Sobre la supervivencia

Juanjo Cáceres

Las perspectivas sobre la supervivencia son múltiples y variadas. Durante nuestras primeras etapas de entendimiento nos encontramos con algo llamado “la ley del más fuerte”, que sugería que fortaleza, poder y supervivencia iban de la mano. Con el paso de los años, en cambio, otros conceptos se fueron abriendo camino: en particular, la resiliencia, entendida como la capacidad de adaptarse a las circunstancias en condiciones de adversidad. Entre ambas existe un elemento en común y una diferencia sustancial. El elemento en común es el hecho de que una cualidad específica, ya sea la fortaleza o adaptabilidad, adquiera potencia explicativa para explicar la evolución de las personas de forma individualizada. La diferencia, en cambio, es que, si la primera pone el énfasis en la capacidad de imponer nuestras decisiones a terceros, la segunda apela a la capacidad de evolucionar adaptándonos a circunstancias diferentes. No se trata, pues, de dos maneras distintas de decir lo mismo, ni admiten una clara integración. Pese a que pueden establecerse relaciones entre ambas, el poder explicativo de por qué se han producido unos logros queda claramente focalizado en una de ellas.

Haciendo un símil con el mundo del fútbol, podríamos considerar que Messi o Yamaal son singularmente fuertes entre los futbolistas, pero también es verdad que en ambos casos se detectan condiciones de resiliencia, ya que su necesidad de adaptarse a condiciones adversas es bien conocida en las biografías de ambos. Pero justamente esas situaciones nos hablan de variables coincidentes, no interdependientes, ya que el talento singular es lo que crea las condiciones para convertir, potencialmente, a un deportista en una estrella. Es más tarde cuando tanto su resiliencia como su fortaleza mental incidirán en las posibilidades y límites de lo que puedan o no alcanzar. Sigue leyendo

Algo va mal

Arthur Mulligan

Así se titula en español el importante y valiente manifiesto del historiador Tony Judt en defensa de la socialdemocracia europea y su contribución a la creación de esa extraordinaria forma de vida colectiva cuya sostenibilidad según algunos de sus partidarios solo puede ser cuestionada por sus críticos mediante una dosis de mala fe.

El valor que tuvo al escribir este texto político, expresión concentrada de las preocupaciones de toda una vida en medio de las condiciones dramáticas que le imponía su enfermedad, merece nuestro respeto y admiración por su coraje cívico sin que ningún tipo de condescendencia por los estragos que la esclerosis lateral amiotrófica, «una suerte de condena sin redención posible» en sus propias palabras, afectara a la alta calidad de una narrativa alrededor del Estado de bienestar.

No obstante, como en toda obra humana, por mucho que se admire ésta, las ideas tienen que pasar por el tamiz de la crítica una vez que la biografía de su autor y nuestras simpatías tomen acomodo en la sombra. No hay contradicción en ello.

Y lo primero que destacaría en este libro singular es un poderoso sentimiento de nostalgia que refrenda, en mi opinión, alguno de los títulos de los seis capítulos en que se divide la obra: El mundo que hemos perdido; La insoportable levedad de la política; ¿Adiós a todo esto?; ¿Qué nos reserva el porvenir?

Existe una disonancia primigenia entre los valores predicados en su momento dulce, aquel en que se hace realidad por primera vez el Estado de bienestar surgido en Europa después de la II Guerra Mundial basado en un ideal de vida austera, honestidad, pedagogía del esfuerzo, meritocracia o el trabajo bien hecho, y la evolución real del Estado de bienestar. Sigue leyendo

Mi primera juventud… sin redes sociales

Outis

Hago el ejercicio de reflexión. Pienso en mi vida escolar durante finales de los 80 y comienzos de los 90. Fueron buenos tiempos.

Correr para llegar a tiempo y hacer un quiebro de cadera para poder entrar antes que el profe al aula. Llevar encima diez libretas más los pertinentes libros si eras un friki (culpable) y estabas decidido a sacar las mejores notas, aunque tu espalda muriese en el intento.

