LBNL
¿Habrá Brexit finalmente? ¿Y de haberlo, cuándo? La respuesta correcta a ambas preguntas es la misma: vaya usted a saber. Pero vienen los diarios llenos de “información” al respecto así que les ofrezco mis reflexiones, desinteresadas y basadas en información de primera mano. Procurando huir del pesimismo de aquellos que ya consideran inevitable el Brexit sin acuerdo y del optimismo de los que están seguros de que Reino Unido acabara quedándose en la Unión. Nadie tiene la razón porque ambas opciones son posibles como también todas las intermedias: salida con acuerdo, salida con otro acuerdo que mantenga al Reino Unido más integrado con la Unión y prolongación del proceso durante un año más. O dos. Porque la UE tiene claro que no debe empujar al Reino Unido sino asegurarse de que es el Reino Unido el que da el paso de salir. Y es posible que no sea capaz de darlo. O que necesite bastante más tiempo para aclararse. Ahora bien, las informaciones que llegan desde el Reino Unido no son nada halagüeñas porque la polarización es tan intensa que si acabaran quedándose los problemas internos serían de tal calado que necesariamente afectarían al buen funcionamiento de la UE. Lo que no obsta para recalcar de nuevo los ingentes perjuicios políticos, económicos y sociales que supone, tanto para la UE como para el Reino Unido, la salida de este último; catastróficos si es por las malas. Vamos a ello.
Primero los datos objetivos. Como Reino Unido no aprobó el acuerdo de salida firmado con la UE antes del pasado viernes 29 de marzo, debería salir sin acuerdo – Brexit a las malas – el 12 de abril. En principio, cero márgen. Ahora bien, si Reino Unido aprueba el acuerdo antes del 10, fecha en la que se celebrará un nuevo Consejo Europeo extraordinario al efecto, es casi seguro que la UE aceptaría postergar la salida hasta el 22 de mayo, como estaba establecido para el caso de que hubiera aprobado el acuerdo antes del 29 de marzo. Habrá que estar atentos a las votaciones parlamentarias de esta semana pero es muy dudoso que Theresa May vaya a conseguir la aprobación del acuerdo. Principalmente porque se ha generado una coalición de facto entre los que quieren una separación más clara de la UE (brexiteros duros tories), lo que la quieren menos clara (principalmente laboristas) y los que abogan porque Reino Unido permanezca dentro de la UE (escoceses y algunos otros). Es lo que tiene tirar por la vía de enmedio: puede que consigas contentar a todos, pero también que no contentes a nadie.
Así las cosas, o Reino Unido sale de la UE por las malas el 12 de abril o por las buenas el 22 de mayo. Visto así la cosa es fácil. Pero no lo es porque si bien el acuerdo ya firmado genera una mayoría en contra, todavía lo es más grande contra la salida por las malas, a la que solo se oponen los brexiteros duros. De tal forma que bien podría ser que durante esta semana los laboristas negocien apoyar el acuerdo de May a cambio de que ella acepte un segundo referendum para que el pueblo ratifique que quiere salir de la UE en las condiciones pactadas. Hecho pues. No tan rápido porque es muy probable que una parte importante de los Tories se niegue a aceptar que la consecuencia de un voto negativo en el referéndum sea que el Reino Unido permanezca en la UE sine die. Es decir, solo aceptarían un referéndum binario – o Brexit con el acuerdo de May o Brexit sin acuerdo. Lo cual no es suficiente para los laboristas. Sigamos para bingo.
Por tanto, a finales de semana es probable que las cosas sigan parecidas a como acabaron la anterior pero las opciones estén más perfiladas. Era el objetivo perseguido cuando decidieron proceder a votaciones “indicativas”. Lo lógico es que la mayoría contra un Brexit sin acuerdo siga creciendo, en mayor medida que el apoyo al acuerdo ya firmado. En tales condiciones, es posible que Theresa May pida un aplazamiento más largo, bastante más allá del 22 de mayo. La lógica sería inapelable: el acuerdo negociado ha sido rechazado varias veces, no queremos Brexit por las malas y necesitamos más tiempo para ponernos de acuerdo sobre qué Brexit queremos. Miel sobre hojuelas para Bruselas.
