De vuelta a las andadas

Carlos Hidalgo

Recuerdo una comida a la que la entidad llamada por entonces Bankia nos invitó a varios periodistas en Valencia. El presidente, José Ignacio Goirigolzarri, se lamentaba de la mala reputación que los bancos habían adquirido a partir de la crisis de 2008. Con razón, añado yo. La crisis de las “subprime” se debió a la enorme cantidad de activos tóxicos que los bancos no tenían reparos en crear y venderse entre ellos, envenenando todo el sistema financiero y creando una crisis mundial de la que se salió a costa de enormes, enormes sacrificios.

Sirva como dato que desde aquellos años la principal causa de muerte no natural en España es el suicidio. Con peores datos, si cabe, en Grecia, el país más castigado por esa “austeridad” que los países del norte de Europa impusieron a los del sur para que los bancos alemanes y holandeses no sufrieran las consecuencias de sus propias inversiones especulativas.

Pero los bancos españoles no lo hicieron mucho mejor. Entidades con cifras que se suponían saneadísimas, como Bankia o el Banco Popular, con esas auditorías certificadas y avaladas por Deloitte, resultaron tener enormes agujeros que llevaron a rescates públicos y privados.

Sólo en Bankia se gastaron a fondo perdido 22.424 millones de euros públicos para que la entidad no se derrumbase. 8.000 que eran imprescindibles y 14.000 más para que Goirigolzarri presumiese de gestión milagrosa al hacer las cuentas de su primer año como gestor de la entidad. Algo a lo que Luis De Guindos, ministro de Economía en aquel momento, dijo que sí sin pestañear.

Mientras, la gente era desahuciada de pisos cuyas hipotecas ya no podían pagar. La inversión se paró en seco, los ahorradores descubrieron que su dinero se había evaporado en activos que no entendían, como las preferentes, y los tribunales empezaban a detectar todos los abusos e irregularidades que se metían en las hipotecas de manera rutinaria.

Sí, efectivamente, la reputación de la banca sufrió. Pero de los más de 44.000 millones públicos gastados en su rescate nunca más se supo. Se recuperó apenas un tercio y el resto se dieron por bien incinerados en rescatar a un sector “sistémico”. Y es que ese era el mantra de los banqueros entonces y ahora: “somos sistémicos”. Esto es, que sin ellos el sistema económico se derrumba. Lo cual les hizo sentirse enormemente impunes en todos sus desmanes. Sí, Rodrigo Rato fue a la cárcel, Ron y Saracho, del Popular, puede que acaben empapelados y algún directivo de alguna caja acabó entre rejas. Pero gente como Francisco González salió absolutamente impune de aquello. Y aún hoy se vanagloria en comidas con otros jubilados del IBEX de que no pueden tocarle un pelo.

Una vez que salimos de la crisis de 2008, hace solo unos años, los banqueros se lanzaron de nuevo a enredar. Concretamente la banca española, que tiene a los directivos mejor pagados de Europa y el capital de peor calidad. Y con eso me refiero a los fondos de los que tendrían que disponer si a la gente le da por querer sacar todos sus ahorros a la vez.

¿Recordáis los famosos “test de estrés” del BCE? Pues los bancos españoles sacan un aprobado raspado. Eso sí, este año han obtenido récord de beneficios, suben inmediatamente los tipos de interés a préstamos e hipotecas pero apenas remuneran a los depósitos (que también deberían verse beneficiados por esos mismos tipos de interés).

Incluso en pleno estallido de la absurda burbuja de las criptomonedas hay bancos españoles que anuncian que están dispuestos a entrar en ese negocio.

Porque son sistémicos. Si meten la pata tendremos que ir a rescatarles, sí o sí.

Y aún les preocupa su mala reputación. Inexplicable.

7 comentarios en “De vuelta a las andadas

  1. Es impresionante lo mal que se cuenta en España la Historia y las historietas, la tendencia populista al borrón y el trazo grueso y la construcción de mitos . El que nos trae el articulista tiene delito porque durante muchos años se han cruzado miradas competentes e informadas de todas las ideologías políticas y económicas que , en última instancia , han alimentado el resentimiento de los humillados y ofendidos hacia los bancos , instituciones muy reguladas e inspeccionadas por numerosos niveles de la administración y agencias de rating .
    El rescate al sector financiero español está construido con esos mimbres mentales , los que empastan imágenes de banqueros cubiertos con sombreros y puros más propios de un carnaval .

    El volumen de recursos netos acumulados de carácter público que se han inyectado al sector financiero desde el año 2008 asciende a 48.425 millones de euros. O, lo que es lo mismo, 105 euros por año y habitante.

    Evaluando el listado de entidades que recibieron recursos públicos destinados a sanear sus balances, hay algo que llama poderosamente la atención: la inmensa mayoría son cajas de ahorros. Solamente Liberbank puede ser considerado una entidad bancaria como tal, con presencia en gran parte del territorio nacional.

