De las confesiones de Jordi Pujol al otoño soberanista

Senyor_J

UNO

Una breve misiva lo cambió todo. Me refiero a aquella en que el molt honorable Jordi Pujol i Soley reconocía haber mantenido una cierta cantidad de dinero en el extranjero, alejada de las garras de la agencia tributaria española. Para unos, cayó el último gran héroe. Para otros, el patriarca catalán tiró de una manta bajo la cual se ocultan un montón de cosas desagradables. Y para todos los presentes fue un paso más en esa gran sacudida que está afectando durante  2014 a la política española, que ha movido las sillas de no pocos representantes políticos de altura y que ha puesto en jaque y al borde del mate al sistema de partidos tal y como se había conocido durante más de 30 años. ¿Pero qué supone realmente la declaración de Pujol? ¿Qué víctimas deja en el camino?

El damnificado más evidente es Jordi Pujol (padre, claro, aunque al primogénito le esperan también grandes momentos de gloria judicial, así como a alguno de sus conocidos hermanos). Tras la confesión se derrumba un mito, tan artificioso como el que más. En el ejercicio del gobierno, se hizo pasar por un presidente sin estado e hizo creer a todo catalán que su país era el mejor del mundo; y que si no era aun más maravilloso, era por culpa de España. No obstante, pactó incesantemente con partidos españoles para asegurarse poder y libertad de acción y no dudó en atarse al más genuino representante del nacionalismo español (PP), para obtener prebendas primero y seguir en su puesto después. Gran precursor de un estilo político populista que hoy en día se atribuye a otros, su máximo empeño se dirigió hacia la creación de un gran sistema clientelar y extractivo del que se beneficiaron muchos altos cargos pasados y presentes y los partidos de la coalición que encabezó durante tanto tiempo. Porque lo de la familia Pujol o lo del Palau de la Música no son más que pequeñas muestras del alcance del clientelismo y la corrupción institucionalizada en Cataluña durante las últimas décadas. Los que ayer callaban o miraban para otro lado y hoy se rasgan las vestiduras, son perfectamente conscientes de que el fenómeno es más amplio y abarca a más partidos e instituciones.

Pero… Un momento. ¿He dicho Cataluña? Quise decir España. Lo del clientelismo y la corrupción institucionalizada es un fenómeno claramente peninsular y alcanza a todos los grandes partidos nacionales y regionales. Si CDC acaba con la sede embargada, al PP le sale la suya vinculada a su dinero negro, y los famosos EREs andaluces solo son un ejemplo más de esa forma extractiva de gobernar que, especialmente en los años 1980 y 1990, dejó todos abundantes escándalos que afectaron de lleno al PSOE. Momentos, aquellos, por cierto, en que Jordi ya hacía de las suyas. Esforcémonos en interiorizar que la corrupción siempre es mucho más amplia que lo que públicamente se conoce de ella. Que, de hecho, prevaricación, cuentas en el extranjero y malversaciones de dinero público, entre otras malas prácticas, han sido elementos inherentes al ejercicio del poder en nuestra democracia y lo que hoy nos ocupa es en definitiva un ejemplo más, aunque de especial relevancia.

DOS

También hay quien dice que el gran damnificado de la confesión es el proceso soberanista. “Algo importante se ha roto. Se nota, se siente” exponía Enric Juliana, subdirector de La Vanguardia el pasado día 24 de agosto, tras abandonar su descanso estival y reincorporarse a la redacción de dicho medio. En la misma línea se expresan muchos opinadores críticos, pero las cosas son bastante más complejas. Repasemos en qué estado se encuentra dicho proceso. Han transcurrido los meses y nos encontramos en ese punto caliente que todo el mundo esperaba con impaciencia: el otoño de la consulta. Ha llegado el momento, pues, de poner sobre la mesa la ley de consultas, que hace unos días recibía la aprobación del Consell de Garanties Estaturarias, pero con cuatro votos particulares de nueve, todo un síntoma de las escasas unidades catalanistas realmente existentes. Otro síntoma es esa aparente encrucijada en la que se encuentra la CDC de Artur Mas: separarse del camino que marca la hoja de ruta de ERC, basada en las elecciones anticipadas y la declaración unilateral de independencia, o bien seguir con ellos hasta el final.

