De resoluciones diplomáticas, falsificaciones y apreciaciones shakesperianas

Barañain 

En “El País”, tras dos semanas de continua  apología de Mamud Abbás por su iniciativa ante la ONU y pese a haber hecho desfilar a una docena de articulistas – en un inmisericorde bombardeo de “pensamiento único” sobre el conflicto árabe-israelí -,  debían creer ayer que  aún les quedaba algo de mala baba por soltar. Claro, faltaba el ideólogo mayor. El “experto” Miguel Angel Bastenier no podía privarnos de su magisterio:

 “Ante la Asamblea de la ONU, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no tuvo reparo en repetir el conocido mantra de que Israel había más que cumplido la resolución 242 de la ONU con la retirada de Gaza en 2005. La resobada -y resabiada- argumentación se basa en que el texto aprobado por el Consejo en su versión inglesa es gramaticalmente ambiguo a la hora de pedir la retirada de los territorios, pero hay una versión francesa igualmente oficial, que no ofrece lugar a dudas. Si los autores de la resolución hubieran querido permitir a Israel una retirada a la carta, así lo habrían expresado; y, por añadidura, lord Caradon, redactor del texto, despejó cualquier equívoco diciendo públicamente que eran todos y bien todos.” (El País 28/10/10)

La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue aprobada el 22 de noviembre de 1967, tras la “guerra de los seis días”; junto con la Resolución 181 de la Asamblea General, aprobada el 29 de noviembre de 1947, son las más importantes de las emitidas por la ONU sobre el conflicto árabe-israelí. E indiscutiblemente, la 242 es la más maliciosamente malinterpretada de todas, tanto en lo referente a su literalidad como a su interpretación de acuerdo con el contexto histórico. Bastenier –pero no sólo él-, lleva años en ese empeño falsificador

Recordemos un poco: la “guerra de los seis días” -librada entre el lunes 5 y el sábado 10 de junio de 1967- fue precedida  de un período de tensiones enormes entre Israel y sus vecinos árabes a mediados de los años 60, con bombardeos sirios, ataques terroristas palestinos, escaramuzas árabes y represalias israelíes. Fruto de su apabullante victoria Israel ocupó el Sinaí egipcio, la Franja de Gaza, Jerusalén Este, Cisjordania y los Altos del Golán sirios. El precedente inmediato fue la militarización del Sinaí por Egipto –rearmado por la URSS-, y el bloqueo del puerto israelí de Eilat.

La derrota de Egipto constituyó un serio revés para la Unión Soviética. Y la URSS, comprometida con Siria y Egipto, trató de restaurar la situación previa al 4 de junio de 1967. La Unión Soviética esperaba conseguirlo, de acuerdo con el precedente creado en 1956 (Suez), de la Asamblea General de las Naciones Unidas que, a petición soviética (Alexei Kosyguin), fue convocada en sesión especial. El objetivo tanto árabe como soviético era obligar a Israel a abandonar todos los territorios ganados con la guerra, sin la firma de una paz permanente ni la negociación de unas fronteras seguras. El Gobierno de Israel rechazó la propuesta; su propósito era mantener las líneas del alto el fuego hasta que pudiesen ser sustituidas por tratados de paz que establecieran límites territoriales, mediante la negociación.

Más de cinco meses duraron los debates que alumbraron la Resolución 242. La parte disputada de este famoso texto es la que  hace referencia específicamente a la cuestión territorial: «Withdrawal of Israel armed forces from territories occupied in the recent conflict». La traducción literal sería la siguiente: «Retirada de las fuerzas armadas de Israel de territorios ocupados en el reciente conflicto».

Bastenier nos cuenta que la Resolución pide la retirada de todos los territorios ocupados por Israel durante la guerra, cuando en realidad el texto pide una retirada sin especificar cuál debe ser su alcance exacto. Esa versión falseada –y repetida hasta la saciedad-, ha ido unida a la permanente exigencia a Israel de “la vuelta a las fronteras de 1967”. Pero ni existen ni han existido jamás tales fronteras y la Resolución de la ONU no pedía tal cosa.  En efecto, el texto pide literalmente la retirada israelí «de territorios ocupados» («from territories occupied») durante la guerra, no la retirada israelí de «los territorios ocupados» («from the territories occupied») o  de «todos los territorios ocupados» («all the territories occupied») durante la guerra. 

Según los defensores de la versión que más perjudica a Israel, la ausencia del artículo «los» o de la expresión «todos los» en esa Resolución sería sólo una casualidad inherente a las peculiaridades de la lengua inglesa. Así, Enrique Vázquez, en la línea de Bastenier (El País, 4/6/11) quiso  ilustrarnos sobre el asunto, trayendo a colación a Shakespeare: «Y vuelve al manido argumento de que la resolución 242 de la ONU impone la evacuación from occupied territories que, sin el artículo the (los) antes del adjetivo ‘ocupados’ libraría a Israel de la obligación de abandonarlos todos. A estas alturas todo el mundo sabe que en inglés la relación de las preposiciones con los artículos no acepta literalidades en la traducción (…) Un tal Shakespeare, y en sus obras hay cientos de ejemplos, escribía en King Lear ‘to shield thee from disasters of the world’ (protegerlos de las calamidades del mundo) sin artículo alguno, indispensable en cambio en castellano.» La desvergüenza resulta a veces divertida.

