Magallanes
 Después de varios meses de discrepancias entre los paÃses miembros de la eurozona y del Presidente del BCE sobre la aprobación del 2º Plan de Rescate de Grecia, finalmente se llegó a un acuerdo por el  que todos cedieron una parte importante de su anterior intransigencia. La discrepancia fundamental era entre la Canciller alemana Ãngela Merkel y el Presidente del BCE Trichet. Merkel consideraba que los bancos privados europeos acreedores de Grecia tenÃan que arrimar el hombro y participar en el rescate. Es decir, tenÃan que condonar parte de dicha deuda, bien en forma de alargar el periodo de devolución, bien reduciendo el tipo de interés que estaban aplicando, o ambas cosas a la vez. Trichet se oponÃa radicalmente, en parte porque el BCE ha tenido que comprar mucha deuda griega en años anteriores y, por tanto, al BCE le tocaba también alargar el periodo de refinanciación y, en parte, porque las agencias de ratings han dejado muy claro que aumentarÃan la prima de riesgo de Grecia al máximo.
 Trichet, junto con Sarkozy y otros, querÃa que al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera  se le permitiera comprar deuda pública griega, irlandesa o portuguesa en el mercado secundario, lo que darÃa solvencia a las deudas de estos paÃses y detendrÃa la espiral de subida de sus primas de riesgo. Pero para ello tendrÃa, a su vez, que recabar financiación de los paÃses miembros. Es decir, de sus presupuestos y, por tanto, de sus bases impositivas. A ello se oponÃa principalmente Alemania, ya que equivalÃa a financiar a paÃses que no habÃan mantenido una austeridad de gastos sociales parecida a la alemana y encima le tocaba pagárselos a los contribuyentes alemanes.
 Asà se llegó a la cumbre de Ministros de Hacienda de los paÃses de la eurozona del viernes 15 de julio en medio de la tensión que provocaban las subidas de primas de riesgo de las agencias de ratings. Pero en esta reunión no se consiguió solventar el desacuerdo básico que he enunciado anteriormente. Sin embargo, la vuelta de los negociadores a sus capitales no fue nada sosegada. En BerlÃn, miembros del gobierno y los principales lÃderes del partido cristianodemócrata de Merkel y su aliado el partido liberal, empezaron a inquietarse por este fracaso.
 Ya antes, se habÃan ido convenciendo de que no era posible que Grecia saliera de la insolvencia por sus propios medios y que las medidas de austeridad que se le habÃan impuesto lo harÃan todavÃa más difÃcil. Por otra parte, las agencias de ratings estaban subiendo las primas de riesgo nada menos que a España e Italia, la tercera y cuarta potencias de la eurozona. En fin, se convencieron de que nada menos que el euro estaba entrando en crisis, lo que podrÃa desembocar en la ruina de la UE y en una nueva crisis financiera mundial. Asà pues, Merkel se encontró con que sus principales colaboradores le exigÃan acabar con la falta de acuerdo.
 En Bruselas, el Presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, muy preocupado por la situación, quiso convocar una  Cumbre de Jefes de Gobierno el lunes 18, pero a Merkel le pareció prematuro. Sin embargo, el martes 19 recibió nada menos que la llamada del Presidente Obama urgiéndole a que terminasen de cerrar  un acuerdo para evitar el contagio al resto del mundo. Con tanta presión, Merkel decidió llamar a Van Rompuy para que convocase la cumbre de Jefes de Gobierno el jueves 21.
