Barañain
El desmoronamiento de UPyD, el trasvase de efectivos de esta organización a Ciudadanos y sobre todo el impúdico reciclaje de algunos de sus candidatos electorales me parecen reveladores de la levedad del impulso regeneracionista de los “emergentes” actores políticos. No abundaré en la crítica a la gestión política de la señora Rosa Díez, para no reiterar lo que en este Debate Callejero se ha escrito con detalle y por gente mucho más conocedora que yo de la trayectoria de esa organización y de sus poco edificantes entresijos, pero también por aquello de no hacer leña del árbol caído que sería como dar la razón a Fernando Iwasaki cuando se lamenta de que “después de siete años en los que ningún medio de comunicación ha querido escribir nuestra biografía, ahora la mayoría quieren escribir nuestra necrológica” (lo leo en ese reportaje aparecido este fin de semana en El País con algunos de los intelectuales – Azúa, Pombo, Trapiello, etc.-, que apoyaron a UPyD y ahora se muestran como estuporosos, sin saber qué decir).
Aunque sea por una vez y sin que sirva de precedente, comparto con la todavía líder de UPyD algo de su opinión sobre la actitud de sus antiguos correligionarios. Cierto es que pese al papel, como de personaje de tragedia griega, que quisiera representar Rosa Díez, descubriendo traiciones de sus hasta ayer compañeros de fatigas, el hundimiento de UPyD tiene mas bien un aire circense. A ello contribuye el desfile de actores secundarios, militantes y representantes de UPyD que viven, en medio del naufragio, precisamente ahora, su minúsculo, fugaz y en algún caso patético momento de gloria mediática.
En Asturias, un tal Prendes, anunciaba su paso de UPyD a Ciudadanos asegurando con desparpajo que lo hacía porque “Ciudadanos es el futuro”. Y lo mismo ocurre en otras comunidades, donde los hasta ahora responsables de UPyD dan el mismo portazo, a todo correr (aunque es una carrera más calculada que alocada), antes de que se haga demasiado tarde y pierdan cualquier posibilidad de hacerse un hueco en ese futuro prometedor.
Veo la imagen de J. A. Horrach, otro ex de UPyD, de Baleares, que parecía exultante y me he imaginado que debía ser porque él también ha llegado a tiempo. Cómo estará el ambiente que el tipo se ha visto obligado a declarar que no iba a ir en ninguna lista electoral… pero lo ha hecho una vez desveladas las maldades –incluso calumniosas- que sobre Rivera y su partido había estado vertiendo en Twitter hasta hace un par de telediarios. Menuda joyita.
No critico que quien ha seguido a Rosa Díez, sea como activista, como afiliado, o como mero votante apueste ahora por el partido de Rivera e incluso que se integre en sus filas ni discuto ahora la visión política que subyace a este lío. Lo que me parece como mínimo poco estético es que quienes han tenido responsabilidades en UPyD y son por tanto corresponsables del fracaso asuman ahora, sin solución de continuidad, responsabilidades en la organización con la que han competido siendo evidente además que al actuar así agudizan más la crisis que denuncian de sus ya excompañeros.
De una gente inspirada por la necesidad de dignificar la actividad política –como, se supone, son los de UPyD-, quizás cabría esperar que una vez constatada la derrota por causas que ellos endosan, con razón o no, a su hasta ahora gran líder (esa a la que Toni Cantó comparó con Max Weber), se limitaran a retirarse –por un tiempo al menos- a un discreto segundo plano, no que buscaran con tanto descaro el primer plano a lomos del que ven como caballo ganador. Es inevitable preguntarse si tras el fracaso de su anterior proyecto político, no deberían estar un poco decepcionados y guardar un mínimo período de duelo, como se espera tras una pérdida dolorosa.