 Lo que sostienen Bastenier y Vázquez es falso. Y lo saben. No sólo Lord Caradon, sino otros redactores de la Resolución 242 afirmaron, y no una sino muchas veces, que la omisión de «los» o «todos los» fue deliberada y mantenida contra viento y marea, precisamente para evitar volver al contexto anterior a 1967 que era el que había propiciado la guerra. Y fue objeto de un largo debate político/diplomático  en el que, en aquel entonces, se impusieron las democracias frente a la alianza de árabes y soviéticos. Así que mejor que leer lo que los Bastenier o Vázquez dicen que dijo Lord Caradon  será leer directamente a Lord Caradon, ponente de la Resolución 242:

 «Mucho juego se ha hecho sobre el hecho de que no dijimos ‘los’ territorios o ‘todos los’ territorios. Pero eso fue deliberado. Yo mismamente conocía muy bien las fronteras de 1967 y si hubiéramos puesto el ‘los’ o el ‘todos los’ eso sólo podría haber significado que nosotros deseábamos ver las fronteras de 1967 perpetuadas en la forma de una frontera permanente. Ciertamente yo no estaba preparado para recomendar esto.»

 «Defiendo la Resolución tal y como está (…)  Podríamos haber dicho: ‘Bien, volved a la línea de 1967’. Pero yo conozco la línea de 1967, y es una línea podrida. (…) Es donde ocurrió que estaban las tropas una cierta noche de 1948. No tiene relación con las necesidades de la situación. Si hubiéramos dicho que ‘ustedes deben volver a la línea de 1967’, lo que habría ocurrido si hubiéramos especificado una retirada desde todos los territorios ocupados, habríamos estado equivocados (…)  Así que lo que establecimos fue el principio de que usted no podría mantener un territorio porque lo hubiera conquistado, así pues debe haber una retirada hasta (léanse cuidadosamente las palabras) ‘fronteras reconocidas y seguras’. Sólo pueden ser seguras si están reconocidas. Las fronteras tienen que ser acordadas; es sólo cuando usted llega a un acuerdo cuando consigue la seguridad.”

 “Así pues, lo que hicimos, pienso yo, fue lo correcto; lo que la resolución dijo fue correcto y yo me atendría a ella (…) «Nosotros no dijimos que debería haber una retirada a la línea del 67; no pusimos el ‘los’, no dijimos ‘todos los territorios’ deliberadamente”

 Hay más declaraciones similares de Lord Caradon. Y en el mismo sentido pueden leerse explicaciones del resto de redactores de la resolución: por ejemplo, del entonces representante de EEUU ante Naciones Unidas Arthur J. Goldberg –ex secretario con Kennedy y ex miembro del Tribunal Supremo de EEUU-, o del mismísimo embajador de la Unión Soviética, nada sospechoso de proclividad hacia Israel, que lideró el intento de que la ONU exigiera la retirada de “todos” los territorios en disputa  sin conseguirlo o, para no aburrir, de  Eugene Rostow -antiguo decano de Derecho en Yale e importante funcionario del Departamento de Estado que participó en la redacción de la Resolución 242: “La omisión de la palabra ‘los’ de la cláusula territorial de la Resolución fue una de las cuestiones más calurosamente debatidas y fundamentales (…) Cinco meses y medio de vigorosa diplomacia, pública y privada, dejan muy claro por qué las palabras de la frase tomaron la forma que tomaron. Moción tras moción se propuso insertar las palabras ‘los’ o ‘todos los’ antes de la palabra ‘territorios’. Todas fueron rechazadas, hasta que finalmente la Unión Soviética y los Estados árabes aceptaron el lenguaje como el mejor que podrían conseguir. (…) Aquellos que claman que la Resolución 242 es ambigua sobre ese punto o son ignorantes de la historia de su negociación o simplemente están tomando una conveniente posición táctica.»

 Los manipuladores o falsificadores  tienen a su favor la desmemoria. El paso del tiempo desdibuja los hechos en la memoria colectiva y las narraciones fantasiosas sustituyen al relato veraz. Recordar aquella fulgurante “guerra de los seis días” o evocar a Nasser, a Golda Meir o a Kosyguin suena a antediluviano. La memoria de aquellos debates en Naciones Unidas –pese a que fácil documentarse al respecto-, queda para los historiadores. La mayoría de los periodistas y los “creadores de opinión” prefieren acomodar el relato –la narración del antecedente de las crisis actuales-, al interés mediático de hoy. Así que a algunos –sobre todo, si no están sobrados de escrúpulos-, les resulta más conveniente presentar como argucia  (”resobada y resabiada argumentación” dice Bastenier) carentes de fundamento lo que no es más que una posición coherente con el sentido del debate mantenido hace cuarenta y cuatro años y fiel reflejo de su resultado. Ocurre que entonces ganaron los buenos; ahí es donde le duele a Bastenier.

14 comentarios en “De resoluciones diplomáticas, falsificaciones y apreciaciones shakesperianas

  1. Asombroso.

    Es sabido que el Derecho Internacional proscribe la adquisición de territorio por la fuerza. Punto.

    Pero es que, además, cuando el autor de este panfleto cita a uno de los redactores de la 242 para abonar su tesis de que Israel no tiene que retirarse de todos los territorios ocupados por la guerra, la autoridad citada dice, literalmente, «lo que establecimos fue el principio de que usted no podría mantener un territorio porque lo hubiera conquistado». Ese es el principio establecido, que Israel viene ignorando olímpicamente.

    Claro que ellos son los buenos. Acabáramos.

    En fin: nada impide ser a la vez pedante e ineficaz.

