LBNL
Como probablemente el suyo, ayer mi whatsapp ardió como en los momentos más álgidos del “procés”. La detención de Puigdemont en Alemania desató la creación de memes soeces e ingeniosos a partes iguales (el mejor a mi juicio el que explicaba que el destino del fugado a Waterloo lógicamente tenía que decidirlo la intervención prusiana). Es natural: el del flequillo se ha ganado la inquina – también de muchos indepes – con su continuada irresponsabilidad, cobardía y falta de conexión con la realidad. Y es lógico que todos nos alegremos con la detención de un fugado de la Justicia. Pero no hay motivos para la euforia, más bien al contrario, porque la lista de representantes democráticamente electos encarcelados no deja de crecer. Lo cual es una pésima noticia para España en términos de calidad democrática y también para la resolución a largo plazo del problema político catalán. Es la justicia, se arguye, pero no es exacto: se trata de una interpretación de la justicia que, en mi opinión, es excesivamente rigurosa y endeble.
La semana pasada tuvimos la sensación de que por fin íbamos a poder salir del impasse provocado por la resistencia de Puigdemont a dar paso a otro candidato. Afortunadamente la CUP no consideró a Jordi Turull suficientemente indepe y decidió no apoyar su investidura como President porque leyendo los términos de su auto del viernes, el juez Llarena le habría encarcelado igualmente. ¿Se imaginan el impacto internacional? A estas alturas toda Europa sabe que Puigdemont es un personaje estrafalario, pero otro President perseguido penalmente por España?
Con el aval de la fiscalía, el juez del Supremo ha sometido a prisión provisional o preventiva a todos los procesados por rebelión que no han huido alegando riesgo de fuga y de reiteración delictiva y ha cursado orden de arresto europea para los fugados. Es redundante aclarar que las decisiones judiciales se acatan aunque no se compartan, solo faltaba. Pero no están eximidas de crítica, jurídica, política y de sentido común.
Para empezar, es evidente que todos los urdidores y cómplices activos del “procés” son cuando menos altamente sospechosos de haber incurrido en un delito de secesión. Y también de malversación de fondos aquellos que además lo apoyaron desviando fondos públicos asignados a otros fines. Pero se les acusa de rebelión, que es un tipo delictivo agravado que requiere el concurso de violencia o cuando menos amenaza de la misma. No la hubo. En ningún momento. Es obvio. Y seguramente la justicia alemana lo tendrá en cuenta a la hora de valorar la entrega de Puigdemont porque la legislación alemana también requiere el mismo requisito. Así que nos lo entregarán pero con la limitación de que solo pueda ser juzgado por sedición con lo que podría darse la paradoja de que los acólitos de Puigdemon reciban una pena superior a la del líder. ¿No sería más sensato rebajar la acusación de todos a sedición sin más? Es por cosas así que luego se pierden los recursos ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo…
Por lo demás, el Juez Llarena justifica la prisión preventiva en el riesgo de fuga y de reiteración delictiva. Dados los varios fugados el riesgo de fuga parece evidente. Pero no lo es menos que las fugas se producen porque el Juez, como antes la Juez de la Audiencia, han dado múltiples señales de que iban a imponer la prisión provisional. Es decir, si los “Jordis” y Jonqueras hubieran salido en libertad con cargos tras su primera declaración, no se habría fugado nadie, con la excepción de Puigdemont, que también podría haberse evitado con un “lenguaje judicial no verbal” menos agresivo. Es evidente por mucho que nos agarremos a cualquier clavo ardiendo para justificar que esta panda de irresponsables pase un tiempo a la sombra como nos pide el cuerpo.
El Juez añade que la prisión preventiva se justifica también por el riesgo de reiteración delictiva. Incluso aquell@s que han dejado su escaño porque podrían seguir colaborando con el “procés” desde entidades civiles. Ciertamente. ¿Pero no bastaría con dejarles en libertad con cargos sometiéndoles a medidas cautelares que incluyan la prohibición de reincidir en las mismas conductas? Aparte de legalmente más ajustada a la rigurosa restricción con la que se debe aplicar la privación provisional de libertad, tal opción habría sido tácticamente mucho más acertada: los reincidentes no tendrían el beneficio de la duda.
