Arthur Mulligan
La Ministra Pilar Alegría sonríe, conjuga mal un verbo, crítica al Tribunal Supremo porque, en su opinión, anular un Real Decreto del Consejo de Ministros que nombró al Presidente del Consejo de Estado no respeta la separación de poderes, a pesar de no cumplir los requisitos. Es decir, no se entera de nada, porque ella se fija en que debe nombrarse libremente pero no atiende a la condición simultanea de que sea un/a jurista de reconocido prestigio, algo que no cumple Magdalena Valerio.
Por otra parte, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha anulado el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de sala (la máxima categoría de la carrera) que realizó el Gobierno en octubre de 2022, por considerar que supuso un ejercicio de “desviación de poder” por parte del Fiscal General. La sentencia que emite ahora el Supremo considera acreditado que la finalidad buscada por el Fiscal General del Estado fue «asegurar a doña Dolores Delgado García su promoción a la máxima categoría de la carrera fiscal, tratando de llenar lo que, en opinión del proponente, es una carencia de la legislación en vigor». Además, considera que la resolución de convocatorias para estas plazas debería proveerse «con arreglo al criterio del mérito».
De modo que todos los poderes están sometidos al imperio de la Ley, algo que disgusta a Sánchez y a los ministros de Sánchez, algunos de los cuales carecen de formación y se les nota. Sigue leyendo