 En Frankfurt, Trichet, también preocupado, reunió al Consejo del BCE el miércoles 20, y en esa reunión decidió retirar su intransigencia respecto a la participación de los bancos privados en el rescate, pero tratando de exigir otras medidas que, en cambio, Alemania vetaba. HabÃa que lograr que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera garantizara las emisiones de bonos griegos, con lo que el BCE podrÃa conceder créditos a bancos privados utilizando esos bonos como colateral. También habÃa que insistir en que los paÃses de la eurozona tenÃan la obligación de financiar y crear un plan de desarrollo de Grecia. Â
 En Paris, Sarkozy, después de varias conversaciones telefónicas con Merkel que no aclaraban nada, decidió coger un avión el miércoles 20 por la tarde y reunirse con ella en BerlÃn.  Una vez reunidos, decidieron que también acudiera Trichet, que llegó a las 10 de la noche, después de la cena de los dos primeros. La sobremesa de trabajo se prolongó hasta las 12 de la noche. Finalmente se llegó a la mutua cesión de propuestas.
 Los bancos privados europeos renegociarÃan la deuda que Grecia tenÃa con ellos. Se reforzarÃa y ampliarÃa el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, facultándole, asà como al BCE,  para comprar deuda griega en el mercado secundario. También ayudarÃa a capitalizar a bancos privados en dificultades. En una palabra, el Fondo se convierte en garante de la deuda de paÃses miembros de la eurozona, recayendo, por tanto, la garantÃa en último término sobre los contribuyentes de los paÃses miembros.
 Mientras tanto, el banquero Ackermann, presidente del Deutsche Bank y estrecho colaborador independiente de Merkel, se reunió en Bruselas con Venizelos, ministro de Hacienda griego, para tratar de los términos de la refinanciación de la deuda griega con los bancos privados europeos. Al parecer, el parlamento alemán estarÃa conforme si Ackermann convencÃa al resto de los banqueros de la conveniencia de aceptar la refinanciación.
 Finalmente se produce la cumbre de jefes de Estado el jueves 21 por la tarde. La sorpresa inicial fue la exigencia de Holanda y Finlandia que, desconocedores de que ya todo estaba pergeñado, quisieron exigir a Grecia que garantizara el préstamo que iba a recibir con edificios, tierras y las compañÃas marcadas para su privatización. Papandreu se retiró de la reunión para volver enseguida, negándose en rotundo a semejante condición que consideró insultante. Holanda y Finlandia se vieron obligadas a retirar su pretensión al ver que Merkel y Sarkozy no secundaban su intempestiva propuesta.
 Sarkozy se dirigió a los medios el jueves por la noche diciendo: “Nuestro objetivo es aprovechar la crisis griega para dar un gran salto en la gobernabilidad de la eurozona†y “hemos iniciado la creación del Fondo Monetario Europeoâ€.
 Merkel dio su conferencia el viernes 22 afirmando que se habÃa actuado con solidaridad y responsabilidad y que “no puede concebirse Europa sin el euroâ€.
Muchas gracias por tu artÃculo y tu comentario a mi artÃculo de ayer, Magallanes.
La cronologÃa pone de manifiesto lo complicado que ha sido alcanzar este acuerdo. Del otro lado del Atlántico tenemos un gran paÃs de estructura federal que se ha consolidado a lo largo de 220 años. Y, sin embargo, están al borde de la quiebra o default por su incapacidad de llegar a un acuerdo. Mientras tanto la UE ni siquiera es un paÃs federal, sino una Comunidad de PaÃses que han cedido muy poca soberanÃa a la Comisión de la Comunidad. A pesar de ello han conseguido llegar a un acuerdo dando origen a la construcción de un Fondo Europeo de parecido poder al FMI. Es un paso más hacia la consecución de una estructura federal. Las agencias de rating, a pesar de ello, siguen desconfiando de Europa y elevando las primas de riesgo a los paises europeos. Dicen que los 440 mil millones del Fondo de Estabilidad Financiera son insuficientes si además de Grecia hay que volcarse a darle financiación a Portugal e Irlanda. También argumentan que falta la aprobación del Acuerdo en el próximo otoño por parte de los parlamentos de algunos de los paÃses signatarios pone en duda el Acuerdo. Pero esto se conseguirá aunque afloren algunas tensiones., al igual que ha ocurrido con el actual Acuerdo. La UE ha ido creciendo y consolidandose siempre de esta forma.