Clasismo en las universidades catalanas

David Rodríguez

Hace unos meses, el medio de comunicación catalán Crític, especializado en periodismo de investigación, publicaba un informe sobre “La segregación invisible de las universidades públicas”, en el que proporcionaba datos de gran interés sobre la materia. Quería compartir aquí algunas de las estadísticas más llamativas del estudio y extraer ciertas conclusiones al respecto. Si se quiere consultar el artículo completo os adjunto el enlace: La segregació invisible de les universitats (elcritic.cat)

El estudio recoge datos del curso 2019-2020, y tiene como objetivo saber qué tipo de centros educativos de secundaria aportan una mayor proporción de alumnado al conjunto de las universidades públicas catalanas. En este sentido, es relevante el análisis por zonas geográficas y por titularidad de los centros de origen. También resulta interesante centrarse en las diferentes carreras que se estudian en las universidades de destino.

En cuanto a las zonas geográficas, llama la atención el hecho de que el número de estudiantes que acceden a la universidad por cada 10.000 habitantes es de 93,1 en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, uno de los pudientes de Barcelona, mientras que esta cifra desciende a 21,2 en el caso de Nou Barris, en el que predomina la clase trabajadora. Estas diferencias tan enormes pueden apreciarse también por municipios, con Sant Cugat triplicando la cifra de Santa Coloma de Gramanet, en una demostración evidente de desigualdad en función del nivel de renta per cápita.

Por lo que se refiere a la relación entre la nota de corte y el centro de origen, se observa que aquellos grados con una exigencia más elevada concentran mayoritariamente a alumnado procedente de centros privados o concertados. Por ejemplo, la carrera de medicina de la UB, que tiene la nota de corte más elevada, acoge a un 68% de alumnos que estudiaron en estos centros (frente a una media global del 42%). Por contra, en los grados dedicados a enseñanza y acción social tan solo el 30% de las matrículas vienen de ese tipo de centros.

Finalmente, si comparamos entre las distintas universidades públicas, se da la circunstancia de que la Pompeu Fabra (UPF) es la que acumula una mayor proporción de personas que han estudiado en centros privados y concertados. Esta institución siempre ha sido denunciada por tener un trato de favor por parte de los gobiernos nacionalistas conservadores, con una mayor subvención por alumno, y se caracteriza por realizar clases de mañana y tarde, por lo que no acoge a las personas que necesitan estudiar y trabajar de manera simultánea.

Todos estos datos nos demuestran el clasismo todavía existente en el sistema educativo catalán. La escuela, lejos del objetivo de corregir las desigualdades sociales, tiende a reproducir estas diferencias, hecho que llega hasta el mismo acceso a la enseñanza superior. Como ya sabemos por otros muchos datos, la doble red de centros (públicos por un lado y privados y concertados por otro) contribuye en su mayor parte a amplificar la injusta situación de partida, convirtiendo en un mito el manido mantra sobre la supuesta libertad de elección educativa.

El liberalismo defiende la igualdad de oportunidades, hecho que sencillamente no existe en el sistema universitario de Catalunya. Podemos discutir sobre si el concepto clave es la igualdad de oportunidades, de resultados o una combinación de ambas, pero este debate no se corresponde a la realidad de lo que está sucediendo. No existen ideales liberales en la situación de la educación catalana, simplemente se observa el capitalismo clasista en su estado más puro. Esto es lo que demuestran los datos, y sólo a partir de un diagnóstico correcto se pueden plantear las medidas políticas correctoras.

Las nuevas políticas educativas no pueden implicar cambios cosméticos, ni mucho menos centrar la discusión en programaciones, temporizaciones, evaluaciones por competencias o innovaciones diversas. La política que necesitamos ha de provocar cambios profundos en la concepción del sistema educativo, la supresión de cualquier tipo de discriminación de partida y, más allá del tema de la enseñanza, la corrección radical de las desigualdades de origen.

8 comentarios en “Clasismo en las universidades catalanas

  1. La corrección radical necesita de radicales para llevarse a cabo. Esto tiene consecuencias porque se lleva por delante el tiempo de formación , sus costumbres, los derechos adquiridos, la fe en unos valores ; de hecho la transición no fue una corrección radical pero el tiempo y las sucesivas reformas obraron en favor de la frase de Guerra sobre el reconocimiento de la madre que parió el cambio.
    Ni en la Rusia Soviética , uno de los cambios más radicales , ni en la Cuba de Fidel , ni en Podemos , lo que usted propone sobre cualquier tipo de discriminación se ha llevado a cabo , porque la revolución – como una ley de hierro – es , en primer lugar , para los revolucionarios , como Galapagar o la posibilidad simplemente de vivir en Moscú, merced a la nomenclatura .

  2. Qué comentario tan poco apropiado para un artículo tan bien razonado. El articulista no propone revoluciones, se limita a constatar, con datos, un hecho: la educación en España – en Cataluña pero imagino que en el resto es parecido o peor – no consigue reducir las diferencias sociales por causa de cuna, y si lo consigue, en grado mínimo. A mí me parece bastante relevante.

  3. El comentario inapropiado trata de responder a « más allá del tema de la enseñanza, la corrección radical de las desigualdades de origen.» teniendo en cuenta que según LBNL , lo apropiado es decir amén a la última frase , lo que supone no ya resolver atemperando el supuesto clasismo de una Universidad Pública ( voluntario o adquirido ) sino algo previo : corrigiendo radicalmente las desigualdades de origen, un sueño presente en toda revolución social que se precie .
    Uno puede compartir la buena fe que anima los propósitos del articulista y recordar las inevitables consecuencias históricas de semejante radicalidad .

    Es una evidencia indiscutible el progreso de la educación superior en España DESDE la Transición , según pone de manifiesto el

    Informe España 2019

    La Universidad Española.Evolución y retos ante una nueva sociedad y economía.

    en cuyo interior no se elude las insuficiencias de equidad , como en cualquier otro informe social comparativo . ( El que se cita lo promueve la Fundación Areces )

    Con la “ agravante ” si cabe , de que los datos se corresponden con la presencia del gobierno más social en la Hª de España .

    Ni los recursos disponibles ni los decretos gubernamentales modifican la realidad radicalmente : solo lo hacen las revoluciones y de aquella manera.

    En un momento político en que ministros de un gobierno socialista reniegan de los logros del “ Régimen del 78 ” o invocan el Código Penal de la Manada , afirmar que existe clasismo en la Universidad Pública me parece muy desafortunado y que falta a la verdad gravemente .

  4. Corregir las desigualdades de origen es no solo el mantra de la izquierda sino un objetivo aceptado del Estado Social y de Derecho que es el Estado constitucional español. Señalar, con datos, que la educación no es capaz de corregir tales desigualdades suficientemente, no es revolucionario ni radical ni nada por el estilo, sino constatar un hecho. De nuevo, con datos. Hay que leer lo que se escribe, no criticar lo que uno interpreta. Es base para el diálogo.

  5. Yolanda dice que defectos se le podrán sacar muchos, pero que ella es clara. No faltaba más. También que se la podrá criticar por otras cosas, pero no por falta de seriedad. «Eres demasiado seria», le dicen. Antes ha dicho también que siempre está sonriendo, defectos que tiene una. Por eso, cuando la sacan sin sonreír en alguna foto, España le pregunta: ¿qué te pasa?

  6. Eso , ¿ qué te pasa ? Porque de lo que le pase al piloto depende la tripulación y el pasaje .

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