Evidentemente, si la encrucijada la sitúo más allá de la consulta, es porque no parece que pueda producirse, ni siquiera aunque se encaprichen en que se produzca. Me explico. Sabemos cómo la quiere convocar el Govern y sabemos que el Gobierno de España o el Tribunal Constitucional la declararán fuera de la ley. En tal caso, hay dos caminos: acatar e inventarse otra cosa o seguir adelante. La primera opción nos lleva al punto que señalaba en el párrafo anterior y la segunda es inviable por distintas razones: por no disponer siquiera de un censo, que ni gobiernos ni ayuntamientos van a facilitar (por no hablar de la inexistente ley electoral catalana); porque una consulta ilegal va a ser boicoteada por todas las fuerzas que se oponen a la misma, lo que haría que el resultado no sirviera para nada (una versión 2.0. de las consultas municipalistas de hace unos años atrás con más dinero público), y también, y atención ahora, porque ese camino expone además a sufrir una respuesta represiva del Gobierno de España que corte definitivamente las alas al proceso antes de que se hayan gastado siquiera los escasos cartuchos que aun se tienen guardados. Por lo tanto, lo de que la realización de la consulta es aún una posibilidad no se sostiene racionalmente y los que siguen dando la paliza con ello lo hacen por postureo político, porque se aproxima la Diada de la V y por no cargar con la responsabilidad de ser ellos los que den un paso atrás. Y es que después de otro 11S multitudinario en el año del Tricentenari, desinflar el globo consultivo va a tener un elevado coste político.

TRES

Por lo tanto volvemos a la encrucijada real, la de seguir la ruta de ERC o no seguirla. Ello plantea varios problemas al partido de Jordi Pujol. Sobrepasados en las encuestas, están llamados a perder el poder de convocarse unas elecciones si acuden solos, y con su negativa final a la consulta, la coalición electoral con ERC habría de ser imposible. De ello podemos deducir que si no hay consulta, tampoco será factible proponer elecciones plesbicitarias: simplemente serán anticipadas. El resultado de todo ello es, pues, que de precipitarse unas elecciones, Artur Mas quedaría seguramente al margen de la vida política catalana y CiU fuera del gobierno salvo hipotético gobierno de concentración posterior. Otro elemento a considerar es que si la policía dispone de un rico expediente de Jordi Pujol, es más que probable que sobre la cabeza de Artur penda la amenaza de sacar a la luz los hechos presuntamente delictivos que haya acumulado en el sano ejercicio del poder (que no olvidemos que se inició bajo el mandato de Jordi Pujol padre), así como de poner bajo los focos a otros chicos y chicas muy activos en eso de las malas prácticas, que no han sido pocos en CiU y, además, algunos de ellos están en el gobierno hoy en día. De ahí que quepa esperar que el president intente tomar un camino alternativo al margen de ERC para alargar algo más su estancia en el poder. O incluso que tire la toalla y se dirija a la puerta de salida, cosa que se diría que algunos compañeros en la dirección de CDC esperan con cierta ansia. Y, además, que sea cual sea su camino, lo tome asesorado por el gobierno central si este dispone de “mecanismos de presión” penalmente convincentes: ¿una tercera vía fabricada desde Madrid con la participación de Duran y el PSC? Who knows

Volviendo sobre Pujol, pues, podemos concluir que su caso afecta a la forma como se están desarrollando actualmente los acontecimientos soberanistas, pero no suponen el derrumbe del Procés. Creo que confundir la suerte de Pujol, Mas y CDC con la suerte del proceso, es un tremendo error. Primero, por la evidencia de que más pronto que tarde todo el protagonismo pasará a ERC, y segundo, porque con ellos al frente el proceso soberanista se va a volver bastante más imprevisible. Existe, sin duda, la posibilidad de que ERC, una vez en el gobierno, por miedo o por ambición de poder, pise el freno y adopte un autonomismo falsamente reivindicativo a lo PNV, pero también que mantenga su trayectoria, pues al fin y al cabo sus votos proceden de gente “ilusionada” (¿engañada?) con el Procés. En tal caso el choque con el Gobierno de España va a ser violento, tendrá consecuencias severas y se cobrará bajas (por si alguien tiene dudas, recordemos, por ejemplo, que España es un país donde se hacen leyes ad hoc para ilegalizar partidos).