  2. Creo que una mirada a la historia de los conflictos demuestra a todas luces que con los argumentos del siglo pasado no se resuelven los conflictos.
    El presente es muy tozudo porque es simplemente un paso mas en el intento mismo de alcanzar el futuro y como todos bien sabemos el futuro siempre esta pendiente de lo que hagamos ahora y no antes.

    En fin…no me hagan caso,las soluciones las pintan calvas…¿verdad Don Cicuta?….ejem.

  3. Y por qué cuando yo escribo sobre Palestina no me llueven los insultos? 🙂

    El artículo de hoy no tiene, a mi juicio, nada de pedante. Las fronteras de 1967 no son nada más que las del armisticio de 1949: como dice Caradon, dónde se quedaron las tropas cuando ambas partes pusieron fin a las hostilidades, que no firmaron la paz, tras la guerra de 1948, cuando todos los vecinos árabes de Israel (no los palestinos que no tenían Estado) atacaron al nuevo país israelí creado en la zona dictada por el Plan de partición y reconocido por medio mundo inmediatamente.
    Los árabes perdieron esa guerra e Israel sobrevivió. Jordania se quedó con gran parte de la zona que les correspondía a los palestinos en Cisjordania y, al igual que Israel con la zona oeste, ocupó Jerusalén este (que incluye los lugares sagrados dentro de la muralla): según el plan de partición, Jerusalén no era para nadie sino compartida bajo supervisión internacional. Y Egipto se quedó con gran parte de lo que les correspondía a los palestinos en Gaza.
    Nadie reclamó a Jordania o Egipto que se retiraran y permitieran la formación del Estado palestino. Nadie denunció tampoco las tremendamente injustas restricciones legales a las que fueron sometidos los palestinos, que pasaron a vivir bajo soberanía de los países árabes «hermanos». Se entendía que lo de no permitirles convertirse en ciudadanos de pleno derecho era para evitar que Israel pudiera salirse con la suya y mantenerlos alejados. Pero en cualquier caso fueron, y siguen siendo, ciudadanos de segunda fila, en una situación mucho peor que los árabes (palestinos) que se quedaron dentro de Israel y que constituyen una minoría de alrededor de un millón de personas que sufren algunas restricciones legales menores, minucias en términos relativos a los palestinos en países árabes.

    Lo que no me gusta del artículo de hoy es que la polémica sobre las fronteras de 1967 está superada. El sentido común dicta que si va a haber paz, será con un Estado palestino independiente cuyas fronteras serán fijadas sobre la base de dichas fronteras con ajustes por ambas partes, es decir, intercambio de territorios en principio palestinos por territorio en principio israelí: canje de tierra. Ambas partes aceptan dicha fórmula como la única posible. El único problema es que en Camp David, Israel ofrecía canjear tierra en proporción de 9 a 1 a su favor. Más recientemente Olmert llegó hasta 1,5 a 1, mucho más realista. Lo lógico, obviamente, es que el canje sea 1 a 1, especialmente dado que es Israel quién lo exige para preservar su seguridad (sobre todo en la zona de Qalquilya que es muy estrecha) y para tener que evacuar al menor número de colonos posible.

  4. 1, 2
    ¿De dónde vienes? ¡Manzanas traigo!

    Cuando el prejuicio es tan consistente, de nada vale intentar argumentar. Aquí se trataba de mostrar, a propósito de un elemento parcial del conflicto árabe-israelí pero muy significativo como es el de la cuestión territorial, que la doctrina que sistemáticamente viene impartiendo la prensa española, liderada en esto por El País desde hace años, se basa en falsedades.

    Cierto que como dice LBNL (6) esa discusión está, en parte (sólo en parte), superada. Por lo visto, no lo está para los creadores de opinión eneste pais, que además reinventan la historia sin pudor.

    No es una mera opinión. Por eso he recurrido a las fuentes. He querido mostrar –y sólo he expuesto, para no aburrir, una mínima parte de los testimonios que podría haber reproducido-, que los ilustres Bastenier y Vázquez, veteranos de la cosa y reputados como “expertos” en el tema, mienten. Puedo no haberlo conseguido pero, entonces, ¿por qué desviar la cuestión?

    ¿Creen que las declaraciones de los implicados realmente en la Resolución 242, que yo he reproducido, confirman lo que cuentan los Bastenier, Vázquez y cía? ¿O demuestran su falsedad? ¿Carece de interés que un ilustre creador de opinión de El País tenga la desfachatez de decir que la redacción de la 242 es ambigua o que se debe a particularidades del idioma inglés para no reconocer que está escrita así de modo deliberado y con mucha razón política detrás, tras ardua pelea político-diplomátrica?

    Porque la cuestión no es, para nada, semántica o gramatical. El trasfondo es importante. Por eso, pese a la presión árabe-soviética (para entendernos, los malos) se impuso precisamente esa redacción. Por eso, dice la verdad Netanyahu en la ONU –al menos respecto a este punto-, y no dicen la verdad Abbás (la OLP por cierto, rechazó durante dos décadas la resolución 242) y sus aliados, aunque su coro de voces sea –como se ha visto estos días-, ensordecedor.

    Por cierto, el inmisericorde bombardeo de “pensamiento único” al que me refería en mi post prosigue hoy en El País: ¡Qué derroche! ¡Cuanta perseverancia! ¿No tendrán la decencia de convocar al menos a uno –aunque sólo sea como coartada-, que opine diferente?

