadencia en que nos encontramos empieza EL PRIMER DÍA del gobierno de Zapatero, que es cuando se acaba el entusiasmo. No en mayo de 2010, ni algunos meses más tarde de empezar a gobernar… no, el primer día. De dónde se deduce que en 2008 Zapatero ganó las elecciones por arte de magia. Pero lo mejor es comparar esa decadencia con la pérdida de las colonias. Ahí queda eso.
    Lo dicho, pintar bien es perfectamente compatible con la estupidez supina. Vean:

    «¿De qué color es ahora España? Manet la pinta de rosa y negro en El torero muerto y en Lola de Valencia. Me gustan esos colores. Pero creo que el lío tremendo de España debe pintarse ahora en Technicolor.

    ¿Cuál es la raíz de este color confuso? Hubo varias decadencias. Una, la pérdida de las colonias. La que vivimos ahora empieza el primer día del Gobierno de Zapatero. Es cuando acaba el entusiasmo. «

  7. PMQNQ eso de Arroyo no es nuevo, lleva meses con esa mueva. En agosto en una entrevista en El Mundo criticaba la pérdida del impulso cultural que vivió España con la transición y situaba así el momento inicial del desastre:

    «El primer día del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ahí comenzó el proceso de desmontaje de la cultura. A partir de entonces algunos decidieron que la cultura no interesaba, que no era rentable políticamente, que era una chorrada y que sus protagonistas carecen de fuerza para establecer un trabajo de oposición política seria contra los desmanes.»
    Más adelante solo mencionaba un reproche concreto al gobierno de ZP, la liquidación de una sociedad estatal que promocionaba a nuestros artistas en el exterior porque sus funciones se re,asignaron a otra área, la de cooperación. Eso es todo. Hay gente a la que le gusta llegar a mayores con el disfraz de airados cascarrabias. Lo de epatar todavía vende.

  8. Y en un artículo suyo publicado en El País este verano explicaba a propósito de la situación del arte en España:

    «Pero a estas alturas de la película, ¿de verdad alguien se cree que la culpa de lo que estamos viviendo la tiene el IVA al 21 por ciento? En absoluto. Pues no. La culpa en primer lugar la tenemos nosotros, los artistas, seres sonámbulos y disciplinados, sin dignidad ni ética ni orgullo. Sí, nosotros —repito—, porque si no nos respetamos a nosotros mismos, cómo vamos a pretender que un híbrido de ministerio nos respete. Nosotros, metidos en un ridículo Erasmus autonómico y tardío, subvencionados aunque no mucho. Asistiendo impasibles a bajezas, prebendas y corruptelas varias, únicamente preocupados por sacar tajada de un esqueleto. Manipulados por ocho años catastróficos de zapaterismo y dos de rajoyismo. Insultados e ignorados por un Ministerio con un Secretario de Estado a la cabeza interesado solamente en hacernos creer que es progre y que, con idénticos y pesados tomos de páginas amarillas bajo el brazo, nos habla en diferentes foros de Hegel, olvidándosele convocar el Premio Velázquez, creado por su propio partido, convencido de que ninguno de nosotros se habrá dado cuenta del atropello.»

    Eso del Premio Velázquez tiene su miga. Está convencido de que es merecedor de ganarlo, tal como recuerda en la entrevista que le hace Juan Cruz hoy en EP. Genio y figura.

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