Y en ese duro contexto de conflicto abierto, bien pudiera ser que con una CDC en estado grave y la feroz oposición de los partidos no soberanistas, a ERC no le quede otra opción que hacer un llamamiento a las fuerzas de izquierdas soberanistas a ponerse a su lado. Y que se forme un nuevo cóctel soberanista sin fuerzas derechistas, ni del régimen. Un entorno político de ambición transformadora en el que se sumen a ERC todas las casas de la izquierda catalanista, desde ICV, EUiA hasta las CUP, pasando por supuesto por Podemos, todo lo que aglutina Guanyem y los sediciosos del PSC. Y en este contexto, en el que ya no solo se hablaría de hacia dónde ir, sino como se quiere que sea el lugar al que se quiere ir (que si más democracia, menos troikas y menos merkels y tal y cual…), la cosa podría cobrar tintes verdaderamente apocalípticos y ser lo que el denominado Procés hasta el momento no está siendo: un proceso profundo de renovación democrática y regeneración política. Con ello el futuro seguiría siendo complicado pero ese viaje a lo desconocido ganaría bastante interés.

17 comentarios en “De las confesiones de Jordi Pujol al otoño soberanista

  1. Joé con el artículo. Ciertamente la última hipótesis sería «interesante» y al mismo tiempo muy peligrosa. Pero en fin, ¿me puede alguien explicar cómo se concilia ser de izquierdas y nacionalista, especialmente respecto a lo de las balanzas fiscales»

  2. Por cierto, vive dios que no soy fan de Pedro Jeta, más bien todo lo contrario: estaría en mi top 10 de desterrados con billete sólo de ida. Y sin embargo, excelente mezcla de erudición y sapiencia política en este artículo:
    http://www.elmundo.es/opinion/2014/08/31/54022cd2ca47419f1b8b457e.html

    CARTAS DE UN ARPONERO INGENUO Por el camino de la Reina Gobernadora
    PEDRO J. RAMÍREZ
    Carlos Marichal lo resume perfectamente: «Deseaban eliminar las raíces mismas del radicalismo popular y juzgaban que sólo mediante la restricción de las elecciones municipales democráticas se podía lograr este objetivo». Juan Ignacio Marcuello añade: «Se trataba de asegurar al Gobierno central un control decisivo de los ayuntamientos a través de la designación de los alcaldes». Ambos historiadores se refieren a la estrategia del Partido Moderado al presentar su proyecto de reforma municipal en 1840. Pero no hace falta cambiar ni un acento para retratar la principal pretensión de Rajoy ante el curso que comienza.

    Ya que ninguno de los mediocres que le rodean en Moncloa o por acción u omisión le bailan el agua impresa tiene cacumen para hacerlo, seré yo quien le advierta de lo que le sucedió entonces a la Reina Gobernadora María Cristina de Nápoles, regente durante la minoría de edad de su hija Isabel II y jefa de facto de los moderados. A ver si el estólido en su estrago se entera de en donde se está metiendo.

    Lo que se dirimía era, como hoy, pura y descarnadamente una cuestión de poder. O si se quiere de empleomanía política. Como la Constitución de consenso de 1837 que había corregido buena parte de los defectos de la Pepa se limitaba a establecer que «habrá ayuntamientos nombrados por los vecinos» (art. 70), las elecciones municipales seguían rigiéndose por una ley del Trienio Liberal, muy avanzada para la época, que permitía votar a casi un millón de españoles. La consecuencia era que el Partido Progresista, apoyado por la emergente burguesía urbana, copaba las alcaldías de las principales ciudades mientras los moderados controlaban el Congreso, fruto de un sistema electoral censitario mucho más restringido.

    Si no fuera por esa yerma incuria monclovita, cualquiera diría que los dos principales trazos de aquel proyecto de ley municipal, amparado por María Cristina y la camarilla de los Muñoces -parientes del guardia de corps con quien la regente había contraído siete años antes un matrimonio morganático que seguía ocultando a la nación- son los que inspiran hoy a Rajoy. Se trataba por un lado de restringir el censo, despojando del derecho al voto a una parte significativa de los vecinos; y por el otro de establecer la designación directa de los alcaldes por el jefe político de la provincia.