Correr al kiosco para comprar a tiempo el diario y estar informado cada día. Ir a la biblioteca suplicando en voz baja que no se hubieran llevado el último libro acerca del que el profe había pedido un trabajo, y maldecirlo en voz alta por ponerte las cosas difíciles. ¿Recordáis lo que costaban los libros en inglés, si los encontrabas?

Quedar con los colegas a las cinco de la tarde para ver una peli. Y una vez más, plantado como un árbol porque te llegaban tarde echándole la culpa al metro y no a su falta de seriedad. Te callabas y les dejabas pagarte la entrada más las palomitas. Todo pecado tenía un precio. Sigue leyendo

Algunos hombres huecos

Alfons Salmerón

Soy de combustión y procesamiento lentos. Empecé a pensar en este artículo justo cuando estallaba el caso Errejón, y cuando ya casi todo estaba dicho y me había podido crear una opinión propia al respecto, ocurrió la tragedia de la DANA en la Comunidad Valenciana. Sigo en estado de shock con todo lo que ha ocurrido, veo las imágenes y no me lo acabo de creer, siento tristeza, rabia e impotencia y no puedo dejar de pensar en el dolor de todas esas personas que han perdido a sus seres queridos, su casa o su negocio y pienso en el sentimiento de abandono que deben experimentar en mitad de todo ese terrible caos. Mientras tanto, siguen vertiendo opiniones perfectamente claras al respecto, opinadores por doquier que tienen perfectamente claro lo que ha ocurrido y señalan sin ambages a los culpables. Yo sigo estupefacto, incapaz apenas de reaccionar cuando se cierra el escrutinio en Estados Unidos con la contundente victoria de Donald Trump y el mayor fracaso demócrata en 35 años con Michael Dukakis. Pienso, medio aturdido, que mi mundo se derrumba y no consigo salir de mi estupor.

No, éste no va a ser un artículo con demasiadas respuestas. Ocurre que mi andamiaje ético y moral, se resiente ante demasiadas situaciones que lo violentan. Mi gestión de las expectativas es nefasta porque he sido programado para esperar una respuesta determinada y lo que sucede es justamente lo contrario.

Mentiría si dijera que no me extrañaron para nada las denuncias contra Errejón. Los testimonios de las mujeres que han denunciado en redes o ante un juzgado no pueden dejarnos indiferentes. Se trata de violencia, sin eufemismos. Sus consecuencias penales las determinará un juez pero desde el punto de vista de la razón ética, como sujeto humano, y moral, al tratarse de un responsable político, su comportamiento es completamente inaceptable. Celebro su dimisión pero no es suficiente. Su carta me repugna. Es la justificación de un perverso. Detesto a su vez la cultura de la cancelación porque en mi imaginario de lo que deben ser una comunidad humana y la justicia bien administrada todo el mundo ha de tener derecho al perdón, a una segunda oportunidad. Lo que ocurre es que no puede haber perdón sin reparación. Y su carta lejos de reparar nada, y asumir como un adulto las consecuencias de sus actos, se escuda de manera torticera en una construcción intelectual. Primera decepción respecto a mis expectativas. Sigue leyendo

Las desigualdades climáticas también matan

David Rodríguez Albert

Muchos son los informes publicados en los últimos meses sobre el incremento de las desigualdades a todos los niveles. En febrero salía a la luz un estudio sobre las diferencias existentes a nivel mundial, y en mayo otro sobre la inequidad en el caso de España. Hay que agradecer a Intermón Oxfam la realización de estos trabajos, que desde mi punto de vista deberían ser centro del debate político en estos momentos. Sin embargo, como suele suceder en tiempos de crisis política y civilizatoria, la inmensa mayoría de medios de comunicación ocultan estos datos y sitúan la discusión en otros asuntos que dan alas a la ideología neoliberal e incluso a los postulados de la extrema derecha. Por fortuna, aquí podemos escribir sin estos condicionantes y tratar otros temas que deberían ser más cercanos al interés general del que tanto se habla.

