Certezas y errores

MCEC

Acostumbra Rajoy cuando sale de Moncloa a subirse al estrado de Génova a denunciar que no ha recibido las «certidumbres» que buscaba y que España necesita para poder confiar en el Presidente del Gobierno. Desde que es Presidente del Gobierno Zapatero ha reconocido varias veces haber cometido algún error, por raro que eso sea en política. Sin ir más lejos durante el pleno parlamentario del lunes reconoció pública y formalmente que su frase del 29 de diciembre asegurando que el año que viene estaremos aún mejor» habí­a sido un error teniendo en cuenta el atentado mortal del dí­a siguiente. Así­, de memoria, recuerdo también haberle oído reconocer que su pronunciamiento sobre las elecciones alemanas dando a entender que su amigo Schroeder podría seguir gobernando había sido una torpeza. Y buceando más atrás en el tiempo, recuerdo también su reconocimiento de que habrí­a sido mejor no pronunciar aquellas palabras en Túnez afirmando que la situación en Irak sería mejor si los demás países se retiraran como España había hecho. Detesto el recurso fácil de tanto líder socialista de aludir a la foto de Azores cuando quieren atacar al PP y no encuentran mejor argumento a mano. Huele. Pero a la luz del caos reinante en Irak, descrito con crudeza por el informe publicado por las Naciones Unidas ayer (bombas, milicias sectarias, escuadrones de la muerte ¡34.000 muertos en 2006!), se me antoja pertinente recordar que hasta la fecha ningún representante del PP ha reconocido ni por asomo que el alineamiento del Gobierno Aznar con la ocupación de Irak fue un error morrocotudo.La razón principal aducida para justificar la invasión fueron las armas de destrucción masiva que Aznar, ya depuesto, seguía diciendo que no tenía duda algún dí­a aparecerían. Muchos de los que apoyaron la guerra en Estados Unidos han admitido su error, incluidos muchos republicanos significados como Colin Powell, el Secretario de Estado llamado a jugar aquel infame papelón en el Consejo de Seguridad que con tanto candor apoyó nuestra Ministra de Exteriores Ana (de) Palacio.En cambio todaí­a no hemos escuchado ni una sola voz del Partido Popular que admita su error respecto a Irak. Ni Ana Palacio, ni Arístegui, ni Moragas, ni Aznar, ni por supuesto Rajoy. Lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que nunca, lo que se dice nunca, hemos podido oír a alguien del PP admitiendo que la gestión del 11-M fue, no ya una burda manipulación, sino cuando menos un error.Como tampoco les hemos oído aceptar sin reservas la autorí­a islamista del atentado. Al contrario, tuvimos la vergüenza de escuchar al ex Presidente Aznar aludir oficialmente (porque estaba testificando ante una Comisión de investigación parlamentaria) a que el atentado habí­a sido planificado en Francia y/o Marruecos. Y de oír a Acebes y a Zaplana repetir la consigna sin cesar.Cuando el Presidente Bush admitió la equivocación sobre las armas de destrucción masiva, el Partido Popular se sumó a su tesis de que la derrota del terrorismo y la extensión de la democracia a Irak eran razones válidas por sí­ solas para justificar la guerra. Pues bien, el terrorismo en Irak no da señales de remitir. Al contrario. Y las probabilidades de que Irak se convierta en una democracia real a medio plazo son, siendo suaves, remotas.Lo anterior sirve para ilustrar la diferencia de talante entre el Presidente del Gobierno Zapatero, capaz de admitir errores y torpezas, y el ex Presidente Aznar y el que tiene toda la pinta de que nunca será Presidente Mariano Rajoy, incapaces de reconocer sus equivocaciones. Pero también viene a colación por el tremendo fracaso que supone la guerra de Irak en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo.Por si hacía falta una prueba, Irak ha demostrado a las claras que la guerra unilateral y preventiva no es la mejor vía para hacer frente a una amenaza a la seguridad internacional, por severa que sea y por maligno que sea el régimen que la esgrime. Como es evidente, el uso de la fuerza militar como último recurso es mucho más eficaz cuanto mayor sea el consenso internacional para hacerlo.La debilidad actual de EEUU ha obligado al Presidente Bush a negociar con el resto del Consejo de Seguridad, lenta pero seguramente, la respuesta a la amenaza nuclear iraní. De seguro que si EEUU o Israel llegan a lanzar un ataque unilateral contra las instalaciones nucleares iraníes, los voceros del PP correrían a copar micrófonos y tribunas periodí­sticas para ensalzar el valor y la firmeza demostrados sin pararse a pensar en las descabelladas consecuencias para todos de semejante locura.Pero no es válido achacarles errores futuros de los que la sensatez ajena todaví­a puede salvarles. Lo que si es legítimo es acusarles de haber errado suficientes veces en los últimos tiempos y de haberlo hecho sobre cuestiones tan graves como Irak o el 11-M como para afirmar que los que no son en absoluto fiables para dirigir el Gobierno de España son ellos. Y en particular para dirigir la lucha antiterrorista, que exige un sutil equilibrio de prudencia, tino, capacidad de alianza y firmeza del que carecen completamente.Los líderes del PP no reconocen errores nunca, sea en política internacional o en política interior, porque no se equivocan nunca. No pueden equivocarse porque son iluminados, es decir, se equivocan casi siempre. También cuando trasladan su ardor guerrero a la lucha contra el terrorismo en nuestro país. Al Señor Rajoy le siguen faltando las certidumbres, pero en cambio yo tengo la certeza de que ni él ni ninguno de los actuales lí­deres del PP debe dirigir la lucha contra ETA.

 

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