No escribir de Tamames ni del Banco de España en Barcelona

Senyor G

Escribo esto justo hoy que está la moción de censura, de la que debería hablar si me acompañase el don de la oportunidad, pero me parece demasiado complicado de afrontar ahora mismo. Quiero decir que me sabe fatal, pero cuando veo al señor Ramón Tamames solo veo un señor muy mayor y especialmente atribulado para la situación. No le daré la razón a Feijoó en aquello de “Si fuese mi padre, no le dejaría hacer esto”, no se la daré en la posibilidad de prohibir un hijo a un padre incluso en esta situación. En que las cosas del cuidado en general de la familia siempre hay más consejos que manos. Sí que se la daré en el sentimiento y sensación que creo que le acompaña al decirlo.

Sí que me sorprende la reiteración en la ex filiación comunista de Tamames, creo que sí que es una cosa a decir, pero no sé si tan reiterada dados los cambios de vinculación política que ha tenido. No podemos hacer el experimento y que alguien le diese por presentar a Verstringue desde la izquierda o así, y ver cuánto se destacaría su secretaría general de Alianza Popular o todo lo que vino después. Sigue leyendo

¿Preparados para el circo?

Carlos Hidalgo

Esta semana ya podemos ir acaparando palomitas, buscar un sitio agradable y una tele moderna para ver el lamentable espectáculo que se desarrollará los días 22 y 23 de marzo en forma de moción de censura. Tamames, el candidato propuesto por Vox, el partido proponente, parece no ser muy consciente del sainete que protagoniza y, encantado, se deja entrevistar por todo aquel que se le acerque, dejando claro que le da igual Vox, que le da igual el gobierno de Pedro Sánchez, que le da igual lo que se piense de él, que él lo único que quiere es subirse a la tribuna del Congreso para quedarse a gusto, soltando una filípica que, según se ha filtrado, tiene más retorica que sustancia.

Mi compañera Lara Hermoso, con una dosis considerable de puntería y mala leche, ja definido su intervención como “un discurso con estructura de conferencia del Club Siglo XXI”. Esto es: pretenciosa, pedante y anticuada. Sigue leyendo

Del gótico a la ciencia ficción: cambio de género al final del camino

Arthur Mulligan

Víctor Frankenstein representa un típico genio loco, un genio que rompe con toda barrera moral, social, científica y, en cierto modo, religiosa, al padecer de una megalomanía y un narcisismo exacerbado. Al igual que en la novela gótica se abren muchas preguntas sobre la ética humana, el monstruo que recrea Mary Shelley con la técnica del traspaso de órganos y tejidos es un símbolo de que todos podemos llegar a ser malvados porque la maldad vive dentro de nosotros junto a la bondad y el mundo irracional; es por eso que en su forma política moderna el gusto por la aparición de cadáveres de malvados (Franco, Queipo); viajes en el tiempo (la II República, la Guerra Civil Española) o sátiros excarcelados con pulsiones sexuales intactas, renuevan el género.

Pero como siempre ocurre en los gustos anacrónicos (uno de ellos el marxismo político) o sencillamente en la ausencia de gusto – lo kitsch o lo hortera nacional – la historia se repite, primero como drama y luego como farsa. Lo novedoso, aunque no tanto en la naturaleza (véase la capacidad mutante de los virus), es la rapidez de los cambios y de la previsión de su inmediatez, de la supervivencia de los participantes y sus clases. Sigue leyendo

Pensiones, jóvenes, autónomos, edadismo e inclusión

Juanjo Cáceres

Se anunciaba la semana pasada semana la nueva propuesta de acuerdo para el sistema de cómputo de las pensiones, que tiene como principal gancho el mantenimiento durante los próximos veinte años del cálculo de las mismas sobre los últimos 25 años trabajados, completado ahora por la alternativa de que sean 29, con el beneficio de eliminar los dos peores. Esto implica que es probable que los que, como yo, andamos cerca del medio siglo y los que lo sobrepasan ampliamente, nos jubilemos con ese modelo, si es que vivimos bastante tiempo como para conseguirlo. O como diría Batman, si vivimos suficiente como héroes del trabajo para convertirnos en villanos pensionistas.