    ‘La propuesta municipal de Rajoy supone dinamitar el sistema parlamentario proporcional’
    No son cosas distintas las que hoy plantea el PP por mucho que la orwelliana María Dolores de las Mentiras y su pajecillo Riquete el del Copete retortijen y despanzurren cada lunes el lenguaje. Convertir en alcalde al cabeza de la lista más votada, otorgándole una prima de mayoría a palo seco, supondría dinamitar el sistema de representación proporcional y democracia parlamentaria que rige todas nuestras instituciones. Eso equivaldría en la práctica a restringir el derecho al voto o al menos convertir en votantes de segunda, condenados a una mera expresión testimonial, a quienes no estén dispuestos a pasar por el aro del bipartidismo. Apoyar bajo la nueva norma a Vox, Ciudadanos, UPyD, Podemos, IU o cualquier candidatura local independiente sería poco menos que tirar el voto.

    Como además nada se dice de elecciones primarias -he ahí la bicha del PP- ni de candidaturas abiertas o desbloqueadas, está claro que ese cabeza de lista seguiría siendo designado por la cúpula del partido. O sea por Rajoy en el caso de las grandes ciudades -tras su reciente encuentro secreto con Esperanza Aguirre cualquier mañana despejará digitalmente la incógnita de Madrid- y por sus machacas en el caso de las medianas y pequeñas.

    Que el mismo PP que acaba de incumplir su promesa seminal de despolitizar la carrera judicial pretenda rebozar esta maniobra neocaciquil con el buñuelo de viento de una quita de aforamientos -en una instancia u otra los corruptos toparán con los jueces que han nombrado- para venderla como regeneración democrática produce, digámoselo claro a Gallardón, arcadas morales. Por eso hay que poner las cartas sobre la mesa. ¡Claro que habría un sistema idóneo para devolver al pueblo las riendas de la política, convirtiendo al candidato más votado no sólo en alcalde -¿por qué pararse en barras?-, sino también en presidente de la comunidad autónoma o del Gobierno! Ese sistema es el presidencialista que consagra la separación de poderes eligiendo, como ocurre en Estados Unidos, en una urna al jefe del Ejecutivo y en otra a los miembros del legislativo. Pero eso es una República en la que los partidos pierden casi todo su poder y en la que, por supuesto, nos sobra el Rey, sea Padre, Hijo o Espíritu Santo.

    Sin llegar tan lejos, el modelo parlamentario ofrece una variante que garantiza que los electos actúen como mandatarios de sus electores y no como criadas para todo que igual limpian unos crímenes de Estado a la cal viva, un ectoplasma de armas de destrucción masiva o unos obscenos SMS de apoyo a la corrupción y obstrucción a la justicia. Me refiero al sistema mayoritario, basado en distritos uninominales en los que a una o dos vueltas se elige a quienes más confianza merezcan como concejal, diputado autonómico o congresista. Ellos a su vez eligen a los alcaldes o presidentes, pero a partir de ese momento su reválida dependerá de lo que los ciudadanos de su distrito opinen de su conducta y no de la cantidad y calidad de felaciones que, para bochorno de propios y extraños -esa es cada mañana, cada tarde, cada noche, la hoja de ruta de la política en España- practiquen a tales jefes.

    Estas son las dos vías hacia la regeneración o el «empoderamiento» ciudadano, por no rehuir el cursi híbrido de arcaísmo y anglicismo que ha puesto en boga Podemos. Ambas modalidades requerirían reformar la Constitución y supondrían un harakiri de la Casta, similar a la de los procuradores franquistas al renunciar a la democracia orgánica. Hacia ahí deben enfocarse el debate y la presión de la sociedad civil a través de todas sus tribunas y, por qué no, de la protesta en la calle.

    O sea en dirección opuesta a esta farsa chapucera ideada por Rajoy para dar la impresión de que trata de salvar el culo de los alcaldes que saldrán a competir con el lastre de su romo, incompetente y mendaz liderazgo. Ya que no puedo daros ni un proyecto para España, ni unas buenas leyes tributarias, ni siquiera una trayectoria ética de la que enorgulleceros, os doy una trampa de última hora para que os las apañéis como podáis. Que nadie diga que no me ocupo de quienes dependen de mí para poder seguir dependiendo solamente de ellos. Right or wrong, por las buenas o por las malas, desdiciéndome de todo lo antedicho en cuanto al consenso como requisito de cualquier reforma electoral, is my party.

    El egoísmo oportunista de aquella intentona de modificación del régimen municipal que nos sirve de precedente quedó de manifiesto durante los intensos debates que tuvieron lugar los primeros días de junio de 1840 en las Cortes. Recomiendo vivamente a los diputados que, aunque sea por capricho, quieran aprender a expresarse en público -puede serles útil si un día, por cefas o nefas, tienen que ganarse la vida de otra manera- que repasen en el Diario de Sesiones el torneo de oradores desencadenado para la ocasión entre los Martínez de la Rosa, Alcalá Galiano, Pidal o Mon por el bando moderado y los Argüelles, Calatrava, San Miguel o Sancho por el progresista.

