Bulos

Lobisón 

Pocos días antes de la operación contra Osama Bin Laden, el presidente Obama sorprendió a la opinión pública internacional al entregar a la prensa una copia de su certificado de nacimiento, para terminar con el bulo según el cual no había nacido en Estados Unidos, y por tanto no podía ser legítimamente presidente de este país. La sorpresa de la prensa venía del hecho de que fuera necesario desmentir un rumor tan burdo.

Independientemente de las razones que llevaran a la Casa Blanca a salirle al paso a este bulo, llama desde luego la atención que hubiera alcanzado la suficiente fuerza como para que fuera necesario cortarlo de raíz. La primera explicación que se da en estos casos es la de que una parte importante de la población se maneja con muy poca información política, lo que puede hacer que presten atención a rumores que cualquier persona informada consideraría descabellados.

Ahora bien, esto ha sucedido siempre: cuando los politólogos se pusieron a estudiar en los años cincuenta y sesenta cuánto sabían los ciudadanos norteamericanos sobre la política de su país quedaron sorprendidos (y horrorizados) al descubrir que la gran mayoría sabía más bien poco. Sin embargo, ahora se diría que la credibilidad ante los bulos políticos ha crecido: hay demasiada gente dispuesta a creer que Obama es musulmán o que no ha nacido en Estados Unidos. Se diría que algo ha cambiado respecto a la ignorancia habitual de los ciudadanos.

Los periodistas, lógicamente preocupados por el incremento de la información irresponsable que ofrece Internet, achacan a este fenómeno la mayor credibilidad ante los bulos. Lo que antes sólo aparecía en medios minoritarios, marginales y nada respetables, ahora tiene una rápida difusión viral a través de la red, y llega con gran rapidez a un gran número de personas.

Este es un problema muy real: en la actualidad podemos obtener mucha más información por Internet que a través de la prensa tradicional, pero los receptores de esa información no necesariamente estamos más preparados para valorarla, algo que un periodista con experiencia sí puede hacer. Y tal y como están las cosas muchos periodistas jóvenes corren el riesgo de no tener un proceso de maduración si la prioridad de la inmediatez se impone a la reflexión sobre la verosimilitud.

Pero hay un problema previo, bastante visible en Estados Unidos y en España: hay políticos que endosan los bulos, por necedad o por el más descarado oportunismo. Si el Tea Party y el precandidato republicano Donald Trump están dispuestos a dar vuelo al rumor sobre el nacimiento de Obama, es casi inevitable que mucha gente lo crea, y quizá por ello la Casa Blanca consideró llegado el momento de cortarle las alas.

Tras la muerte de Bin Laden, la señora Aguirre se ha sentido obligada a decir que el difunto nunca había reivindicado los atentados del 11-M. Creo recordar que Al Qaeda sí lo hizo, pero ésta no es la cuestión: ¿a cuento de qué venía la observación? Pues a cortejar a un sector delirante del electorado que sigue creyendo que los atentados los organizaron ETA y ‘el comando Rubalcaba’, y que no sabemos toda la verdad sobre ellos.

Discutir sobre si se trata de personas enajenadas o simplemente oportunistas y carentes de la menor decencia tiene cierto interés, pero el hecho es que en Estados Unidos y en España vivimos un ambiente político radicalmente degradado.

63 comentarios en “Bulos

  1. Vamos a ver,Jon,el indice de popularidad puede depender de las acciones politicas,pero esa accion politica habria tenido el mismo indice de popularidad en E.E.U.U.,al dia siguiente del juramento presidencial de Obama.

  2. Insisto en que el índice de popularidad de Obama había caido por debajo del 50% y en franca caída libre. No creo en la casualidades. Tras el juramento presidencial el índice de popularidad debía estar desbordado, sin necesidad de pajarracas. Es ahora. Ha sido ahora, incluyendo las imágenes (eso sí que el teatral) de Obama, Hilarita Clinton y demás contemplando la película de Chuck Norris en directo con cara de preocupación). A otro con la burra.