El hecho de haber sido democráticamente elegido para representar a la ciudadanía catalana no da patente de corso para delinquir. Obviamente. Como tampoco exime de la responsabilidad penal el hecho de haber sido reelegido democráticamente con posterioridad a los hechos enjuiciados. ¡Pero estamos hablando de prisión preventiva!
A bastantes de mis amigos y familiares les da igual lo anterior y están encantados de que toda esta panda de con sus huesos en prisión, cuanto antes mejor y durante cuanto más tiempo mejor. A mi también me lo piden las vísceras. Pero el Estado, la Justicia, los jueces, deberían aplicar la ley con tanto tiento como rigor jurídico y la prisión provisional no se sostiene en estos casos. Ni siquiera para Puigdemont una vez sea entregado a España: retirada de pasaporte y libertad con fianza, para que sus fiadores palmen mucha pasta si vuelve a darle por echar a correr. Para muestra el botón de Artur Mas.
No estamos hablando de terroristas, asesinos, violadores o maltratadores de mujeres, es decir, no estamos hablando de la necesidad de evitar nuevas víctimas potenciales por el hecho de salir en libertad con cargos y medidas cautelares. Su conducta es mucho más grave – una guerra civil lo sería – pero mucho menos inmediata: la amenaza de cárcel y la imposición de fianza bastan.
Los que aplauden a rabiar “la firmeza del Estado de Derecho” en defensa de la Constitución y la democracia suelen añadir argumentos políticos como la necesidad de poner fin a cuarenta años de abusos de los nacionalistas catalanes y vascos que han manipulado el sistema electoral para alcanzar sus fines sectarios, mostrando una deslealtad total para con el sistema democrático que les ha permitido alcanzar cotas de poder y autogobierno jamás antes logradas. Cierto pero si mezclamos argumentos políticos tenemos también que entrar a valorar el efecto de las medidas judiciales comentadas sobre la situación política catalana.
La investidura fallida de Turull puso finalmente en marcha el cronómetro electoral que nos llevaría a nuevas elecciones autonómicas catalanas a mediados de julio si no es posible investir a un nuevo President antes del 22 de mayo. Con todas las salvedades posibles, si llegáramos a tal escenario es razonable pensar que las fuerzas independentistas concurrirían unidas, tras el sonoro batacazo en diciembre de Esquerra, que confiaba en el sorpasso. Y quizás contarían con el apoyo de Catalunya en Comú, que es la bisagra clave en el empate entre constitucionalistas e indepes y que la semana pasada ya se alineó contra las detenciones. Ciudadanos subiría pero solo a costa del PSE y quizás robándole algún escaño adicional al PP así que, en el mejor de los casos, los indepes ganarían con un cabeza de lista limpio de acusaciones penales. En el peor, con Puigdemont, Jonqueras o un Jordi a la cabeza, y el resto a continuación en la lista, todos ellos en prisión. Y seguiríamos en el bucle del 155 indefinidamente. ¿Sería esto lo mejor para Cataluña? ¿Sería lo mejor para España?
¿Cuánto tiempo adicional nos va a dar Europa y la comunidad internacional para poner fin a la crisis político-institucional catalana? Por si acaso alguien tiene la tentación de argüir que el Estado de Derecho tiene que hacer lo correcto con independencia de lo que piensen o digan los europeos, valga recordar que sin el apoyo explícito y cerrado de Europa a la legalidad constitucional, el golpe de Estado institucional de Puigdemont y los suyos habría sido muchísimo más dañino. Y añadir que, quitando los ultras, son pocos los que en Europa entienden la prisión provisional para líderes democráticamente elegidos.
Perdonen por aguarles la fiesta pero conviene tenerlo claro para los próximos meses.