    El mal llamado rescate a la banca fue, en realidad, un rescate a las cajas de ahorro o, lo que es lo mismo, a las fuentes de financiación prioritarias de los distintos gobiernos regionales para poder llevar a cabo sus faraónicos proyectos sin criterio de rentabilidad, monetaria o social, ninguno.

    Nuestros grandes bancos no sólo no participaron -al menos de una forma tan desorbitada -en la enorme fiesta de crédito precrisis, sino que tuvieron que hacerse cargo parcialmente de la factura. Más de 14.500 millones de euros aportados por Santander, BBVA, CaixaBank y Banco Sabadell desde 2007 a través, por ejemplo, del Fondo de Garantía de Depósitos, la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) o el Fondo Único de Resolución europeo.

    Es cierto que los ciudadanos españoles hemos pagado una parte importante de la factura heredada de la clase política regional. Sin embargo, es importante entender, por una parte, que ha sido una factura baja –como ya hemos visto– y, por otra, que la alternativa era no poder hacer frente a los requerimientos del Fondo de Garantía de Depósitos y, por lo tanto, pagar un montante notablemente más elevado en forma de ahorros.

    En 2008, nuestra deuda pública ascendía a 440.000 millones de euros. En 2017, a 1,11 billones. O, lo que es lo mismo, un incremento de 700.000 millones de euros. No es difícil deducir, con las cifras en la mano, la minúscula aportación del rescate del sector financiero al elevado endeudamiento público en el que estamos inmersos. El impacto sobre el déficit público solamente ha superado el 0,5% del PIB en el año 2012, el peor de toda la crisis.

    La deuda pública en España ha crecido en el tercer trimestre de 2022 en 28.431 millones de euros y se sitúa en 1.503.799 millones. Esta cifra supone que la deuda alcanzó el 115,6% del PIB en España

    Nuestras arcas públicas han sido una de las que menor impacto han recibido derivado del rescate al sector financiero de toda Europa.

    La realidad es que el mantenimiento del Estado de Bienestar ha sido el principal responsable del endeudamiento, especialmente cuando los ingresos públicos se hundieron y el gasto mal llamado «social» –Plan E– se disparó. Los últimos años de bonanza económica tampoco han aportado lo suficiente. Ahora, partidos intervencionistas como el PSOE, secundado por Podemos, pretenden imponer nuevos gravámenes al sector financiero, nombrando tres razones: devolver lo que los ciudadanos le han dado; excesivos beneficios; ya lo hacen en otros países.

    El sector bancario es el sistema circulatorio de la economía. Su solidez es importante para garantizar un futuro próspero y sostenible. Con mantras falsos como los que se acumulan en torno al rescate financiero solamente tomaremos decisiones falsas.

    Una economía raquítica, en la que el sector público concentra la mayor parte del crédito, es una economía sin futuro. En estos momentos no podemos afirmar que España tenga un problema con los créditos de dudoso cobro, pero tampoco está vacunada contra la próxima crisis. Somos los que menos activos de mayor valoración (CET 1) mantiene en balance de toda la Unión Europea. Este indicador también se mantiene por debajo de la media en los test de estrés, incluso en un escenario optimista para nuestro país

  2. ¿ Quien , el articulista o yo ? Porque para mí , populismo es este tipo de argumentación :

    « Una vez que salimos de la crisis de 2008, hace solo unos años, los banqueros se lanzaron de nuevo a enredar. Concretamente la banca española, que tiene a los directivos mejor pagados de Europa y el capital de peor calidad. Y con eso me refiero a los fondos de los que tendrían que disponer si a la gente le da por querer sacar todos sus ahorros a la vez.»
    Primero , porque demuestra con su último párrafo un desconocimiento total de cómo funciona un banco .
    Y después, esa obsesión con los banqueros “ de nuevo ” ..
    Se puede y se debe ser crítico con la banca y sus responsables ; con los gobiernos y los suyos ; con la izquierda y sus izquierdistas , y así con todos . Sin distorsiones .

  3. El peso que la banca ha tenido en el desarrollo del país ha sido enorme, desde el momento en que hemos crecido en base al continuo y constante nivel de endeudamiento, que unido a los altos niveles de inflación experimentado durante el franquismo y gran parte de la democracia, contribuyó al desarrollo de una clase media que mejoraba su nivel de vida basado en eso: credito e inflación.

  4. Sigo:
    Se venía de una época de graves carencias en todos los sentidos y la población iba avanzando gracias a » las letras de cambio».
    Pisos, mobiliario, electrodomésticos etc. etc. Se compraban a base de letras con vencimiento a tres o poco más meses vista. Un endeudamiento que pasaba de ser una losa difícil de sobrepasar a convertirse, gracias a la inflación, en acertadas inversiones.
    La situación actual es muy diferente al pasado pero, lamentablemente, la banca sigue manteniendo un nivel de intervención en la vida económica de entidades y población muy superior al que debiera. Se ha creado un nivel de dependencia, a mi entender, superior al deseable. Por un lado se ha creado la necesidad al ciudadano de vivir en pisos de propiedad y a las empresas a depender del crédito en lo que en la gran mayoría de paises avanzados se resuelve con operaciones de contado o a muy breve plazo de pago.
    En la actualidad la banca más que colaborar perjudica al mantener y propiciar hábitos de vida por la vía del crédito fácil que considero no colaboran en nada el avance hacia un sistema menos basado en el endeudamiento.

