Cosas de la prensa

Carlos Hidalgo

Voy a dejar un momento de lado la crispación imperante en la política, que me preocupa (y mucho), por otra cosa que también me ha llamado mucho la atención. La revuelta de las redacciones. Las soluciones a la crisis financiera de 2008 solucionaron las cosas muy desigualmente. De hecho, la mayor parte de los trabajadores españoles -por poner un ejemplo- tienen ahora menos poder adquisitivo que en 2008. Pues bien, dentro de los sectores más castigados aún hoy por aquella crisis está el del periodismo. Si los bancos fueron rescatados y si los precios inmobiliarios subieron un 32% desde 2014, los medios siguieron igual de precarizados, igual de vulnerables y la profesión más devaluada todavía.

La crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus provocó que la publicidad, fuente principal de ingresos para la mayoría de los medios, cayera de golpe entre un 75% y un 90%, dependiendo del caso. Hubo publicaciones en papel que, literalmente, se quedaron sin anunciantes antes de ser impresas. Y no llegaron a imprenta, claro.

Pero el caso es que, como relata un artículo reciente del New York Times, “Las redacciones en lucha y los jefes en sus casas de campo”, tenemos una división de clase brutal dentro del periodismo. Por un lado, periodistas precarizados, entre 20 y 45 años, con sueldos que no llegan a los 1.500 euros en la mayor parte de los casos y con la amenaza permanente del ERE, la bajada de sueldo y el despido. Muchos de ellos pluriempleados. Por otro, profesionales más o menos veteranos, bien establecidos, con muchos años de experiencia, que hacen una columna semanal, van a varias tertulias y tienen nebulosas funciones ejecutivas, que pueden estar ganando entre 4.000 y 7.000 netos al mes y que saben que es más caro echarles que mantenerles. A veces, por propia experiencia al haberse comprado un piso con la indemnización por despido de El Sol, Pueblo o Diario 16. Muchas veces los jefes toman las decisiones empresariales dando la razón al accionista mayoritario de turno, sin pensar en la redacción, y dejan el trabajo sucio a sus adjuntos.

Mientras muchos de los periodistas precarios estaban teletrabajando, a pie de calle con mascarilla o confinados en casa y en un ERTE, los otros dictaban doctrina desde plató, hacían videoconferencia desde su chalet y seguían percibiendo su dinero por las tertulias, por las columnas, por los pluses de la nómina y por la renta de alguno de los pisos que tengan alquilados.

En el caso del artículo del New York Times los redactores han estallado, no sólo en el NYT, sino también en CNN, el Washington Post o Fox News. Sus jefes y ejectuvos han terminado por no subir a Instagram sus fotos en las casas de campo y han agachado la cabeza. Incluso algunas de esas cabezas han rodado, al despertar la cólera de unos trabajadores que estaban confinados, cubriendo la pandemia o en mitad de las manifestaciones que protestaban por la muerte de George Floyd, sufriendo acoso y violencia, mayoritariamente por parte de la policía.

Eso en España, tras una destrucción de empleo mucho mayor y un sector aún más precarizado y con menos prestigio que en EEUU, no sucede. Y la diferencia de clases es mucho mayor aún, con directores de digitales que cobran sueldos que rondan los 10.000 euros netos mensuales y redactores que no llegan a los 1.000 o que son directamente falsos autónomos o personas jóvenes que no cobran, por la “visibilidad”, como si fueran aspirantes a artistas y no profesionales de la prensa.

Y es que ser periodista es una vocación, sí, pero también es un oficio. Los periodistas son trabajadores y trabajadoras, en la mayor parte de los casos orgullosamente anónimos y profesionales de un oficio que exige dedicación, competencias y la capacidad de aprender a diario.

Los periodistas no han de ser cruzados, ni abogados de ideas de ajenas, ni tampoco han de ser el objeto de las iras de personas que presumen de no gastarse el dinero en periódicos pero que luego no se atreven a afiliarse a un sindicato. Y sin periodistas o con periodistas precarizados nos quedan… ¿las redes? ¿de verdad?

