Crypto-estampitas

Julio Embid

Ayer recibí un WhatsApp de un teléfono desconocido. Decía que: «Buenas tardes, aquí tenemos un trabajo online a tiempo parcial donde puedes ganar entre 100 y 500 euros al día. Si quieres un trabajo por favor respóndeme». Miré el teléfono y por su prefijo descubrí que era un teléfono de Iowa (EEUU). Yo que no conozco a nadie de Iowa, ni prácticamente a nadie que viva en Estados Unidos, empecé a sospechar. Después ví que el salario era bastante desproporcionado. Dudo que haya pocos no futbolistas, ni notarios, ni farmacéuticos en pandemia que ganen 500 euros al día por una jornada a tiempo parcial.

Evidentemente decidí contestar con el troleo y hacerme pasar por el capitán de un crucero de batalla estelar caótico en guerra aeroespacial contra los Ángeles Oscuros. Mi interlocutor no quiso continuar, ni ofrecerme más la oportunidad de ganar esos dineros, cuando yo lo que necesitaba eran misiles de vórtice y cañones de plasma. Sigue leyendo

Los imperios que caen

Juanjo Cáceres

A finales del presente mes de octubre saldrá a la venta en España el último libro de Peter Heather, ¿Por qué caen los imperios?, un trabajo en el que se propone comparar el declive del Imperio Romano con el declive actual de Occidente, en particular tras la crisis de 2008.

De Peter Heather he de decir que es un magnífico estudioso del periodo que en general denominamos antigüedad tardía y que a lo largo de los años se han publicado tres notables trabajos suyos en castellano, lo que constituye una excelente noticia en un país que, por lo general, hace caso omiso a monografías que aborden periodos anteriores al siglo XX. La que en mi opinión es su obra más importante, Emperadores y bárbaros, nos ofrece una visión renovada del proceso de transformación del imperio romano occidental en un conjunto de reinos gobernados por pueblos de origen germánico, que serán los que darán forma a ese periodo tradicionalmente habíamos denominado Alta edad media europea. Esta importante contribución, además, está claramente complementada por otra de sus monografías, la cual, en mi opinión, resulta menos innovadora, pero que resulta sin duda relevante: La caída del imperio romano. Sigue leyendo

“Ponme la novela, hija”

Carlos Hidalgo

Hace mucho tiempo que Telefónica encargó a un grupo de sociólogos que estudiaran a sus clientes y cómo eran atendidos por el infame 1004. De ese estudio se extrajeron muchas y muy interesantes conclusiones que, por supuesto, fueron debidamente ignoradas por la empresa por entonces presidida por César Alierta. Una de ellas era que había clientes que contrataban servicios digitales pero que deliberadamente se negaban a aprender a usarlos. Entonces se daba lo que esos sociólogos denominaban un proceso de “infantilización”, por el que los clientes no sólo no querían aprender a manejar los productos de Telefónica, sino que exigían a los técnicos que les arreglasen el ordenador o les programaran el microondas.

Todos conocemos a personas mayores y no tan mayores que se niegan a aprender a usar cosas que utilizan todos los días. Algunos ufanos, como seña de identidad y sin querer reparar en que luego andan cargando a los demás con cosas que deberían saber hacer ellos, no más difíciles que sintonizar un transistor o usar un horno de gas, pero que deliberadamente evitan. Así que a todos nos sonará la frase de “hija, ponme la novela”, que dirán muchas madres que necesitan ver su hora diaria de dramas, pero no quieren molestarse en pulsar un número en el mando a distancia de su televisor. Sigue leyendo

Cien cañones por banda

Julio Embid

Esta semana en casa hemos estado viendo la serie de Netflix «One Piece» basada en el cómic manga del japonés Eiichiro Oda, que ya había sido adaptado previamente a los dibujos animados (Anime). Este cómic, que ha batido todos los récords de ventas en Japón y en todo el mundo, más de 500 millones de ejemplares sus 106 volúmenes, ya ha superado a mangas clásicos como «Bola de Dragón» o «Caballeros de Zodiaco». Uno de sus volúmenes batió el récord mundial de impresión en una primera tirada con 3,5 millones de ejemplares. En un mundo donde todo es digital, esto es una proeza y Netflix vio y compró los derechos como un filón de mineral por explotar.

«One Piece» es una historia juvenil de piratas, en un mundo imaginario, donde los protagonistas forman una tripulación (la banda del sombrero de paja) de un barco pirata que busca un tesoro perdido llamado One Piece. Mientras tanto les persigue una policía marítima llamada «Los Marines» al servicio del Gobierno Mundial y otros barcos piratas que quieren apoderarse de lo mismo. Sencillo, fácil y para toda la familia. Y muy bien rodado. Sigue leyendo

Debateros de guardia

Alguien

Un año más nos damos un descanso en agosto aunque este año algo más tarde de lo normal por necesidades “electorales”. Tampoco va a ser mucho porque volvemos a la carga el lunes 4 de septiembre. Quizás para entonces tengamos algo más de claridad sobre la investidura – ¿se presentará finalmente Feijóo? ¿Esperará Sánchez a que pase la Diada para hacerlo? – y sobre alguna otra cosa – ¿conseguirá Ucrania romper finalmente las filas rusas y empezar a recuperar territorio significativamente? ¿amainará o se intensificará la tensión con China sobre Taiwan? – pero probablemente no demasiada porque son pocos días y, además, estamos tod@s tratando de disfrutar de las vacaciones.

Por supuesto el blog permanece abierto para que quién quiera deje sus comentarios sobre lo que tenga a bien, y quién quiera conteste si le parece.