  3. Bueno ,Jon,entonces te emplazo a que cuando suba la popularidad de Ziluminatius ,no lo achaques a la voluntad del partido popular…..jeje.

  4. ¿Acaso crees,apreciado Jon,que si eta dijera mañana que abandona la lucha armada definitivamente,no iban a salir los populares de la mano de la AVT para manifestarse en contra de la negociacion politica del gobierno de Ziluminatius,ensalzando la figura politica de Mayor Oreja?.

    Ay! no estamos locos,sabemos lo que queremos….en fin.

  5. A mí lo que me produce pánico no es Obama sino que aumente su popularidad tras el asesinato de BL. Lo que me aterra no es que Camps lleve corruptos en sus listas sino que haya ciudadanos dispuestos a votar esas listas, mayoritariamente. A mí lo que me acojona son mis conciudadanos, que legitiman esas burradas. Es ahí cuando me pierdo. ¿soy raro?

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    Los seis magistrados del Constitucional reunidos a esta hora. Miedo me da que se enteren que Pepe juega en el Real Madrid.

  6. Si me cuesta encontrar las similitudes entre la muerte de Couso y la de Bin Laden, no digamos lo que me cuesta encontrar las existentes entre aprobar la muerte de Bin Laden y votar a un Presidente de Comunidad corrupto. ¿Soy raro?

  7. ¿Lo ven qué fácil? 50 años combatiendo a ETA con el estado de derecho en la mano y no se nos había ocurrido: «El fiscal general de EE UU justifica la operación contra Bin Laden como un acto de «autodefensa nacional». Pero qué listos son estos americanos.

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    Usted insista, que seguro algún día lo entenderá. Ánimo.

  8. Aclaración: servidor no ha hecho comparación ni simil entre la muerte (otro eufemismo, ya que fue un crimen) de Couso y la de Bin Laden. Simplemente quería tranquilizar a los inquietos; esto es, si no pudieron encausar a los asesinos de José Couso (cosa que me hubiese gustado), no hay temor de que se siente en el banquillo el Presidente de los USA, el César, el amo del mundo. Ese era el sentido de la mención. Si existe similitud entre ambas muertes será por los uniformes de los ejecutores, solamente. Y es verdad, que enestepaís y en algunos órganos jurisdiccionales hay gente muy rara. Hay por ahí uno que por querer enchironar a Pinochet o procesar corruptos igual se vé enchironado él mesmo un día de estos.

    A mí me pasa igual que a Polonio, que me creo esas cosas que ponen las constituciones, los tratados, las declaraciones universales, y luego te quedas con un palmo de narices. En serio, creo que para zanjar este tema bastaba con el simple anuncio de la muerte del dirigente terrorista, pero sin más detalles posteriores.

    Ay, Obama, I had a dream ¡¡¡ Y ya no lo tengo.

  9. ¿Y de Mou? ¿No ha dicho nada la Sala del 61 de Mou?

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    Raro, más que raro, amigo Jon. Cómo se le ocurre decir esas cosas? «Autodefensa nacional» es lo que falta enestepais.

  10. Lllego al 60 y me voy, como en los viejos tiempos con Averlas (para él era siempre el 69).

    Yo lo que no entiendo es que para beato pidan sólo un milagro. Me parece poco, ¿no?.

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  11. 57. Muchas gracias por el ánimo. Pero dudo mucho que llegue a entenderlo por mucho que lo intente. Lamentablemente, no poseo su inteligencia.
    Me consuela que usted tampoco entienda que solo pidan un milagro para beato. A mí también me parece poco.

  12. ¡A ver, a ver,… no me sean exagerados! ¿Un milagro es poco? ¡Que las cosas ya no son como antes! ¡Ahora un milagrito hay que currárselo muy mucho! Antes era más fácil, con la espiritualidad exacerbada que flotaba en el ambiente, sólo bastaba con poner un poco de interés.

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