No es mi intención revisar las entrañas de dicho acuerdo, que tal y como se ha señalado va a suponer un esfuerzo aun mayor de coste sobre las rentas del trabajo y que ya ha puesto de morros a la patronal, pero no es exagerado considerarlo la reforma menos regresiva de las que se han producido en las últimas décadas, ni puede negarse que entraña incluso elementos de progresividad. Sigue leyendo

El Silicon Valley Bank y el pánico de los megarricos

Carlos Hidalgo

Hace tan solo unos meses los bajos tipos de interés y el aumento de capital tras superar la crisis de 2008 hacían que hubiera bancos y fondos de inversión que tuvieran tantísimo dinero que realmente no sabían qué hacer con él. Los muy ricos pasaron a ser megarricos porque esos mismos fondos sobrecapitalizaron sus empresas sin ver si realmente había valor detrás de ellas o no y las criptomonedas pasaron a ser una inversión aceptable porque, qué demonios, había tanto dinero que por qué no probar.

Ahora, tras una pandemia, una crisis mundial de inflación provocada por unas redes de suministro rotas y unas empresas que no quieren bajar el ritmo de años anteriores, el dinero ha vuelto a ser tan cobarde como siempre ha acostumbrado a ser y, tras huir de las criptomonedas, empieza a huir de las inversiones mal llamadas “disruptivas”. Sigue leyendo

Disparates en los libros de texto

David Rodríguez

Los libros de texto que caen en manos del alumnado español ya han sido objeto de polémica en más de una ocasión, pero el problema está lejos de ser resuelto. Quería destacar aquí una joya que aparece en el libro de “Economía de la Empresa” de segundo curso de Bachillerato, y que hace referencia a la primera característica que según la autoría del libro presentan las pequeñas y medianas empresas: “Poca formación empresarial. El empresario tiene pocos conocimientos técnicos, que frecuentemente ha adquirido en la gestión de la misma empresa. Al gestionarla, se mueve más por impulsos y ganas que por una formación académica adecuada”.

Más allá del mantenimiento del lenguaje sexista en pleno año 2023, las afirmaciones que se realizan son completamente disparatadas, ajenas a la realidad y totalmente prejuiciosas hacia las pequeñas y medianas empresas de nuestro país. Además, destilan un cierto clasismo simplista, ya que parecen reducir las pymes al tejido comercial de nuestros barrios, donde resulta que las personas que las gestionan no tienen la formación adecuada para atender a la clientela, como si las grandes multinacionales prestaran un magnífico servicio en este sentido. Sigue leyendo

Terra baixa (Reconstrucció d’un crim)

Senyor G

No sé si conocen el argumento de Terra Baixa (Tierra Baja), obra del Ángel Guimerà (1845-1924), entre otras cosas dramaturgo catalán nacido en Las Canarias dentro del movimiento de la Renaixença (el resurgimiento de la lengua y cultura catalanas de finales del siglo XIX). Creo que no he visto esta obra de teatro pero sí que la leí durante el bachillerato.

De lo que me queda en la memoria, el argumento de Terra Baixa, que al estilo de la convención revolucionaria francesa, contrapone las tierras altas de la naturaleza, la pureza y la bondad a la tierra baja de las malas pasiones y las cosas de los hombres. De la tierra alta baja un pastor llamado Manelic para casarse en la tierra baja con la amante del señor de las tierras, de las de arriba y de las de abajo y todo lo que se mueve por ellas, incluso las personas. Ese matrimonio es para que “l’amo” mantenga su estatus dentro de las convenciones sociales y su voluntad. Se contrapone también el carácter del hombre sencillo y bueno contra el del señor dominado por las bajas pasiones y su voluntad de poder, que acaba dramáticamente con la muerte, no me atreveré a decir que justa, del malvado señor. Sigue leyendo

La cutrez

Carlos Hidalgo

Cuando se habla de delitos de corrupción muchas veces se piensa en inteligentes tramas de cientos de millones de euros que van a parar a los bolsillos de unos pocos. Pero la mayor parte de las veces los casos de corrupción se dividen en dos clases: temas involuntarios, como concesiones dadas a dedo por políticos ignorantes y con prisa que no entienden los reparos de la Intervención, o en casos deliberados, en los que los corruptos cobran por intermediar, por dejarse querer y a veces por comprometerse a solucionar un problema que no solucionan.

