Culer democracy

Senyor Barba

En el momento de escribir estas líneas, la Junta Gestora del F.C. Barcelona, presidida por Carles Tusquets i Trias de Bes (apellidos de empaque de la zona alta de Barcelona), extesorero del Club en la etapa de Núñez, ha decidido aplazar las elecciones a la presidencia previstas inicialmente para el 24 de enero dado que el estado actual de la pandemia no ofrece las garantías sanitarias adecuadas. También en este momento, se han validado ya las firmas presentadas por los precandidatos para ver cuántos de ellos tenían los apoyos suficientes para ser oficialmente candidatos. A priori, cuatro precandidatos habían presentado avales suficientes para pasar el corte y convertirse oficialmente en candidatos: Joan Laporta, Víctor Font, Toni Freixa y Emili Rousaud. Rousaud, que fue miembro de la Junta Directiva durante la última etapa de Josep Maria Bartomeu hasta que, en maniobra nunca vista, se bajó del barco justo a tiempo de preparar una candidatura “no continuista”, y que llevaba como vicepresidente deportivo a Josep María Minguella, exagente de futbolistas que lleva 50 años vinculado al Club desde dentro o desde fuera, acaba de anunciar su renuncia tras detectarse entre sus avales una buena cantidad de firmas no válidas, e incluso un impreso de otro precandidato.

Y es que es este de las elecciones a la presidencia del F.C. Barcelona un submundo y un espectáculo que, si se sigue de cerca, es fascinante para los culers muy cafeteros, y especialmente para aquellos con cierta adicción a la vergüenza ajena.

Atrás quedan hasta seis precandidatos de todo pelaje, algunos más clásicos, otros más “nuevos”, unos más serios, otros más freaks y el correspondiente circo de promesas de pizzas, tatuajes, balones y llaveros a cambio de una firma. La retahíla de personajes que llevan décadas viviendo del Club o intentando vivir de él, pontificando soluciones mágicas a la delicada situación deportiva y económica que vive el Club y haciendo promesas absurdas, no tiene fin.

El aplazamiento de las elecciones nos ha dejado de momento a Laporta, que encabeza con holgura todas las encuestas, presionando para que se celebren las elecciones de inmediato, y a Font y Freixa intentando llegar a la prórroga, los penaltis y a cualquier otra eventualidad que les permita ganar tiempo y recortar distancias. No sé si el escenario les sonará de algo.

Sea cuando sea la contienda, y salvo giros de guion inesperados, parece que la cosa quedará entre un archiconocido Joan Laporta y el outsider con etiqueta de renovador Víctor Font. El tercero en discordia es Toni Freixa. Abogado de profesión y vinculado, por lo menos en el momento de su fundación a Lliures, quincuagésimo partido surgido de las cenizas de CiU que se define como liberal, catalanista, y contrario a la independencia de Catalunya; ha participado en las 3 últimas Juntas Directivas (Laporta, Rosell y Bartomeu) saliendo de todas ellas, por uno u otro motivo, antes de tiempo. El mayor logro conocido de Freixa en esta precampaña es haber llegado a un acuerdo con la Grada d’animació (formada por diversos grupos y peñas, muchos de los cuales se han desmarcado de dicho acuerdo), comprometiéndose con ellos a impulsar su actividad e incluso dotarles de un presupuesto a cargo del club, a cambio de obtener sus firmas para los avales. Todo parece indicar que el sector de la Grada d’animació con el que ha llegado a dicho acuerdo son los Boixos Nois, los nois molt macos de Sandro Rosell. Este hecho y su recorrido por el Club, parecen pobres cartas de presentación como para tener alguna posibilidad de ganar.

Nos quedan pues, Laporta y Font compitiendo en “cruyffismo”, que es lo que toca ahora en el movimiento pendular que guía a la masa social del Barça en función, principalmente, de los resultados deportivos. No olvidemos que la desastrosa y sonrojante etapa de Bartomeu se la debemos al triplete conseguido por Luis Enrique un mes antes de los comicios de 2015, y no se puede decir que no se viera venir de que pie calzaba el ya expresidente.

Laporta, abogado de profesión con bufete propio, expresidente del Barça, exdiputado en el Parlament de Catalunya por Solidaritat Catalana per la Independència, y exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona por Unitat per Barcelona; se presenta esta vez con un perfil mucho más bajo y conciliador en el discurso, a pesar de grandes gestos de marketing como el de la famosa pancarta en Madrid, aplaudidísimo por parte de aquellos culers simpatizantes de su faceta más canalla y desenfadada.

A Joan Laporta se la atribuye ser el “mejor presidente de la historia” y motivos no faltan. Con todos sus matices y claroscuros, de sus años de presidencia se salió con un notable saneamiento de la situación económica en comparación con la que heredó de Joan Gaspart, con un giro de 180 grados en la situación anímica y deportiva que cambió la historia del Club (el famoso Cercle Virtuós), y otros logros en el aspecto social como el veto a los Boixos Nois como grupo organizado, hecho que le valió pintadas de amenazas de muerte en el portal de su domicilio; o los acuerdos con UNICEF.

Se presenta también sin anuncios de grandes nombres, tan típicos de estas contiendas, a sabiendas de que su mejor activo es él mismo, su bagaje como expresidente y su carisma, él es la estrella de su propia candidatura. Cuenta con una base sólida de votantes; obtuvo cerca de 16.000 votos en las elecciones de 2015 que sin embargo no le bastaron para ganar a Bartomeu (cabe decir que se presentó con poco más de un “aquí estoy yo”), así que va a necesitar a parte de aquellos socios que ciclotímicamente van dando bandazos. A poco que rasquemos seguramente encontraríamos no pocos socios votantes de Núñez/Gaspart, que votaron a Laporta en 2003, luego firmaron la moción de censura en su contra, votaron a Rosell en 2010, votaron a Bartomeu en 2015, firmaron la moción en su contra en 2020, van a votar a Laporta en 2021, y van a firmar la moción en su contra en 2024. Y es que a pesar de que al soci no se’l pot enganyar y y de la advertencia “¡que nos nos embauquen!”, el soci medio es así.

