Carta urgente para Gonzalo López Alba

Julio Embid

Estimado Gonzalo:

Te mando esta carta con la esperanza de que, como dice la canción militar, la muerte no sea el final y en la redacción donde te destinen a partir de hoy te la entreguen. Como sé que leías también este blog de «Debate Callejero», te la dejo por aquí por si pillas wifi.Nos conocimos hace muchos años en la «Fundación Alternativas» y desde el principio nos caímos bien. Yo siempre he admirado a los que escriben bien de política y tú siempre eras de los mejores. Nuestros amigos comunes hicieron el resto y siempre te conté entre los nuestros. Escribiste un par de papers y algún capítulo del Informe de la Democracia sobre el Estado del Periodismo en España que eran excelentes. A mí me tocó editarlos y apenas tuve faena. Como decías en tu despedida de «Interviú», nos hemos acostumbrado a lo gratis y lo gratis es imposible que sea bueno.

Vivías en Carabanchel, como yo. Como los petimetres de provincias que amamos Madrid más que a nuestra familia y que queremos vivir cerca del centro, pero como no nos llega, nos tenemos que conformar con un piso viejo en la orilla pobre del Manzanares. Y al final le coges cariño al barrio. Me dijiste que «Hijos del Hormigón» era divertido pero pesimista. Ya sabes que en España todo es tragicómico. Como esta carta que hubiese preferido no tener que mandarte sin dirección.

No te perdono todavía que dejases lo de los domingos en «El Confidencial» porque escribías de la pera. Mi primer whasap del domingo desayunando por la mañana solía ser «¿has leído la columna de López Alba de hoy?» Y es que nadie conocía el PSOE como tú. Durante toda la semana llamabas a decenas de fuentes para el viernes hacer un artículo excelente que salía publicado siempre el domingo al Alba.

Recuerdo aquella vez que me llamaste para preguntar cómo veía yo a Tomás Gómez y a la PSM ante las elecciones madrileñas de 2015. Te dije que yo, de lo orgánico ni idea, que era más de tablas y clases sociales pero que «mi olfato decía» que Sánchez mantendría a Gómez como candidato a las autonómicas y si perdía lo echaría por la vía ordinaria por Congreso lo antes posible. ¿Cómo iban Sánchez y Luena a cargarse a Tomás después del inexplicable giro que hizo este en las primarias para apoyarlo frente a Madina? Además, Tomás Gómez contaba con el apoyo del partido regional ¿no? Pues bien, como es sabido, Ferraz se cargó por burofax a Callao y los mismos que meses antes habían recogido los avales para Gómez estaban haciendo un paripé de asambleas de barrio para «proclamar por proclamación» a Ángel Gabilondo como candidato para las autonómicas. Te reíste con ganas. -Tu olfato está averiado Julio-.

También escribías muy bien fuera de la política. «Los años felices» es una excelente novela que narraba de manera muy amena la prensa y el poder en la Transición. Nunca me llegaste a decir quién era aquella periodista rubia con la que el ficticio periodista leonés de la novela tenía un breve pero intenso encuentro sexual. Este verano me leí «My dear love» y me dejó mal sabor de boca. Me la leí de un trago, en un día, como los chupitos de tequila blanco. No porque no estuviera bien escrita. Al contrario, porque era una buena historia muy triste y yo, ya sabes que nunca voy a ver películas de dibujos (no me gustan) ni tristes (porque para padecer no pagas 6 euros). Probablemente se podrían comprar a tus herederos los derechos de la novela para hacer una buena película. Seguro. Pero sería triste y no me apetecería ir a verla.

No tuviste suerte con las mujeres. No eres el único. Cuando piensas demasiado y no haces lo suficiente, a veces pasa. Te prefieren como amigo. También te digo que desde pequeños se nos enseña que no se puede tener todo y al final aprendes a joderte. Y además, teclear mucho y bien suele ser compatible con disponer de mucho tiempo en soledad entre cuatro paredes sin que nadie pregunte por tí. En mi caso creo que cuanto peor estoy, mejor escribo. No sé si compartes esta reflexión de aprendiz maño de juntaletras pesimista.

Te fuiste como te gustaba. Con un artículo en «Infolibre» zurrándole fuerte a Sánchez y a Ferraz con ganas. Y aunque hoy pongan tuits lamentando tu pérdida, te despreciaban y te temían. Porque, aunque ajenos a la fontanería, tú y yo sabíamos que no todas las guerras se ganan con delegados y avales.

La semana pasada me dijiste por whasap que enganchabas a trabajar en Infolibre y Voz Populi y me alegré mucho. Te dije que vinieras a lo mío del mes que viene. Aunque no estés, te guardo un libro dedicado para dártelo en el bar de allá arriba dentro de unos años y preguntarte por el siempre ingrato y doloroso PSOE, el partido que todavía más se parece a España. Esta noche me acabaré una botella a tu antigua salud.  

Descansa en paz compañero.

 

 

 

Un comentario en «Carta urgente para Gonzalo López Alba»

  1. Un gran periodista. No le conocí pero parece que también era un gran tipo. Descanse en paz. Y gracias por homenajearlo aquí.

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