    Hoy le toca desfilar por sus páginas de opinión a un tal Paéz, que ya ha escrito en alguna otra ocasión sobre este asunto. Su aportación no es agresiva (algo es algo) aunque si lo tendenciosa que el guión políticamente correcto de El País exige. Pero lo mejor está al final del artículo: “La paz solo se conseguirá tratando a israelíes y palestinos por igual. Reconocer el Estado palestino, 63 años más tarde que el Estado de Israel, es simple y llanamente reparar una enorme y dolorosa injusticia”

    ¡Cómo si Israel o el resto del mundo tuvieramos la culpa de que no se creara el estado árabe (lo que hoy diríamos “Palestina”) a la vez que el de Israel en 1948! Al señor Paéz sólo se le ha olvidado aclarar a sus lectores que si el estado árabe en palestina lleva ese retraso es porque cuando la ONU alumbró a los gemelos –un estado nación para los judíos y un estado nación para los árabes-, los árabes (hoy “palestinos”) no quisieron saber nada del asunto y se liaron la manta a la cabeza. Hasta hoy. En fin, ¿un detallito sin importancia?

    En cuanto a lo de la pedantería, no me lo tomaré a mal. ¡Pelillos a la mar! ¡Al fin y al cabo, es año nuevo (judío)!

  5. Me permito el lujo de aprovechar el enlace que nos pone Polonio para dejar constancia con este corta y pega del discurso final de Patxi Lopez,en este lugar de encuentro para el debate democratico que siempre ha defendido la lucha antiterrorista en sus justos terminos.:

    ::::

    4.- UN COMPROMISO CON LA LIBERTAD Y LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA
    Hiritarron arteko itun moral eta etiko bat, instituzioak eta politika-eragileak Euskadin terrorismoa betiko amaitu dadin eta denon artean Euskadi libreago bat eraiki, Euskadi plural eta demokratikoa, hain zuzen ere.
    La violencia terrorista ha sido la losa que hemos soportado. Ha sido la niebla sucia que ha manchado y contaminado todo.
    Hay una parte importante de la población vasca que no ha conocido otra cosa. Que ha vivido una democracia demediada, amputada, porque no ha habido libertad plena ni igualdad entre los ciudadanos.

    Hay gente que nació en una dictadura y que ha visto truncado el sueño de una democracia libre y plena en Euskadi por la existencia del terrorismo.
    En el acto de reconocimiento a las victimas celebrado el año 2009 habló una mujer: la madre de un guardia civil asesinado hacía pocos meses en Mallorca. Al acercarse al micrófono lanzó un deseo, y en el momento de decirlo un halo de dignidad envolvió su figura, creando un muralla moral, infranqueable, entre los asesinos de su hijo y la madre del asesinado. Dijo: “Pido que mi hijo sea el último”.
    Y porque ha habido personas así en Euskadi y en el resto de España. Por frases así, por esa convicción moral de que la convivencia democrática es superior a los planteamientos totalitarios de quienes asesinan al que piensa diferente, por eso, hemos podido vencer al terrorismo. Por eso hemos logrado que, cada vez, la sociedad española y vasca sea más libre y democrática. Pero hemos pagado un alto precio.
    Hoy día 29 de septiembre es el aniversario de 5 asesinatos; tres cometidos por ETA y dos por el Grapo. Mañana, día 6, es el aniversario de tres personas asesinadas por ETA.
    Y ayer fue el de otros cuatro asesinatos: tres cometidos por ETA y uno por el Batallón Vasco Español.
    Antes de ayer fue el aniversario de los últimos fusilamientos de la dictadura, pero también, el de una persona asesinada por el Grapo y de otra por ETA.
    Casi todos los días de nuestro calendario están manchados de rojo por la sangre derramada.
    La violencia ha tenido una presencia permanente entre nosotros: una violencia que queremos dar por terminada para siempre.