¿Y de un partido como Ciudadanos, inspirado igualmente por la necesidad de dignificar la actividad política, no cabría esperar que hubieran mantenido un poco las formas, sin lanzar semejante OPA tan hostil como obscena? ¿Acaso no hubieran debido reiterar, precisamente en este momento en el que se ponía prueba su coherencia, la vigencia de aquellas condiciones de entrada en sus listas con las que presumían de impedir el desembarco de oportunistas? Hace menos de tres semanas podíamos leer en la prensa, a propósito de la dimisiones en la comunidad valenciana, lo siguiente: “(…) para no incitar al transfuguismo, la formación de Rivera pediría que … entregaran su acta de diputado e ingresaran a título individual en sus filas. Finalmente, según confirmaron fuentes de Ciudadanos, su trayectoria política no les supondría ninguna ventaja. “Serían un afiliado de base más. Aquí los candidatos se eligen mediante listas abiertas y voto secreto”, dijeron fuentes de la directiva de Ciudadanos. “Complicado lo tienen”, resumieron”. ¿Complicado? No lo parece, por lo que estamos viendo: «En Asturias y en muchas otras partes de España hay muchas posibilidades para que en mayo haya gente que se pueda incorporar en nuestras listas, con el visto bueno de nuestra militancia, que es lo que yo pedía como condición», ha dicho ahora Rivera.
Ya sé que ese comportamiento no es diferente del que ha vivido en sus carnes IU (o sigue viviendo, porque ahí el circo tampoco ha terminado) con sus troyanos al servicio de Podemos. Y bien sé que unos y otros han aprendido esas malas artes de quienes llevan ya muchos años subidos al escenario. Bien, pero entonces ¿dónde queda la regeneración? En este como en otros asuntos, parece evidente la distancia que hay entre su discurso y su práctica, pues no se aprecia ningún rasgo que distinga su forma de ejercer la actividad política de la de la peor tradición de los viejos partidos.
Casualmente, en el mismo periódico que me informa del naufragio de UPyD y de las andanzas de sus náufragos, unas páginas más adelante, leo en la reseña de Muñoz Molina de un documental de Ethan Hawke sobre un veterano pianista retirado precozmente de la escena que lo que busca el autor es “la lección del maestro”, tan válida para un pianista como para un actor o, supongo yo, para un personaje político: “cómo lograr que el ejercicio del arte (o de la política) no esté separado del aprendizaje de la vida; cómo mantener la decencia personal en medio del éxito y del aturdimiento de la exposición pública y no convertirse en un monstruo de narcisismo; cuándo es lícito decir que sí y cuándo es imprescindible decir que no, cuándo mostrarse y cuándo apartarse.” (“La lección del maestro”, en el suplemento Babelia de El País, 11.4.15)
Sin duda debe de ser una lección difícil. Una conclusión inmediata sería aplicar esa reflexión a Rosa Díez en primer lugar y en ello estarán, supongo, muchos que sueñan con que su automarginación facilite aun más la progresión de esa tercera vía que ahora pintan de color naranja. Bien, ¿pero no sería igualmente aplicable esa conveniencia del saber apartarse a estos díscolos precoces que parecen empeñados en “su” carrera personal mientras siguen pontificando sobre lo novedoso de su forma de hacer política? ¿No les resulta a ustedes cargante tanto aparente sacrificio por sus conciudadanos, que les obliga a iniciar una nueva trayectoria pública sin tiempo para evaluar su fracaso anterior? Llaménme exagerado pero dudo que a esa gente le comprara yo un coche usado.
Y en esto viene Felipe González a recordarnos lo obvio: «La moda de la circopolítica es peligrosa. Hace 20 años, hubo un gran lío porque había exceso de transfuguismo, siempre con una mezcla bastarda de intereses. Entonces, se demonizó el transfuguismo, ahora se ha vuelto a sacralizar y dentro de unos años volveremos a pensar que se fueron porque los convencieron intereses inmediatos». http://politica.elpais.com/politica/2015/04/12/actualidad/1428834344_495405.html
Uno siente la tentación de decir amén y punto a las palabras de Barañain porque la evidencia de los hechos abrasa. Bien mirado , los comportamientos que describe , forman parte del paisaje general, en donde han acampado otros circos mas monumentales. Siempre me ha intrigado, por su frecuencia, esa frase de «queremos hacer un proyecto ilusionante» por los mismos ilusionistas, y sin querer medir la calidad de estos últimos , con Felipe incluido.