En una inspirada columna sobre los Carnavales en España Julio Llamazares proponía para estas fiestas la vuelta del país a la normalidad y que al menos una vez al año los españoles dejasen los disfraces habituales en los armarios y se comportaran con sensatez, porque después de mostrar a « presidentes que huyen al extranjero después de declarar la independencia unilateral de su autonomía, según ellos con toda solemnidad y según sus consejeros y partidarios encarcelados en broma, exalcaldes en prisión a los que les dejan en libertad por padecer una enfermedad terminal que se dedican a bailar sevillanas por las noches,… , ponga usted a Rajoy a hablar con sentido común, ése al que tanto se refiere quizá porque es su quimera, o a Puigdemont a actuar como lo que es: un periodista de Girona al que el destino lo colocó donde nunca soñó con poder estar, y verá cómo los dos se convierten en seres insustanciales y hasta anodinos »
Es desde esa perspectiva, la de que son seres insustanciales y anodinos , donde se forja el formidable escudo de la impunidad de Puigdemont , que se extiende a sus compañeros de juego adornado con los atributos infantiles de locura e irresponsabilidad.
Bien , han hecho cosas malas y merecen un castigo , viene a decirnos el articulista , pero no olviden que tratamos con niños rebeldes e irresponsables y los europeos ( seres que nos juzgan desde una atalaya en el Monte Olimpo ) no comparten la severidad de los castigos ejemplares con la infancia. Basta con quitarles la merienda.
Dice LBNL :
” Pero no hay motivos para la euforia, más bien al contrario, porque la lista de representantes democráticamente electos encarcelados no deja de crecer. Lo cual es una pésima noticia para España en términos de calidad democrática y también para la resolución a largo plazo del problema político catalán. Es la justicia, se arguye, pero no es exacto: se trata de una interpretación de la justicia que, en mi opinión, es excesivamente rigurosa y endeble.”
Estoy de acuerdo en que el crecimiento de los electos ( en un proceso democrático ¿ cómo si no ? ) encarcelados es una pésima noticia en términos de calidad democrática , pero en el sentido de mala elección , en la que una parte notable de ciudadanos elige a representantes con alto potencial temerario que no duda en cercenar las libertades fundamentales de los demás.Una muy mala elección , como Trump o Cicciolina , pero elección al fin y al cabo.
En Alemania , sin ir más lejos , se hubieran ilegalizado los partidos secesionistas, aplastando en el huevo cualquier intento de esa índole , pero esto , claro está, también provocaría el desagrado de nuestro articulista. La calidad democrática en España está a salvo porque , como se ha insistido mil veces , se juzgan los actos , no las ideas y por eso no hay presos políticos sino políticos presos.
El auto del juez Llarena es riguroso pero en absoluto endeble y demuestra con claridad , por lo sabido hasta la fecha , que ha existido sin ningún género de duda una conspiración para la secesión utilizando caudales públicos y la utilización con fines espurios de una fuerza armada a las que se aleccionó para pervertir sus funciones con resistencia al cumplimiento del ordenamiento constitucional.
Admite el articulista que la conducta de los encarcelados y huidos es mucho más grave ( “ una guerra civil lo sería “ ) pero como no hay inmediatez para que tal cosa suceda sanciona con un cierto desparpajo que con la amenaza de cárcel y una fianza es suficiente, optando claramente por la tranquilidad de una minoría frente al desasosiego del resto que deberá contener como confiesa el propio articulista , lo que le piden sus vísceras.
Le preocupa más, sin embargo, la opinión de Europa , con ese aldabonazo final “ ¿Cuánto tiempo adicional nos va a dar Europa y la comunidad internacional para poner fin a la crisis político-institucional catalana?”
Pues amigo , todo el tiempo que necesite España y por lo tanto Europa para doblegar la resistencia de los secesionistas catalanes al acatamiento de las reglas de juego que son las de la UE ; dicho de otra manera , Europa se tiene que dar el tiempo necesario para reforzar la solidez de su entramado regional y la defensa de sus fronteras, del mismo modo que persigue el crimen organizado , el racismo , la violencia contra las mujeres y la xenofobia.
¿ Alguien sugiere que Francia no respeta los derechos civiles por desplegar su Ejército en las ciudades para mejor protegerse de los ataques islamistas ?