    Verán, con el fin de la dictadura comenzó la transición en toda España. Pero no es algo que ocurrió de repente: España no se acostó siendo una dictadura y despertó al día siguiente siendo una democracia.
    La transición española fue una doble transformación:
     La transformación de un estado dictatorial y totalitario, en otro democrático, que respeta la libertad.
     Y la transformación de la sociedad, hacia una sociedad plural, libre y tolerante, abandonando los comportamientos totalitarios y aceptando los valores, las reglas y las instituciones democráticas.
    Y en este avance hay momentos que marcan hitos de no retorno: en el conjunto de España fue la aprobación, en el 78, de la Constitución, y en Euskadi se le sumó la aprobación, el año 79, del Estatuto de Gernika.
    Pero en Euskadi hemos vivido una transición particular, específica. Una transición larga y dolorosa que hemos finalizado porque hemos iniciado ya un nuevo tiempo para cerrar definitivamente un pasado lastrado por la omnipresencia del terrorismo.
    La transición vasca se convirtió en una larga marcha hacia la libertad que ha tenido que superar enormes obstáculos y problemas.
    Bortizkeria terroristak eraso egindako martxa bat, den-dena kutsatu duena: Gizartearen balore moralak kutsatu ditu, hiritarron arteko jarrera jasanezinak. Euskal hiritarron arteko berdintasun politikoa ekidin duena.
    Porque quisiera recordar que la violencia terrorista en nuestro país ha sido profundamente antidemocrática, en el sentido de que ha sido siempre enemiga de la democracia: ETA ha matado sobre todo en democracia. El mayor poder intimidatorio de ETA lo ha adquirido atacando a las instituciones democráticas,con la pretensión política de negarlas: los dos grandes enemigos a batir de ETA han sido el sistema democrático y nuestro autogobierno.
    Democratización del Estado de Derecho
    Y esto, también, retrasó la democratización y la depuración del Estado y sus estructuras públicas, hasta convertirse en Estado de Derecho totalmente democratizado.
    No disolvimos un Estado y construimos otro desde la nada. Nos marcamos el reto de modificar y democratizar el Estado Totalitario que habíamos heredado. Y nos costó tiempo. Elementos totalitarios y antidemocráticos permanecieron incrustados en el sistema más tiempo del que nos hubiera gustado.
    Resistencias a no abandonar las prácticas heredadas del Estado totalitario que buscaban su justificación ilegítima en el ataque terrorista. Los abusos de poder policial y, sobre todo, esa lacra de todo estado totalitario que son las torturas, perduraron un tiempo en las estructuras del Estado que estábamos transformando.
    Y también ha habido prácticas, que abandonando el Estado de Derecho, buscaron poner fin al terrorismo de ETA con otros terrorismos, como el Batallón Vasco-Español o el Gal que pertenecen al pasado, pero que se hacen presentes en el recuerdo de sus víctimas.
    Las actuaciones ilegales y antidemocráticas que ejecutaron funcionarios públicos, han tenido una especial perversidad porque actuaban en nombre del Estado de Derecho y debilitaban los argumentos de los defensores de la democracia.
    Y yo quiero volver a reconocer la verdad de lo acontecido y volver a repudiar aquellos hechos, para legitimar nuestro sistema democrático actual que, hace ya tiempo, supo superar y erradicar las lacras del pasado.
    Y quiero reivindicar, con orgullo, que tenemos uno de los sistemas democráticos más modernos, y que garantiza mayores libertades a la ciudadanía.
    No hemos tenido un kilómetro cero entre el Estado heredado de la dictadura y el Estado de derecho plenamente democrático que hoy disfrutamos. Hemos tenido un largo camino hacia la libertad que nos ha costado mucho sufrimiento y esfuerzo, pero ha sido también la mayor victoria de nuestra transición particular.
    Democratización de la sociedad vasca
    Antes he comentado que las víctimas, los asesinados, son la expresión más clara y brutal de la acción terrorista. Pero el terrorismo no es sólo eso. Si fuera así, ETA sólo sería un grupo de vulgares criminales despreciado por todos. El terrorismo es peor, busca otros objetivos que los de matar: busca acallar la voz libre de las personas y someterlas a su proyecto político totalitario y excluyente.
    El terrorismo tiene unas consecuencias desoladoras en el conjunto de la sociedad: genera miedo y amputa la libertad de la ciudadanía. Crea un permanente estado de desigualdad para las personas que tienen planteamientos políticos diferentes a los de los terroristas. Crea una moral colectiva mermada por la amenaza y el miedo.
    El terrorismo ha creado desigualdad política en la sociedad vasca porque la violencia terrorista no ha sido una violencia aleatoria; los asesinatos cometidos, las bombas que han estallado han tenido objetivos concretos.
    El terrorismo se ha alzado con el poder sobre la vida y la muerte de la ciudadanía. Se ha adjudicado a sí mismo el poder de determinar quién vive y cómo muere un ciudadano, uniendo al asesinato el oprobio a la vida del asesinado.
    Y durante demasiado tiempo la ciudadanía vasca ha habitado en una convivencia malsana, viciada y trufada de connivencias y silencios cómplices.
    Por eso nuestro mayor problema, el problema más importante de la ciudadanía vasca no sólo ha sido (con ser gravísimo), que unas personas totalitarias matasen a los ciudadanos que pensaban diferente, sino también que había personas, colectivos, que estaban de acuerdo en asesinar para imponer un proyecto político. Y que ha habido, también, demasiadas personas que han mirado hacía otro lado, pensando que la amenaza no iba con ellos.
    Baina, Euskadin ere, beldurraren kontrako erresistentzia zentzuduna irudikatu duten pertsonak egon izan dira. Ez dute beren askatasunean dimititu nahi izan eta balore demokratikoak zein zuzenbidezko estatua aldarrikatzen eta defendatzen jarraitu dute.
    Y en esta resistencia, en este negarse a aceptar la amenaza terrorista, las victimas de ETA han tenido un papel relevante. Silenciadas largos años, menospreciadas y marginadas en ocasiones, han tenido el valor de no renunciar. Y han sido un elemento clave para extender la deslegitimación social del terrorismo. Y en este esfuerzo de recuperar la dignidad moral, ha habido también organizaciones como Gesto por La Paz y otras que, durante años, han recordado y denunciado la violencia terrorista.
    Por eso queremos convertir la memoria de la victimas del terrorismo en un principio moral constitutivo de un futuro libre de la amenaza del totalitarismo, de la violencia y de la vulneración de derechos.
    Queremos recordar a todas la victimas del terrorismo sin excepción; a las victimas del terrorismo de ETA, a las víctimas del GAL, del Batallón Vasco Español y otras de grupos violentos. Sin equiparaciones y sin admitir justificaciones.