5 comentarios en “Cosas de la prensa

  1. Tremendo panorama el de los periodistas precarizados pero también tremendo panorama el de la prensa escrita. Apartando el tema de las «vacas sagradas», suficientemente descrito, todavía no hemos resuelto cómo mantener cabeceras de calidad, nivel e independencia, que tanto necesitamos. Necesitamos como personas y como ciudadanos, y por tanto necesita también la democracia para funcionar correctamente. La publicidad online no renta tanto como la del papel, los lectores reniegan de pagar y acuden a otras fuentes gratuitas. En parte por no estirarse pero también porque no cabe suscribirse a todo y la esencia de internet es poder alcanzar a todo. Seré muy antiguo y muy rojo pero la única solución que se me ocurre es financiación pública para el cuarto poder. ¿Es anatema tener al menos un diario, a ser posible dos, financiado por el Estado pero controlado por los propios periodistas con arreglo a un estatuto consensuado en el Parlamento y garantizado por ley, es decir, sujeto a la jurisdicción de los jueces en caso de abuso? ¿Por qué un diario público, o dos, son menos asumibles que una televisión pública? Y luego que cada cual lea lo que quiera pero al menos pueda consultar un medio escrito que no informe en función de los anunciantes, los lectores y, por supuesto tampoco, lo que le guste al gobierno de turno. La BBC «en papel» sería mi modelo.

  2. El verdadero problema del periodismo en España,es que ha dejado de ser periodismo y ha sido fagocitafo por las redes sociales,los tuits , los wassaps .
    En el periodismo español ya no cabe la objetividad,es todo opinión,de la opinión que tiene cada periodista de la opinión de la opinión de los que trabajan en otros medios de comunicación en bucle constante de descalificar la falta de objetividad que carecen todos.
    Si alguien dice:
    Son las doce en punto.
    Otro dirá.
    Son las doce y un segundo.
    Y el siguiente dirá
    Y una hora y dos segundos menos en Canarias.
    Y saldrá otro que dira:
    Decir la hora que es ,no os hace más objetivos ,hay que mirar el espacio entre dos sillas.
    Y seguro que alguien dirá:
    La culpa de que no sepáis en que hora exacta vivís es que el espacio entre las sillas os aleja de la verdad.
    Y Mr Mulligan me dira:
    Como te pille en la calle vas a saber lo que vale un peine.
    Y yo le dire
    A mi no me pilla ni Dios…y saldré corriendo,cosa propia de un apóstata como yo.
    Ante mi doy fe.
    AC/DC
    firmado..JAJAJA…que nervios.
    posdata:
    ¡¡¡Viva Debate Callejero!!!

  3. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Que tema más bueno!!!!!!!!!!
    Además tratado por un periodista, que siempre le da más empaque que si habla otro desde fuera. Por cierto, es raro ver a periodistas hablando del estado de la profesión, del oficio. Rarísimo si ya hablamos de «vacas sagradas» ¿Se imaginan a Carlos Alsina, Angels Barceló, Carlos Herrera, Carles Francino, Julia Otero etc diciendo «en mi cadena tenemos no se cuantos con contrato temporal, no se cuantos autonomos» ? Me vale para cualquier medio, especialmente pienso en los diarios digitales, que proliferan como setas, o incluso en los más consolidados, donde seguro cuecen habas.
    Se me ocurren varias reflexiones:
    La primera es la tan manida, pero no por ello menos oportuna, del cambio tecnologico. Desde que se extiende a todos la posibilidad de fabricar y compartir contenidos la creación se devalua.

    La segunda, la precarizaciónn del trabajo en general. Desde los 80 se puso de moda decir que eso del contrato de trabajo indefinido, con una jornada establecida, derechos tipo vacaciones etc es una cosa terrible y que impide el ajusto, y que crea «rigidices» (otro tema ya para otro dia). El caso es que se crearon todas las formas de trabajo no standar, temporales, cero horas, incluso la parcialidad no deseada etc chimpun como condición, para las sociedades, de que era así como se llegaba al pleno empleo, con formas mas «flexibles» -para las empresas-, y de cara a los trabajadores individuales, especialmente jóvenes, de que hay que pasar una etapa en tu carrera laboral de precariedad y mal rollo para «demostrar tu valia» y que luego ya, una vez demostrada, tendrías un contrato de verdad, porque los contratos de verdad los tienen los que valen ¿eh? (del sector público y de como los médicos etc encadenan contratos precarios, también hablamos otro día) Bueno, pues treinta años después aquí estamos. Hola.
    Ya que el autor menciona la palabra «sindicatos» recordemos que en España gran parte de la explicacion de la «gente seria» para precariedad y paro es que «los sindicatos» no dejan que la regulacion laboral se vaya al fresco, porque entienden (y esto es de verdad, palabrita del niño Jesús) que esta mantenien unas condiciones artificialmente altas y demasiado buenas para los trabajadores, habría que cepillarsela casi entera y después de un tiempo -no especificado- el mercado laboral llegaría el solito a un nuevo equilibrio, con menos paro (y las condiciones laborales básicamente empeoradas -no específicamente-.) [De nuevo, esto, otro dia.]