¿ Es que acaso el cáncer de la corrupción e infiltración mafiosa en Italia es merecedor de la impaciencia de la UE ?
España no es Grecia y si el sinsentido de los políticos secesionistas catalanes nos está haciendo daño y la UE nos ayuda es porque también es su problema , uno más que se añade al resto de problemas que compartimos.
Entrando en el fondo de la cuestión leguleya , es decir , si hubo o no rebelión , ya veremos , pero no discutiré nunca este asunto con aquellos que no reconocen de entrada las reglas de juego y que no aceptan los árbitros y sus decisiones ; nunca se puede jugar a sabiendas con tramposos. De entrada se descalifican.
Pero en este caso me parece que el delito de rebelión incluye , como antecedente necesario , la conspiración previa , y existe cuando dos o más personas se conciertan para la ejecución de un delito y resuelven ejecutarlo, y expresamente está castigada en los supuestos de rebelión.
Y tal y como sostiene el magistrado excedente y Doctor en Ciencias Políticas Plácido Fernandez -Viagas ,
“La cuestión es simple. El día del referéndum nadie se encontró con un escenario idílico: tractores en los centros de voto, vallas, multitudes en las puertas, ataques a la Policía, enfrentamientos de mossos con la Guardia Civil… Las personas convocadas fueron utilizadas, de existir un plan previo, para resistirse a la Policía. Por tanto, en principio y a reserva de lo que resulte del sumario, podríamos hablar de un delito de rebelión. Poner en cuestión la independencia de nuestra judicatura, sin base real alguna para ello, se nos antoja bastante arriesgado e irresponsable. “
El juez Llarena ha argumentado con brillantez y , sobre todo , con pruebas, que la conspiración ha existido.
Y además creo que todos nos habíamos dado cuenta.
Mulligan,
El independentismo estaba agonizando preso de sus contradicciones y el apoyo popular cayendo a plomo. Los encarcelamientos preventivos lo reavivan. Mala noticia.
Claro que hubo conspiración, yo no lo discuto. Pero la resistencia pasiva durante el referendum no es equiparable, en mi opinión, a una rebelión violenta. Violencia, en mi opinión, implica agredir, tomar al asalto, desarmar a los policías nacionales o atacarles. Nada de eso sucedio. Solo resistencia pasiva que, lamentablemente, en demasiados lugares fue reprimida violentamente y, que yo sepa, solo un incidente en el que los que bloqueaban una calle de Barcelona respondieron a la policía tirándoles vallas y demás. Y se llevaron balas de goma. No creo que en absoluto los conspieradores, que llamaron repetidamente a la no violencia, hayan cometido acto violento alguno. Su procesamiento por rebelión, por tanto, me parece completamente infundado. Lo peor es que se lo parecerá también al juez alemán que tenga que revisar la orden de arresto europea sobre Puigdemont y los otros. ¿Tan malo sería ajustar el tipo a la secesión? Como poco, menos arriesgado.
¿Conoce algún caso de partido independentista ilegalizado en Alemania? Yo no. Si de partidos racistas y nazis. Los indepes pueden ser supremacistas en el fondo pero no predican nada parecido.
La comparación con la represión de los yihadistas en Francia no es en absoluto equiparable. Decenas de muertos y armas de por medio.
Por supuesto que los presos indepes son políticos presos y no presos políticos. ¿Pero no le parece que cuantos más políticos presos hay en un país es señal de que ese país no resuelve bien sus conflictos políticos? Y si son presos preventivos todavía peor. Claramente la responsabilidad principal de este asunto recae sobre los conspiradores pero…
Cuando las señales empiezan a confundirse y no es ya solo un impresentable el huido sino que empiezan a ser varios y más los encarcelados, Europa empieza a sentir que la cosa se empieza a parecer a Turquía. Mala noticia.