Con motivo de la celebración de la COP 29 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que se va a celebrar en Bakú este mes de noviembre, Intermón Oxfam ha dado a conocer hoy un ilustrativo informe bajo el título “La desigualdad de las emisiones de carbono mata”. Uno de los titulares más llamativos que se ha abierto paso (discretamente) en algunos medios hace referencia a las emisiones de los multimillonarios a través de sus aviones privados. Por ejemplo, el aclamado Jeff Bezos genera en un año el mismo volumen de carbono que un trabajador medio de Amazon en otros 207 años. Sin embargo, este dato, siendo sangrante, puede ser llamativo pero ni mucho menos es el más significativo a nivel global, como trataremos de comentar a continuación. Sigue leyendo

Golpe a golpe

Julio Embid

El fin de semana pasado el campeón español de origen georgiano Ilia Topuria derrotó al estadounidense Max Holloway en una velada de “artes marciales mixtas” para conservar el cinturón de peso pluma de la empresa UFC. En dicho combate, que duró 1 minuto 34 segundos, los dos luchadores se dieron de lo lindo ganando Topuria por un KO por puñetazo. El programa deportivo de Onda Cero, llamado Radio Estadio, dirigido por Edu García, anunció que no daría información de los combates de Topuria porque “lo que hacen la UFC y Topuria no es deporte, porque el deporte y la violencia no casan y a la violencia gratuita no le da cobertura en su programa”. Las redes sociales se llenaron de múltiples mensajes de anónimos hombres jóvenes muy españoles y muy heterosexuales insultando al programa y a su director.

Una vez estuve en una velada de “artes marciales mixtas” hace veinte años, en 2004 y la recuerdo perfectamente. Fue en un bar de carretera en un polígono en las afueras de Zaragoza, en Cuarte de Huerva y en el típico restaurante de menú del día de primero, segundo y café o postre, a buen precio, montaron un ring con sus doce cuerdas, trajeron una ambulancia por lo que pudiera pasar, y ofrecieron una velada de seis combates. Se zurraron de lo lindo y más de uno terminó con la cara como un mapa. Al salir del baño, vi como un joven nacional con el pelo más rapado de lo necesario me chocaba la mano porque había ganado (él, no yo que nunca me he peleado con nadie) y yo me lo había perdido. El tatuaje de la 250 División Azul en su espalda me indicó que ese no era mi lugar y que ojalá no me hubiera chocado la mano. Afortunadamente en aquel entonces los móviles no llevaban cámara. Pero vamos, yo era un joven estudiante de periodismo al que le habían invitado a una locura una noche de sábado. Sigue leyendo

Una serie de catastróficos errores

Marc Alloza

Así ha quedado otro caso de contaminación ambiental grave: archivadas las causas judiciales y hasta la próxima. Como se dice popularmente, la mejor defensa es un buen ataque.

Todo empezó hace muchos años, en los albores del pasado siglo, cuando una serie de industrias de varios sectores textil, eléctrico, química, talleres, entre otras, se instalan en un pueblo costero a lado de una gran ciudad. Dicho pueblo no sólo tiene la suerte de tener mar sino también desemboca en su pequeño municipio un río. Rio en cuyo curso también se instalaron otras industrias que no se caracterizaban por su respeto al medioambiente. Con el tiempo han desfilado todo tipo de industrias salvo nucleares, que se sepa, que competían entre ellas para ganar la copa del mundo de la contaminación: térmicas de carbón y de fueloil, industria pesada, procesado de alquitranes, fábricas de vidrio, tintes textiles, herbicidas, DDT, pinturas, detergentes… Como triste anécdota comentar que en los 70, componentes fabricados en “Negociudad”, fueron rociados por la US Air Force sobre la selva y no selva vietnamita en forma de napalm y agente naranja. Todo el progreso concentrado en el mismo sitio convirtió un paraje natural en otra cosa. Sigue leyendo

Algunas lecturas recientes de interés

Lluís Camprubí

Por si es de utilidad, paso a recomendar algunes lecturas recientes sobre mis principales temas de interés.

Sobre Palestina, y el rol incendiario de Israel en la región, me han interesado esta contribución del Crisis Group A Wider Middle East War Can Still Be Stopped y este podcast de Sanam Vahil de Chatham House alertando sobre una evolución del liderazgo estadounidense hacia una mayor comprensión/tolerancia de la estrategia de Israel.