    Fue mi tocayo Pidal quien clamó contra la «confusión y el caos político» que resultaría -tecla a la que también recurre hoy el PP- si no se intervenía en la elección de los alcaldes: «Tendríamos ayuntamientos carlistas, anarquistas, moderados, exaltados. En fin resultaría un completo y ridículo mosaico». El ambiente se caldeó muchísimo cuando unos y otros se acusaron recíprocamente de «traidores», «perjuros» y «rebeldes» a la Constitución. Y una vez más fue mi admirado Calatrava quien -en uno de los últimos cantos del formidable cisne parlamentario que era- resumió la cuestión de fondo con precisión quirúrgica:

    – Todo vecino mayor de edad, con casa abierta, cabeza de familia y un modo honesto de vivir tiene un derecho del que no le puede privar ninguna ley, para concurrir al nombramiento de concejales porque tiene igual interés que los vecinos ricos en que los pueblos estén bien administrados… Establecer un monopolio a favor de la riqueza siempre es perjudicial pero puede ser aún más pernicioso en lo municipal…

    Fue entonces cuando Martínez de la Rosa entró al trapo y quedó junto a toda aquella derecha oligárquica en evidencia:

    – El que tenga ciertos bienes fruto del sudor y del trabajo, ese tendrá el goce de los derechos políticos, pues lo que la ley previene está lejos de ser una exclusión de ninguna clase. No dice la ley a los pobres: quedáis para siempre fuera de este derecho, sino: trabajad, adquirid y tendréis la puerta abierta a los derechos políticos. No es una exclusión, es un estímulo.

    ‘Al imponer su rodillo los moderados, los progresistas optaron por el «retraimiento» parlamentario»Se imaginan una comparecencia conjunta de Abascal, Rivera, Díez, Iglesias, Lara y hasta Sánchez’
    Cuando los moderados impusieron su rodillo, negándose a aceptar ninguna de las enmiendas que desmochaban su artefacto, los diputados progresistas optaron por lo que se conoció como el «retraimiento», abandonando el Congreso y dando por hecho que boicotearían las elecciones desde su Aventino municipal. ¿Se imaginan el impacto que tendría la comparecencia conjunta de Santi Abascal, Albert Rivera, Rosa Díez, Pablo Iglesias, Cayo Lara y hasta Pedro Sánchez -si no se deja llevar al huerto por esos prebostes del Ibex 35 y el marianismo mediático que tanto le cultivan- planteando iniciativas similares? Rajoy, De las Mentiras y Arenas -cuya pertinaz portavocía en este asunto obliga a preguntarle si cree que el presidente de la Junta de Andalucía debería ser él, como cabeza de la lista más votada, y no Susana Díaz- tendrían la fuerza; pero la razón estaría del lado de las minorías expoliadas pues las reglas del juego, como la unidad de la Nación, no pueden cambiarse por la mitad más uno y menos cuando las papeletas van ya camino de la imprenta.

    En el verano de 1840 se disparó la espiral de la protesta. Jover Zamora habla de un «hondísimo y generalizado desasosiego». Miles de ayuntamientos pidieron a María Cristina que no ratificara la nueva ley municipal, pero ella estampó su firma en defensa de quienes consideraba más afectos a su trono. Los principales ayuntamientos se constituyeron entonces en Juntas rebeldes a la legalidad -«ese es el método, sire, que tenemos en España para hacer las revoluciones», le había escrito Quintana a Lord Holland- y el general Espartero, hombre fuerte del momento como vencedor de la Primera Guerra Carlista, se puso de su lado. El 17 de octubre la Reina Gobernadora se embarcaba en Valencia en el vapor Mercurio, rumbo al exilio en Francia, con su corte de Muñoces y una fortuna fruto de la rapiña, equivalente a la acumulada por la trama Gürtel.