    Me han oído, más de una vez, decir que hemos iniciado un nuevo tiempo. Un tiempo diferente, que yo considero lleno de esperanza y oportunidades.
    Y lo digo porque algo ha cambiado en Euskadi, aunque nos cueste aún ponerle nombre. Aunque nos sea difícil separar con raya clara el ayer y el hoy, la mayoría estamos convencidos de que esto; el hoy que estamos viviendo en Euskadi, es un nuevo tiempo.
    Hay gente a la que le gustaría que los cambios fueran radicales: irse a dormir y despertarse en un mudo totalmente diferente. Un mundo en el que todo ha cambiado. Pero la realidad es otra cosa. La realizad es un navegar incierto, y las fronteras del cambio no siempre son visibles cuando se cruzan; sólo cuando hemos avanzado más, nos damos cuenta de que hay algo que hemos dejado atrás.
    Y yo creo que hemos dejado atrás muchas cosas en Euskadi. Hemos dejado atrás el poder de condicionar la vida ciudadana que ETA ha tenido durante tantos años. Y hoy ETA es una organización, claramente, derrotada en ese sentido.
    Además, la fortaleza del Estado de Derecho y nuestra firmeza en la defensa, y en la exigencia del cumplimiento de los principios democráticos, ha obligado (a quienes, hasta hace bien poco daban cobertura a la violencia de ETA) a moverse y a dar pasos para su incorporación a la democracia. Y eso también ha producido un cambio: El terrorismo, tal como lo hemos conocido en Euskadi, ha terminado para siempre: esa alianza cruel y terrible entre asesinos y grupos de ciudadanos que les servían de apoyo, ha desaparecido.
    Hoy se ha impuesto, con rotundidad, el triunfo democrático. Hemos triunfado, hace tiempo sobre el estado totalitario y hemos triunfado, también, sobre las pretensiones totalitarias de ETA. Hoy no hay nadie que, en público, reivindique la violencia terrorista. Ya no hay ningún espacio público secuestrado por los violentos.
    Terrorismoaren kontrako justifikazio soziala eta laguntza politiko publikoa betiko amaitu dira Euskadin; eta benetan ez direla berriz azalduko.
    Incluso los presos y sus familias, a los que ETA siempre ha impuesto, mediante el terror, un silencio clamoroso, han abierto una nueva grieta estos días y se han sumado al denominado “Acuerdo de Gernika”.
    Y, aunque tenemos que seguir manteniendo todos los días la exigencia de la desaparición definitiva de ETA, es una buena noticia, porque puede ser un paso más hacia su final.
    Por eso hago un llamamiento para que las personas que están en prisión recuperen su propia voz y den nuevos pasos para acelerar el final definitivo del terrorismo en Euskadi.
    Y decía que el abertzalismo radical ha tenido que abandonar el apoyo a ETA, pero no les debemos nada. Al revés, nos deben 40 años de violencia y falta de libertad que ellos avalaron de manera connivente.
    Han tenido que asumir que, para estar en las instituciones, es necesario cumplir la Ley. Han tenido que asumir que la ley hay que cumplirla todos los días, en cada actividad institucional, en cada acto de la política,… como hacemos todos.
    Y cada vez que no lo hagan habrá un demócrata que les exija el cumplimiento de la ley, un policía que actúe y juez que les juzge. Ellos lo saben y lo han tenido que aceptar.
    Ezker Abertzalea, gaur, lege barruan dago demokrazia eta zuzenbidezko estatua nagusitu direlako.
    Pero la legalidad no les redime de su pasado, eso se lo tienen que ganar. Pero es evidente que la democracia triunfa cuando, quienes hasta ahora la atacaban, se integran en ella, asumiendo sus principios y valores.
    Y no son ni ETA, ni la izquierda abertzale, los que están asentando el fin de la violencia y construyendo la paz ciudadana. Lo estamos consiguiendo los demócratas con nuestra determinación. Y es un insulto hacia todos los que han dejado la vida defendiendo el sistema democrático, que nos digan que ellos son la garantía del fin de ETA, cuando han sido los que la mantenían con vida gracias a su respaldo.
    Pero, como he dicho, los cambios no se dan de un día a otro, y yo creo que ya hemos cruzado la frontera que nos separa del pasado. Ahora tenemos que construir, entre todos, una convivencia plenamente libre entre todos los vascos.
    Tenemos que aprender a vivir en libertad. Abandonando los miedos y asumiendo plenamente la igualdad de los diferentes.
    Terrorismoari amaiera ematen ari gatzaizkio, guztioi eskatzen dizuet akatsak egitera bultza gaitzaketen urduritasun barik denok lanean has gaitezela gaurtik aurrera terrorismoaren azkeneko erronkak gainditzeko eta elkarbizitza eraikitzeko.
    Un futuro con memoria
    Pero dejar atrás el pasado no quiere decir olvidarlo. Queremos construir un futuro con memoria. La memoria compartida y reconocida debe convertirse en Euskadi en un fuerte muro que imposibilite la vuelta atrás, a la violencia totalitaria, y que fortalezca la tolerancia.
    No podemos simplemente pasar página y pensar que no ha ocurrido (como parece que pretenden hacer algunos), porque ha ocurrido. Nos ha ocurrido a nosotros, a la sociedad vasca. Hemos tenidos demasiados años de violencia terrorista, de connivencias malsanas, de grupos que han visto con buenos ojos que se asesinaran a ciudadanos que pensaban diferente.
    Tenemos que mirar al futuro, pero asumiendo cada uno su pasado y sus responsabilidades. No podemos permitir (y desde luego, este Gobierno no va a permitir) que se intente reescribir la historia, convirtiendo en héroes a quienes fueron verdugos y asesinos.
    Y vamos a organizar, el año que viene, el “Año internacional de la Paz, la Libertad y las Culturas” como ejercicio de memoria y también de construcción de la convivencia, desde el mundo del arte, la cultura y el pensamiento.
    Queremos que Euskadi sea conocida por su esfuerzo por superar el terrorismo y por su compromiso por construir convivencia libre entre diferentes.
    Y en este sentido queremos que la Capitalidad Cultural Europea, otorgada a San Sebastián, mantenga el objetivo de ser un instrumento al servicio de la conveniencia y la regeneración moral.
    También les anuncio que seguiremos completando el mapa de la memoria y mantendremos el acto del día de la memoria como referencia y recuerdo a las victimas del terror.
    Y quiero anunciarles, también, que mi gobierno impulsara la creación del Instituto de la Memoria y la Tolerancia, con el doble objetivo de coordinar los diferentes centros y acciones para recordar a las victimas, y para gestionen la memoria de forma inclusiva y sin equiparaciones, y fomentar el relato de lo ocurrido.
    Porque sólo el reconocimiento de lo pasado nos permitirá construir una nueva sociedad más libre y tolerante. El olvidar el pasado significa que no ha ocurrido. El asesino dejará de serlo porque nadie recuerda el asesinato. Y eso nos hará construir una sociedad sin valores (algo que no nos podemos permitir).
    Y vamos a plantear la creación de este instituto desde la pluralidad, desde el reconocimiento de las diferentes violencias sufridas, pero sin renunciar a la verdad de los hechos.
    No se trata de construir un relato académico de nuestra historia reciente; eso corresponde al mundo académico y ya lo están haciendo y seguirán profundizando en ello en el futuro. Se trata de tener un consenso social mínimo que nos ayude a asumir nuestro pasado. A asumirlo para hacer posible la concordia ciudadana de una sociedad más democrática.