Sobre Ucrania, esta entrevista a la eurodiputada Carola Rackete sobre la necesidad desde la izquierda de apoyar a Ucrania y permitir que pueda usar armas de largo alcance contra objetivos militares ubicados en Rusia. Así mismo, son de interés diversos artículos (en particular los de Chelsea Ngoc Minh Nguyen y José Antonio Sanahuja), de la publicación de Nueva Sociedad: Guerra, Paz y multilateralismo.

En este sentido, el libro coordinado por Carlos Corrochano “Claves de Política Global” me está resultando de mucha utilidad para actualizar el pensamiento progresista en relaciones internacionales. Como explica en una entrevista: “El único internacionalismo posible es el que apoya a Palestina, Ucrania y Sáhara Occidental”. Sigue leyendo

De la derrota

Juanjo Cáceres

En los últimos días se han dado a conocer las caras de la tercera candidatura que disputará la presidencia y el resto de órganos internos de Esquerra Republicana de Catalunya, entre finales de noviembre y mediados de diciembre, de acuerdo con el mecanismo de renovación a dos vueltas previsto en sus estatutos y reglamentos.

La tercera candidatura, denominada Foc Nou, la impulsa Alfred Bosch, exconseller dimitido en su día tras la denuncia de acoso sexual en la Conselleria contra su exjefe de gabinete, no sin fuertes tensiones internas. Se han sumado al impulsor, en sus puestos más visibles, figuras unidas por la desgracia. Como candidata a presidenta Helena Solà, exconcejala de Cerdanyola, que lideró las listas del municipio en tres convocatorias electorales y formó parte del gobierno municipal durante tres años, siendo sustituida para la convocatoria de 2019 como alcaldable por Albert Turón. También, como candidato a la vicepresidencia y portavoz de la candidatura, Gabriel Fernández, exalcaldable de origen uruguayo y portavoz municipal de ERC en Sabadell, cuyo resultado electoral consistió en pasar de 10 en 2019 -no siendo él alcaldable- a 3 concejales en 2023.

Les une, pues, a todos ellos, el frágil hilo de la salida en falso y de la muerte política sobrevenida, a lo que en la actualidad responden con una propuesta de candidatura que centra su relato en el rechazo al acuerdo con el PSC, recordando una y otra vez que son los del 155 y prometiendo que, pese a todo, de obtener esa victoria interna, respetarán el pacto alcanzado. Sigue leyendo

De Frente

Julio Embid

Soy socio del Atleti. Sí, a pesar de ser maño y vivir en Zaragoza, soy aficionado del Atlético de Madrid desde hace un porrón de años, seguramente por haber pasado mi juventud en Carabanchel y las mejores alegrías de mi vida en el estadio Vicente Calderón, donde acudíamos a millares los que gustan de fútbol de emoción. Ser del Atleti es de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Eso sí, jamás me verán decir tacos, ni insultar al árbitro o al equipo rival, ni tan siquiera al otro equipo de la capital, seguramente porque mi padre, socio del Real Zaragoza desde hace la tira de años, jamás lo ha hecho. Al fútbol uno no va a insultar o a pegarse. Se va a animar y a comerse un bocadillo frío. Y a disfrutar si gana tu equipo, y si pierde, pues la semana que viene habrá otro partido.

En el Colegio Mayor de Madrid donde estuve hace 23 años estudiando, tuve un compañero de habitación que era ultra de un equipo de fútbol. Sólo leía una revista llamada Superhincha o Superultra o algo así donde hacían reportajes a peñas ultras de equipo de fútbol tapando la cara de los protagonistas en las fotografías o con bufandas y pasamontañas para que no sé les reconociese. Un día le pregunté que si no hacían nada malo, ¿por qué llevaban la cara cubierta? “Para no tener problemas con la policía. Con las otras peñas sí queremos tener problemas”. Lo más curioso es que en aquella España pre-móviles con internet y pre-whasap las quedadas para hostiarse antes de los partidos de fútbol se hicieran mediante anuncios en esa revista o en foros de internet. Mi compañero de habitación que más de un lunes vino con el ojo morado de algún desplazamiento de su equipo decía siempre: peor han quedado los otros. Sigue leyendo