Al otro lado tenemos a Víctor Font, socio fundador del Diari Ara, empresario de consultoría e inversiones, afincado hasta 2018 en Dubai y según parece con algo más diez años escasos de antigüedad como socio, lo que levanta algunas dudas sobre su altruismo desinteresado a presidir el Barça. Dicho esto, a estas alturas de la película nadie espera que los candidatos a la presidencia sean jóvenes idealistas sin ningún interés personal en dar notoriedad a sus egos e impulsar sus negocios personales. El palco del Camp Nou no es el del Bernabéu pero también es goloso. No en vano todos los precandidatos son empresarios de mayor o menor fortuna pero de probada solvencia económica. Bastaba con pasearse por las sedes de los precandidatos (o buscar las fotos de estos días) para ver que los equipos de todas las candidaturas están formados en un altísimo porcentaje por “señoros” de mediana edad con traje o, en el mejor de los casos, vestidos con suéteres de tonos pastel, vaqueros, y deportivas relucientes; lo que viene siendo el clásico uniforme de Director de Ventas vestido de casual Friday.

Volviendo a Font, es bien cierto que lleva años preparando su proyecto. Su presencia en medios, redes sociales, y en el famoso entorno blaugrana ha sido constante a lo largo de los últimos años haciendo oposición constante pero comedida, sin estridencias, a la Junta de Bartomeu. Ya en precampaña ha presentado para su proyecto nombres de popularidad dispar entre el barcelonismo, Antoni Bassas, Toni Nadal, el Dr. Ramón Cugat, y ha tirado de los nombres de Xavi Hernández y Jordi Cruyff, aunque ellos posteriormente han desmentido su vinculación exclusiva con Font mediante sendos comunicados. Font tuvo un traspié importante presentando como miembro de su candidatura a Jordi Majó, un clásico del escenario electoral blaugrana al que tuvo que echar apenas cuatro horas después del anuncio, tras salir a flote una buena colección de desafortunados tweets entre los cuales había retweets a Santiago Abascal de contenido anti-inmigración, comentarios polémicos sobre el procés, u otros en que se disculpaba por ser hombre, o pedía la prohibición de los partidos comunistas. Un proyecto supuestamente tan trabajado no debería tener este tipo de deslices.

Dicho esto, también ha hecho fichajes de prestigio como el de Marc Duch, joven asesor fiscal presidente del grupo Manifest Blaugrana que fue una de las cabezas más visibles de la moción de censura contra Bartomeu, y que es muy respetado desde todos los sectores opositores a la última Junta. En definitiva, Font ha sabido crearse una imagen de candidato fiable y virgen que, si bien puede que no le sirva para ganar estas elecciones, le posiciona muy bien de cara al futuro.

Sea lo que sea lo que ocurra en las próximas semanas y meses, tocará seguir disfrutando y sufriendo la montaña rusa que es a todos los niveles ser seguidor del, como decía Núñez, Club que da nombre a nuestra ciudad.

4 comentarios en “Culer democracy

  1. Menudo panorama… Parecen las elecciones autonómicas. Yo no puedo dejar de recordar a Laporta a la guitarra mientras Puchi hacía sus pinitos emulando a los Beatles. Es por supuesto libre de escoger con quién disfruta de su tiempo libre, como lo soy yo de descartarle de cualquier cosa por escoger al timador de Waterloo: dime con quién andas… Y Font es un pájaro, según me cuentan, indepe hasta la médula y por tanto sospechoso de seguir manipulando el club para una causa política. Está bien que el Barça represente a Cataluña pero a todos los no catalanes que somos del Barça nos toca un pie que se sume siempre a esos que se consideran los verdaderos catalanes. Así que si tuviera que votar optaría por Freixa, a pesar de los pesares: un tío cabal y bastante sensato, que es lo que más necesita el Barça en estos momentos tan delicados por los que pasa. Por supuesto, no ganará. En realidad, el paralelismo con la situación política general catalana no es descabellado…

  2. Mi de furgo ….. poco y del BarÇa menos. Paso palabra.

    Biden tomó posesión con 25.000 efectivos militares tomando el Washington y alrededores. Ante el ya improbable riesgo de que se produjesen manifestaciones tumultuosas, pero que no por ello había que dejarlo de lado como remota posibilidad.
    Los hechos acaecidos hace unos días en el asalto al Capitolio, que han sido vistos a todo lo largo de todo el mundo mundial, estoy convencido que van a tener dstintas lectura en muchos paises y confrontada con otras realidades que en ellos se viven. En nuestro caso Cataluña y sus líderes actuales, tanto en activo como en prisión o fugados, y sus actos, manifestaciones, y apreteu, apreteu.
    Se habla del posible efecto Illa en las catalanas, pero yo creo que puede tener más repercusión el efecto Trump. ……. es mi opinión por lo que pueda valer.

  3. Los culers «españoles no queremos ver un Barça hecho unos «zorros» y ariete del independentismo .
    Lo bueno de esta pandemia es que nos hemos ahorrado que los partidos en el Camp Nou,sean aquelarres místicos del hooliganismo indepe …en el famoso minuto 17,14.
    No hay mal que por bien no venga.
    Parafraseando:
    Hay que ser positivo,nunca negativo…
    ….JAJAJA….que nervios.

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