  5. Gusto leerle Fernando.
    Mulligan, acepto que el rescate a la banca, perdón a las Cajas, haya tenido poco impacto en el incremento de la deuda pública. Pero lo ha tenido, no? Es decir, no habría sido mejor que fueran los bancos en exclusiva los que rescataran el sistema bancario?
    Segundo, ya que conoce tan bien los datos (sin ironía), estaría de más afirmar que el principal agujero de las Cajas vino de Madrid y Valencia, comunidades gobernadas durante lustros por el PP? Quizás me equivoque.
    Tercero, y aquí sí que ya irritado. Así que el Plan E es uno de los principales responsables del crecimiento de la deuda pública en 700 mil y pico millones? No será más bien los ERTEs del COVID y todas las ayudas a la energía por la guerra de Ucrania? Tiene cifras sobre el crecimiento de la deuda pública en la UE? No han sufrido todos – o casi todos – incrementos porcentualmente similares sin tener Planes E?

  6. Ciñéndome exclusivamente al rescate, las condiciones imponían la transformación de las cajas de ahorros en bancos, dirigidos por profesionales acreditados, que debían contar con la aprobación de los instrumentos tutelares europeas, contrariamente a la situación anterior, en donde se daban casos pintorescos como en caja Madrid, de qué muchos o algunos de los consejeros formaban parte de sindicatos, asociaciones caritativas, he incluso la iglesia. Todos estos consejeros cobraban dietas de mayor o menor cuantía. Según el caso; en algunos sindicatos se llego a expulsar a varios de sus miembros por malas prácticas (tarjetas Black).
    Los análisis de riesgos durante la burbuja inmobiliaria reveló una colusión perversa entre administradores y constructores que animaron una espiral especulativa incontrolada sobre la que se informó desde distintas instancias que no se quisieron cortar desde la política , verdadera administradora y encargada de la supervisión.

    Las Cajas , instituciones de crédito sin ánimo de lucro y con finalidad social, con marcado carácter territorial y fundadas por instituciones públicas recogían los dineros de esas entidades y del ahorro popular y concentraban su negocio en la financiación de la vivienda , ( en su crecimiento tenían prohibido el descuento de papel comercial , no pagaban impuestos y otras particularidades que exceden este comentario ) .
    No todas fracasaron ( cajas vascas, asturianas y Caixa ) pero todas debieron convertirse en bancos .El rescate se concentró en ellas .
    Es importante decir que lo que se salvó fueron los ahorros de los impositores puesto que al derrumbarse el mercado inmobiliario y sus excesos los préstamos fallidos y los efectos de segunda ronda por el desempleo hacían imposible la recuperación de una situación técnica de quiebra .
    Tanto el PP como el PSOE compartieron responsabilidades sin duda alguna , pero yo no he mencionado la culpabilidad , mayor o menor dependiendo del territorio , de nadie.

    Así que no , los bancos en exclusiva ni pudieron ni debieron rescatar , solo poner y contribuir con sus fondos de garantía de depósitos , al igual que las cajas y las coop de crédito con los suyos , a todas luces insuficientes.

    Por cierto , eran fondos casi en exclusiva del sistema financiero español.

    Tampoco he dicho que el plan E es uno de los responsables ni siquiera el principal .

    «La realidad es que el mantenimiento del Estado de Bienestar ha sido el principal responsable del endeudamiento, especialmente cuando los ingresos públicos se hundieron y el gasto mal llamado «social» –Plan E– se disparó.»

    Es decir , el Plan E es un ejemplo que ilustra los desvaríos del Gobierno Zapatero que gastó 13.000 millones para crear empleo en plena crisis: por cada millón de euros no se generaron ni seis puestos de trabajo, según el Banco de España, y tras este esfuerzo público sin precedentes equivalente a 1,2 puntos del PIB, el déficit se disparó al 10% por el aumento del paro y el hundimiento de la recaudación y estalló la crisis de la Eurozona, sucediéndose los recortes. De hecho, el consumo público no volvió a alcanzar el nivel de 2010 hasta 2018, ocho años después.

    La deuda pública en la crisis del COVID ha seguido la ruptura de las reglas
    del BCE cuyo objetivo principal como saben es mantener la estabilidad de precios para que nuestro dinero mantenga su valor en el tiempo, por lo que vigila que los precios de consumo no suban ni bajen de forma significativa a lo largo del tiempo.

    A finales de 2022 ha alcanzado los 12 billones de euros , una cifra de mareo y , en relación a su PIB la lista la encabeza Grecia ( 178,2% ) Italia ( 147,3 %) Portugal (120, 1 %) y España ( 115,6 % ) .

    Es un año electoral y apenas ha comenzado . Mejor no irritarse y argumentar mejor .

    Me incluyo en el propósito.

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