¡Qué descansen y disfruten todo lo que puedan, especialmente los trabajados articulistas que mantienen este blog vivo temporada tras temporada!

La depresión y los suicidios se ceban en una Cuba azotada por la crisis y el desencanto…

Senyor G

Después del titular “La depresión y los suicidios se ceban en una Cuba azotada por la crisis y el desencanto” que me llevó a leer la noticia en el formato papel del 15 de mayo de 2023 lo primero que me llamó la atención es la foto con su pie “Una familia en su domicilio de La Habana, capital de Cuba”. No explica mucho la relación con la noticia, pero es claramente una imagen de algún drama del tercer mundo, muy dramática y chocante. Que diga que sea en papel y que sea el periódico de este mismo año es importante para lo que sigue.

Números y datos.

En el artículo se habla de casos diversos, algunos parecen ciertamente recientes y otros se remontan a uno de los padres del marxismo y del movimiento obrero español, Paul Lafargue: cubano y yerno de Carlos Marx. Pasando por líderes destacados de la revolución cubana como Haydee Santamaría y Osvaldo Dorticós o críticos con ella como Reinaldo Arenas. No entro en la situación de Cuba en todos estos años, ni en la vinculación de estos suicidios con las crisis de Cuba y su revolución, ni si en España por ejemplo se habla siempre de muertes por suicido de forma directa o elíptica. Sí de que Haydeé Santamaría tiene suficiente entidad como para no ser presentada como la hermana de nadie. Pero sobre todo quiero entrar en cómo ponderar la gravedad de los datos y los números de los que se habla en el artículo, en una primera lectura no fui capaz. Los datos del artículo:

De acuerdo con las últimas estadísticas disponibles, la tasa de suicidios es de 14,11 por cada 100.000 habitantes, por encima de la media a nivel mundial, que es de 9,49. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ubica a Cuba en el séptimo lugar en la región. La mayor cantidad de casos se da entre las personas que pasaron los 60 años. El 70% de los episodios involucra a los hombres.Sigue leyendo

Dos idiotas irresponsables

Carlos Hidalgo

Como sabréis por artículos míos anteriores, siento una desconfianza y una aversión especial por los machitos millonarios de Silicon Valley. Más de una vez he dicho que son tan grotescos, tramposos, malvados y caprichosos como los villanos de James Bond, pero sin que el Estado pueda mandar a un agente Doble Cero para meterles en cintura.

Hablemos de dos de estos millonarios, Mark Zuckerberg, el creador de Facebook y dueño de su empresa matriz, Meta. Y de Elon Musk, el heredero de una mina de esmeraldas sudafricana y ahora dueño de Tesla, Space X y Twitter.

Zuckerberg, en una absurda huida hacia adelante para no afrontar su responsabilidad por la violación de la privacidad en Facebook, su uso para diseminar noticias falsas y la falta de control de sus contenidos, que ha costado (sin exagerar) miles de vidas; Zuckerberg, decíamos, en lugar de intentar arreglar Facebook metió miles de millones en llamado “metaverso”, que viene a ser reinventar internet para que sólo pueda navegarse con gafas de realidad virtual. Sigue leyendo

El tablero del fútbol global

Juanjo Cáceres

Casi sin que nos diéramos cuenta, fueron asentándose en nuestros comedores. Venían con fuerza, pero la pandemia les dio el impulso definitivo. Desde entonces, buena parte de los hogares españoles quedaron conectados a Netflix, como muchos otros ya lo estaban a Movistar. Estar suscritos a streamings diversos, llámense Disney+, HBO, Apple TV, Filmin, Amazon Prime, DAZN y un larguísimo etcétera, se ha convertido en algo tan habitual en las familias, como unos años atrás era descargar productos piratas en redes P2P o con torrents – que, por cierto, no por ello han dejado de existir. Pero la noticia no es que ahora aceptemos de buen grado pagar un servicio de streaming por ver series y partidos en nuestras televisiones de altísima definición, cuando antes, ni pudiendo, lo hacíamos, sino lo que ello representa: que las grandes empresas globales se han colado en casa. Y si las llamamos globales, es porque ese servicio de streaming que recibimos, tiene básicamente el mismo catálogo que ofrecen en Londres, Budapest, Nueva Delhi, Hong Kong y Los Ángeles, lo que implica que son servicios dirigidos a audiencias globales, entre las que cada uno de nosotros no somos mucho más que un átomo. Sigue leyendo

Disparates en los libros de texto

David Rodríguez

Los libros de texto que caen en manos del alumnado español ya han sido objeto de polémica en más de una ocasión, pero el problema está lejos de ser resuelto. Quería destacar aquí una joya que aparece en el libro de “Economía de la Empresa” de segundo curso de Bachillerato, y que hace referencia a la primera característica que según la autoría del libro presentan las pequeñas y medianas empresas: “Poca formación empresarial. El empresario tiene pocos conocimientos técnicos, que frecuentemente ha adquirido en la gestión de la misma empresa. Al gestionarla, se mueve más por impulsos y ganas que por una formación académica adecuada”.

Más allá del mantenimiento del lenguaje sexista en pleno año 2023, las afirmaciones que se realizan son completamente disparatadas, ajenas a la realidad y totalmente prejuiciosas hacia las pequeñas y medianas empresas de nuestro país. Además, destilan un cierto clasismo simplista, ya que parecen reducir las pymes al tejido comercial de nuestros barrios, donde resulta que las personas que las gestionan no tienen la formación adecuada para atender a la clientela, como si las grandes multinacionales prestaran un magnífico servicio en este sentido. Sigue leyendo