¿Traicionada Rosa ? No mucho mas que lo que traduce su propia deriva y su cansino mordiente falsamente regeneracionista.
Esto es política. Un juego duro. Por eso, si como parece , las bases de los nuevos movimientos son inconsistentes , no pueden despreciar ninguna oportunidad y en eso anda ahora Podemos y Ciudadanos con su política de pactos.
«Os aplastaremos como a un nuez» parece que le dijo Margallo a Rosa Díez. Pues eso.
En mi opinión, todo análisis que se haga del trasvase de efectivos desde UPyD hasta Cs debe considerar aquello de que son mismos perros con diferentes collares, dicho sea sin ánimo de ofender. Si el electorado de UPyD se ha pasado en bloque a Cs, del mismo modo que lo han hecho los medios que les daban apoyo, es natural que también lo hagan los líderes regionales. Y no solo porque sea cierto que están ahí para lo que están, sino porque una campaña de extensión territorial desarrollada en tiempo récord para llegar a todas las CCAA en el ámbito de la derecha y centro-derecha socioógica necesita de todos los buscadores de oportunidades que pueda encontrar. Esto no es como formar un partido de la izquierda, en la que siempre existen grupos y grupúsculos de activistas extraparlamentarios de los que tirar, Aquí las opciones pasan por recurrir a esta gente y a los escasos partidos marginales de centro-derecha dispersos a lo largo de la geografía española.
También me gustaría recordar a mí el transfuguismo, pero no de hace 20 años, sino el que protagonizaron todas aquellas viejas glorias del Partido Comunista y aledaños que se sumaron alegremente al PSOE en los 80. No sé si les parecerá a ustedes que pasaron bastante tiempo en la nevera o no aquellos ministros como Semprún o Sole Tura o todo el abanico de cuadros de izquierdas de la Transición que llenaron ayuntamientos y comunidades autónomas.
Los hechos muestran que cualquier partido que debe crecer en poco tiempo o ocupar grandes espacios institucionales necesita recurrir a esa clase de soluciones. Por lo tanto a mi no me sonroja que se pasen de UPyD a Cs en masa. A mí lo que me sonroja es que Cs sea para muchos la gran esperanza blanca hispana.
José Antonio Zarzalejos escribe hoy, en El Confidencial, sobre esta misma cuestión.
http://blogs.elconfidencial.com/espana/notebook/2015-04-14/upyd-y-el-obsceno-espectaculo-de-los-transfugas_758724/
“En Unión, Progreso y Democracia –que ayer lunes completó su mermada dirección para evitar tener que constituir una comisión gestora– se está produciendo un espectáculo obsceno de cargos del partido que lo abandonan para echarse en brazos de Ciudadanos. No son gente particularmente respetable. Una cosa es disentir y apartarse y otra, muy distinta, perpetrar un acto de transfuguismo (…) La actitud más digna es la de los que discrepan y dan la batalla interna y en los órganos estatutarios de la formación. O la de los que se retiran con mayor o menor discreción y regresan a la vida privada. Y por supuesto, la de los que siguen en sus puestos y al lado de la dirección, estén confundidos o errados. La dignidad es compatible con el yerro, pero la traición es oportunista y no responde más que a un cálculo de intereses normalmente de carácter personal (…). Hay que esperar que el error de juicio moral que están perpetrando algunos cargos del partido magenta no se corresponda con la torpeza de Ciudadanos admitiéndolos acríticamente en sus filas. Nada ganaría el partido de Rivera y perdería crédito … La primera lección de decencia que se espera de Ciudadanos es que no se comporte con los tránsfugas como los partidos viejos: recibiéndolos con alharacas. (…) Sería lamentable que a la obscenidad de los tránsfugas que aquí y allí menudean en las filas de UPyD se añadiese la complacencia de Ciudadanos, representando ambas formaciones un espectáculo ya visto demasiadas veces en la política española, en la que las lealtades y los principios no son corolarios de criterios ideológicos sino relativismos que están en función de razones coyunturales atentas a los intereses particulares más básicos: el medro personal como pauta de conducta ética. No se trata, por lo tanto, de defender a la dirección actual de UPyD –cuya responsabilidad debe ser dilucidada en un Congreso extraordinario del partido– como de introducir alguna dosis de decencia en la vida de los partidos políticos (…)”.