    Quince días después el embajador norteamericano Middleton enviaba un despacho a su secretario de Estado, tratando de explicarle la inesperada aceleración de los acontecimientos: «Se podrá preguntar cómo fue posible que la Reina y las Cortes no calibraran correctamente el límite de la tolerancia popular». Y él mismo se respondía: «Esta falta de perspicacia se debió en parte a la apatía aparente en que estuvo sumergida la nación durante los tres últimos años… Yo siempre pensé que la mayoría de los jóvenes de cierta educación y propiedad eran progresistas y que eventualmente triunfarían sobre todos los esfuerzos por imponer una línea política retrógrada». «Historia magistra vitae» o, como le gusta decir a mi amiga Clara Alvárez, pasando de Cicerón a Horacio, «de nobis fabula narratur».

  3. Gracias por el enlace, estimado LBNL, del que no pondría ni quitaría una coma.
    Lamentablemente, me vino a la memoria una frase de Nicolás Redondo Terreros, que un día en Zarautz nos decía que lamentablemente, de los 350 diputados, no habría ni 50 que supieran lo que pasó en España en el siglo XIX. No ya del PP, que lo asumía, decía, «ni de mi propio partido».
    Lo normal sería una rueda de prensa con los mimbres que Pedro J dice, pero aquí vendrá como siempre el cortoplacismo, el regate en corto y el maniobrerismo. ¿Rosa Díez al lado de Rivera?. ¿Abascal y Pablo Iglesias? ¿Pedro el guapo al lado de los demás, haciéndose ver como un partido de oposición en vez de una alternativa de gobierno? ¿Cayo Lara integrándose definitivamente en el «sistema»?
    Difícil que se dé esa foto y más difícil todavía que partidos que tienen a 100.000 personas viviendo de esto acepten boicotear unas elecciones municipales.
    Y con eso cuenta Rajoy. Bueno, con eso y con la banca, claro, que rápidamente llamaría a Pedro el guapo para decirle eso de que con la estabilidad de un país no se juega y para apelar a su «sentido de estado».
    Pues veremos si esta gente está a la altura.

  4. Pedro J acaba de confirmar que ha hecho una oferta para comprar el mundo y que si no se lo venden y se lo vendena vocento, que él montará una nueva cabecera. Pues a ver si es verdad y se fragmenta más la información derechista.

  5. De los creadores de
    Se puede ser monárquico y de izquierdas
    Bajar los impuestos es de izquierdas
    Cagarse en los sindicatos es de izquierdas
    Aumentar el gasto militar es de izquierdas
    llega…

    se puede conciliar ser de izquierdas y nacionalista?

    Claro! A veces el PSOE ha hecho políticas de izquierda.

    Atribuido a Negrin:

    «No estoy haciendo la guerra contra Franco para que nos retoñe en Barcelona un separatismo… y pueblerino (…) No hay más que una nación: ¡España! (…) Antes de consentir campañas nacionalistas que nos lleven a desmembraciones que de ningún modo admito, cedería el paso a Franco sin otra condición que la que se desprendiese de alemanes e italianos»

    Una grande y Progre

    Pos eso, antes XXX que rota.

  6. Empieza fuerte y a trición el senyor-J… Un uno de setiembre y ale! Toma post del proceso.
    Mucho que comentar y poco tiempo, así que….

    1) No, no se puede ir a la independencia sin el centro-derecha sociológico de CiU (liberales y miseros, que no nacionalcatñolicos)

    No hablo de los del Lobby Puente Aéreo, Fomento y el Círculo. Esos haran lo que puedan para impedir la consulta. Y sus amigos del PSC (risas) Veremos

    Perooooo

    No se puede ir a la independencia sin que haya cambios en y concesiones en lo que respecta a aumentar la democracia y el estado del Bienestar. De eso se trata. Y lo saben. Y unos derechones lo pueden aceptar y otros se openen especialmente por ello.

  7. De lo de Pujol…
    traduzco (gracias sr. google) del catalán, copio y pego la pregunta y respuesta de Vilaweb (e-diario) a Manuel Delgado (catedrático de antropología [UB] y miembro del PCC) . Ipsum est

    *** Una de las sacudidas políticas de este año ha sido la reciente confesión de Jordi Pujol. Cree que afecta en nada el proceso o que estamos en otra fase?
    *** Estamos en una fase nueva. Todo forma parte del mismo paquete: todo este ruido sobre Pujol y los intentos de hacer escorar una parte de la izquierda transformadora hacia posiciones lerrouxistas. Son los últimos intentos pacíficos de las posiciones unionistas. Hasta ahora el españolismo no se había tomado en serio toda esta cuestión. Si siguieras las tertulias de Madrid habrías visto hasta qué punto se reían! Estaban convencidos de que era una broma que se solucionaría con dinero. Finalmente, han visto que esto es serio y gastan los últimos cartuchos que tienen antes de gastar los de verdad. Y con Pujol también se han confundido: se han creído que Pujol representaba Cataluña. Pero Pujol representaba la vinculación estrecha y lacaya con España. Y todo esto aún enciende más un estado de ánimo que no tiene frenos y va en beneficio de una política de manos limpias. Desde el punto de vista catalanista, la gran beneficiada de todo esto será ERC. Justamente se ha desmantelado lo que en Cataluña representaba las posiciones más serviles con España.