Hace el autor un guiño de comprensión a aquellos a quienes la situación actual pueda haber producido el endurecimiento cuasi involuntario de algún músculo, y advierte de su posible frustración del esperado final feliz. Las vísceras comprensiblemente piden a muchos lectores de debate callejero que varias decenas de niños, muchos rondando los 10 años no tengan a sus padres o madres acostándoles por las noches (porque se lo merecen). Pero el placer que eso nos produce puede no ser completado. La mamá de Agnés (que dentro de 7 años cumplirá los 37) se nos ha escapado (maldita cobarde, de momento). Pero esperemos que Lluc y Joana (6 y 2 años) cumplan otros 30 sin pasar otras navidades con su padre (ya llevan una). A Magali y María (8 y 10 años) si los alemanes no nos aguan la fiesta, ya las tenemos pilladas… y así hasta treinta o cuarenta. Sin embargo, el autor se cura en salud para que no se le echen encima esos lectores viscerales a quienes las anunciadas curvas puedan parcialmente aguar la fiesta y derramar el champán.
Una cosa es lo de Kosovo, que proclamó su independencia respaldada por las potencias occidentales tras la expulsión de 300,000 personas de forma legítima, y otra es la terrible violencia potencial del catalanismo independentista. Nuestros socios occidentales tienen que entender la diáfana diferencia. A Kosovo enviaron (y enviamos desde España en un ejercicio de cinismo, pese a no reconocer la independencia) a sus emisarios para ayudar a fortalecer las estructuras del Estado. A España esperamos que nos envíen esposados a los criminales que fomentaron un levantamiento pacífico (de una violencia potencial, haciendo un ejercicio de imaginación).
Las personas encarceladas cumplieron su programa electoral, y los partidos políticos que los elaboraron no fueron ilegalizados en virtud del artículo 9.2.b) de la Ley Orgánica 6/2002. Dicho programa político de otoño del 2015 (http://www.juntspelsi.cat/programa/programa?locale=es#) es claro. Los votantes de dicho programa también pagan impuestos y votaron para que se organizara un referéndum (no organizarlo hubiera sido administrar deslealmente sus impuestos – malversación). La aplicación del artículo 155 atajó la aplicación del programa electoral. Pero no era suficiente. El gobierno central lanza a la fiscalía no contra los partidos, sino contra las personas que cumplían el mandato de las urnas (aunque ya no estén ejerciendo el poder). Queríamos más, responder al chantaje con el “a por ellos. todos a la cárcel” y una fiscalía y jueces “imparciales”. Ayer nos enteramos que el juez carcelero tiene intereses patrimoniales en el área donde se produjeron los presuntos hechos delictivos (que hubieran afectado a su patrimonio), y pese a eso no se ha abstenido.
Un chantaje político, originado en el cumplimiento de un programa electoral de partidos no prohibidos, no es una rebelión. Igual que una manifestación para reclamar un cambio de régimen no es una rebelión. Puede originar tumultos, puede causar alguna desgracia (ya se ha quedado un ojo por el camino, aunque nadie ha reclamado otro), pero no es una rebelión. Rebelión es aquello que dio origen al régimen en el que muchos nacimos y que restauró la presente monarquía parlamentaria.
Para mí un final feliz sería que el Tribunal Europeos de Derechos Humanos ataje la doctrina que el Tribunal Supremo está elaborando según la cual el ejercicio del derecho de manifestación defendiendo ideas disidentes, si deviene en movilizaciones masivas y espectaculares, es una forma de violencia contra el orden establecido. Otros prefieren esposas, escarmientos y sometimientos. Es excitante. La naturalidad del beso a la bandera española no nos gustó. Estamos buscando que nos desprecien. Muchos niños de su edad cuando dentro de unos años no sean niños y encuentren a los míos puede que no les miren con simpatía sólo por el hecho de ser españoles. Serán los niños no sólo de los presos, sino de los 2 millones de votantes a quienes hemos vencido. Que satisfacción. La ley se cumple.
El delito de sedición (incluso el de rebelión) son delitos políticos (se pongan como se pongan), no son delitos comunes. En España HAY PRESOS POLÍTICOS.
Corrección. Agnés dentro de 30 años cumplirá 37. Y será a la única a la que su madre tendrá que rendir cuentas sobre su huída de la «justicia» española. Si me encuentro a esa «cobarde» y a su hija, las escondería en mi casa, pese a que me enfrentaría a una pena de hasta 3 años de prisión (artículo 451,3a del Código Penal). Me arriesgaría a ser un preso político más.
