Carlos Hidalgo
Como pasa tantas veces al hablar de política internacional, la gente confunde al país con sus gobernantes. La tragedia de Marruecos, donde a esta hora se cuentan más de 2.000 muertos y decenas de miles de heridos, ha desencadenado en X, la red social antes conocida como Twitter, una cascada de mensajes racistas, xenófobos y cargados de odio que es difícil de digerir para nadie, excepto para quienes regurgitan semejantes rebuznos.
Pese a que es un país vecino cuyos intereses chocan demasiado con los nuestros, Marruecos es también un país maltratado, una pseudo democracia vigilada por una monarquía absoluta, más parecida a la Francia prerrevolucionaria del XVIII que a una monarquía parlamentaria moderna, como la de España. Sigue leyendo