    Alguno me dirá que siempre hay más de una versión sobre los hechos; puede ser, pero nunca podrá decirse que la víctima fue el asesino.
    Y por eso, debemos ser capaces de construir un relato mínimo compartido sobre la verdad de los hechos. Y tenemos que ser capaces de separar la verdad de los hechos, de las experiencias vividas.
    Las experiencias vividas son, por su propia naturaleza diversas y personales. La experiencia vivida por la ciudadanía vasca amenazada; la experiencia de los familiares de las personas asesinadas por ETA; la de una persona que fue torturada; o la de las personas que frente a la violencia ejercida contra los demás se refugiaron el silencio; son experiencias radicalmente diferentes.
    Son experiencias múltiples, que tendremos que aprender a compartir, a asumirlas como elementos de nuestro pasado común.
    Eta nahi dizuet esan nire gobernuak balore demokratikoak bultzatzeko bere lanarekin jarraituko duela hezkuntza alorrean, eta ez dituela biktimak ahaztuko, beraien bizipen latzekin era didaktikoan lagun dezakete eta bizitako mina azalduz.
    Eta komunikabideei eskatuko diet behin eta berriro, bai publikoei bai pribatuei, balore demokratikoak defendatzeko esfortzu berezia egin dezatela.
    Pero debe haber un relato común que dé coherencia a todas esas experiencias
    Y la verdad de lo ocurrido se debe construir sobre tres ejes:
    * La existencia de un grupo terrorista y de sectores sociales que le han dado su apoyo.
    * El proceso de transformación del Estado heredado de la dictadura hasta convertirse en Estado de Derecho plenamente democrático.
    * Y el triunfo de la democracia sobre todas las violencias totalitarias.
    Principios de convivencia
    Y a partir de hay construir la convivencia, sabiendo que las personas somos capaces de convivir sin violencia, únicamente. si lo hacemos en libertad.
    Convivir en libertad quiere decir aceptar y respetar las diferencias políticas y la diversidad de identidades; y esto tiene como consecuencia que las sociedades se convierten en plurales, con conflictos de intereses permanentes que no pueden tener una única solución definitiva. Libertad significa decir lo que quieres decir y oír lo que no quieres oír.
    El derecho a ser diferente es una de las formas más rotundas de reivindicar la libertad.
    El futuro compartido nunca se puede construir sobre los elementos que nos separan y diferencian, sino fortaleciendo las cosas que nos unen y regulando las diferencias que tenemos.
    Hay muchas formas de ser vasco o vasca, todas diferentes, pero la igualdad ciudadana se sustenta en el respeto a los mismos derechos, a las mismas leyes y a las mismas reglas, para que cada ciudadano y ciudadana puedan vivir en libertad, su lengua, su confesión religiosa, su sentimiento de pertenencia y su interés económico distinto, particular.
    Y el querer vivir juntos para construir un futuro compartido es lo que crea país, lo que nos hace participes de una misma sociedad.
    Y sólo el sistema democrático es capaz de dar respuesta a todos estos problemas. Sólo en democracia se pueden fortalecer lo que nos une y gestionar de forma razonable las diferencias.
    Por eso, con estos principios y desde el convencimiento de que la sociedad vasca está poniendo fin para siempre al ciclo terrorista, planteo un gran acuerdo para la concordia.
    La concordia ciudadana no se puede construir por decreto, es el resultado de unir voluntades y de pactar las condiciones de la unidad social. La concordia es la voluntad de todos de poner fin al ciclo terrorista y de unir a la sociedad vasca, superando divisiones internas, y acordando las bases de una nueva convivencia.
    La concordia no es el olvido del pasado, sino un pacto ciudadano para construir futuro.
    Bases para la unidad, la concordia y la convivencia.
    Y les propongo que se construya sobre las siguientes bases:
    1.- Euskadi es una sociedad plural en los planteamientos políticos y diversa en las identidades de su ciudadanía. Por lo tanto, reconocemos, respetamos y garantizamos la libertad de las diferentes identidades, como un elemento constitutivo de la sociedad vasca.
    2.- Queremos seguir viviendo juntos. No podemos construir el futuro unos contra otros: el “derecho a convivir” es la expresión de la voluntad de pertenecer a la misma comunidad. Sólo la tolerancia hacia las posiciones del “otro” hace posible compaginar el derecho a seguir juntos y el derecho de cada uno de reivindicar su propia identidad.
    3- El relato es la dimensión pública de la memoria. Un relato veraz de lo ocurrido crea una conciencia pública que asume lo ocurrido sin justificaciones y sin diluir responsabilidades. Miramos al futuro pero construimos el país sobre la memoria de la violencia padecida para que no vuelva a suceder.
    4. Nahi dugu, era publikoan, aitortu terrorismoak utzi duen biktimen mina, merezi duten espazio publikoa eskainiaz.
    5.- El sistema democrático es la única vía para la convivencia. Solo asumiendo sus principios, sus valores y sus reglas, podemos acordar la gestión de nuestras diferencias y los pactos para la convivencia futura.
    6.- El final definitivo de ETA sigue siendo un objetivo irrenunciable. Y por ello todos exigimos a ETA, de forma pública y tajante, que deje todas las actividades terroristas y que se disuelva sin contrapartida ni condición.
    7.- Pedimos a los presos condenados, o en espera de juicio, por delitos de terrorismo que rompan decididamente y de forma pública con ETA y asuman la legalidad penitenciara para que sea posible su reinserción social y recuperación para la vida democrática.
    8.- Proponemos una orientación consensuada, dinámica y flexible de la política penitenciaria de la forma que mejor propicie la superación del ciclo terrorista. Dicho consenso, basado siempre en el objetivo de la reinserción, contemplará, entre otras cuestiones, el acercamiento progresivo de los penados, siempre y cuando favorezca esa reinserción.
    9.-Todas las sensibilidades políticas que aceptan el sistema democrático y asumen el cumplimiento de la legalidad, deben tener un reconocimiento legal.
    10.- Reafirmamos nuestra voluntad de construir un país de ciudadanos y ciudadanas libres, sustentado en valores democráticos y en los derechos humanos, como guía para una sociedad vasca que quiere vivir en paz y en libertad.
    Termino. Señorías les he planteado cuatro compromisos básicos para construir el futuro y hacer frente a los restos más urgentes que tiene la sociedad vasca.
    Hay momentos en la historia de las sociedades en los que es necesario mirar por el bien colectivo aparcando las diferencias, por muy grandes que parezcan.
    Mucho es lo que nos une a los vascos; nuestro pasado compartido, nuestra voluntad de construir juntos el futuro. Hoy es el momento de hacer un esfuerzo por la unidad, por la concordia y la solidaridad interna.
    Tenemos que ser conscientes de la importancia de los retos, pero también la las capacidades y la fuerza creadora de la sociedad vasca.
    Yo estoy seguro que podemos conquistar los objetivos que nos proponemos.
    Y espero también los acuerdos necesarios, entre todos los grupos políticos y agentes sociales, para que estos cuatro compromisos se conviertan en objetivos colectivos de todos.
    Muchas gracias.