Pero este Hifernando cómo es que está en libertad????? Anti sistema! perro flauta! podemita! Se de buena tinta, porque le conozco, que vive fuera de España. O sea, fugado! orden de detención inmediata!!! Y encima se atreve a dudar de la imparcialidad de Llarena al que tilda de juez carcelero! Por cierto, ese link: me interesa
El debate no es entre legalidad o impunidad sino entre aplicación rigurosa de la legalidad estirando los conceptos jurídicos al máximo iganorando cualquier efecto político contraproducente o aplicación cautelosa de la ley con medidas cautelares para evitar la repetición de la ilegalidad al tiempo que se lesionan los derechos políticos y civiles al mínimo.
Parece que nos vamos acercando.
El juego del Ysi.
Y si …los jueces y fiscales hubieran hecho huelga de brazos caídos al constatar la clase de políticos que llevamos al poder legislativo ,en los parlamentos de España,los ciudadanos del estado español.
.YSi/DYsi….Ejem.
La redacción del artículo que afecta a la rebelión sufrió varias modificaciones . A los golpistas del 23 F se les aplicó el anterior a la reforma de 1995 , año en el que se incluyó la exigencia de violencia para considerarse rebelión propiamente dicha.
No obstante hay varias sentencias que esa exigencia del elemento de violencia se ve matizada por tres importantes resoluciones, dos del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y una del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
La primera y más importante de esas tres resoluciones es el Auto 11/2005, de 1 de marzo, dictado por el TSJPV, que archivaba una denuncia contra el entonces Lehendakari en relación con el llamado Plan Ibarretxe.
Ya no es necesario que se llegue a producir el uso de la fuerza. El alzamiento se considera violento, y por tanto existe rebelión, cuando exista una seria y fundada amenaza de violencia. Esto es, cuando es previsible que pueda llegar a producirse.
Ese Auto aborda la violencia como elemento del delito de rebelión, y dice:
“Debiendo catalogarse el alzamiento como violento, según generalizada opinión, cuando vaya acompañado del ejercicio de la fuerza física, o, cuando el empleo de ésta, de resultar necesario de cara a la consecución de alguno o algunos de los fines indicados en la norma penal, constituya una seria y fundada amenaza, por estar dispuestos los alzados a conseguir aquéllos a todo trance, recurriendo inclusive, de así resultar preciso, a la utilización o al uso de la misma “
Verá, no quiero ser quisquilloso ni invalidar sus argumentos retorciendo la literalidad de la ley ; es más , aprecio los elementos pacificadores de su posición como algo indisociable a la función más elevada de cualquier ordenamiento jurídico que persiga la libertad mediante procedimientos democráticos.
No me parece de recibo la comparación con Turquía y su siniestro autogolpe , depurador de las raíces laicas de su mejor intento modernizador ( aunque lleno de contradicciones )
En mi opinión , no lastrada por euforia alguna , nuestro desacuerdo es más bien de oportunidad, de perspectiva ; situar el momento adecuado para aplicar medidas cautelares y la intensidad de la presión.
Pero la naturaleza del delito , su magnitud, implica a un número bastante de personas para llevarse a cabo , y esto lo comprenden muy bien nuestros socios europeos.
Y , no , no conozco ninguna ilegalizacion de partidos independentistas en Alemania por la sencilla razón de que para que esto fuera posible primero deberían haber sido legalizados, lo que resulta imposible por lo que ya he referido en mi primer comentario.
Quiero decir que cada estado miembro de la UE es tributario de su historia y de los anticuerpos que generan sus episodios más negros y esto hay que respetarlo necesariamente por la supervivencia de todos.
En cuanto al ejemplo de Francia, los elementos que trataba de comparar no eran los represivos sino más bien los puramente formales. Cualquier Gobierno legítimo debe de utilizar los medios materiales que los resortes de su Constitución permita para preservar la unidad territorial que recibe de sus predecesores o combatir la amenaza para su seguridad.
A modo de coda , hoy en El País
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