  8. Pujol un mito que cae sí. Más que nada pq con todo lo que había pasado por el centro: partidos de gobiernos, presidentes, fiscales, ministros de interior y justicia hasta ahora no habían sacado los trapos sucios. Trapos propios, ¿soy el único que recuerda en la entrevista a Barrionuevo que le hizo Jordi Évole? En ella agradecía el apoyo que le brindaba Pujol una vez condenado. Eso explicaría que todo el mundo lo sabía, pero quien podía hacer poco hiciese. O lo importante que fue CiU en contraposición a un posible gobierno PSUC-PSC’s… Que alguien que pueda traiga columna Albert Saenz de El Periodico (ojo solo en versión digital).

    Ya que estamos que alguien investigue aquel fuego cruzado entre Duran y Lopez-Tena sobre amantes-conselleras y actas notariales firmadas sin leer.

    Y nos roban, pues sí, somos españoles como los que más… no vamos a meter a los portugueses en el mismo saco.

    De la consulta, a los que creen en ello yo solo les veo la salida de plebiscitarias con una única candidatura pidiendo la independencia, lo otro sólo sería una forma de manifestación más. Ser un estado es entre otras cosas que la gente te haga caso: que los bedeles abran los colegios, que la gente participe de las mesas….

    Habrá que ver qué pasa, pero España sería un país más serio si fuese capaz de organizar un referéndum que de hacer unos juegos olímpicos y los de aquí de jugar menos con la filogia y los conceptos.

    ¿Y que hablamos luego de los artistas que siempre han estado en los momentos importantes con Catalunya? Me lo dejo para otro día.

  9. Pratxanda, interesante lo de Negrín, no tenía ni idea. Pero…
    Que haya nacionalistas españolistas en el PSOE no contesta a la pregunta. Yo soy de izquierdas y considero la solidaridad como elemento esencial de mi identidad de izquierdas. Solidaridad inter personal e inter territorial. Me parece perfectamente compatible no querer ser invadido, dominado, ocupado, es decir, la defensa. Quizás esa fuera la situación de Catalunya hace siglos (es más que dudoso que quepa analizarla desde nuestro prisma) pero no lo es en modo alguno hoy. Y en general me parece que es mucho más de izquierdas, integrar que separar. Con justicia, es decir, en condiciones de equidad, sin duda, pero integrar. Separar y aun más si es sobre la base de que me sale más a cuenta, no me parece nada de izquierdas, incluso si es para ocuparnos más de los «pobres pero de los de aquí». Diga Negrín lo que diga

  10. Senyor G

    Apuestas… el siguiente en el punto de mira de la UDEf será Felip Puig… Llámelo intuición. No hay como un proceso para empezar una limpieza

    Que pena que no lleguemos a saber lo de las chicas del Palace, tan demócratas ellas, tan cristiano él.

    Haciendo olimpiadas no se pierde el control de nada, con los referndums igual sí..

    Cuantos referenduns sobre monarquía / república ha habido en Españistan?

  11. LBNL

    Claro que hay nacionalistas en el PSOE! Dudamos en las proporciones. Yo creo que el PSOE ES o FUNCIONA como un partido españolista.
    Da por sentado que la gestión centralizada es redistributiva y no tiene porqué. españa es (o eso dicen) un país con fuertes desigualdades. Donde va el dinero., pues?

    Ser solidario en un proyecto comun es una cosa., que la oligarquía española controle los recursos de Catalunya otra. Son de derechas el PSF y el SPD porque la gestión de los aeropuertos no sea estatal?
    El sistema radial de comunicaciones es de izquierdas?
    Son fascistas en Suiza porque un germanoparlante no tiene los mismos derechos en Lugano o Ginebra?