El llamado Caso Mediador no es de los involuntarios. Es de una trama organizada para cobrar comisiones por intermediación por supuestos favores políticos. Pero es cutre, ordinaria y salchichera de principio a fin. Los implicados hasta ahora cobraban cantidades que nunca llegaban a las seis cifras y se vendían fácilmente por comidas de lujo, fiestas terriblemente chabacanas, cajas de puros, quesos, drogas y prostitutas gratis. Cutre, sórdido y lamentable. Sigue leyendo

El wokismo, un delirio legal

Arthur Mulligan

 

Con la aprobación de las últimas leyes del Ministerio de Igualdad el desembarco del movimiento woke se ha hecho más visible si cabe, emitiendo luz propia desde el BOE para despertarnos con su sueño dogmático, sueño ligero habría que decir, porque ya ha comenzado a causar problemas prácticos y amenazas en ciernes de predecibles consecuencias. Pero ¿qué es el movimiento woke? En su formulación más breve, es un movimiento con bases americanas que parece estar afectando a sistemas inicialmente libres como la educación universitaria, o el ámbito personal tanto de anónimos como de personalidades públicas por medio de la censura de opiniones y contenidos, limitando tanto la libertad de expresión como el flujo de ideas dentro de las democracias.

Sentó sus bases al otro lado del Atlántico y luego llegó a Europa; no importamos un debate específico de los Estados Unidos sino una moda ideológica que primero establece un paradigma cultural a partir del cual se tiende a silenciar las opiniones que consideramos inoportunas o inmorales. La novedad respecto a la cultura de cancelación tal y como la conocemos ahora es que se hace en nombre de una supuesta idea del bien, de alejar las voces discrepantes, silenciarlas y pasar una factura por errores que a lo mejor se cometieron en el pasado y que sobre todo tienen poco que ver con la intención de la persona cancelada. Evidentemente no es lo mismo cancelar a una persona por una agresión sexual, cosa que está ampliamente justificada y ante la que la ley actuaría, que cancelar por un comentario erróneo, mal interpretado o sacado de contexto. Sigue leyendo

La chica del flequillo

Julio Embid

Hace tres semanas estuve en tu casa de Las Águilas, en el quinto pino, desayunando. Te llevé palmeras de chocolate, que sabía que siempre te habían gustado las marranadas dulces para comer. Me preguntaste si te veía más flaquita y te dijo que no, que desde que nos conocimos hace trece años en un segundo piso de la calle Zurbano currando en la misma Fundación Alternativas, siempre te había visto más flaquita que yo, alimentándote exclusivamente de risketos, triskis y coca-cola light. Nos reímos mucho, muchas veces estos años. Y siempre te tuve mucho cariño porque eras energía pura, una gran jefa de prensa que leía sin parar y que era capaz de vender un paper en el desierto. Allí donde trabajaste: en la FAPE, en Reporteros Sin Fronteras o en Alternativas, dejaste buen recuerdo.

Cuando llegué a tu casa me sorprendió la luz que tenía, brillaba a través del ventanal del salón. Y tus dos gaticos dando vueltas alrededor de nosotros subiendo por encima de la mesa que casi nos tiran los cafés y hablamos de cómics, de libros, de Carmen (Es di-vi-na dijiste el día que la conociste), de nuestro amigo Carlos y de tantas cosas que, estos años, desde que me había ido a Zaragoza a vivir, no nos habíamos podido contar con tanta frecuencia. Sigue leyendo