  6. 7

    Sí, claro. Tú es que eres un dechado de objetividad, un hombre libre de prejuicios. Penica de palestinos.

    8

    Tan impresionante … como estéril, una vez se materialice en votos lo que se viene encima, que no es otra cosa que un PP con mayoría absoluta en España dando satisfación a sus jabalíes y un nacionalismo reforzado en Euskadi con el ascenso de Bildu. Preveo una nueva fractura social similar a la que se produjo en la segunda legislatura ansárica, salvo que los de las capuchas entreguen la cuchara ya. Y no parece probable. Otra penica.

  7. Off topic: después del solemne besamanos a Pedro oJt por parte de Bono, Zapatero, Sebastián et alii, junto al entrañable amiguito Marianico Rajoy, el ex presidente de Castilla La Mancha y todavía presi del Congreso, persevera en el despiporre: «Hay que replantearse el gasto en desempleo, porque hay parados que no se encuentran incentivados para encontrar trabajo. No puede ser más atractivo el paro que una oferta de trabajo». Y abunda más: «PSOE y PP patrióticamente están obligados a entenderse y desdeo que ojalá lo hagan antes de las elecciones del 20 de noviembre y estén a la altura que España ha estado en otras ocasiones».

    Rajoy (se comenta), se apresta a recuperar el lema de campaña de Gil Robles en los convulsos años treinta: «!! A por los trescientos ¡¡»

    Posdatilla: ¿Hola? ¿Ferraz? ¿Queda algo de vida inteligente por ahí?

  8. Hombre,Jon,asumiendo que el PP hara una de las purgas politicas mas sectarias en la historia de nuestra democracia,si alcanza el gobierno de España,en todos los estamentos bajo su control,tengo el convencimiento politico que por mucho que se empeñen,Franco no resucitará.

  9. Por cierto,Jon,no te preocupes por la salut mental de Ziluminatius,llegará el dia en que podremos verle como tertuliano en Intereconomia «dando caña» al gobierno de Rajoyibus y «llevandose el gato al agua»….JAJAJA…que nervios….pero que nervios…..jiji.

  10. He tenido dificultades varias para entrar en DC esta tarde, no sé si Vds. también. A ver si ha sido Hamás …

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