    Piense ne la posibilidad, como hipótesis, de que la solidaridad sea una mera tapadera, una excusa… llámele bien común, llamele Imperio
    ,
    En fin, da para más… pero me acusaarían de victimista.

    Lo cierto es que: el soberanismo es mayoritariamente de izquierdas (partidos, votantes, sindicatos, etc) o cuanto menos menos de derechas que el españolismo (CiU vs PP) Siempre ha sido así

    Pero es más fácil presentarlo como una especie de Lega norte, así no hay qiue cuestionarse nada.. Voto con el PP en contra del referendium y celebro que se peten el estatut votado por 3 parlamentos y el pueblo catalán. pero OJO! lo mío es progresismo, no se confundan!

  12. Buenas tardes. Me gustaría agradecer las intervenciones de ayer, justamente en este día caracterizado por la llegada de nuevas «montoridades» centradas precisamente en el sr Pujol.

    Primero de todo destacar el sugerente debate entre los señores Pratxanda y LBNL. Se puede ser de izquierdas y casi todo a la vez, lo que no se puede ser es nacionalista sin llegar a perder de vista el mundo alguna vez. Y también se puede ser independentista sin ser nacionalista. El debate en este caso está en si se puede ser soberanista y de izquierdas y la respuesta es SI, pero la cuestión está en el cómo. ¿Haciendo pasar la V por la Diagonal en lugar de por el carrer Corsega mientras se abuchea la sede de CDC y se exige la dimisión en pleno del gobieno dado todo lo que le sale por las orejas? Así desde luego no.

    En cuanto a las vías hacia la independencia, yo creo que se puede ir de muchas maneras, ya que la idea se impone sobre la compañía, y la gente ya no distingue acompañantes si cree que está avando. Otra cosa es que avance realmente y otra muy distinta es que llegue a destino.

    Manuel Delgado piensas cosas parecidas pero de modo más delirante, a su estilo. Y en esa entrevista se camufló tras soltar cosas por Facebook bastante más delirantes.

    Está fino el senyor_G con eso de que «ser un Estado es entre otras cosas que la gente te haga caso». Pues sí. Preguntas para el día 11: ¿qué hizo usted por Cataluña entre el 11/9/2013 y el 11/9/2014? ¿Y que más hará a partir de ese momento?

    Felip Puig… tiene muchos números este para acabar en titulares. Y también muchos méritos, presumo.

    Y acabo subrayando de nuevo al señor Pratxanda, donde señala los problemas asociados a quien controla los recursos. Tiene razón en parte, aunque con eso de las inversiones me interesa más el control de los destinatarios que de que origen es la oligarquía que las decide. Pero lo del izquierdismo y el derechismo de cada nacionalismo es más resbaladizo: el proceso de construcción nacional catalana en casi toda la democracia ha sido teledirigida por el partido que más tiempo ha estado en el poder por acá y por mucho que unos se imaginen que viene la república de Macià, los únicos que están proponiendo lineas de futuro son unos tipos muy derechistas llamados ANC, unos economistas muy derechistas a lo Sala-Martí y unos expertos del Consell de Transició Nacional de cuerdas semejantes. Hasta hoy, el izquierdismo es nominal, no una práctica.

  13. Se me olvidaba…

    El 11 de septiembre va a volver a ser un exitazo este año, no hagan caso de las previsiones a la baja que surgen desde ciertos rotativos centrales. Por lo tanto la gestión del día después va a resultar muy problemática. Menudo cocktail: oleada de manifestantes, Gobierno de España diciendo «No, no y no», prohibición del TC de la ley de consultas… ¿Se imaginan lo que pensará la gente cuando tras otra jornada de gloria nacional se encuentren con el portazo del TC? Creo que tendré que compadecer a un Artur Mas que sabrá que no le queda otra que pinchar lo del día 9. Va a ser tremebundo… Y porque en Escocia saldrá el No, que si no aquí podía pasar de todo.

    Y me da vueltas en la cabeza lo del censo… ¿Cómo se las arreglaría para obtener un listado de posibles votantes? Por la vía habitual, nastis, pero es que si por casualidad se prevé reclamar los datos del padrón a los ayuntamientos a traves de la Llei de Consultes, con la ley anulada eso tampoco es posible ya que pondría a los consistorios en grave infracción. Tendría por ejemplo a mano los datos sanitarios, pero usarlos con esa finalidad vulneraría los fundamentos más básicos de las leyes de protección de datos. ¿Cómo diablos se vota en una consulta así a la brava?

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