    Así que entre tecnologia y narrativa de regulación del mercado laboral, a la prensa esto le pasa por encima. La consecuencia no son solo las peores condiciones de vida de gran parte de los periodistas, como se menciona también en el artículo, sino q por añadidura la calidad se devalua. Muchisimo. Teorema de Sturgeon a tope. Cada uno tiene sus cosas que le llaman más la atención, a mi en la pandemia especialmente me ha llamado la atencion como todos los medios principales tienen su versión de «la curva» particular y con numero arriba numero abajo nos alimentaban tres veces al dia. Hombres y mujeres que dos semanas antes no habían oído ni hablar del tema, se imbuian del papel de de profesionales que llevan en esto tooooda su vida y que tontos no son (…en fin). La premura, la necesidad de crear contenido que llame al click, de alimentar a quienes necesitan estímulo constante, pero no son capaces de mantener la atención más de dos minutos…duro, duro.
    Por último, los medios que han nacido ya en este medio ambiente tecnológico parecen resistir un poco mejos los efectos negativos. Pienso sobre todo en el diario, Info libre cosas así, medios digitales que se crean al filo de la decada de los 10. Ojo, algo mejor. Basicamente en lugar de podar y empeorar lo que haces es no crecer..(esto supongo que tambien hay que explorarlo otro dia)

    Y hasta aqui se ha tratado el tema desde una optica cuasi física, es decir, efectos percibidos de causas externas, neutras en lo moral, porque si tratamos el asunto desde quien y con que propósito tiene medios funcionando ya podemos escribir rios de tinta.
    Baste decir que OK diario, La razon, ABC, El Confidecnial El Plural, El Pais, InfoLibre, El diario -por citar ejemplos de varios sabores- no son solo y unicamente grupos de personas que se aglutinan para dar noticias y opinión bajo una cabecera. Efectivamente, como se comentaba, pues hay agendas de los que ponen el dinero.

    ¿Cual es la solución? Posiblemente eso puede venir del sector, de la gente que trabaja asi o ahi, seguro que tienen ideas. Parece que al menos el modelo de suscripcion, donde los lectores nos ponemos al lado del medio prque consideramos sus aportaciones valiosas y estamos de acuerdo con el proyecto, dentro de que nada es perfecto, al menos parece mas transparente que..yo que se… saber que tus recursos vienen o de fondos reservados , o de alguna familia real de exótica localización.
    Yo soy muy defensor de lo publico, asi que periódicos digitales públicos pues por que no. No veo que tenga que haber dos, si es bueno, eso si, espero que a los periodistas de ese medio les tratasen mejor contractualmente que lo que se trata al personal sanitario, o a esa parte de los empleados publicos que encadena practicamente de por vida contratos temporales. Eso sí, a ver como se lo contamos a ese ente que confusa y perezosamente llamamos «Europa» o «Bruselas» al que simultaneamente pedimos recursos,condicionalidad al que amamos bovinamente y responsabilizamos (otro dia tambien)

  4. El número total de estudiantes de periodismo en España es de unas 23.000 personas , más mujeres que hombres , y las necesidades menguantes , del orden de entre 100 o 200 al año .
    ¿ Por qué se estudia periodismo ? Básicamente por hacer algo, ya que son facultades de derecho y sociología clandestinas. Ahora se quejan de ganar poco dinero ¿ por qué ? . Son facultades baratas en las que los profesores para mejorar su situación ordinaría necesitan dedicarse a la política sin aportar ninguna experiencia ; de hecho se podrían cerrar mañana mismo y , con el excedente , ahorrarnos los gastos durante al menos 15 años.
    Cosa distinta es la dedicación al periodismo de profesionales con amplio dominio en otras disciplinas que sienten la vocación de compartir sus experiencias.
    La consecuencia principal es lo que señala el articulista : una comunidad de pensionistas depauperados sin oficio ni beneficio. No existe una prensa libre comercial , sino la comercialización de la libertad de opinión , algo muy caro en los tiempos actuales. Si tienen dudas vean la composición del consejo de administración de PRISA o UNIDAD EDITORIAL.
    La televisión pública me parece espantosa y destaco en especial RTVE y ETB, medios paletos al servicio del poder que se turna ; y en general todo aquello que aparezca como gratuito y feliz.
    La TV es cara y si hay funcionarios , más cara aún. La solución ( eterna ) de un tipo de BBC me temo que solo es posible en UK , pero, es algo.
    Tal vez la solución radique en la Universidad , origen de todos los males en este asunto.

  5. Interesante artículo e interesantes comentarios.

    ¿Sobre la BBC han hablado con británicos? Ojo que algunos también son críticos.

    El tema da para mucho y no va sólo de periodismo, va de democracia, y habrá que explicar a todo el mundo que la democracia no es gratis ni en dinero, ni en tiempo, ni en neuronas.

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