La UE ya ha dejado claro que si se diera ese supuesto estaría dispuesta a un aplazamiento más prolongado pero con condiciones. La primera, que el Reino Unido celebre elecciones al Parlamento Europeo el 23 de mayo. De ahí que la fecha de salida automática sea el 12 de abril, que es la fecha corte para organizar tales elecciones. Parece paradójico que un país que quiere salir tenga que celebrar elecciones pero es absolutamente indispensable. ¿Qué pasaría si finalmente no abandona la UE? ¿Qué pasa con el derecho al voto en esas elecciones de los ciudadanos de la UE que residen en Reino Unido? ¿Cómo defendería Reino Unido sus intereses en Bruselas durante el tiempo de prórroga – que puede llegar a fin de año o prolongarse más allá – sin representantes en uno de las dos instituciones co-legisladoras?
Por tanto, si la prolongación va más allá del 22 de mayo – no tiene mucho sentido pensar que solo un mes adicional vaya a propiciar la formación de un consenso en Reino Unido – elecciones europeas si o si. Y vuelta al número de escaños original para todos aquellos países, España incluida, a los que les había tocado en suerte algún diputado adicional en la pedrea de escaños anteriormente británicos.
¿Se imaginan el resultado en Reino Unido? Es razonable suponer que en las condiciones actuales se revirtiera la tradicional abstención masiva británica en las elecciones europeas. ¿Pero con qué resultado teniendo en cuenta las divisiones internas tanto tory como laborista? En el mejor de los casos, las elecciones europeas podrían propiciar la creación de una lista pro europea que ganara con claridad. Pero a lo peor arrasaría el ultra nacionalista UKip… A saber.
En todo caso, el aplazamiento “largo” podría ir hasta finales de 2020, que es la fecha prevista para el final del periodo de transición prevista en el acuerdo firmado por May. Es decir, según el acuerdo apenas nada iba a cambiar inicialmente, excepto que Reino Unido ya no tendría participación en la toma de decisiones. Por ello Bruselas impondría una condición adicional: limitación de voto británico en temas importantes para el futuro de la UE, como las negociaciones para el prespuesto plurianual 2021-27 que debería cerrarse a final de año. Es lo mínimo para evitar que Reino Unido ceda a la tentación de vetar acuerdos chantajeando al resto para hacer concesiones en el Brexit.
A partir de ahí el resto me parece pura especulación. El 10 de abril Theresa May puede presentarse en Bruselas a escenificar la ruptura final sin acuerdo, a confirmar que ha conseguido el acuerdo y pedir una prolongación hasta el 22 de mayo o, de rodillas, a pedir una prolongación larga aceptando todas las condiciones reseñadas. En este último caso parecería evidente que, a continuación, no le quedara otra que dimitir y convocar elecciones. Pero quién sabe, igual se escuda en que habrá elecciones europeas y lo deja también para más tarde.
Lo único evidente, a mi juicio, es que Reino Unido está sumido en una crisis política, institucional y social sin precedentes y que Bruselas tiene la sartén por el mango, lo cual es una muy buena noticia tanto para aquellos que quieren evitar más perjuicios por cuenta de la cerrazón británica como para aquellos que deseamos que finalmente Reino Unido siga en la Unión. Tanto por la importancia de lo que aporta – también en seguridad y defensa – como por la tremenda lección que supondría para la manada creciente de nacionalistas euro-escépticos que se extiende por Europa.
Excelente y clarificador artículo de LBNL sobre la situación del Brexit. Gracias!!
Excelente artículo, y elecciones ya.
Desde luego es de alabar el esfuerzo de LBNL por presentar de forma inteligible y didactica todo el confuso brexit que me recuerda mucho la torre de Babel. Nos dice LBNL que la parte mejor es que la CE tiene la sartén por el mango, pero también nos previene que lo mejor es que UK siga dentro de la UE por «la tremenda lección que supondría para la manada creciente de nacionalistas euro-escépticos que se extiende por Europa.» Si, sería infinitamente mejor que se quedara dentro para acabar con la chulería de Orban , Salvini y su guru Steve Banon que quieren conducirnos hacia el nacionalpopulismo, cuya única consecuencia es la desintegración de europa y el alineamineto de sus paises unos hacia USA, otros hacia China y unos pocos hacia Rusia.Un desastre.