Fue patético oír ayer a Rosa Díez en la entrevista de Telecinco clamar contra aquellos que desde dentro de un partido (el suyo) actuaban para pasarse a otro. ¿Tendrá mala memoria y se le habrá olvidado cómo fundó ella su partido desde su cómoda posición de europarlamentaria del PSOE?
Tiene más cara…..
Semprun fue expulsado del PCE en 1964 y jamás militó en el PSOE. Fue ministro a petición de Felipe. Ponerlo como ejemplo de transfugismo o escribir que su sumó alegremente al PSOE, algo que jamás hizo, me parece una frivolidad. Uno desearía hoy en la izquierda gente de la talla de Semprun, Claudín o S. Tura, entre otros. Igual así la izquierda española dejaría de ser ese vacío intelectual y político que padecemos, donde cualquier chufla mediático llega a lider, con sus palmeros correspondientes.
Hombre, más allá de la talla que cada cual considere que tenga, Semprún admite muchas lecturas. Le tenía mucha mania a Carrillo pero atravesó las mismas etapas que él, aunque en momentos distintos: fase de estalinismo rancio en los años duros, revelación posterior que supone su salida del PCE, socialismo laico y felipismo blando. Gregorio Morán lo relataba con su agudeza habitual en su día (http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3181). Además no lo menciono con acritud, a mí que un tipo que ha estado en un campo de concentración y en la clandestinidad antifranquista acabe de ministro florero del Felipismo de segunda hora me da lo mismo, me parece incluso humano. Me extraña un poco más su hostilidad hacia la huelga general en su día, pero bueno, se le perdona, que el propio Morán deja bien claro en «El cura y los mandarines» que no hay intelectual vivo en los 80 que no acabara abducido por la gloria del socialismo.
En todo caso no me cojan el Semprún por el todo y no nieguen que el PSOE de los 80 se nutrió abundantemente de figuras de otros partidos y otras hierbas y aquí paz y allá gloria. No digo que esté bien ni que esté mal, sino que está. Así somos y seremos.
Ay, el tema UPyD… Qué recuerdos. Todavía puedo evocar cuando por aquí venían los «troletes» de la galera magenta. O como hubo quien opinaba que UPyD había venido para quedarse como parte del paisaje político, con la misma entidad que un PSOE o un PP de la vida… Qué nostalgia. La verdad es que el paso del tiempo me da la razón a la mayor que defendimos muchos aquí: UPyD es un invento con un componente personalista abrumador. Lo que dure la estrella política de la Madre Fundadora, durará la Orden. Y creo que en eso estamos ahora.
Por lo demás:
1) En otra entrevista reciente, afirma la Leona de España que «Albert Rivera estaba disfrutando mucho» con esta situación. Albert ya ha contestado y desconozco si será sincera o no su negativa. Más sincera es la mía. Yo sí que estoy disfrutando.
2) En otro entrevista, esta misma mañana en RNE, la lideresa demuestra una vez más que seguirá siendo así, tan genuina, hasta el final de su vida política y biológica. Genio y figura hasta la sepultura. Ajena a los cascotes que le caen sobre la cabeza y preguntada por la necesidad o no de renovación en UPyD, tira de su proverbial megalomanía y se compara con Hillary Clinton: sí, es necesaria la renovación, pero no de personas, sino de ideas, como la Clinton, que tras perder en 2008 y pese a sus 67 años, se postula a la candidatura demócrata. «No tié apaño», que dicen por aquí…
3) Finalmente, muy de acuerdo con Don PMQNQ: está recibiendo una dosis (sobredosis, reconozcamos) de su propia y miserable medicina. Las mismas dolorosas puñaladas que ella propinó a sus compañeros y compañeras, especialmente del PSE, en momento muy difíciles. No dudo en medrar para su interés. Muchos alumnos aventajados ha dejado quien ha sido buena maestra.
Felicidades al articulista, siempre brillante.